V E I N T E

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Jimin se lamió los labios mientras observaba la pantalla de su teléfono con algunos rasguños. Se arrepintió de haber enviado ese mensaje y bloqueó la pantalla de su teléfono.

Se acostó en la cama y miró al techo por unos minutos. Unos gemidos se hicieron presentes al lado de su habitación, al parecer alguien se divertía un poco. Jimin se movió incómodo en la cama y esperó a que los gemidos cesarán para poder dormir.

Su teléfono sonó mostrando en pantalla el número de Yoongi.

Pequeño...

A Jimin se le aceleró el corazón al escuchar su voz.

—¿Sí-sí?

¿Quieres...

Un jadeo entrecortado salió por el auricular.

...Jugar?

Jimin tragó duro.

Prometo no hacerte daño. Prometo hacer que tu dolor se convierta en placer... Déjame ir por ti...

Volvió a jadear. Jimin cerró los ojos con fuerza y se levantó de la cama.

—¿Dónde te espero?

La risa áspera de Yoongi salió por el auricular haciendo que el vello de la nuca de Jimin se erizara.

No, no pequeño. Tú sólo... Iré por ti...

Y colgó. Jimin se quedó mirando la pantalla de su teléfono y lo dejó caer en la cama. Se mordió el labio y se frotó los ojos con las manos. Se colocó las pantuflas y abrió la puerta de su habitación, salió y pasó por la habitación de Jungkook de la cual provenían gemidos junto a palabras obscenas.

Jimin se lamió los labios, eso hacía que su miembro doliera un poco. Negó con la cabeza y caminó hacia la habitación de su madre, empujó la puerta y la vio dormir, la cerró y bajó al primer piso. Se dirigió a la cocina y preparó un poco de café, se sirvió una taza y se sentó en un taburete.

Le dio un sorbo y miró hacia la nada. Soltó un suspiro y la luz de la cocina se apagó. Jimin frunció el ceño, se bajó del taburete y miró hacia el interruptor, sintió la respiración en su nuca. Tragó duro y se mordió el labio temblante.

Dos manos grandes lo abrazaron por detrás mientras lo atraía hacia un cuerpo cálido que besaba su cuello.

—Vamos a jugar...

La voz de Yoongi llegó a sus oídos, los latidos aumentaron y su excitación empezaba aparecer cuando las manos de Yoongi bajaron hacia su pantalón de pijama tocando su miembro quien apenas despertaba por los movimientos lentos de él.

Jimin se mordió el labio inferior y Yoongi lo giró. Jimin no le podía ver el rostro gracias a la oscuridad, pero sabía que era él. Yoongi lo empujó hacia el mesón y le bajó el pantalón, cogió el miembro erecto de Jimin y se lo llevó a la boca. Jimin dejó escapar un gemido ahogado y su cabeza cayó hacia atrás gracias a la sensación que la cálida boca de Min Yoongi le causaba.

Yoongi se sacó el miembro de la boca y lamió el tronco, chupó el glande palpitante. Jimin se mordió el labio y su mano acarició la cabeza de Yoongi. Yoongi le agarró la muñeca y la quitó de encima de su cabeza. Se levantó del suelo y jaló a Jimin se las caderas.

—Estoy duro, pequeño... —jadeó en la boca de Jimin.

Jimin pasó saliva. Yoongi juntó sus labios con los de él, un beso lento. Esos que te devoran el cuerpo y te llevan a un lugar, casi parecido al cielo. Pero si hablamos de Yoongi, vamos directo al infierno.

—Abajo, pequeño. —ordenó.

Jimin se arrodilló y desabrochó el pantalón de Yoongi, lo bajó y sintió la erección, bajó la ropa interior y tomó con la boca el miembro y se lo metió a la boca. Yoongi soltó una risa áspera y acarició la cabeza del menor. Se mordió los labios y cerró los ojos para dejarse llevar.

Cuando Yoongi estaba apuntó de llegar, levantó a Jimin del suelo y lo colocó hacia el mesón, le dio la vuelta y le término de bajar el pantalón de pijama, dejando a la vista su trasero. Le dio unas nalgadas fuertes que hicieron que Jimin gimiera del dolor.

—Yoongi... —gimió Jimin.

Aferró las manos al mesón. Yoongi volvió a darle una nalgada.

—Me mentiste, pequeño... —una lágrima bajó por su mejilla. —Me mentiste sobre el nombre de tu hermano.

Yoongi detuvo las nalgadas. Jimin trató de no sollozar. Yoongi lo giró y lo cogió de las mejillas.

—Odio que me mientan y cuando lo hacen, los mato. —le susurró.

Plantó un beso agresivo y luego lo dejó. Se separó de Jimin y caminó hacia el otro mesón. Jimin tragó duro cuando lo vio acercarse a lo cuchillos que, gracias a un pequeño rayo de luz de luna, pasaba por la ventana y chocaban con los cuchillos.

Yoongi cogió uno.

—Siéntate. —pidió.

Jimin se subió el pantalón y se sentó en un taburete. Yoongi jugó con el cuchillo entre sus manos. Se acercó a Jimin y le colocó el cuchillo debajo del cuello.

—¿Qué más me ocultas, pequeño? —preguntó Yoongi.

Movió el cuchillo haciendo aparecer una pequeña cortadura. Jimin se le escuchó tragar otra vez.

—Na-nada...

—¿Nada? ¿No hay nada que quieras decirme? —Jimin negó.

Yoongi soltó una risa irónica.

—Te haces el difícil, Park. —volvió a mover el cuchillo, la cortadura se hizo más grande.

Jimin gimió del dolor. —Basta...

—¿Por qué Edgar estaba con tu madre? ¿Eh? —Yoongi retiró el cuchillo. —Responde mis preguntas y no te haré daño. —dejó el cuchillo en el mesón donde Jimin pudiera verlo y alcanzarlo. —Repito: ¿Por qué Edgar estaba con ustedes y su madre?

—No-no lo sé, es compañero de trabajo de mi madre.

Yoongi soltó una gran carcajada. Jimin trató de decirle que hiciera silencio. Yoongi se sentó en otro taburete y el rayo de luz lunar alumbró sus ojos cafés oscuros, traía la mirada obscura y poseedora.

—Él no trabaja con tu madre, pequeño. —Jimin no entendía. —Veras, él me debe mucho, hasta su vida.

Volvió agarrar el cuchillo. Cogió el mango y le dio la vuelta, apoyo la fila punta en el mesón. Jimin no apartó la vista del cuchillo.

—Pequeño, ese tipo, quiero matarlo... —suspiró. —Quiero torturarlo, quiero guindarlo como a mis otras víctimas, hasta esperar que toda su sangre salga de él y cuando lo haga, lo descuartizaré y luego me bañaré en su sangre. —sonrió con lo último dicho.

Jimin habían quedado atónito al escuchar aquellos planes de Yoongi. Estaba loco, enfermo y era un total psicópata. Jimin trató de calamar su llanto y soltó un suspiro entrecortado. Su corazón aumentó los latidos cada vez que Yoongi giraba, una y otra vez el cuchillo, la fila punta, siempre apuntaba hacia él.

—Es uno de mis más grandes sueños, pequeño. Poder descuartizar a Edgar... —rio. —Y a Choi Eun.

Un silencio incómodo y tenebroso invadió la cocina. Yoongi fijó su mira en Jimin y le regaló una sonrisa macabra.

—Me ayudarás. —Jimin lo miró asustado.

Yoongi se bajó del taburete y se acercó a él.

—Me ayudarás a capturar a Edgar, para así matarlo y descuartizarlo. —sonrió mostrando los dientes, tenía la pinta de un loco psicópata. —Tendré corriendo su sangre por mis manos...

Se mordió los labios. Cogió a Jimin del cuello.

—¿Me ayudarás? ¿Cierto? —Jimin no respondió. —¿Lo harás por Daddy? ¿Cierto?

Silencio fue la respuesta que recibió Yoongi. Yoongi sonrió de lado, cogió el cuchillo con la otra mano e hizo una pequeña cortada en la mano derecha de Jimin, este gimió del ardor.

—Lo haré, lo haré... —Yoongi sonrió. —¿Qué tengo que hacer?

Él estaba muerto del miedo, su cuerpo temblaba al igual que su voz, Yoongi causaba todo eso en su interior. Yoongi dejó el cuchillo en el mesón y juntó los labios de Jimin con los de él e introdujo su lengua dentro de él. Le soltó el cuello y ladeó la cabeza para profundizar el beso. Mordió el labio inferior y lo pegó más a su cuerpo. Sus manos bajaron al pantalón de Jimin y entraron en contacto con su miembro.

Masturbó a Jimin unos minutos y cuando se corrió en su mano, la lamió y volvió a juntar sus labios.

—Debo irme, pequeño... —susurró en sus labios. —Te buscaré para hablar de negocios.

Se separó y caminó hacia la puerta.

—Descansa mi pequeño. — Jimin quiso llamarlo, pero ya había cerrado la puerta.

La luz se encendió, dejando ver a un Taehyung sin camisa.

—¿Qué haces despierto? —le preguntó Taehyung.

—Na-nada. —evitó su mirada.

Taehyung arrugó la frente.

—¿Estás bien? —Jimin asintió. —¿Qué haces levantado? ¿No estas cansando? Son las tres de la mañana.

—¿Tú no estás cansado? —enarcó una ceja.

Taehyung no respondió y caminó hacia el refrigerador, sacó el agua y buscó un vaso, lo llenó y se lo llevó a los labios.

—¿Ya se hablan? —Taehyung casi escupe el agua. —Por favor, dile a Jungkook que no grite muy alto... Aun no entiendo cómo es que mamá no se despierta.

Taehyung tragó el agua y le dio una sonrisa inocente a Jimin.

—Me iré a dormir. —dijo Jimin. —Hasta mañana.

Taehyung asintió y dejó el vaso en el mesón. Metió el agua al refrigerador y vio el cuchillo en el mesón. Caminó hacia el y vio que estaba manchado de algo brillante, sangre. Taehyung miró hacia la dirección de la cual Jimin había salido. Tragó saliva y caminó hacia el fregadero, lo lavó y lo guardó.

Apagó la luz y subió las escaleras al segundo piso, caminó por el pasillo directo a la habitación de Jungkook, empujó la puerta y su teléfono sonó. Lo sacó del bolsillo y cuando vio el numero en pantalla se alejó de la puerta de Jungkook.

—¿Qué quieres? ¿Ya no te basta el escándalo del hospital?

Te necesito, Taehyung.

—¿Qué mierda? ¿Ahora? No, no puedo. estoy ocupado.

Cogiéndote a Jungkook...

Cállate, mierda.

Taehyung suspiró y miró al techo.

—¿Qué necesitas?

A ti... Iremos por Choi y su hijo

¿No puedes ir solo? No he terminado las clases.

Nunca has terminado las clases, Taehyung. Necesito que vengas.

Está bien, pasa a recogerme.

Colgó y caminó hacia su habitación, empujó la puerta y se cambió ropa. Buscó un pequeño bolso y metió dos mudas de ropa. Alguien tocó la puerta y la empujó. Jungkook se apoyó en el marco de la puerta mientras se frotaba los ojos.

—¿Adónde vas? —Taehyung lo miró.

—Yo... Me han llamado, tengo que irme. Mi.... abuela está enferma. —cerró el bolso.

—Iré contigo. —Taehyung negó con la cabeza y caminó hacia él.

—Bebé, iré solo, ¿Sí? mi familia me necesita. —le acarició la mejilla y le dio un beso. —Vuelve a dormir.

Jungkook asintió y caminó hacia su habitación. Taehyung cerró la puerta y contestó la llamada.

—¿Ya llegó? Está bien, ya bajo.

Colgó y cogió el bolso, se lo enganchó en un hombro y salió de su habitación, pasó por el pasillo y bajó las escaleras, abrió la puerta principal y salió de casa.

Jungkook salió de su habitación vestido y caminó hacia la de Jimin.

—Despierta, Taehyung oculta algo. —encendió la luz. —Lo escuché hablando por teléfono. Él sabía que lo del hospital iba a pasar, Jimin.

Jungkook arrugó la frente, estaba hablando solo.

—¿Jimin? —quitó las sábanas de la cama. —¿Jimin?

Los chirridos de unas llantas se escucharon en la carretera, Jungkook corrió a la ventana y vio el auto de Jimin salir.

—Mierda. —corrió a su habitación y buscó su teléfono.

Marcó el número de Jimin, pero se iba a buzón, entonces, decidió llamar a Seokjin, quien al tercer tono respondió con voz ronca.

—¡Seokjin! Necesito que me prestes tu auto

Jungkook, son las tres de la mañana. ¿Para qué quieres el auto? ¿Adónde vas a estas horas?

Necesito hacer algo...

Salió de la habitación y bajó al primer piso.

¿Qué vas a hacer, Jungkook?

Es... Algo personal.

¿Vas a matar a alguien? Sí es así, no.

Jungkook soltó un gruñido.

—Está bien. Taehyung está tramando algo e iba a ir con Jimin, pero resulta que me dejó.

¿Taehyung? ¿Tramar?

Seokjin estalló en risas.

Sí, y yo soy asesino serial.

Eso pienso que eres tú, aun no entiendo cómo es que eres bueno con las armas.

Jungkook, ¿En serio seguirás a Taehyung?

Jimin, fue tras él, ¿Por qué yo no?

¿Sabes adónde va?

No... Y ahora que lo pienso, ¿Podría tu tío rastrear su teléfono?

Se escuchó el fuerte suspiró de Seokjin.

Veré que puedo hacer.

Jungkook sonrió.

Por lo tanto, iré por ti y vamos por Taehyung.

Jungkook colgó la llamada y se metió el teléfono en el bolsillo. Abrió la puerta principal y se encontró con Hoseok apuntó de tocar. Jungkook arrugó la frente.

—¿Qué haces aquí? — Preguntó Jungkook

—Jimin me llamó, dice que Taehyung trama algo.

Jungkook se lamió los labios resecos.

—Jimin se acabó de ir.

Hoseok maldijo.

—Seokjin está en caminó, ven con nosotros.

Hoseok asintió y Jungkook salió de casa. Cerró la puerta y su teléfono sonó en su bolsillo.

—¿En qué parque? Está bien, ya iré hacia allá.

Colgó.

—Seokjin dice que lo esperemos en el parque que está a dos cuadras.

Hoseok suspiró y empezó a caminar.




Jimin bajó la velocidad del auto cuando el auto en el que iba Taehyung se detuvo. Jimin detuvo el auto detrás de otro blanco y se escondió. Por la otra ventana pudo ver Cómo Taehyung bajaba del auto y caminaba hacia una gran casa, lujosa. La reja grande negra que rodea la casa, se abrió y Taehyung abrazó a un tipo.

Le sacaba una cabeza y le entregó un bolso negro, Taehyung le sonrió y lo abrió, vio dentro y se despidió. Volvió al auto y este hizo un chirrido al encender el motor e irse. Jimin encendió el motor y movió el auto un poco para mirar hacia la gran casa. Se mordió el labio y condujo detrás del auto de Taehyung.

Jimin frenó en seco cuando un auto se atravesó de la nada, alzó la mirada y encontró viéndose con Seokjin. Jimin arrugó la frente.

—¡Jimin! —le gritó Jungkook, bajándose del auto y caminado hacia él.

Jimin negó con la cabeza.

—¡Sal del auto! —gritó Jungkook.

Jimin giró el volante y maldijo. Jungkook se acercó al auto y le tocó la ventanilla.

—¡Ábreme! —gritó.

Jimin rodó el auto y Jungkook se alejó. Condujo y miró por el retrovisor cómo Jungkook corría hacia el auto de Seokjin y se subía al auto. Seokjin encendió el auto y pisó el acelerador para alcanzar a Jimin.

Jimin aceleró y estaba tan concentrado en el retrovisor que no se dio cuenta que casi chocaba con el auto en el que iba Taehyung.

Taehyung miró hacia atrás y Jimin se escondió detrás del volante. Detuvo el auto y esperó a que el auto se alejara. Un auto sonó sus bocinas atrás y el teléfono de Jimin emitió un sonido, un mensaje apareció en pantalla.

¿De quién huyes, pequeño?

Jimin miró por el retrovisor y se congeló. La sonrisa de Yoongi fue la que captó y aceleró. El teléfono volvió a sonar.

Detente, Jimin. También voy por Taehyung

¡No! No vengas, no lo hagas. Todo saldrá mal.

¿De qué hablas?

Yoongi sonó la bocina de nuevo. Jimin empezó a temblar.

—Da la vuelta, Jungkook. Saldrás herido, Taehyung es malo.

Jungkook se quedó en silencio.

No lo es, solo oculta algo...

No vengas, Jeon. Por favor.

La bocina volvió a sonar. Jimin escuchó la bocina por el auricular. Jungkook estaba cerca. Volvió a mirar por el retrovisor y tragó duro cuando vio el auto de Seokjin detrás de el de Yoongi. A Jimin se le cayó el alma a los pies.

Un mensaje entró.


Me gusta cuando mis víctimas vienen a mí sin yo llamarlas.






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