𝐭𝐫𝐞𝐜𝐞

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Titán hembra.

───

Mis manos apretaban las cuerdas que sobrellevaban el andar de aquel caballo, mi ansiedad me estaba comiendo, no podía. Estábamos en alineaciones, salíamos por primera vez de expedición. Me era irreal el saber que estaba portando dicho uniforme de la élite en la que mis compañeros, anhelaban estar. Veía en sus ojos el brillo, el saber que salían, que estaban siendo guiados por la gente que deseaba la libertad. Era una gran abeja, disfrazada de mariposa, y eso me llenaba el corazón de ira contra mi misma. Recibía la brisa, y veía a mi lado como aquel sol, sonreía. Armin estaba feliz, estaba curioso, y me sentía bien en permanecer con él en este pequeño grupo de las alineaciones diferentes que hicieron. No tenía conocimiento donde estaban los demás del todo bien, aunque prestara atención, mi cabeza estos días había estado en otro mundo alterno a este, en donde al menos, sentía paz, y no dolor. Estaba segura, que Eren debía estar en una alineación no tan ajena, pues nos habían sacado luego de estudiar varias cosas, como las señales, incluso lo que habían en estos bosques o terrenos planos. En el cielo, se mostraba los colores de bengalas, la pólvora demostraba una señal diferente.

La expedición se basaba en encontrar un camino a ShingaShina, sería una nueva restauración, pero limpiábamos los caminos de los titanes que aún albergaban en él área. Estaba en la línea dos, era la del relevo. La pólvora en el cielo, era color rojizo, lo cual se podía esclarecer que había avistamiento de titanes en la zona. El cielo se lleno de esos colores, prosiguiendo a la pólvora color verde, que debía informar la postura del comandante Erwin, dando una nueva ruta, la cual el relevo de las alineaciones, debía seguir. Continué mi postura en la cabalgata junto a Armin, donde ambos quedamos observando detenidamente otra pólvora en el cielo, color negra, dando el aviso de un titán anormal. Lo mire, y este me asintió, para ser yo quien colocara la bala de pólvora en el arma de la bengala, lanzándola en el cielo, avisando sobre el titán anormal que debía estar acercándose. Le mire, intentando de ver a su campo visual, y como se veía en el terreno dos caballos, con de seguro dos soldados que se avecinaban a nosotros, pero mi corazón empezó a palpitar con fuerza en cuanto vi a ese titán correr detrás de ellos. Era como si no pudiera respirar, como si mi cuerpo se helara.

-No puede ser.-aturdida ante lo que mis ojos veían, le deje ver a Armin lo desconcertada que estaba ante la presencia de dicha bestia en nuestro campo visual.

-¿Qué es eso?-preguntaba Armin, mirando detenidamente al titán que se avecinaba atrás de esos soldados.-¡Es demasiado rápido!-grito alterado, observando cómo corría con rapidez, y mis manos empezaron a sudar.

-No puede ser.-afirme, mientras que todo mi campo visual tornó de manera lenta.-Annie.-gruñí en cuanto reconocí ese cuerpo de aquel titán, cuando pude ver los músculos, y la postura con la que corría, sabía la razón por la cual estaba aquí, y ese era mi pánico.

-¡No dejen que los alcancen, Arlert y Finger!-grito aquel capitán, dirigiéndose a nosotros, pero cuando pude distinguirla, mi estomago giró, dándome nauseas por el miedo que sentí.

-¡Armin, avancemos!-le pedí a él, viendo como quedaba desconcertado, como si no creyera lo que estaba viendo.

Él me siguió el paso, arduamente ante el ataque de ansiedad que empezaría a atacarle. Intentaba de concentrarme en mi guía en este terreno plano, tenía conocimiento de sus habilidades, temía por quienes habían pasado por ella, y me preguntaba si seguían con vida. Agriamente continué cabalgando, procurando por la vida de Armin, sin que él se imaginara quien estaba dentro de dicho cuerpo. Él intentaba de avanzar, pero veía temor en sus ojos, lo veía alterado, ambos estábamos presenciando amargamente como la vida de aquellos dos compañeros, se perdían en un solo instante. Quede abrumada en cuanto la vi, y presencié cómo hizo añicos a dichos soldados. Sus vidas no duraron dos segundos más en sus manos, los masacró y aplastó como si no fueran nada más que una fruta podrida. Mordí mis labios, y gruñí, era como si mi poder se llenara de una energía que debía controlar, pero que no quería hacerlo. Los ojos de Armin estaban idos, y él también, se veía el pánico en su expresión, y no tarde en continuar avanzando sin saber claramente qué haría Annie con nuestra presencia en ese titán que sobrellevaba, en el titán hembra de Marley.

-No... No... -Armin titubeaba a mi lado, lo escuchaba nervioso.-No es un anormal, es inteligente. Como el titán acorazado, como el colosal, o Eren.-decía, descifrando la situación de una manera inteligente.-¡Es un humano en el cuerpo de un titán!-gritaba alterado, con su voz entrecortada ante los nervios.-Pero... ¿¡quién!?-continuaba preguntando, y yo, no dejaba de sentirme abrumada; debía fingir que no sabía nada, debía continuar.-¿Qué debemos hacer? ¡Vamos a morir!-continuaba gritando, y yo chasqueé la lengua, molesta.

-¡Cállate!-le pedí, gritándole fuertemente.-¡No dejes de cabalgar, por favor!-le indique, haciendo que acelerara su paso.

-¡Ve, huyé!-le pidió al caballo que aguantaba, en caso de que alguien lo necesitara, pero ese caballo no duró mucho, y la tierra retumbaba ante los pasos de Annie chocando con el suelo.

Sentía el temblor, era rápida, más de lo usual. Mi corazón continuaba palpitando con fuerza, sabiendo que sería capaz de cualquier cosa, y no temía por mi, temía por quien estaba a mi lado infartando por la situación que estábamos sobrellevando en este instante. Él estaba en un estado de shock, estaba avanzando, pero sabía que Armin tenía miedo, y sin saber el propósito de Annie, Sentía como mi caballo se descarrilaba, sus pasos chocaban tan fuerte en el suelo, que todo se removió, hasta que llegó a nosotros, y todo se volvió lento. Alce mi mirada, observando cómo ella pasaba por encima de nosotros. Estiraba sus piernas, y daba el sol, dándonos sombra. Pude ver claramente sus azulados ojos, los cuales eran grandes, y se veían a gran escala. Su paso choco fuerte delante de nosotros, así que mi caballo relinchó, y se desvió, haciendo que mi cuerpo flotara en el aire, y cayera de manera brusca en el suelo, sin aire ante un fuerte golpe en mi espalda, para luego rodar, y caer boca abajo. Me quede un poco inconsciente, y ida, intentando de retomar postura, alzando mi vista, y observando claramente cómo los pasos se detuvieron, pero como mi cuerpo se quedó quieto ante ver cómo la sombra estaba encima de mi.

Su grande mano se dirigió a mi, y me quede sin movilidad. Tan solo sentí como removió mi cabello, como si quisiera verme, y ahí descifre, lo que buscaba, afirmando mi teoría. La mire, de manera detenida, viendo sus azulados ojos y como ella se quedó mirándome de igual manera. Los segundos pasaron, y tanto ella como yo, no hicimos ningún otro movimiento. Annie me transmitía mucho por esa mirada, pero no podía descifrarlo, sabía que estaba ida, intentando de decirme algo, pero no había manera de comunicarse conmigo. Se aisló, y se giró de manera brusca, lo cual me hizo saltar levemente en pie, y quedándome ida, observando cómo Armin la miraba helado, dejando que ella alzara con las yemas de sus dedos, la capucha que tapaba su rostro. La misma situación surgió con él, lo examinó, y lo miró de una manera detenida. Él estaba temblando, y podía verlo, su expresión de temor en cómo ella lo miraba con detenimiento, lleve mis manos a mis espadas, sin saber qué sucedería, pero pude observar cómo Annie se elevó en su postura, y me miró detenidamente, para así, correr; aislándose. Solté un suspiro, uno muy largo, y caí arrodillada en el suelo, dejando que mis músculos se relajaran, con Armin tartamudeando delante de mi, abrumado.

-¿No va a matarnos? ¿Por qué?-se preguntó, mientras que me percaté, que los caballos, ya no estaban; estábamos expuestos.-Nos quito la capa, para ver nuestras caras... ¿no fue así?-giré mi mirada cuando escuché un andar, y transmití frialdad en cuanto vi los caballos a su
merced.

-¡Chicos!-la voz de Reiner se dirigió a nosotros, llegó y plasmó pausa en su caballo, sujetando un caballo más.-¿Pueden levantarse?-nos preguntó, mientras que me quede en silencio ante su coincidente presencia.-No durarán mucho fuera de las murallas sin un caballo.-indicó.

-Solo traes uno.-le dije yo, fríamente, pero él se veía con prisa; y claramente sabía porque.

-¡De prisa!-nos pidió, haciendo que Armin se levantara del suelo, dejando su pánico atrás.-Montante con Armin.-pidió Reiner, y yo tan solo acepté que Armin me ayudara a subir a su caballo, a lo que acomode mis manos alrededor de su cintura.

-No te sueltes.-me pidió Armin, de una manera protectora que adore, y valore, me aguante; sintiendo como el caballo avanzaba al ritmo del de Reiner.

-Vi la bengala que avisaba sobre un anormal.-decía Reiner, cabalgando a nuestro lado.-¿Es ese del grande trasero?-se preguntó, a lo que dirigí la vista al titán hembra que seguíamos, intentaba de descifrar lo que yo haría en esta amarga situación, estaba ajena al plan de ellos.

-No es un anormal, ¡es un humano en el cuerpo de un titán!-le expresaba Armin.

-¿Qué dijiste?-pregunto Reiner, y mi expresión cambió ante su cínica e hipócrita pregunta.

-Tsk... -gruñí, girando mi rostro para no mirarle, la situación me era dolorosa; tenía una espada en el corazón, y otra en la espada.

-Espera un momento. Necesitamos disparar una bengala primero.-decía Armin, pero sentía como no podía tener acceso a hacerlo ante la dificultad de cabalgar, y sostenerme con él allí, podría perder balance.

-Espera.-aviso Reiner, lo cual Armin se detuvo cuando se escuchó el sonido de una bengala lanzarse, y ante no poder mirar atrás, esperé que el otro caballo que se acercaba a nosotros me dejase ver quien había sido.-Creo que Jean ya la disparó.-contó Reiner, a lo que pude ver al castaño a nuestro lado, y en parte, me alegraba ver otro rostro conocido aquí.

-¿Eso significa que estamos tan ocupados que no podemos continuar con la misión?-pregunto Reiner en cuanto todos miramos al cielo, viendo la bengala del color amarillo que indicaba que la misión había terminado, y no se sabía de qué manera; si exitosa o había fallado.

-Parece que el escuadrón del flanco derecho fue parcialmente eliminado, por tonelada de titanes. No sé porqué, pero hay demasiado de los que son bastante rápidos, hasta ahora los están deteniendo.-nos contaba Jean, lo cual mire a Reiner con mi ceño fruncido, de manera fulminante; solo él y yo sabíamos lo que sucedía, solo él entendía lo abrumada que me podía sentir.-Hemos tenido bastantes pérdidas, y si no somos cuidadosos, iremos en las mismas.-decía, aún lado de nosotros, cabalgando.

-Ese titán vino de la misma dirección, no me digas que... ¿estaba guiando a los titanes?-se preguntaba Armin, y yo no podía dejar de asombrarme ante la manera tan fluida que descifraba las cosas.

-¿Ese? ¿Qué clase de titán es? ¿Un anormal?-se preguntaba Jean, mirando como íbamos detrás de "ese titán", sin ellos saber que era "ella" o quizás, Annie Leonhart.

-No.-denegó Armin.-Es un humano en el cuerpo de un titán. Alguien con el mismo poder de Eren.-contaba.

-¿Por qué estás tan seguro de eso, Armin?-le pregunto Reiner a él, y en su expresión se podía ver la ansiedad de como una mente tan brillante nos podía descifrar en cuestión de segundos.

-Los titanes nos comen, solo somos asesinados en el proceso, pero cuando nuestros superiores se dirigían a su punto débil; a uno lo aplastó, y al otro lo estrelló contra el suelo.-contaba, de manera detallada, analizando los movimientos anterior del titán.-Los mato por matar, en vez de comer. Su naturaleza es diferente a la de los otros, pues cuando el titán acorazado y colosal destruyeron las murallas, debieron haber atraído a un ejército de titanes. ¡Su objetivo siempre ha sido atacar a la humanidad!-continuaba diciéndonos.-No. Tal vez no.-se detuvo en una pausa, mientras que podía ver cómo Reiner no dejaba de mirarle inquieto.-Se sentía como si estuviera buscando a alguien. Si ese es el caso... podrían estar buscando a... ¿Eren?-se preguntó, y la expresión de Reiner, volvió a decaer, mirándome; como si buscara un apoyo moral que no podía darle.

-¿A Eren?-se preguntó Reiner, haciéndose el confuso.-Eren está en el flanco derecho con el escuadrón de Levi, están a cargo de ese lado.-indicó.

-¿El flanco derecho?-se preguntó Jean confuso.-Los planos que me dieron dice que está en la parte trasera del costado izquierdo.-opinó.

-Las de nosotros decían que está en la parte frontal derecha.-decía Armin, pero yo ni recordaba que estaba ahí con lo despistada que llevaba estos días.-Espera, no hay manera de que ellos están en la línea frontal.-opinó Armin, intentando de averiguar el paradero de Eren, lo cual expresarlo, era atentar contra su vida inconscientemente.

-¿Entonces, donde está?-pregunto Reiner, y no supe cómo reaccionar, cómo evitar una respuesta inconsciente de Armin hacia él.

-Olvídenlo, debemos avanzar.-fue lo que dije, logrando retener a Reiner y como su mirada fulminante me carcomió, pero mi intento había sido en vano.

-De seguro en el lugar más seguro de la formación, lo que significa que están en la parte central trasera.-informó Armin, y yo, baje la cabeza colocando mi frente en su espalda, impotente.

-¡Armin! No tenemos tiempo para pensar, probablemente las bengalas no podrán presentar el nivel de amenaza que ellos representan. A este paso, va acabar con el comando. Entonces la formación caerá en pedazos, y será su fin.-decía Jean, preocupado.

-¿Qué quieres decir?-le preguntaba Reiner.

-En otras palabras, en este rango, aún es posible que podamos llamar su atención. Podemos ser capaces de ganar tiempo para que se retiren.-le aclaraba, mientras que yo mantenía mi vista en el camino, escuchándoles.

-Ella realmente es inteligente. Somos insectos insignificantes. Simplemente nos aplastaría.-opinaba Armin, cabalgando a mi lado.

-¿En serio? Eso es aterrador.-Jean de manera sarcástica hablo, como si no temiera, yo lo mire sorprendida.

-¿Tú realmente eres Jean?-le pregunto Reiner, robándome los pensamientos.-El Jean que conozco no pensaría en nadie que no fuese si mismo.-confesó Reiner su pensar, y es que, era más que cierto.

-No seas tan duro... simplemente no quiero que esos huesos calcinados que vi, ¡estén decepcionados de mi!-decía aquel castaño, dispuesto a combatir.-Yo... ¡se que tengo que hacer ahora! Y este es el trabajo que elegimos, ¡ayúdenme!-pidió, a lo que me miró, y no tarde en sonreír de lado con esa adrenalina.

-Hagámoslo.-afirme, dándole mi apoyo, aquel que merecía más que nadie.-Armin.-llame a mi amigo, indicándole con mi expresión su ayuda, necesitamos su inteligencia.

-Tapen sus caras, con sus capas, tanto como puedan. Así no les podrá ver la cara, no creo que nos mate hasta ver quienes somos.-nos pidió Armin, llevando a cabo un leve plan.

-Ya veo, pienso que si esa cosa piensa que somos Eren, no nos mataría, ¿o no?-preguntaba Reiner, aclarando su duda.-Eso nos hace sentir mejor, esperemos que tenga problemas de visión.-bromeó.

-Armin, pensé que era espeluznante la forma en la que te aferrabas a Eren, pero siempre he pensado que tienes un motivo.-opinó Jean, llevando su capa a su cabeza, cubriéndose.

No tarde en hacer la misma acción, cubriendo mi cabeza con mi verdosa capa, aquella que llevaba las alas de la libertad que tanto buscábamos. Sentía una leve adrenalina, deseaba terminar esto, pero luchar con ellos como si fuera parte de sus visiones, se sentía más que genial. Apreté el mango de mis hojas, y continué el paso detrás del titán hembra que portaba Annie. Había manera de descifrar de qué lado estaba Reiner, pero lo que no había manera de descifrar, era como ambos derivaríamos a Annie, sin delatarla; sin joderla. En esta ardua ocasión, supe que no había más remedio que ese, así que observé cómo Jean se elevó en su caballo, y llevó su gancho al tendón de Annie, pero no pudo darle un golpe; ella reaccionó rápido, y de manera brusca se movió. Abrí mis ojos grandemente cuando su mano se deslizó por el suelo, a lo que mi cuerpo y el de Armin se elevaron con brusquedad, pero a diferencia de Armin, yo no caí tan brusco en el suelo. Mi cuerpo rodeó, el de él, impacto. Gemí levemente e intente de detenerme, sintiendo un leve dolor en mi espalda baja, sin poder tener movilidad de levantarme y socorrer a Armin en cuanto nuevamente el titán hembra quiso enfrentarlo, pero nada pasó, pues Jean intentaba de socorrernos desde el aire.

-¡Armin!-grite yo fuertemente, preocupada, observando cómo su frente estaba rojiza, envuelta de ese espeso líquido rojo; tenía sangre, demasiada.

-¡Jean!-alce mi mirada, observando a Jean y como era llamado por Reiner y Armin, mis ojos estaban abiertos como platos, la palma de Annie sostenía su cable; lo iba a matar, no podía ser capaz.

-¡Jean! ¡Venga al bastardo que corrió a su muerte!-grito Armin, dejándome desconcertada y confusa, pero la palma de Annie detuvo el golpe, mientras que me levante coja, y apreté el mango de mis hojas, esperando por atacar -¡Ese es el que lo mató! ¡Corrió a su muerte en el flanco derecho! ¡Vénganlo!-continuaba gritando, y Annie no se removía, incluso Reiner se acercaba y Jean ya se había sacado del agarre.-¡Aplastó a mi mejor amigo!-emitió Armin, y ahí entendí, supe cómo quería confundir al titán; como quería dejarle ver que Eren, había muerto.

-Eres un genio... -susurre para mi misma, observando en el aire como Reiner desprendió un buen golpe, pero la palma de Annie lo atrapó, y apretó fuertemente, dejándome a mi sin aire.-Imposible.-mi respiración se entrecortó ante ver cómo Annie lo sostenía, y mi corazón quería explotar en cuanto vi cómo con su pulgar, lo aplastó.-¡Reiner!-grite desgarradoramente, quedándome aturdida y confundida, sin saber porque de su acción, sin entender si Reiner estaba vivo o muerto.-¡Hija de puta!-grite fuertemente, apretando mis hojas, pero cuando empecé a correr, Reiner desprendió los dedos de Annie, soltándose del agarre.-¿Qué?-le pregunté confusa, deteniendo mi paso, y viendo como el con sus equipos de maniobras tridimensionales, flotaba en el cielo para aterrizar y sostener a Armin.

-¡Corran!-pidió, pero quede abrumada en cuanto vi el valor salir de la mano de Annie, y como ella estaba sin moverse, como si observara algo en su mano.-¡Conseguimos tiempo suficiente! ¡Añejémoslo lo más lejos posible de ella!-escuchaba a Reiner, quien corría sosteniendo a Armin, mientras que le seguía el paso, observando cómo Annie se levantaba.-¡Si no es una devoradora de hombres no nos seguirá!-decía Reiner.-¡Mira! ¡Esa gran perra se asusto y decidió irse a casa!-abrí mis ojos grandemente, y entendí la situación.

-No.-denegué, deteniendo mi paso en cuanto observé a ese caballo correr por el campo, y no tarde en pitarle. Va por Eren.-dije para mi misma, corriendo hacia el caballo.

-¡Amaya!-Reiner grito fuertemente, llamándome, como si supiera lo que había descifrado.-¡Eh, espera!-me pidió, pero yo me había montado en el caballo, yéndome por la misma dirección que Annie.

-¡¿A donde vas?!-me preguntó Armin, confundido, viendo como yo cabalgaba con rapidez; me estaba yendo fuera de la formación, y no era correcto.

Le ignore, ni siquiera conteste. Sabía lo que había sucedido, estaba consciente de que esa movida de Reiner había sido muy obvia. En la palma de Annie, debió haber dibujado con las hojas, la ubicación de Eren, y sin duda alguna, él debía estar en el centro, con la formación de Levi Ackerman, debía estar con aquel escuadrón; no tenía duda, pero si estábamos siendo dirigidos al bosque, ella iría, aunque le costara la vida, o la identidad. Continué cabalgando, ajena a lo que sucedía, con la intención de encontrarla en el bosque, o de al menos encontrar a Eren, pero entre tantos pensamientos, y mortificaciones, mi vida tan solo dio un paso a lo que algún día fuimos. No quería pelear con Annie, no quería enfrentarme a mis amigos, pues los recuerdos yacían plasmados en mis memorias, mi mente me hacía prevalecer con fuerza, pero mi corazón denegaba mis acciones. Continué cabalgando con fuerza, y esa fría brisa me hizo recordar esos días, aquellos donde todo estaba bien, donde creíamos que lo estaría, pero no era así; éramos unos niños, no sabíamos que la vida sería así, no lo sabíamos. Mi cuerpo estaba encima de la espalda de mi hermana mayor Pieck, ella cargaba conmigo, siempre sintió que debía ser así.

Estábamos en lo alto de la colina, mientras que los demás nos perseguían. Deseábamos ver a los grupos guerreros que pronto se retirarían, para que nuevos reclutas tomaran su lugar. Era pequeña, pero mi inocencia prevalecía ante mi niñez, cada día era más escasa, y más, desde la muerte de mi madre, semanas atrás. Me baje con delicadeza de la espalda de Pieck, y ella sostuvo mi mano de manera fuerte, la entrelazó, mientras que veía como a mi lado Annie llegaba. Su frialdad se descongelaba con mi presencia, como si se sintiese refugiada y segura ante mi. Se quedó a mi lado, y ambas observamos lo que seríamos, lo que siempre quise ser, hasta que supe el costo de las adversidades que llevaría el ser una guerrera. El atardecer caía, y estaba sentada aún lado de ella, aislada de nuestros amigos y compañeros, ambas en silencio. Mi rodilla y la suya se rozaban, sentadas en forma de mariposa, observando los tonos anaranjados del cielo. Annie siempre tenía su cabello amarrado, con aquel flequillo bien peinado, su padre pese a ser tan arduo, le había enseñado a ser independiente de sí misma. En cambio yo, desde que mi madre murió, habían muchas cosas de las que no tenía conocimiento, y mi cabello estaba suelto, aunque no tan revuelto.

-En unas semanas harán las pruebas.-dijo ella a mi lado, en un tono bajo.-Papá dijo que nos cualificarían para saber quién podrá obtener uno de los poderes de los diez titanes.-decía, mientras que yo, mantenía la cabeza baja.

-¿Qué titán te gustaría ser?-le pregunté vagamente, pues el sobrellevar un poder tan grande para mi nunca fue tan genuino.

-Mi papá dice que de seguro seremos los titanes hembras.-me respondió, mientras que alce la mirada, y observaba cómo Porco jugaba de manera brusca con Colt y Marcel, sonreían, y Pieck los observaba junto a Reiner, a lo que Berthold tan solo parecía lucir preocupado.

-Yo no quiero ser un titán.-le dije a ella, de manera sincera.-Me gusta ser lo que soy.-añadí, cabizbaja, tocando el césped.

-¿Y qué quieres ser?-me preguntó, sabía que me miraba de manera detenida, y yo tan solo me quede pensativa, visualizando los ojos de mi madre, y su hermosa sonrisa mientras veíamos el mar en aquel puerto.

-Feliz, y libre.-respondí, alzando la mirada y observando sus azulados ojos mirarme.

No sabía cuanto tiempo había pasado, ni qué pasó alrededor de eso, pero me encontraba en ese bosque, fuera de mi caballo, y observando detenidamente a su titán. La ira cegó todo de mi, y era como si supiera que estaría aquí, esperando algo, y de seguro, era a mi. Los rayos del sol eran escasos, la sombra nos tapaba, pero el ver cómo otro titán se avecinaba, me hacía sentir ajena a la situación. Me eleve con mi equipo de maniobras tridimensionales, y no interrumpí en el paso de que Eren quisiera destruirla. En su mirada, se podía ver el enojo que lo consumía ante su gruñido. Sabía que había logrado mirarme, y por un instante, vi como quiso taparme con su cuerpo detrás de aquel árbol en donde estaba enganchada, quería salvarme, de lo que yo quería salvarlo. La postura de Annie no sé detuvo, ella estaba aquí para llevarse a Eren, y no podía permitirlo, no podía llevarse a Eren lejos de mi. Él le proporcionó un buen golpe, y quede sorprendida. No tenía conocimiento de sus movilidades o habilidades, Eren era uno de los titanes más fuerte, era el titán de ataque, aquel que buscaba la libertad y el defender lo justo, era adecuado para él, y para mi, no era coincidencia que fuese así. La tierra retumbaba, y el césped se sobre alzaba cuando sus pisadas permanecían con una fuerte postura, no lograban derivarse, pero Annie tenía más agilidad hacia él, y lo dejó en desventaja.

El vapor sobresalió del cuerpo de Eren, incluso él, aturdido e inconsciente ante el fuerte golpe de Annie, lo estremeció por completo; no tenía movilidad. Mi corazón palpito con fuerza en cuanto vi como tuvo la intención de devorarle, como ella abrió su boca, pero no lo permití. El gas me hizo elevarme con fuerza, al igual que con mis espadas, y con un solo fuerte corte, logre cortar por completo su mandíbula. Volé alrededor de ella, pero logró cubrir su nuca con aquella cristalización, no había manera de derrotarla, si no era de la misma forma en la que ella estaba, y ahí supe lo que tenía que hacer, lo que debía hacer para defender a Eren. Mi poder me consumió debido a la rabia, pero más que eso, por el miedo. Mi corazón latía fuertemente, lo que estaba haciendo era erróneo, y arriesgado, pero aún así, me deje llevar y quizás por amor, fue que lo hice. Los músculos se recrearon, los rayos cayeron fuertemente en mi piel, transformándome. La luz cegó mis ojos, y de seguro descubrirían que había alguien más, que había un titán más. Quizás confundirían la transformación, pensarían que Eren volvió a intentarlo, no lo sé, pero a mi suerte, tenía a la otra titán hembra adelante, y de seguro Annie debía estar mirándome desconcertada, porque no baje la guardia y mi postura la amenazo con atacarle en cuanto vi a Eren colocando de un árbol, inconsciente. Ella gruñó fuertemente.

-¡Te lo dije!-grite fuertemente para mis adentros, y ella no se movió cuando vio que lance mi primer golpe, sabía sus intenciones y reflejos, si lanzaba el primer golpe, lo esquivaría y me lanzaría uno, así que yo, decidí esquivarlo, logrando estar atrás suyo, y proporcionarle una fuerte patada en su espalda.-Ya fue suficiente con Marco, ya lo fue... -susurre, volviendo a esquivar un fuerte golpe que iba a proporcionarme una fuerte lesión.

Mi titán y el suyo, eran similares, pero no iguales. Mi genética estaba creada con la misma fuerza del titán de ataque, y con la cristalización del titán hembra, y martillo; era fuerte, y me era difícil el ser derrotada. Ella buscaba mis puntos débiles, pero yo buscaba el resistir, hasta que alguien pudiera venir por Eren, pero ante mirarle, me descuide y desprendió mi nuca con fuerza. Mi consciencia dejo de funcionar sobre el titán, y busque el aire, sabiendo que mi equipo de maniobras tridimensionales se había destruido. Gemí levemente, y empecé a arrastrarme por el suelo. Ella me buscaba y vi la sombra en el suelo cuando intento de aplastarme, pero me arrastre, me arrastre con fuerza y continué corriendo, con mucho dolor en mis pies. No podía matarla, no podía, pero había matado a quien sabe cuántos, había intentado de arrebatarme a Eren. Me quede aturdida y mire al cielo, con temor a que esto fuese descifrado, pero solo sentí como unos brazos me agarraron y me elevaron en el cielo, volé, y me aferré al cuerpo de Mikasa Ackerman, quien me alejaba de la escena, mientras veía al capitán del cuerpo de exploración, entrar en acción.

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Próximo capítulo: La vida que llevamos.
Amaya se enfrenta a Annie luego de la disputa fuera de los muros, su alianza con Marley está al borde de desaparecer.

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