𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

En lo más alto del cielo.

───

Todos estábamos sentados, sin tener ningún tipo de comunicación entre nosotros. Estábamos con la misma expresión. Sentidos, abrumados y entristecidos. Podíamos sentir nuestros corazones como si fueran uno, porque la pérdida que tuvimos, nos tocó a todos de la misma manera. Estaba más calmada, pero aún me era inevitable no pensar en ella. No tenía malos recuerdos, ni siquiera uno. Todos fueron buenos. Sin contar cuantas veces creímos que ella moriría, siempre logró salvarse, pero esta vez, la historia fue más que diferente; Hange realmente se había ido, para siempre. Suspire, peinando mi cabello en una coleta, no la amarre lo suficiente, la cabeza no dejaba de dolerme. Muchas cosas dentro de mi, dolían reciente. Alce la mirada, estaba sentada frente al capitán Levi, él estaba cabizbajo, lo extraño y genuino de todo, es que mi hermana Pieck estaba a su lado, como si comprendiera su pérdida. Ella lo miraba, pero él estaba cabizbajo, en silencio como todos. Se veía lastimado, no solo físicamente, ahora se veía emocional. Su inexpresivo rostro, me dejaba saber lo aturdido que estaba ante esta situación. Ella fue una mentora para nosotros, pero, ¿nos preguntamos alguna vez que fue para el capitán Levi? Nunca me había preguntado dicha pregunta, pero ahora, lo podría descifrar. No solo fue una compañera, o una amiga, fue más que eso y su triste mirada, me lo afirmo.

-Ustedes tienen una buena idea de cómo es la forma de Eren, ¿verdad?-la mirada apagada de Pieck se dirigió a Armin, quien concentrado veía la silueta que había dibujado en el suelo.

-Bueno, no es muy detallado, pero mi punto es que se ve como un insecto con muchos huesos.-detalló Armin.

-Si lo piensas, el cuerpo debería estar enfrente de la columna.-le esclarecía Pieck, intentando de ayudar a especificar más sobre el abundante y extraño cuerpo que Eren había obtenido.

-Podríamos usar el equipo de maniobras tridimensionales, pero dudo que sirva de algo.-opinó el capitán Levi, quien se veía ajeno a la silueta de Eren, pues no la había presenciado ante la situación que albergó en ShingaShina.

-En otras palabras, no sabemos dónde está Eren, ¿verdad?-pregunte, observando cómo Armin se frustraba, quería recrear un buen plan, pero parecíamos estar ajenos a todo.

-Incluso si no sabemos dónde está, aún es posible destruirlo. Justo como tú destruiste el puerto sin dejar rastros.-sometió Pieck, creando una leve incomodidad en Armin ante esa mención.-Usando el titán colosal.-opinó ella, para así observar cómo Armin parecía habérsele encendido un bombillo.

-¡Exacto!-Armin, de manera animada le dio la razón ante su opinión.-Esa será la mejor opción, pero primero, hablaré con Eren. Usaré esa opción como último requisito en caso de que no quiera ceder.-nos decía, creando un afligido sentir de tristeza para Mikasa, quien lo escuchaba.

-Se que no hay mejor forma de resolver esto, pero, ¿Eren activó el retumbar a través de Zeke?-pregunto el capitán Levi, mirando a Armin.-Si podemos matar a Zeke primero, ¿el retumbar se detendrá?-esclareció su pregunta, dudoso y curioso, pero dentro de todo, con un único objetivo.

-Si. Tal vez sea así.-le respondió Armin, mirándolo, dándole un aliento a su resentimiento.

-Aún así, Hange sospechaba sobre esto, pero no sabemos donde podría estar Zeke.-expresó Pieck, mirando fijamente a Levi, quien yacía cabizbajo, mientras la escuchaba a su lado.

-Solo tenemos que encontrar donde esa mierda está ocultando al titán.-indicó el capitán, pero parecía estar gruñendo.-Lo juro... te mataré, yo te mataré con mi fuerza... -su fría voz e apagada mira, lo hizo ver y sonar escalofriante.

-Ey capitán.-Jean no tardó en llamarlo, recreando un silencio ante obtener la mirada de Levi en él.-Sabes, he matado a muchos compañeros para estar aquí arriba. Esto no puede ser una matanza sin significado. Haré lo que sea necesario para detener al retumbar.-afirmó Jean, quien estaba sumamente sentido, pero no más que el aturdido Connie quien yacía aún lado suyo, cabizbajo y frustrado como todos.

-Yo mate a Samuel y Daz, asesine a mis compañeros mientras me gritaban traidor.-expresaba el cabizbajo Connie, quien con un rostro triste y ojos humedecidos, alzó su mirada.-Ahora entiendo. Reiner, Berthold, Annie y tú, debió haberles dolido.-musitó, mirándome a mi, pero corto secuencia para poder observar a Reiner, quien lo miró igualmente sentido.-Dios. Quise hacerle daño a Amaya, al igual que a Annie y a ti. La hicimos pedazos en una sola noche, fue horrible para ella, porque la acribillamos como a Annie.-él tocaba su cabeza, frustrado mientras miraba a Reiner, contándole de esa noche.

-Es un pecado que no se puede expiar. Incluso si salvamos a la humanidad, nunca podremos perdonarnos. Pero al menos, podremos salvar a la humanidad.-esbozó Reiner, con su mano colocada en el hombro de Connie, quien lo miraba alentado.

-Claro Reiner. No podremos perdonarnos, pero tenemos que tratar... -musitó Connie, queriendo sonreírle de una mane es reconfortante.

-Si, somos lo mismo, Reiner. No puedo condenarte, mate para salvar a otros.-comentó Jean, mirando a Reiner, quien pareció tensarse.

-Escuche la misma cosa de Eren, la noche del ataque.-indicó Reiner, afligido a lo que Jean acababa de decir.-Yo creo que, entiendo a Eren. ¿Él quiere que lo detengamos?-se preguntó, mirándonos a todos.

-¿Qué quieres decir?-Mikasa no tardó en cuestionarle a Eren su pensar, mientras que yo me levante del suelo, observando cómo ella dudosa esperaba una respuesta.

-He estado pensando... Eren puede influenciar a todos los eldianos y titanes, pero aún así, podemos usar nuestros titanes sin problemas.-indicó Armin, pensando en voz alta.

-¿Eren podría habernos dejado solos?-se preguntó Pieck, aún lado de Levi mientras que observaba a Armin, esperando una respuesta a su pregunta.

-Si, él nos está dejando ser, como si nos estuviera probando.-esclareció Armin, pareciendo darle la razón a Pieck de su pensar.

-¿Por qué? Podríamos detener el retumbar?-Mikasa se dirigió a Armin, sin entender el razonamiento que le estaban dando a Eren.

-Incluso él debe estar sufriendo. Nadie puede aguantar un genocidio global, al menos yo no.-comentó.-Ahora, él quizás quiera pasar el fundador. Si él pudiera, él querría que todo terminará, por alguien más.-esbozo, dirigiendo su mirada a mi.-Amaya, Eren quizás esté esperando algo más, antes de... de morir.-su mirada penetrante me tenso, porque todos estaban mirándome, esperando algo.

-No sé de qué hablas.-indique, observando a la ventana, mientras me cruzaba de brazos.

-De Noah.-le mire de reojo, observando cómo aún esperaba que dijera algo, pero me quede en la misma postura que antes, tensa y sin querer decir mucho.-Que Noah es su hijo.-musitó.

Respire hondo, y me quede cabizbaja ante lo que había dicho, porque de un momento a otro, mi lengua se pasmo, y no podía transmitir ni una sola palabra. Desenrede mis brazos, pero continuaba con mi peso en la pared, dirigiendo mi mirada a Reiner. Apenado me miró, bajando la cabeza, pero no lo culpaba, estábamos queriendo buscar la manera de salvar algo, algo que quizás no podríamos salvar. Cerré mis ojos fuertemente, pero en el momento en que los abriría para así poder transmitirle mi sentir a cada uno de los presentes que estaban en la aeronave, el ambiente había cambiado drásticamente. No sé en qué momento sucedió. Solo se que en un parpadeo, nos encontrábamos encima de un montón de arena, mientras que la noche nos abrazaba junto a miles de estrellas con un fugaz camino azulado entre ellas. Todos parecíamos estar desconcertados, sin entender que hacíamos en este lugar tan aclamado por los eldianos. Ya había visto esto. En unos sueños nublados, en muchas sensaciones de visiones que veía a través de mis ojos, pero este lugar no era desconocido, ni siquiera el que no lo haya visto sentiría que no lo conocía, lo conocíamos. Me giré, observando cómo Armin parecía estar igual de confusos que todos, pero sabíamos que no estábamos aquí si no fuera por un solo propósito. Como la última vez, estábamos aquí por Eren.

-¿De nuevo?-se preguntaban.-Esto es...

-¿Qué? ¿Nos estaba escuchando?-se preguntó Levi, aún lado de Pieck, quien confundida me miró.-Reiner, ¿fue por lo qué dijiste?-se preguntó, pero aquel alto hombre no respondió.

-¡Eren! ¡Por favor escucha!-pedia Armin, hablando a la nada.-¡Detente! ¡Nadie tocará Paradis por siglos después de esto! ¡Ya has demostrado suficiente terror y destrucción, podremos firmar un pacto neutral con esto! ¡Nadie más tiene que morir, la Isla está a salvo!-exclamaba Armin, desesperado por sentir o escuchar a Eren, aunque sea una vez más.

-Eren. ¡Por favor déjanos el resto a nosotros! ¡Por favor no mates por nuestro bien!-grito Jean, a la nada, dando aliento.

-Ah... ¡Eren te odie cuando Sasha murió! ¡Pero tú debiste estar dolido también! ¡Pero solo pensaba en mí mismo!-continuaba Connie, dejando salir esos sentimientos de rencor que tenía en su corazón hacia Eren.

-Eren... yo también quiero compartir tu carga. Cometí los mismos crímenes que tú, así que, por favor deja de ignorarnos y regresa, por favor.-pedia Mikasa, sin gritar, simplemente siento ella; serena y clara, clara como el agua.

-Si Eren. Solo te pateare el trasero si no detienes esto ahora mismo. Y... no creo que tú mocoso quiera escuchar que a su papá le pateaban el trasero.-musitó Levi, mirando a la nada, pero en esa mirada, me busco a mi, a lo que sonreí de lado por eso; él me apoyaba, sin saber, sin cuestionar, solo me apoyaba.-¡Ey, di algo!-pedia Levi, pero no sucedía nada.

-¡Permíteme contarle a Noah que su padre no fue un villano, y que fue un héroe!-grite cabizbaja, apenada que todos me miraran ante saber esa gran verdad, aquella que ocultaba bajo mis hombros, pero parecían sentirse alentados.

-¡Si! ¡Noah merece escuchar la historia de que su padre quería salvar sus raíces!-espabilo Jean, mirándome, en apoyo.-¡Será un gran niño! ¿Lo sabes Eren?-continuaban diciendo, a lo que sentí como entrelazaban mis manos con otras manos.

-Gracias... -susurré, mirando a Mikasa a mi lado, quien entrelazó su mano con la mía, ella me asintió mientras transmitía su apoyo.

-¡Eren!-grito Armin, entre el desespero y el deseo, me miró, como si también quisiera transmitirme algo.

-NO PUEDO DETENER EL RETUMBAR. NO PUEDO APOSTAR EL FUTURO DE PARADIS. SEGUIRÉ AVANZANDO.-todos quedamos aturdidos ante escuchar entre las estrellas la voz de Eren, pero no había nada que nos llevara a él.

-¡Allí!-grito el capitán Levi, señalando algún punto repleto de energía, donde yacía una silueta de un niño, creando que Mikasa entre el grito de desespero por llegar a Eren, nos hiciera seguirla; creando que Jean se cuestionara lo que yo también, era solo un niño, aunque fuera Eren.

-¡¿Qué quieres decir con que no puedes?! ¡¿Acaso no confías en nosotros?!-se preguntaba Jean, mirando la fuente de energía donde estaba ese niño parado, mirándonos.

-¡¿Por qué nos dejas usar nuestros titanes?! ¡Podemos hablar aquí, dinos!-le pedía Armin.-¡Siempre estuvimos juntos, no quiero que estemos separados! ¡¿Eren?!-gritaba, pero no tarde en avanzar, queriendo alcanzar a Eren.

-TOMÉ LA LIBERTAD DEL MUNDO... PARA ALCANZAR LA MÍA... PERO NO QUIERO ROBAR LA SUYA, NI SIQUIERA LA DE MI HIJO. USTEDES SON LIBRES.-dijo, haciendo que me detuviera en seco aunque continuaran corriendo, pero yo, yo ya empezaba a entender todo esto.-SU LIBERTAD PARA SALVAR AL MUNDO. MI LIBERTAD PARA SEGUIR AVANZANDO. SI NINGUNA DE LAS DOS CEDE... ACABAREMOS CHOCANDO. SOLO EXISTE LA OPCIÓN DE LUCHAR.-esbozaba, mientras que todos le miraban afligidos; Armin habló, pero ya no estaba cerca y no pude escucharle, todo era abrumador.-LOS TRAJE AQUÍ PARA DECIRLES QUE YA NO HAY NECESIDAD DE HABLAR. LA ÚNICA MANERA DE DETENERME, ES ACABANDO CON MI VIDA... SON LIBRES DE HACERLO.-abrí mis ojos grandemente, pero mi cuerpo no me pertenecía, incluso aunque volvimos sanos a la aeronave.

-¡¿Qué pasó?!-se preguntaba Onyankopon, mientras que yo estaba tirada en el suelo, arrodillada frente a una herida Mikasa y un Armin desconcertado.

-Creo que estaba en lo cierto... -musitó Reiner, a lo que le mire, asintiendo, estaba de acuerdo con él, por más que doliera.

-... ¿Se acabó?-se preguntaba Jean, frustrado, mientras tapaba su rostro.

-Parece ser que no podemos negociar. ¿Ahora qué?-se preguntó, observando a Armin, quien estaba aún lado de mi, él me miró, pero yo baje la cabeza sin poder responder lo mínimo a su pregunta.

-Chicos.-me detuve, ante las palabras entrecortarse en mi lengua.-No quise mentirles. Armin, no quise mentirte.-esclarecí, mirándolos a todos.-Debía proteger a mi hijo. No podía permitir que le hicieran daño, solo porque era hijo del peor enemigo que mi nación haya tenido. No tenía opciones, lo lamento.-les decía, mirándoles apenada, pero Armin me miraba afligido con otro sentimiento, y no era de molestia.

-Ahora las tienes. Ahora ese mocoso tiene opciones, porque nos tienen.-alce la mirada, observando a Levi, quien estaba cabizbajo.-Ese mocoso... -susurro, a lo que sentí un apretón en mi mano, un fuerte apretón, dirigiendo mi mirada a Mikasa, quien me miraba fijamente.

-Ya no están solos. Nunca más.-me dijo, a pesar de que su semblante demostraba tristeza y dolor, ella me socorrió en esta situación.-Él también es parte de nosotros.-afirmó ella.

-Y siempre lo será. No importa qué.-la mano de Armin me apretó fuertemente encima de la de Mikasa, y ahí... yacíamos los mismos tres del principio, haciéndome sentir melancólica y agradecida, porque cuando alce la mirada, todos me miraban, asintiendo, a pesar de que Pieck sabría la verdad desde hace mucho tiempo, al igual que Colt siempre lo supo, ella asintió.

-Entonces... si son tan nobles como me dijiste. Los juzgue mal. Yo también lo lamento.-expresó ella, cabizbaja.-Ustedes no son demonios, son los héroes que el mundo necesita.-añadió levantándose, cuando pareció reconocer por la ventana donde estábamos.-Llegamos.-afirmó, a lo que todos nos levantamos, sintiendo la aeronave temblar, como si perdiera altitud.-Armin, esperamos instrucciones.-musitó mi hermana, dirigiéndose hasta su pesado cargamento de bombas.-¿Recrearemos el plan b?-se preguntó, creando tensión, ese plan b que tanto hablamos, parecía ser el único que nos salvaría.

-¡Ahí está!-indique yo, señalando la gran ventana, esa que le daba la vista a Onyankopon.-¡El retumbar!-detalle, observando aquel gran titán fundador, estar rodeado de esos titanes colosales.

-¡Mierda, la máquina está casi muerta!-expresó Onyankopon, mientras que Mikasa se levantaba a mi lado, mientras que Armin imponía que saltáramos.-¡Aún no! ¡Debemos llegar arriba del titán fundador!-decía.

-¿Estás lista?-le pregunté, estábamos frente a frente.-¿Mikasa?-le llame, para ver cómo ella asintió, mientras Jean le pasó unos pesados lanza relámpagos, todos se estaban preparando; pelearían.-¿Juntas?-estreche mi mano, para ver cómo ella apretó la mía, asintiendo.

-¿Podremos salvarlo?-me preguntó, pero me quede detenidamente mirándola, sin saber cómo responder a dicha pregunta, una pregunta difícil de responder, que inclusive a mi me dolía pensar.

Ella y yo nos aferramos en cuanto sentimos como el avión dio un giro inesperado. Uno brusco.-¡Ese maldito mono!-exclamó el capitán Levi. Pero eso, fue un alivio. Finalmente lo encontramos, nuestro objetivo es el titán bestia. Haremos todo lo que sea necesario para detener el retumbar.-¡Ahora!-indico Onyankopon, dándonos la señal que debíamos abalanzarnos del avión. Nerviosa, más que nunca lo había estado, vi como Armin abrió la gran puerta. El viento entró, y nos azoto, removía nuestros cabellos y nos llenaba de incertidumbre. Armin se giró, observándome. Iría atrás de él, lo perseguiría, no importa si sería toda la vida, iría tras Armin, porque era él quien estaba haciendo que mi corazón palpitara rápidamente ante solo una leve mirada. Fue su impulso, aquel que lo hizo saltar del avión sin vuelta atrás, pero peor fue cuando me quede inmóvil y tuve que sentir como el capitán Levi me empujó fuertemente para que sobresaliera en el cielo. En un grito, esboce mi terror por esta acción tan repentina, pero realmente, era todo o nada, era esto, o perder. El fuerte viento estaba sosteniendo mi cuerpo, como el de todos mis compañeros. No podía dejar de preguntarme si mi hijo estaba en la ventana de aquella gran granja, observando el mismo cielo en el que yo estaba volando. Cerré los ojos, no quería observar ese gran titán fundador, porque no quería imaginar que era Eren, solo quería imaginar otra cosa mientras volaba entre las nubes, pero esas mismas nubes se tornaron de rayos cuando mordí fuertemente mi mano. Desprendí de mi piel, dolió, pero era necesario.

La trascendencia del poder que el cielo me otorgó, me hizo sentir sumamente poderosa como el titán acorazado que yacía a mi lado, porque ambos pelearíamos juntos por salvar al resto de la humanidad. Sentía los músculos pegarse a mi. Era una sensación tan extraordinaria, ese poder me daba vida, me devolvía los suspiros que se me robaban en el miedo y la preocupación. No planeé una caída como él, solo se que ambos caímos fuertemente sobre ese titán bestia, aplastándolo junto a sus rocas. Lo teníamos entre esos huesos, queríamos despedazarlo. Teníamos sus brazos, uno al lado del otro, así que los arrancamos, incluyendo cada membrana, como si no fuera absolutamente nada. Me quede detenida, extrañamente observaba cómo el cuerpo se empezaba a evaporar, pero ni siquiera habíamos arrancado parte de su nuca, tan solo se desvanecía entre el humo dejando huesos, como si no fuera nada. Podía escuchar a Armin, incluso a Levi mientras estaban enganchados de Reiner, pero yo me giré ante sentir una bruma de presencia sobre mi espalda. Era como si mi cuerpo se congelara, como si no pudiera moverme en cuanto la vi. Una niña, una niña parada entre los huesos. Sentía algo, quería decirme algo, ella quería mostrarle algo, pero era la misma niña que estaba con Eren. La misma que estaba a su lado en aquella gran fuerte de energía.

-¡Armin!-sobresalí de mi titán, queriendo decirle y mostrarle, pero en ese momento en sus en e giré fuera de mi titán, ella ya no estaba observándonos.

-¡Voy explotar este lugar en un minuto!-exclamó Armin, notificándonos, no había otra opción.-¡Váyanse con el titán carreta!-comento, mientras que Mikasa parecía estar en negación.-¡Eren está esperando este ataque! ¡No lo matará! Pero... ¡si exploto estos huesos, podríamos saber su ubicación y la de Zeke!-decía.-Ve.-me pidió, mientras que asentí.

-¿Estarás bien?-le pregunté, mirándole fijamente y él asintió, calmado.

-¿Te había dicho que te amo?-me preguntó, a lo que me quede detenida fuera de mi titán observándole, pasmada.-No me importa lo que haya pasado, ¿lo sabes verdad?-me preguntó, y asentí.

-¡Si Armin, ya sabemos que habrá boda cuando esto acabe! Vámonos Amaya.-me pidió Jean entre una sonrisa, colocándose en el hombro de mi titán para tomar impulso y volar.-¡¡Pase lo que pase, no nos des importancia!! ¡¡Explota este lugar con todo tu poder de una vez!!-grito, Jean, para yo adentrarme en el interior de mi titán.-Oye Amaya, ¿estás lista para esto?-me preguntó él, mientras que caminaba hacia Reiner, quien yacía en el interior de su titán, huyendo con los demás hasta que escuché un grito ahogado de Armin.

-¡Armin!-gritamos Mikasa y yo a la vez, en ese exacto momento que giramos para observar cómo parecía ser un extraño cerdo, con su ensalivada lengua, metiéndose a Armin en el interior de su boca.-¡No!-grite, para correr hacia ese titán, pero corrió debajo de mis pies, llevándose a Armin.-¿Qué carajos?

Me quede detenida junto a Reiner, observando esa multitud de titanes, aquella que apareció entre la abrazada de vapores. Lleve mi grande mano hacia Jean, lo recogí e impulsé en el aire para que no lo dañaran esos titanes que se abalanzaron encima de mi, sin previo aviso. Pero no tarde en golpearlos bruscamente. Los empuje, quitándolos de encima de mi. Esos titanes eran extraños. Y justo como mis amigos estaban analizándolos, yo también. Tenían conciencia, porque estaban analizando los movimientos. Analizaban lo que hacíamos, determinaban claramente que me estaba defendiendo de sus ataques, y que quería avanzar para ayudar a mis amigos quienes estaban luchando como humanos, valientes y fuertes, sin necesidad de tener un titán, ellos estaban peleando y defendiendo nuestras posturas. Intentaba de esclarecer mi vista, estaba intentando de poder visualizar aquel extraño cerdo que se llevó a Armin, porque claramente lo había capturado como comentaba el capitán Levi en esta situación tan precipitada. Todos estábamos precipitados, todos estábamos en una situación de vida o muerte, de decisiones y sacrificios. Otra vez sentía mi corazón palpitar rápidamente mientras el aire me faltaba, otra vez Eren me ponía en una situación donde el pánico podía más que yo. El resto de la humanidad apuntó de desaparecer, tú aún quieres seguir avanzando, nos pones entre la espada y la pared, no queremos matarte pero no tenemos opción, y ahora tenemos que lidiar con titanes cambiantes. Eren, dime, ¿qué más podemos hacer para salvarte?

-Se lo que son estos enemigos, capitán. Son los nueve titanes de tiempos pasados.-esclareció Pieck en el interior de su titán, mientras que observaba los a cada uno de esos extraños y viejos titanes.-No sé si alguno de ellos tiene conciencia de portadores pasados, supongo que puede revivirlos exhaustivamente con el titán fundador. Un ejército con el propósito de pelear, y es por eso que no puedo dejarlos hacer algo imprudente. Porque... Eren no es mi amigo.-pude ver como entre los huesos, Pieck saltaba en su titán cuádruple mientras sostenía la cadena de bombas en su boca.

-¡Pieck!-grite, enfurecida ante ver su intención, al igual que el de todos los demás.-¡¡Pieck, no quiero pelear contigo!!-grite, en un tono de amenaza cuando los chicos se sintieron presionados por su decisión, viendo como ella avanzaba hasta la nuca, colocando las bombas.

-¡Cuidado!-gritaba Jean, observando a los titanes acercarse a nosotros, nos atacarían, justo como aquel titán martillo atravesó el cuerpo del titán de Pieck.

-¡No!-grite, corriendo, para poder acercarme y ayudarla cómo Reiner quiso, pero en ese instante, mi cuerpo fue emboscado por otro, haciéndome caer en el suelo, sin tener movilidad y sin observar el se lo que sucedía con Pieck.-No... no... -musité aterrada ante reconocer ese titán, ese poderoso titán.-¡Mamá!-grite, recibiendo su golpe.

───

Próximo capituló: El pasado de un futuro.
Se esclarecerá la verdad sobre un pasado que desconocíamos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro