Según cuenta la leyenda, Licaón y sus hijos fueron los primeros lobos de la historia. Presos de la luna llena y la oscuridad, buscaron la ayuda de los druidas celtas para así poder controlar el cambio y sus nuevas habilidades. Convirtiéndose en los progenitores de todos los linajes de hombres lobo del mundo. A excepción de uno. El linaje de los Hale.

En una pequeña villa, que actualmente se conoce como Beacon Hills, vivía un joven llamado, Niklaus Hale. Su madre había muerto durante el parto, y su padre pasaba todos los días recordándole que el era el causante de todo su dolor. Cansado de todos los maltratos, Niklaus huyó de su hogar sin mirar atrás.

Vagó por el bosque durante semanas, hasta que llegó a una casa abandonada. O al menos eso parecía ser. Sin pensarlo dos veces, Niklaus entró a aquella casa y lo que vio en su interior lo dejo completamente atónito. Había cadáveres con mordidas en el cuello y sangre por doquier. Al ver aquella escena, su primer instinto fue salir corriendo de ahí, pero por alguna extraña razón no pudo hacerlo.

Había una mujer frente a él, sus ojos eran iguales a los de un monstruo. Sus venas se notaban y su boca estaba llena de sangre. Niklaus había oído historias acerca de criaturas que se alimentaban de sangre para vivir. Y aquella mujer era una de esas criaturas. No sabía por qué, pero por alguna razón sentía que debía hacer todo lo que ella le decía que hiciera. Aquella mujer lo obligó a beber su sangre para posteriormente romperle el cuello.

Cuando despertó se sentía extraño, hambriento y desorientado. Miró hacia todos lados y aquella mujer ya no estaba más. Niklaus se levantó del suelo y salió de aquella casa. Comenzó a correr de vuelta hacia el bosque, pero tropezó con una rama y sin saber cómo, accidentalmente bebió el agua que se encontraba dentro de la huella de un lobo.

Para la siguiente luna llena, algo en el había cambiado. Su sed de sangre seguía igual, pero había algo más. Sus ojos se tornaron de color rojo, sus uñas se transformaron en garras y sus orejas eran puntiagudas. Fuera de sí, comenzó a correr por el bosque hasta que llegó a su viejo hogar. A lo lejos logró ver a su padre, y recordando todos los maltratos, sintió una ira inmensa creciendo dentro de él.

Dispuesto a acabar con la vida de su padre, Niklaus corrió hacia su antigua casa. Pero antes de siquiera poder acercarse, comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza. El cual lo obligó a volver a la normalidad. Volteó a ver a la persona que estaba detrás de él, encontrándose con uno de sus más viejos amigos. Uno de los druidas celtas, Wilbur Deaton.

Así pasó sus siguientes lunas llenas, hasta que finalmente logró controlar a la bestia dentro de él. Convirtiéndose en el primero de su especie. Una especie que nacería cada cien años, dentro de su mismo linaje. Y así fue como nació el linaje de la familia Hale.