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Ya estaba anocheciendo en la universidad, y Sunoo arrastraba a JungWon hacia la cancha porque SungHoon los había invitado a acercarse, una oportunidad que el castaño no iba a dejar pasar.

—Sunoo, me da vergüenza. No podré saludarle. —dijo JungWon nervioso.

—No seas tonto, JungWon. Si nunca le hablas, nunca podrás salir con él. —le dijo Sunoo tirando de la muñeca del castaño. JungWon negó con la cabeza mientras resistía los jalones de Sunoo. —¡Vamos, JungWon!

—¡No!

Sunoo lo soltó una vez que los vio acercarse a ellos.

—Bueno, no iremos, pero ellos vienen hacia acá. —dijo Sunoo en tono burlón.

—¿Qué? No, Sunoo, me voy. Me da vergüenza. —dijo JungWon todo sonrojado tratando de huir mientras sentía su corazón latir muy fuerte, pero Sunoo le agarró el brazo y lo mantuvo a su lado evitando que este huyera.

Levantó la mirada y se chocó con los ojos cafés de HeeSeung junto con una de sus características sonrisas. Su corazón dio un vuelco y bajó la mirada hacia sus pies, tratando de controlar sus fuertes latidos.

—Oigan, Sunoo, JungWon. —la voz de SungHoon llegó a sus oídos. —Estos son Jay y HeeSeung. —presentó Park.

—¡Hola! —Sunoo saludó efusivo agitando la mano.

—Hola. —respondió el saludo Jay con una sonrisa. —Comparto una clase contigo. Inglés.

—Ah, sí, y con JungWon también. —señaló Sunoo a JungWon, quien aún tenía la mirada baja hacia sus pies, atrayendo la atención de todos.

Jay levantó una ceja ante la imágen tímida de JungWon y sonrió acercándose un poco.

—Hola, JungWon. Soy Jay. —saludó este llevándose las manos detrás de la espalda.

—Ho...hola... —saludó JungWon sin darle la mirada a Jay.

HeeSeung, quien estaba a un costado de Jay, ladeó la cabeza con una sonrisa al ver la timidez del chico y se acercó a este. Se agachó un poco para ocupar todo el campo visual de JungWon; este abrió los ojos sorprendido al ver el rostro de HeeSeung en su campo visual. Levantó la mirada de golpe, haciendo reír al pelinegro.

—Hola. —saludó HeeSeung, haciendo que las mejillas de JungWon se tornaran de un suave rojo.

—Ho..hola... —tartamudeó este ante el saludo del pelinegro.

“Por Dios, es bastante alto....” —pensó JungWon.

—Eres JungWon, ¿verdad? —sonrió este. —Te veo en clase de inglés.

JungWon asintió, haciendo reír a HeeSeung.

—Bueno, siempre te veo muy hablador en clase con Nishimura y Sunoo, e incluso gritando mi nombre desde las gradas, pero ahora te ves muy tímido. —se rascó la nuca el pelinegro.

—Ah, no. Puedo explicarlo... Es que, no soy tímido... Digo, sí un poco, pero yo. Digo... —las equivocaciones de JungWon le resultaban tiernas al pelinegro.

—Vale, vale, entiendo. —suspiró HeeSeung y se cruzó de brazos. —Gracias por los ánimos. —sonrió este. —Me sirvieron mucho, aunque no ganamos.

El corazón de JungWon se agitó aún más por las palabras del pelinegro y bajó la mirada avergonzado.

—Ju...juegas... Muy bien... —susurró JungWon a HeeSeung.

—¿Perdona? —se acercó el pelinegro a JungWon. —No te escuché, ¿puedes repetirlo? —acercó su rostro al rostro de JungWon para escucharlo, provocando un escalofrío que recorrió todo el cuerpo del castaño.

—Yo... Decía que... Uhm... —la voz le temblaba. —Ju...juegas...

—¡Jungwon! —el llamado de Riki hizo que JungWon dirigiera la mirada al rubio que se acercaba rápidamente hacia él.

HeeSeung se giró con una sonrisa sarcástica en los labios y miró a Riki. El rubio se puso en medio de los dos, dándole la espalda a HeeSeung mientras se acercaba a JungWon.

—Vamos por los batidos. —le agarró la muñeca.

—Ah, sí. Vamos. —dijo JungWon nervioso.

HeeSeung soltó una risita ante la escena de Riki y se alejó un poco.

—Un placer en conocerte, JungWon. —dijo HeeSeung en tono de despedida. —Te veo en clase. —se giró caminando hacia donde estaban sus amigos y Sunoo.

Riki rodó los ojos al escuchar a HeeSeung y regresó la mirada al rostro de JungWon, quien asentía todo sonrojado.

—¡Vamos! Riki, JungWon. —llamó Sunoo.

JungWon miró a Riki y los dos rieron.

—Jugaste bien. —halagó.

Los labios de Riki se curvaron hacia arriba en una sonrisa al escuchar a JungWon.

—No logré dedicar un gol, pero hice lo que pude. —dijo Riki, haciendo reír a JungWon.

—Riki, esta es la segunda vez que vengo a verte jugar y nunca te he visto hacer un gol. —se burló JungWon, haciendo que Riki riera.

—Haré uno, ya verás que sí. —dijo Riki caminando con JungWon hacia Jake, quien se encontraba hablando con Sunoo. —Y ese día tendrás que concederme un deseo.

JungWon levantó una ceja.

—¿Un deseo?

—Sí, ese día te pediré algo y tú deberás cumplirlo. —dijo Riki.

—No voy a vestirme de gato para ti. —dijo JungWon haciendo que Riki soltara una fuerte carcajada.

El rubio lo miró y pasó su brazo por encima de los hombros de JungWon atrayéndolo hacia él.

—No me refería a eso. —dijo Riki. —Pero no importa, luego lo vemos.

—¡OIGAN! —gritó Sunoo. —¿SUNGHOON PUEDE IR?

JungWon miró a Riki y los dos rieron.

—Sunoo, baja la voz. —le dijo Jake a su lado ante el grito del castaño.

—¿Qué? Si ya sus amigos se fueron, me da dolor dejarlo solo. —se quejó Sunoo.

—Estoy aquí, los puedo escuchar. —dijo riendo SungHoon.

Jake miró a Sunoo y negó con la cabeza una vez que vio al castaño sonreírle al pelinegro. Este soltó un suspiro viendo a JungWon y a Riki acercarse a ellos mientras se abrazaban. Jake apartó la mirada sintiendo un dolor en el pecho y sacó su teléfono para ignorar aquel dolor que se iba colando más en su corazón.

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