7× CUMPLEAÑOS Y HOSPITALES

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Cuando el 15 de abril llegó, todos en el hogar de los Cullen daban vueltas por la casa. Esme y Rosalie cocinaban un pastel de chocolate que era el favorito de Meredith, Alice ordenaba a su esposo y hermanos con la decoración, Carlisle compraba un buen regalo para su nieta.

"Ya se despertó" dice Edward escuchando desde la planta baja como la respiración de su sobrina cambiaba.

"Iré por ella. Todos pónganse los gorritos!" dijo Alice poniéndole uno de los gorros de fiesta a Jasper antes de salir corriendo en busca de Meredith.

"¿Dónde está papá? Necesitamos la vela para el pastel" Dijo Rosalie terminando de decorar con el glaseado de chocolate.

"Con suerte no muy lejos" Dijo Emmett poniéndose su gorrito de color azul.

En la parte de arriba, Meredith esperaba de pie en su cuna, esperando que alguien la sacara de ese lugar. Cuando Alice apareció por la puerta, la pequeña dobló sus piernas y las estiró como dando pequeños saltos, emocionada de ver a su tía.

"Buenos días solecito" saludó Alice con una enorme sonrisa agachandose para tomar a la niña. "Hoy es un día muy muy especial para ti" dijo la duendecilla dejando un beso en su mejilla. "Vamos. Todos te están esperando!"

Entonces Meredith quiso caminar, Alice la tomó de su manita y caminó con ella con mucho cuidado por las escaleras. Al llegar a la planta baja, la sala estaba decorada con globos dorados, rosas y blancos. En el centro de la sala había un enorme globo con el número 2.

"Sorpresa!" gritaron todos en cuanto dieron la vuelta, Meredith se sorprendió y cayó de pompis al suelo, pero la pequeña no parecía disgustada, al contrario, sólo comenzó a reír animada.

Emmett fue el que se acercó a ella y la tomó en sus brazos alzando la por el aire para después dejar un sonoro beso en su mejilla.

"Feliz cumpleaños princesa" dijo Emmett escuchando su infantil risa.

Carlisle estaba grabando el momento con la videocamara, todos estaban expectantes al momento en el que ella soplara la vela del pastel que Esme tenía en sus manos.

Todos cantaron la canción del feliz cumpleaños y entonces Rosalie retiro la vela.

"Vamos amor, una mordidita" dijo Emmett a su esposa y ella negó. "¿Por qué no?"

"Porque tú eres capaz de empujarla al pastel y no quiero que su carita quede toda embarrada de glaseado" dijo Rosalie tomándola de los brazos de su esposo.

Entonces Rosalie la sentó en su silla junto a Jasper y ella la tomó de la ropa cuando Meredith hizo el intento de morder el pastel. Por suerte lo hizo y cuando se deleitó con el sabor, su boca estaba cubierta de chocolate y próximamente la mejilla de Jasper al dejar un beso sobre esta.

Pero Jasper no fue el único pues todos fueron víctimas de Meredith y sus besos de chocolate, aunque nadie se quejó.
Gracias a la pequeña todos pudieron comer pastel de chocolate, después de abrir los regalos, Meredith se entretuvo mucho en el caballo de madera que Jasper le había dado de regalo y en la mente de Meredith ella era una vaquera que iba a salvar al mundo en su corcel.

Cuando el sol se metió, Jasper se quedó parado frente al gran ventanal y fue sorprendido por Meredith quien fue hasta él y se aferro a una de sus piernas, tomando asiento en su pie.

"¿Puedo ayudarla en algo señorita?" preguntó Jasper en su acento sureño bajando su mirada a la niña quien sonríe sin dejar de abrazar su pierna.

Cuando Jasper intentó moverse, Meredith sólo se aferro con más fuerza y Jasper tuvo que caminar con Meredith en su pierna, aunque a ella le aprecia divertido.

"Muy bien cariño. Es hora de caminar como la gente normal" dijo el rubio y Meredith negó con la cabeza varias veces. Entonces Jasper tuvo que hacer una maniobra para poder alcanzarla. "Cariño, estas hirviendo en fiebre..." dijo el rubio con preocupación cuando tocó sus mejillas y después su frente.

Entonces Jasper avanzó hasta la oficina de Carlisle, ellos eran los únicos en casa.

"¿Qué ocurre, hijo?" preguntó Carlisle preocupado al ver la expresión en su rostro. Meredith tenía sus pálidas mejillas rojas.

"Tiene fiebre. Y creo que le duele la garganta..." dijo él dejándola a su cuidado.

"Ayer salió a mojarse en la lluvia..."dijo Carlisle sentandola en la pequeña camilla que tenía para ella.

" El chocolate debió de haber irritado más su garganta..."dijo él examinandola con una pequeña lamparita al hacerla abrir la boca. "¿Dónde te duele mi vida? "preguntó él suavemente y Meredith llevó sus dos manos a su cabeza.

En ese momento, Rosalie entró con toda la familia detrás de ella. Meredith ve a su madre y extiende sus brazos hacía ella, Rosalie la toma sin pensarlo y la arrulla en sus brazos.

"¿Qué tiene?" preguntó preocupada.

"Es un resfriado..."aseguró Carlisle sacando algunos medicamentos de su botiquín que era especial para Meredith. " Sus defensas están algo bajas" dijo el doctor de la familia destapando el medicamento.

"¿A qué de se debe eso?"

"Bueno, no sabemos nada de su primer año de vida. No sabemos si recibió leche materna o si tiene todas sus vacunas.."

Rosalie miró con preocupación a Emmett.

"¿Y cómo podríamos saber eso?" preguntó Alice.

"Con análisis de sangre. Solo así podríamos descartarlo e iniciar un registro de sus vacunas"

Rosalie abrazó a la pequeña. Y aquella fue la peor semana de todos. Meredith fue llevada al hospital y sus análisis fueron a un laboratorio en Seattle.

Carlisle solicitó los registros médicos de Meredith, su sorpresa fue muy grande cuando le dijeron que no había ninguno, más que del día en el que nació y solamente ese.

A Rosalie y a Emmett les había roto el corazón ver como Carlisle sacaba sangre de su bracito y ella se retorcía y lloraba sobre los brazos de Emmett. Al igual que las vacunas, ninguno podía ver llorar a Meredith y sólo cerraban sus ojos, el aroma de la sangre dejó de molestarlos cuando los llantos de Meredith eran los que los destrozaban.

En uno de los llantos de Meredith aquella semana para otra muestra de sangre, cayó una tormenta eléctrica en Forks, muchos árboles se habían caído, el lago había aumentado su nivel, incluso un árbol se había caído encima del volvo de Edward y un tronco había atravesado la cocina.

"Todo se siente tan vacío sin Meredith" dijo Alice con tristeza barriendo los vidrios rotos del suelo.

"Hay mucho silencio sin ella aquí" murmura Jasper sacando el gran tronco por el gran ventanal tirándolo al suelo.

"Forks no soportará otra tormenta así" dijo Edward entrando a la casa. "El pueblo está básicamente destruido por la tormenta de anoche"

"Tal vez puedas ir con ella Jasper" sugiere Esme suavemente. "Se que dirás que no pero, tu podrías tranquilizarla...sin duda podrías quitarle un poco del dolor que siente..."

Y es que con el pasar de los días y los análisis, habían caído en cuenta que Meredith tenía una grave infección interna y sus anticuerpos no podían pelear contra la bacteria debido a la debilidad de su sistema. Jasper lo pensó.

" Podría hacerle daño"

"Jasper. No hay parte alguna en ti que quiera hacerle daño. Todo lo contrario y ella necesita que alguien pueda aliviar su dolor de alguna forma..."le dice Esme suavemente. "Ella te necesita"

Edward miró a su hermano y esposa, ambos asintieron con sus cabezas ligeramente, aquella misma tarde, irían al hospital de Forks a ver a a Meredith, el mal clima amenazaba con otra tormenta. El viento soplaba con fuerza y los Cullen entraron al hospital.

Fueron hasta la habitación de Meredith en el ala de pediatría, entonces la vieron sollozar en el hombro de Rosalie mientras pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos.

Emmett les abrió la puerta.

"Mira hermosa, quienes vinieron a verte" dijo Emmett, pero Meredith no le hizo caso."No ha dejado de llorar...si sigue así temo que quieran cedarla...es la quinta vez que hace que los focos estallen"

Jasper fue quien se acercó primero, intentó aliviar su dolor, hacerlo mínimo, hacerlo inexistente. Lo logró, entonces Meredith encontró sus ojos dorados y ella extendió su pequeña mano hacía la pálida mejilla de Jasper.

Edward se asomó por la ventana, el viento se había detenido y los árboles ya no se movía violentamente aunque el cielo seguía gris.

"¿Cuándo va a poder salir de aquí?" preguntó Esme viendo Rosalie dejaba que Jasper cargara a Meredith.

"Cuando sus análisis digan que la infección ha cedido...Carlisle está muy positivo al respecto. Ella ha mejorado pero cada vez que tienen que venir a inyectarla...o darle su medicamento..."

"C-casa.."murmuró ella sobre el hombro de Jasper, su C, fue pronunciada como una T y el asa como asha, entonces Jasper la abrazó.

" Pronto estarás en casa, solecito" dijo Alice  detrás de Jasper mirando los ojos tristes de Meredith. "No soporto verte así cariño...¿Una sonrisa?...¿Una muy muy chiquita?" pidió la duendecilla, pero Meredith soló la miraba.

Carlisle se sorprendió de ver a toda su familia en la habitación.

"¿Cómo fue que los dejaron entrar?"

"Jasper y Edward pusieron caras de 'lo mataremos si no nos deja entrar' a las enfermeras" dijo Alice encogiendose de hombros.

"¿Hay alguna novedad?" preguntó Edward y Meredith levantó su cabeza al escucharlo. ¿Por qué no lo había visto antes?

Entonces lo buscó con la mirada y se estiró en brazos de Jasper para ir con Edward, el la tomó rápidamente y Meredith volvió a su posición inicial de ocultarse en el cuello de la persona que la cargaba.

"Bueno hubo una mejoría con el análisis de la semana pasada. El número de glóbulos blancos ha aumentado a un nivel normal para alguien de su edad y será cuestión de días para que se regularice" explica el con suavidad.

"¿Escuchaste eso Mer?" preguntó Edward suavemente pero la pequeña no le hizo caso. "Por cierto, tu me debes la reparación del volvo" dijo Edward a Rosalie y esta la miró ofendida. "Oh y también el ventanal de la cocina, un tronco de roble lo atravesó"

Entonces Meredith se quedó dormida, esperando que cuando abriera los ojos se encontrará en casa y no en ese horrible lugar.









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