CAPÍTULO 0

▬▬( ❝ KAYLEE NEWTON ❞  )▬▬

Jasper Hale nunca olvidaría la primera vez que la vio, en ese momento la familia Cullen se acababa de mudar a Forks y eran el punto de conversación de todos los alumnos del instituto en la primer semana de clases, Jasper inhalo concentrando el aroma del asfalto húmedo bajo sus pies e ignorado el aroma de la sangre de sus nuevos compañeros de clase.

A su lado, Alice lo miraba ansiosa, se balanceaba sobre sus pies de adelante hacía atrás, sus manos estaban entrelazadas a su espalda, las puertas del auto se cerraron.

"¿Ahora qué?", preguntó él con gentileza a Alice, quien solo ríe. "¿Vas a decirme ahora o debo esperar una década más?"

Alice se encogió de hombros y se dio la vuelta, en ese momento un auto iba entrando en el estacionamiento, aquel vehículo había ocupado el lugar reservado para personas con discapacidad justo frente a ellos del otro lado del estacionamiento. Los ojos de Alice se dirigieron a la persona que salía del auto, un hombre en sus 40's abría la puerta del conductor, era bastante alto, tenía largo cabello rubio cenizo y ojos cansados aunque amables, las demás puertas se abrieron, del lado del copiloto salió una mujer de cabello rubio, llevaba uniforme de enfermera y su largo cabello se despeinaba con el aire, sonríe dulce y maternal a los chicos nuevos al otro lado del estacionamiento, detrás de ella sale un adolescente, al igual que sus padres también tenía cabello rubio, corto y ojos azules, el chico llevaba cargando dos mochilas en sus hombros.

El señor abría la cajuela y sacaba una silla de ruedas que se aseguró de fijar muy bien antes de llevarla a la única puerta que no se había abierto. Podían ver el pedazo de una manta gruesa de color rosado que cubrían un par de piernas protegidas por unos jeans azules, el aire se llenó de un dulce aroma que hizo a Jasper suspirar y cerrar los ojos,  cuando los abrió nuevamente, la vio.

Era una adolescente de la misma edad del que suponían era su hermano, la joven llevaba un suéter crema de manga larga, su cabello estaba peinado en media coleta la cual era adornada por un moño del mismo color que su suéter, tenía una dulce y brillante sonrisa que dedicaba a su padre, quien la había tomado en brazos para sentarla en la silla. Su madre rápidamente cubrió sus piernas con la manta y la cubrió como si la estuviera arropando para dormir.

"Sabes que puedes tomarte más tiempo, ¿verdad?", cuestionó el hombre al agacharse a su altura.

"Estoy lista para volver", señaló ella con seguridad, el hombre asintió con una sonrisa.

"Bien, entonces aquí están sus almuerzos", dijo la mujer poniendo ambas bolsas de papel en el regazo de la chica. "Y tus medicinas cielo", señaló sacándo los frascos de los bolsillos de su uniforme. "Las etiquete todas, pero si sientes mucho dolor entonces llamame o a tu papá y vendremos por ti, ¿de acuerdo?".

Ella asintió moviendo su flequillo ligeramente, entonces la mujer le dio un beso en su frente y un abrazo, se notaba preocupada, Jasper no necesitaba sentir sus emociones para saber que dejar a la chica la tenía angustiada.

"Y tu, cuida a tu hermana", advirtió el el padre y el joven hizo un gesto militar. "Vendré por ustedes a la salida", señaló él dejando un beso en la frente de su hija y palmeando el hombro del joven.

Ambos padres subieron al auto al verlos avanzar, la silla de la joven era empujada por su hermano.

"Oye a ver si ya puedes dejar las frituras", se quejó Mike al empujar la silla por la pendiente.

"No es mi culpa que seas un debilucho, hermano", se burló ella y él negó divertido.

Ambos se alejaron y los Cullen los siguieron de lejos.

"Su nombre es Kaylee Newton", espetó Alice emocionada junto a Jasper. "¿Es linda verdad?"

Jasper arquea una ceja.

"Si, es muy bonita", responde Jasper.

Alice se detuvo a medio camino, parecía frustrada.

"¿Qué?"

"No se supone que me tengas que decir que es bonita! La vi llegar desde hace años! He esperado y esperado a que la veas y la conozcas y solo me dices que esta bonita?!", preguntó ella, Jasper miró a ambos lados en dirección a Edward y los demás. "Ella es a la que has estado esperando todo este tiempo...", dijo, esta vez con una voz soñadora.

Edward asintió con la cabeza, Emmett apretó los labios con diversión y Rosalie puso los ojos en blanco.

Entonces Jasper suspiró, su mano apretó ligeramente la correa de su mochila, claro que había quedado fascinado por sus lindos ojos que parecían un par de zafiros, las pecas en sus mejillas le gustaron mucho, le gustaría verlas más de cerca, su sonrisa le hizo desear hacerla reír pues su risa era como una melodia qué solo él podía encontrar hermosa.

Pero Jasper no podía, no podía atreverse a acercarse a ella, se veía tan vulnerable, tan frágil y él, él tendía a destruir todo lo que tocaba, Jasper no deseaba hacerle daño, pero estaba en su naturaleza, entonces debía alejarse de ella. 

Jasper estaba seguro de que el destino, el universo, Dios o quien fuera que estuviera viendo, se estaba burlando de él, la primer clase fue la de historia, el señor Johnson— un hombre alto cuyo cabello comenzaba a ponerse gris, usaba corbata de color café con círculos beige, su camisa verde botella hacía a Alice arrugar la nariz con disgusto ante su evidente falta de buen gusto, Jasper se limitó a sacar su cuaderno y su bolígrafo de color negro.

La clase había comenzado hace cinco minutos cuando por la puerta llegó ella, Jasper se embriagó en su dulce aroma, cerró los ojos un momento hasta que ella habló.

"¿Señor Johnson?", llamó su dulce voz con timidez, el hombre ni siquiera volteo su vista del pizarrón, solo miró su reloj.

"Conoce las reglas señorita, mi clase empieza, puntual", espeto con desinterés.

"Yo—lo se, pero debía pasar primero con el director y—", comenzó a decir ella antes de ser interrumpida.

"Sus excusas no me import—...", entonces se dio la vuelta, limpio sus manos del gis y la miró, sus mejillas se colorearon de un sutil color rojizo. "Señorita Newton", espeto él mirándola a través de sus lentes rectangulares. "No sabía que volvería hoy, bienvenida", señaló él indicándole con un gesto de su mano que entrara al salón.

Los ojos dorados de Jasper la siguieron como un imán, mientras unos chicos de la fila de adelante quitaban la silla de su lugar para que pudiera meter su silla de ruedas un joven apareció corriendo, su camisa tenía una marca de sudor alrededor del cuello, Jasper lo miró brevemente antes de que sus ojos dorados volvieran a fijarse en los caireles brillantes de la joven frente a él.

"¿Puedo pasar?", preguntó el joven con la respiración agitada.

"Conoces las reglas Jackson", espetó el maestro del mismo modo desinteresado.

Entonces los ojos del chico buscaron a Kaylee.

"Pero a ella si la dejó pasar!", expresó con disconformidad señalandola.

"Te diré que, cuando sepas diferenciar la segunda de la primera guerra mundial, entraras", dijo él cerrandole la puerta en la cara antes de volver al pizarrón.

Kaylee se removió en su asiento y comenzó a sacar sus cosas de su mochila, aquel sería un largo día.

Al finalizar la clase Kaylee sería la última en salir del salón, siempre se tomaba su tiempo para guardar sus cosas, no le gustaba que nada quedara fuera de lugar, mientras guardaba su lapicera dio un mal giro con sus brazos y entonces su libreta y su libro cayeron al suelo, ella suspiró estirandose para alcanzar su libro, pero se llevó una sorpresa.

Un par de ojos dorados la miraban, Kaylee tuvo una sensación extraña que le produjo escalofríos a lo largo de la columna ante la cercanía del chico nuevo del colegio. Ella sonríe tímidamente, incluso una pequeña risa escapa de sus labios cuando Jasper Hale le tiende los libros, su mirada sería y determinante jamás cambió, jamás le regresó aquella sonrisa.

"Gracias...", espetó ella, sus mejillas se habían sonrojado, Jasper ni siquiera parpadeo, solo le dedicó una última mirada antes de abandonar el salón.

Ella lo miró extrañado, vaya que Jasper Hale era extraño.

Para el final del día, Mike paseaba en círculos la silla de ruedas de Kaylee, ella estaba aburrida viendo como Mike ensuciaba las llantas de la silla con lodo para después dejar las marcas sobre el pavimento del estacionamiento.

"Te digo, si papá fuera más puntual yo también lo seria. De tal palo tal astilla", señaló él volviendo al fango.

"Papá tiene un trabajo, tu solo eres un vago", se quejó ella suspirando con aburrimiento.

Mike estaba por protestar pero entonces la silla dejó de moverse.

"Qué mierda?", cuestionó empujando la silla un poco. "Se atoró"

"Pues desatorala", espetó ella con obviedad.

Mike siguió empujando, sus tenis se llenaron de lodo e incluso sintió como se colo por sus calcetines, siguió empujando y empujando con todas sus fuerzas, la silla jamás salió.

El rubio suspira antes de dejar de empujar, dejó escapar una bocanada de aire de sus pulmones y se apoyó en la cabeza de su hermana.

"Creo que te quedaras ahí".

"Creo que papá te matara".

Entonces una mano bastante grande y fría se colocó sobre el hombro de Mike, una sonrisa divertida como la de un niño fue la que el chico nuevo de la escuela le brindaba.

Él no dijo nada, solamente se inclinó sobre la silla y la sacó del fango sin complicaciones, él levantó la silla con Kaylee en ella sin que le flaquearan las rodillas, él no se tambaleo, las pálidas mejillas de Mike se sonrojan mientras se rasca la nuca nervioso, la silla vuelve al pavimento.

Kaylee se dio media vuelta y lo miró, él no borró su divertida sonrisa en ningún momento.

"Gracias fortachon", agradeció ella apoyando su antebrazo en el reposo de la silla, él ríe.

"Mi nombre es Emmett", se presentó él, ella se encoge de hombros.

"Ah, prefiero fortachon", espetó encogiendose de hombros, Emmett asiente sin prestarle atención.

Entonces el sonido de un claxon llama la atención de todos, Emmett se gira, todos sus hermanos están esperando.

"Hasta luego fortachon", se despide ella y Emmett niega con la cabeza antes de marcharse dando un ligero asentimiento con su cabeza.

Una vez los hermanos Newton se quedan solos, Mike se cruza de brazos, el auto de su padre estaba entrando al estacionamiento.

"Él no hubiera podido sacar la silla del fango de no ser por mi", espetó él, Kaylee lo miró con una ceja parqueada. "Si yo no la hubiera aflojado del fango, él ni siquiera hubiera podido..."

"Aja", se burló ella con picardia. "Fue bastante lindo de su parte".

"Si, si muy lindo", se burló empujando la silla para el lugar donde el auto de su padre se había estacionado.

"Te hace falta gym, hermano".

"Y a ti te hace falta dejar de comer".

[...]

Los hermanos Cullen se habían detenido en el estacionamiento, esperaban a Emmett afuera del auto cuando vieron a Mike Newton meter la silla de ruedas al fango, el joven tuvo una expresión bastante graciosa y Kaylee no se veía impresionada, algo en su mente le decía a Edward que Mike se había tardado en hacer algo así.

Vieron a Mike empujar la silla, jalar y tirar de ella casi tirando a Kaylee al fango, entonces Emmett salió con aire despreocupado, pasó junto a ambos hermanos Newton y le pareció bastante divertido.

Emmett ni siquiera miro a sus hermanos antes de dirigirse a los hermanos, sin esfuerzo alguno logró sacar la silla del fango y al terminar siguio su camino, Rosalie lo miraba con reproche.

"Vamos nena, no podía ignorarlo!", espetó queriendo que se le pasara el disgusto a su esposa. "¿Viste los brazos de ese chico? Parecen un par de fideos mojados".

"Sube al auto, fortachon", murmuró entre dientes abriendo la puerta del copiloto y cerrandola con fuerza.

Emmett niega divertido y se gira una vez más para ver a ambos hermanos, el papá del par había hecho que Mike limpiara las llantas, Kaylee lo miró desde el parabrisas, encontró su mirada y agitó su mano freneticamente en el aire para despedirse.

Esas fueron muchas interacciones en un día.

Nota del autor.
Si llegamos a los 200 likes les subo el siguiente capítulo ( hay como 400 vistas de la primera parte, así que nada les cuesta a los que no votan, hacerlo. De verdad que uno se motiva más cuando hay votos)

Esa es su meta del día

⭐ = autora feliz

👻 = 🔪🔪🔪