🔮good loyal thots - instrumental | @odecore🔮
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Ꜥ  ⚕ 𓂃  ☠︎︎ 10 - 07 - 24 🧧 1278 words . . .  [ ⛩️ ]

Eran ruidos placenteros los que salían de su boca, un divino regocijo único de los dioses al recibir sus sacrificios, que el muchacho albino sentía en la punta de su pene mientras su mano subía y bajaba con rapidez formando un ruido de chapoteo tras escupir en su palma para continuar jalando aquella larga verga—que era usada para sus juegos eróticos—al mirar la fotografía de la joven bellamente autora de un templo único glorioso, desde sus pies hasta los cabellos negros de su cabeza. Con la excitada imaginación volando al observar magnífica imagen, solo le quedaba seguir sintiendo que pronto todo su semen sería derramado encima de lo que estaba a su alrededor, pero no lo podía evitar con solo verla. Para ocultar sus suspiros que eran expuestos con gravedad, abrió la boca al dejar caer su cabeza hacia atrás con el respaldo de la silla y permitió que su mano soltase la foto.

No le parecía suficiente con verla en esa imagen, sino dar a volar su mente con lo que podría ser un gemido saliente de esos labios carnosos, de lo que lo haría sentir las mejillas internas de Yowai Heian alrededor de su miembro mientras lo miraba desde abajo al Satoru Gojo sostener esa coleta alta que ella siempre llevaba.

Se la imaginaba de distintas manera, de la forma en como que quisiera en el momento que quisiera. Normalmente sus lucidos sueños con ella se trataban de sexo, una compulsiva obsesión con imaginar que Yowai Heian le suplicaba por más entre gemidos, revirando sus ojos por la excitación o bien gritando sin descontrol a la par que la golpeaba con su miembro por dentro con rapidez y sin límite de caos. Era la nítida gloria para Satoru Gojo solo fantasear que su líquido se derramaba dentro de ella por los orificios que se pudiera mientras continuaba dando estocadas lentas para provocar espasmos en el cuerpo codicioso de aquella joven con dicho cabello más negro nunca visto y ojos rojos escarlatas jamás antes mirados en el mundo.

La glande en su miembro ya estaba comenzando a irritarse por el exceso de fricción, pues incluso con el lubricante y su propia saliva cayendo desde su prepucio hasta sus genitales, no podía evitar el sentimiento de desear estallar su semen sobre sus propias piernas para que saliera disparado a la foto en su computadora. Pero gimió en lugar de correrse, contrayendo sus músculos al aferrar una de sus manos a los brazos de la silla con el fin de continuar su perversidad.

Las venas en su falo yacían resaltando cuál bomba a nada de explotar y su bálano estaba rojo igual que esos labios que tanto deseaba, y esto a causa de continuar acariciándolo sin delicadez en sus movimientos. Pero no podía evitar ser rudo con su miembro, ya que era lo que creía que sentiría mientras la vagina de Yowai lo comprimían por dentro al golpear su vientre sin tacto, empujando cada vez más y más fuerte hasta hacer palpitar su pene en ella al ver el modo en que se marcaba su larga verga en el abdomen de la joven al susurrar su nombre.

Quería tomarla de los muslos y golpear y golpear mientras la veía babear por el placer, mientras veía sus finas piernas encima de sus hombros, mientras la escuchaba suplicar con la voz entrecortada al quejarse de lo tosco que era con cada embestida en Yowai. Con solo Satoru fantasear conque sus caderas desnudas chocaban contra los glúteos de la fémina desvestida era anhelo suficiente para saber que deseaba hacer que gritara su nombre con esos golpes, empujones y forcejeos. Quería que ella se hiciera débil ante él, que le concediera la palabra para poder hacerla suya.

Y con aquel sonido imaginario, Satoru estalló.

Sus músculos se contrajeron, sus miembro enrojeció, sus venas resaltaron al borde del explotar y de su glande un espeso líquido blanco manchó la computadora mientras sus movimientos encima de su pene se volvían lentos hasta dejar caer su mano cansado. Su respiración agitada no lo permitía recobrar consciencia y dejó que el cosquilleo en su pecho, con todo el sudor y calor en su cuerpo, dominaran por encima de su deseo de más.

. . .

—Fue horrible, lo juro.

La pudo oír carcajear en la mesa que estaba delante de él. Algo en la voz de Yowai removía su pecho. No podía saber si era su tono melódico combinada a una bella melosidad, pero allí estaba, sentado con una gorra en la cabeza, unos lentes de sol oscuros y tomando un café bastante dulce para disfrutar de la encantadora voz con la que soñaba noche tras noche.

La miró. Observó detalladamente sus cabellos negros que la fémina había ondulado por extraña razón, vio con atención su piel blanca llena de perfección y detalló con sus ojos la divina mirada de la joven que sonreía al carcajear con sus amigas. La deseaba, la anhelaba. Cada centímetro cuadrado de ese majestuoso templo bellamente merecedor de poseer el don de ser llamado único, era el motivo por el cual no se dejaba de otras mujeres tras conocerla.

—Nos vemos, Yowai —le dijeron sus amigas.

La dama de pelo negro sonrió amablemente con bondad y gentileza en su acto. Yowai se levantó y sacudió su vestido largo, por lo que Satoru se vio obligado a rápidamente ver a uno de los meseros y llamarlo para pedirle la cuenta, y uno de ellos asintió a lo lejos y con rapidez regresó a la cocina. El albino no despegó su mirada de ella en ningún instante y usó todas sus habilidades para empezar a sacar sus billetes y dejar los que fueran necesarios con tal de seguirla en su camino, pero no fue esencial tal acto, ya que Yowai caminó hacia las puertas del baño y eso le dio tiempo para poder esperar al mesero.

Apenas este llegó, colocó la cantidad exacta en la mesa y se levantó para salir. Lo tenía calculado. La vio caminar hasta el restaurante, por lo que posiblemente se iría a casa de tal manera. La chica tenía un vehículo propio y Satoru lo sabía, por ello era que ni siquiera él había llegado en el suyo. La cuidaría hasta llegar a casa, la vigilaría de que nadie más se le acercara.

—Gracias —dijo la azabache pelo negro al mesero que el abrió la puerta. Le regaló un gesto de amabilidad y salió del restaurante con un muchacho detrás de ella sin notarlo.

Así como Yowai emprendió su viaje a casa, su gran guardia lo hizo tras ella. Satoru estaría allí para Yowai siempre que ella quisiera, incluso cuando no. Era algo que ni el mismo no podía evitar desde el día en que lo saludó por primera vez un año atrás, pues ahí estaba, caminando entre cientos de personas en la calle, chocando contra sus cuerpos para ir detrás de su dueña.

—Hoy cumplimos nuestro primer aniversario, linda Yowai —dijo Satoru en un murmullo, observándola caminar desde atrás—. Pronto serán más, porque nadie nos va a separar.

( NIRVANA : VIDAR'S SON ) 🪬 N.A

• [ 🃏 ] . . . Yowai Heian es una OC de mi autoría, que pertenece a mi libro «WEAKER — SATORU GOJO». Como podrán notar, esto es un AU de esta divina pareja, que aquí va a mostrar un contenido bastante sensible.

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