ÁNGEL GUARDIÁN
❛Puede que lo seas❜

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MUCHAS PERSONAS ESTÁN SUCUMBIDOS EN LO cruel que puede llegar a ser el mundo, a la Merced de otros y de la crueldad, sin tener a alguien que pueda ayudarlos o con simplemente el egoísmo y la crueldad para si mismos.

Aunque algunas personas, pueden llegar a tener lo que podría tomarse como ángeles guardianes, aquellos que llegan a ayudar a los que necesitan, así sea con una simple mirada, una llamada de auxilio silenciosa.

Manjirō piensa en como Masumi pudo acudir a una inconsciente pedida de auxilio y seguir a su lado.

Él, aún se pregunta cómo rayos puede tener a un ángel guardián, uno puro y dulce que nunca llegó a pensar en conocer y que se quedara a su lado. No se la merecía en toda la extensión de la palabra, eso creía él.

Ella, por mucho que supiera en que términos se encontraba, quería estar a su lado. Por mucho que no fuera la mejor persona del mundo y que podría exponerse al peligro de cualquiera, quería estar a su lado, quería darle su cariño y a su vez, cuidarlo, porque podía notar que necesitaba ayuda, aunque la negara y dijera "No merezco tu ayuda".

Ambos son tercos por su parte, Manjirō disfrutaba mucho de su compañía y compartía sus sentimientos pero pensaba firmemente que no debía tener dichos sentimientos y que ella debería alejarse para no salir dañada de una forma irreparable. Masumi, sabiendo muy bien el riesgo al que podía exponerse, seguía allí, a su lado, por qué lo que siente es algo fuerte y no sería capaz de abandonarlo.

De alguna forma quería ser su ayuda y su ancla, como él lo fue en su momento. Sin embargo, el sabía y pensaba que no se merecía a alguien como ella, a un ángel caído del cielo.

«Puede que lo seas, pero no tienes que ser mi ángel guardián, Masumi.

Aún así quiero serlo, Manjirō»