❪𝟭𝟯❫ ; 𝗰𝗿𝘆𝘀𝘁𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗲.

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ARC ONE; DESTINY
*╔═══❖•ೋ°🌹°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO TRECE;
CRISTALINO
❛la piedra más preciosa❜

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©Shanxlabyx
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—¿TE IMAGINAS SI ALGUNO DE ESOS DOS POR lanzarse en marea baja se hayan golpeado la cara? —dice la rubia mirando con cierta pena ajena el como Mitsuya y Ken se habían ido corriendo entre gritos extremadamente escandalosos hacia el mar, haciendo una carrera.

—No sería el peor golpe que se lleven. —suspira con cierta pesadez Masumi ahora observando hacia la dirección de los dragones gemelos con un leve atisbo de preocupación de que ese haya sido el caso, alguno de ellos podría haberse roto el cuello o algo por el estilo. Era algo que quería evitar a toda costa, aunque considerando el como se veía dos zonas cercanas de agua salpicadas con fuerza, como si hubiera un camino, se notaba que si estaban nadando—. Traje para primeros auxilios por si acaso, sé que alguno de ellos se peleará.

—Y será conmigo si no se controlan. No los conozco. —Asami se cubrió el rostro con una revista mientras evitaba a toda costa mirar la enorme atención que llamaron sus amigos, y en el mal sentido al recibir miradas extrañadas.

Finalmente estaban en la playa, el sol estaba en su tope lanzando sus rayos de sol más que nunca, sobretodo en aquella epoca de verano en donde las temperaturas estaban en el cielo y siempre habría un ambiente caluroso, perfecto para ir a la playa. Se podía percibir el aire refrescante que brindaba la costa de la playa, siendo que el agua en ocasiones se movía en pequeñas olas apenas llegando a la orilla. Había variedad de gente en toda la playa, tanto niños como adultos; se podían ver grupos de jovenes como ellos tanto de puras mujeres o puros varones, en general había todo tipo de gente. Era un ambiente agradable.

Como se pudo ver; Ken y Takashi no tardaron en ir a hacer una carrera corriendo al agua y ver quien llegaba más rapido de ida y de vuelta, Hayashida y y Kazutora se quedaron bajo la sombra de la sombrilla que ellos mismos habían traído, sentándose en dos grandes sillas de playa «disfrutando la vista», como ellos mismo alegaron. Mientras tanto, ellas estaban sentadas en la arena sobre una toalla de playa con tranquilidad cubiertas de igual manera por una sombrilla para evitar que se quemen con el sol ardiente de ese día; Hana estaba sentada echándose protector solar en los brazos mientras que Masumi estaba tratando de hacer un castillo de arena, todos con sus trajes de baño; la rubia tenía un bonito traje de baño de dos partes de color amarillo pollito, en cambio Masumi tenía un traje rosa de baño tambien de dos piezas pero un poco más diferente al ser ambas piezas un poco más largas. Hana continuaba con la misma coleta alta así como Masumi que seguía con la media cola que tenía.

Volviendo a lo principal, el ambiente era definitivamente muy agradable y jovial. La mayoría disfrutaba mucho aquel ambiente fresco que proporcionaba la playa, junto con el aroma a agua salada y la arena caliente. Era como un respiro luego de tantos días calurosos, la verdad era reconfortante para ella estar en ese lugar y con las personas que más quería y a quienes les tenía cariño.

Masumi miró hacia su alrededor con curiosidad y un poco de confusión cuando se percató de que no estaban todos presentes como creía, se fijó un momento en la dirección de la orilla del mar para poder confirmar y a su vez estar segura de que no estaban las dos personas que faltaban. Allí sólo se podía ver cómo Ken y Takashi ya estaban devolviéndose a la orilla de la playa aún en su carrera de quién era más rápido, miró a sus costados en dónde estaban Hayashida y Kazutora aún acostados con tranquilidad y a su vez satisfacción al estar observando las mujeres que estaban paseándose de aquí para allá en traje de baño. Hizo un leve mohín al percatarse que realmente no estaban ni Keisuke ni Manjirō, eso la llegó a preocupar. Recordó como al moreno le tocó que llevar la motoneta del segundo mencionado al perder en el juego de piedra, papel o tijera cuando en medio camino se quedó sin gasolina, así que era un poco mas entendible su ausencia, aunque aún así la del rubio si le parecía extraña.

—Hana-chan. —llamó hacía la rubia quien comenzó a echarse protector solar a sus piernas mientras emitía un «¿Mhm?» en señal de que la escuchaba—. ¿No has visto a Manjirō-kun?

—Mmm... —murmura pensativa la de mechas rosáceas en lo que miraba hacia su alrededor un momento, buscaba señal del pequeño del grupo—. Eh... —balbuceó ahora algo confundida—. La última vez que lo ví fue... cuando recién llegamos a la playa. No me di de cuenta a dónde se fue.

Masumi se quedó en silencio por un par de segundos para luego agachar su mirada hacia sus manos que sostenían el balde que usaba para hacer su castillo de arena. Sus labios se fruncieron en una leve mueca hasta convertirla en un mohín, llegando a verse algo desanimada por unos segundos, hasta que suspiró.

—Es raro que no esté por ahí, él era uno de los más emocionados en venir a la playa... —mira hacia el cielo por unos breves momentos, sin mirar directamente al sol. Le llegó pequeños flashbacks del apodado Mikey hablando de que quería ir a la playa todos juntos, recordando lo emocionado e insistente que estaba cuando todos se reunieron en el Santuario Musashi para irse juntos a la playa.

—Tal vez fue a buscar comida o algo así, ya sabes cómo es él. No debe tardar en aparecer por ahí. —dice Cherry encogiéndose de hombros, sin darle mucha importancia al asunto—. Sé que eres como nuestra hermana mayor o hasta nuestra mamá, pero no debes alterarte cuando pierdes a alguno de tu vista.

—¡No es por alterarme o comportarme como una mamá! No digas eso, sigue siendo extraño para mí que me consideren así. —se queja la azabache con un leve sonrojo en sus mejillas, viéndose algo avergonzada por aquella acusación y burla de la más alta. Masumi infló sus mejillas, fingiendo estar enojada, mirando devuelta su pequeña creación de arena y tratando de distraerse un poco al hacer otra «estructura» con el balde—. Sólo se me hace extraño que Manjirō-kun no esté por ahi, eso es todo.

Uhum, claro. —Asami canturrea con una sonrisa algo pilla en sus labios, recibiendo una mirada algo reprochante de la de piel más pálida—. Digamos que es por eso y no por otra razón en particular...

—¿D-de que hablas? No hay ninguna razón en particular.

—Digamos que te creo, pero digamos, porque no te creo.

Masumi frunció el ceño nuevamente mientras hacía una mueca, se sentía avergonzada y apenada de que la rubia supusiera algo como eso, sus mejillas se ruborizaban con sólo pensar en su acusación y sólo podía abstenerse a quedarse en silencio, sin refutarle nada. Pensar en alguna otra «razón en particular» era algo que realmente le colocaba de los nervios y a su vez la dejaba confundida, fuera de la inevitable preocupación al ser algo paranoica, en ese sentido de cuando algún conocido de repente se pierde de su vista al recordarle cuando no sabía dónde estaban sus pequeñas hermanitas, y la simple curiosidad humana. Le extrañaba un poco no ver a Sano Manjirō alrededor del lugar, ni siquiera molestando o peleando con los chicos como suele hacer, no sabía que tanto tiempo lleva que no aparece por ahí.

Su nariz se arrugó al pensar en lo inquieta que se sentía por no ver por ahí a Mikey, considerando que estaba consciente de que él se supone que debería estar allí, sentía una extraña opresión en el pecho. ¿De verdad estaba tan preocupada? Él sabía defenderse muy bien solo, no debería preocuparse de que podría sucederle algo, además, no era el único que no estaba allí presente, también hacía falta Keisuke, aunque quizás con él no era tanta la preocupación al saber que había ido a echarle gasolina a la motoneta de su amigo de baja estatura. ¿Quizás se lo encontró?

❛Debería dejar de darle tanta importancia al asunto, odio ser medio paranoica como mi papá...❜ piensa en un pequeño regaño a si misma teniendo una imagen mental de su papá en esa situación; lo imaginó llorando y ya entrando en un verdadero y auténtico ataque de pánico como sólo él podría hacerlo. Una sonrisa algo nerviosa apareció en sus labios mientras una gota de sudor resbalaba por el costado de su rostro. ❛Bueno... no tanto como él...❜

—¡Auch! —escucha la repentina queja de Hana, haciéndola salir de sus pensamientos algo sobresaltada. La rubia estaba sobándose levemente la cabeza al momento que de la nada una pelota impactó con ella, se podía ver cómo esta misma había rodado ligeramente a unos metros—. ¡Ugh, maldición!

—¡Hana-chan! ¿¡Estás bien!? —chilla preocupada la de cabellera oscura cuál carbón mientras se acercaba a un lado de ella y flotaba sus manos alrededor de ella como si quisiera tocarla pero temiera lastimarla—. ¿Te duele mucho? ¿qué pasó?

—Pasó que un desgraciado va a morir hoy, ¡por haberme golpeado en la cabeza con una maldita pelota! —replica con enojo la de mechas rosadas, luego se reincorporó con agresividad mientras miraba de un lado a otro como un animal salvaje buscando su presa—. ¿¡Dónde diablos está!?

—¡Tranquilízate, Hana-chan! ¡p-podría haber sido sólo un niño jugando que sin querer te golpeó! —la detuvo la de cabellera rizada mientras la agarraba del brazo para evitar que hiciera alguna locura; era temperamental, eso no era un secreto.

—No somos niños, pero si fue sin querer.

Inmediatamente ambas miraron hacia la dirección de aquella repentina voz masculina, Hana continuaba con una mirada de mala muerte mientras Masumi con una expresión aún nerviosa por lo que podría hacer su amiga. Tenían a enfrente a un chico de cabello castaño llegando a su lado con otro chico con el color teñido de rojo al ver su cabello natural en las raíces. La de piel pálida alzó un poco sus cejas y luego las arqueó ligeramente en preocupación al notar que habían sido unos chicos de su edad, o cerca de ella al parecer un poco más grandes, eso significaba que iba a ver más posibilidad de que Hana los golpeara por haberla molestado en su tranquilo momento de echarse bloqueador solar y posteriormente comenzar a tomar el sol.

—Lo... lo lamento, ella suele ser así. Es parte de su personalidad, ¡ella es muy agradable! —agita levemente sus manos la azabache en un intento de apaciguar alguna posible ofensa que hayan sentido los chicos por la amenaza de su amiga, ella parecía un perro gruñendo con rabia y listo para lanzarse a morder a quien sea que lo haya disgustado.

—No te disculpes, el que debería disculparse es este idiota de acá. —dice el pelirrojo de manera burlona mientras empujaba con su hombro al castaño, el no tardó en lanzarle una mirada fulminante por sus palabras.

—Idiota te voy a dejar la cara. —escupe el castaño de manera tosca y un poco avergonzada; Masumi aún sostenía a Hana para evitar que empezara algún tipo de pelea, la rubia estaba un poco más relajada pero continuaba mandándoles mirada de mala muerte 

—¿Y vienen solas? Si quieren podemos acompañarlas.

—E-eh, bueno... —balbuceó Masumi mientras sonreía con una mezcla de timidez y a su vez nervios. Ese tipo de invitación no sabía como responderla tomando en cuenta que ya venía con sus amigos, aunque ellos se veían agradables. 

Lo tomó como una señal de poder relacionarse mejor con las personas debido a su usual timidez, así que sonrió un poco más, pero cuando abrió ligeramente la boca para hablar, un repentino peso en sus hombros la sacó de sus pensamientos, siendo un brazo que la rodeó para usar el otro y casi semi abrazarla.

—No están solas, ninguna de las dos. —escuchó la voz de Kazutora justo a un lado de ella siendo que él había sido quien la semi abrazó, por su parte se sobresaltó por aquello, mirándolo con confusión—. Ella viene conmigo, soy más que suficiente. ¿Verdad, preciosa? 

—¿C-cómo...?

—Ven, dame una muestra de amor. Acércate, acércate. —Masumi se alertó casi como si un volcán hubiera explotado en su cara al momento que de golpe su rostro se colocó rojo al ver la cara de beso que hizo Hanemiya y como se acercaba.

—¿¡Q-Qué haces!? ¡N-no, aléjate! —chilló asustada la de orbes rosáceos mientras apoyaba sus manos en la cara de Kazutora y lo empujaba tratando de alejarlo de ella; el de orbes dorados simplemente continuaba mientras imitaba sonidos de besos, riéndose un poco.

—Y ella está conmigo. —Hayashida se lanza casi de panzaso a un lado de la rubia mientras se colocaba de lado y colocaba una mano en su mejilla, prácticamente posando con brillitos a su alrededor. Hana lo miró con sus ojos entrecerrados y una mueca de desagrado en sus labios—. ¿Verdad?

—¿Qué hacen? —comenta la rubia con un tono de desagrado y a su vez de acusación.

—Ustedes dos, será mejor que se vayan antes de que les parta la cara. —sonreía con tranquilidad Kazutora mientras continuaba abrazando a Masumi mientras esta continuaba apartándolo de manera insistente. El chico abrió sus ojos con una mirada oscura hacia los dos mayores, teniendo una sonrisa algo inquietante en sus labios—. ¿Entendido?

Ambos jovenes asintieron rápidamente para luego tomar su balón e irse de allí en un dos por tres, Kazutora sonrió con satisfacción por la escena mientras continuaba escuchando las quejas de parte de la azabache por la cercanía algo excesiva de parte suya, la miró luego unos segundos notando como estaba roja hasta las orejas, teniendo sus mejillas infladas. Parecía una niña pequeña, aunque técnicamente aún todos eran niños.

Al menos, por ahora.

—¿P-por qué hicieron eso? —le recriminó la de grandes ojos rosáceos mientras lo miraba de forma acusadora, teniendo una mirada algo molesta y a su vez avergonzada.

—Porque eran unos idiotas. Los únicos idiotas que se pueden acercar a ustedes somos nosotros. —contesta de manera tranquila como si fuera la respuesta más lógica del mundo—. Oye, ¿te han dicho que hueles muy rico? Hueles a vainilla. —canturrea el de orbes dorados mientras afianzó su agarre, abrazándola mejor. Masumi se quejó con más fuerza.

—¡B-basta! ¡Espacio p-personal! ¡Estás s-sin camisa! —las palabras comienzan a escucharse con dificultad ante los tartamudeos nerviosos de la chica. El chico sólo juntó su mejilla contra la de ella en un acto un poco meloso, aparte de querer molestarla un poco. Era muy nerviosa en ese sentido.

—¿Y? Un mejor contacto físico.

—¡Kazutora-kun!

—Mikey te va a golpear si te ve. —el aludido alzó su mirada con tranquilidad al momento que nota la presencia que se había aparecido, observando a Mitsuya llegar totalmente empapado junto con Draken.

—Ni que Masu fuera de su propiedad. —se burla ligeramente el del tatuaje de tigre mientras apretujó con más fuerza a la chica, sacándole una nueva queja. Se carcajeó y luego la soltó para poder estirarse ligeramente, dejándose caer una vez más en la silla—. Hablando de Mikey, ¿ustedes lo vieron? Desapareció. Baji tampoco ha llegado. —le cuestiona a ellos ahora mientras acomodaba sus lentes de sol encima de sus ojos.

—Dijo que dejó algo en su motoneta y fue a buscarla. Seguro vendrá junto con Baji. —contesta con tranquilidad el más alto de todos mientras recibía la toalla que le había dado Masumi, esta miraba ahora con cautela a Hanemiya quien sonreía entretenido.

—Pah, ya basta. —Hana se quejaba mientras cubría su cara con una revista al ver al más grandulón aún con aquella pose, moviendo de manera extraña sus cejas—. ¡Basta!

—¿Y sí vamos a nadar? El agua se siente demasiado bien. —dice Takashi con una sonrisa mientras colocaba una de sus manos en su cadera—. Así pueden perder el tiempo en algo que no sean ver mujeres con poca ropa. —acusa dirigiéndose a Pah y a Kazutora al saber muy bien que ellos se habían quedado allí por esa razón.

—¿Qué dices? Sólo disfrutamos estar aquí. —dice el de orbes dorados con una sonrisa de suficiencia, colocando sus manos detrás de su cuello, simulando una almohada.

—No tengo ganas de nadar. —respondé el robusto, dando un bostezo.

—Y yo voy a broncearme primero, muchas gracias y adiós. —dice la rubia mientras se las arreglaba para colocarse protector solar en la espalda.

—Bueno, Tenshi es la única que no tiene excusa. —Draken mira hacia la dirección de la azabache a la par que el de cabellera platinada. La chica se sobresaltó un poco por sus palabras.

—¿Eh?

—Vamos, vamos... —comienza a canturrear Mitsuya con malicia mientras se acercaba a ella con una sonrisa, Ken estaba a un lado de él con la misma expresión.

—Es hora de un chapuzón~. —dijo el del tatuaje con diversión. Masumi comenzó a mirarlos con nervios y cierto espanto al ver cómo se acercaban a ella, siendo cubierta por la sombra de ambos.

Y sin importar sus quejas o su resistencia, se la llevaron al agua.

—¡Detente, basta!

Varios en la playa veía con atención los gritos y chillidos de la linda jovencita mientras pataleaba en un intento de bajarse del agarre de Draken, prácticamente cargándola encima de él con mucha facilidad, como si no pesara absolutamente nada, aunque considerando lo fuerte que era él, no era difícil cargarla. Ahora tenía una sonrisa mientras tronaba con ella alzada sobre su cabeza.

—¡Ken-kun, bájame, no quiero! —lloriqueó de manera dramática al momento que la colocó sobre su hombro como un costal de papas. Con cómicas lágrimas en sus ojos estiró sus manos hacia Kazutora, Hana y Hayashida—. ¡Chicoooos! ¡Ayúdenme!

—¡Que te diviertas! —alzó su mano Asami, mirando la revista en su otra extremidad.

—¡Disfruta el agua! —rie con diversión Hanemiya.

—¡Cuando vuelvas, te ayudo con el protector solar! —dice por último Pah mientras alzaba su mano con desgana.

—¡Que malos! —continuó lloriqueando la de cabello rizado para luego gritar al momento que encima exclamación de guerra, Draken corrió de la nada y se lanzó al agua con ella, seguido de Mitsuya.

SOLTÓ UN LARGO BOSTEZO UNA VEZ LLEGARON a la zona de la playa, rascaba su cabeza con una expresión relajada y una pequeña sonrisa sin importarle las miradas curiosas de los demás por los rasguños y las heridas que tenía en su rostro, al igual que Keisuke el cual caminaba a su lado con una expresión un poco aburrida aunque tratando de distinguir a sus amigos en algún lugar, soltando un pequeño suspiro de alivio al verlos y ya poder estar relajado como tanto quería en un principio.

Hana fue la primera en notarlos una vez bajó las gafas oscuras de sus ojos hasta subirlas hasta su cabeza una vez los reconoció, su expresión mostró sorpresa y a su vez incredulidad.

—Kimi-chan tenía razón... —murmuró la apodada Cherry con una pequeña gota de sudor resbalando por su mejilla al recordar las palabras de su amiga respecto a que sabía que alguno de ellos iba a pelear.

Y efectivamente fue así. Mikey y Edward llegaron con ellos con ciertos rasguños, al menos el moreno era quien se veía un poco más golpeado pero todo indicaba que pelearon.

—Miren nadamás. Se fueron a divertir. —se mofó Mitsuya con una mano en su cadera, observando como ambos ya estaban con traje de baño.

—¿Fueron los idiotas de hace rato? ¡Nos hubieran avisado! —se queja ahora Pah quien estaba comiendo un sándwich que había sido preparado por la más grande del grupo a quien Manjirō buscaba con la mirada.

—Me los encontré en la gasolinería. Iban contra la motoneta de Mikey, obviamente iba a pelear. —gruñe Keisuke mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho desnudo para irse a sentar junto al más robusto, curioseó y agarró uno de los sandwiches, dándole un mordisco—. Además, debía quitarme la rabia que me dejaron esos imbéciles que no respetan a una mujer.

—Salud. —Pah alza su bebida en señal de brindis.

—A Kimi-chan le dará como tres infartos cuando los vea. Al menos ya está más acostumbrada... —dijo Hana con un poco de reproche en su voz, dejando salir un bufido—. Hace rato andaba preocupaba porque ninguno de ustedes dos aparecía, aparte de que Mikey se fue sin decir nada. Bueno, a todos. —enfatiza respecto a que sólo le dijo a Ryūguji al respecto, aunque era algo esperable; junto con Baji, era su mejor amigo.

—Dejé mi mochila en la moto, cállate. —dice con un poco de cansancio el más pequeño mientras hacía un puchero, luego miró hacia su alrededor—. ¿Y dónde está Masu-chan? —cuestiona al no verla allí, aunque si distinguió su mochila.

—Draken la acompañó a secarse y comprar algo para el malestar. —aclara la rubia mientras cerraba sus ojos, colocando una de sus piernas sobre su rodilla, bebiendo de su refresco de cereza—. Él la lanzó como treinta mil veces al agua e hizo que tragara agua salada.

—Prácticamente vomitó. —señala Pah mientras miraba a la nada recordando como en la orilla Tenshi escupió toda el agua que tragó y se quedó sentada un buen rato, ya después yendo acompañada con Ken a comprar algo que la calme—. Estaba mareada, parece que si le afectó tragar agua...

—Casi se queda dormida aquí mismo.

Manjirō se quedó en silencio por varios segundos mientras miraba hacia el agua, pensando con atención lo que le habían dicho como si lo analizará para luego suspirar y sonreír de lado.

—Algo que no me sorprende. Masu-chan es delicada. —canturrea con diversión mientras iba y se sentaba directamente para poder agarrar algo de comer—. Me imagino que estuvo negándose retundamente a ir a nadar y tragaba agua porque estaba quejándose por ser llevada a la fuerza.

—Exactamente. —Kazutora desde su lugar alzó su brazo con limonada, pareciendo absorto en la conversación a pesar de estar aún observando las mujeres en traje de baño que caminaban por ahí.

—Te ganaste una bebida. —Haruki le da la mencionada haciéndolo sonreír un poco más por su premio, recibiéndola con gusto.

Un estornudo llamó la atención de los presentes quienes no tardaron de divisar como el pequeño tema de conversación había aparecido junto con el más alto presente quien le sobaba la espalda; Masumi estaba semi envuelta en una toalla mientras su nariz estaba roja y parecía congestionada, incluso manteniendo sus ojos cerrados al sentirse mareada. Draken tenía una expresión aún un tanto preocupada aunque se veía más tranquilo, al menos sabía que no era nada grave.

El del tatuaje alzó la mirada hacia los demás, luego mostró cierta sorpresa cuado distinguió a los dos chicos faltantes.

—Oh, aparecieron Mikey y Baji. —dijo el vicecomandante de manera relajada, en cambio la azabache abrió sus ojos con un poco de somnolencia, mirando hacia Keisuke y Manjirō.

—¿¡Q-qué les pasó!? —chilló con cierto espanto Kiyoko mientras se apresuraba a ir hacia los dos recién llegados; Keisuke comía tranquilo y Manjirō sonreía, riendo un poco.

—Pues se pelearon. ¿No es obvio? —dice Kazutora con cierta ironía, bebiendo de su limonada.

—¡Eso ya sé! Me lo esperé, ¿pero por qué? —balbucea con preocupación mientras revisaba el rostro de Baji quien gruñía un poco al no ser dejado comer bien, teniendo un pequeño sonrojo en sus mejillas. Le miró los brazos y terminó dándose de cuenta de que incluso su espalda estaba golpeada—. ¿Por qué pelearon ahora? —suelta con un tono congestionado y a su vez con cierto lamento.

—Tengo todo el derecho de partirle la cara a alguien si se meten con mi Hawk hurbana. —contesta con mucha tranquilidad el rubio, llenando su boca de un sandwich casi en tres bocado. Realmente era muy comelón.

—¿Cómo...? —murmura confundida la de orbes rosáceos, mirándolo tanto a él como al moreno al ser que ambos llegaron juntos. Baji gruñía y alejaba a manotazos la mano de Asami cuando esta quería tocarle los golpes que tenía en la espalda, se podían ver claramente algunos moretones en su piel.

—Cuando estaba dejando la motoneta de Mikey en la gasolinería, aparecieron los tipos de hace rato. —gruñe el de colmillos mientras alejaba su sandwich de la rubia.

—Hawk urbana. —corrige Manjirō casi de inmediato, dejándose revisar bastante a gusto por Masumi a pesar de que él se veía muchísimo menos golpeado, como si no lo hubieran tocado.

—Motoneta. —vuelve a decir Keisuke provocando que Mikey hiciera un puchero enojado—. En fin, llegué a echarle gasolina a la motoneta, llegaron esos tipos y prácticamente me emboscaron, quisieron destruir la motoneta y lo evité. Cómo prácticamente me usé de escudo es porque estoy golpeado, en realidad eran muy débiles. —bufa mientras le daba un mordisco al sandwich.

—Me imagino que deben de haberlos dejado peor. —dice Draken mientras miraba como la mayor de todos estaba sacando hielos de la mini hielera que trajeron y los envolvía en un pañuelo.

—Como yo llegué, es más que obvio. —alardea Mikey con la boca llena, casi no entendiéndose muy bien su tonto balbuceo por no tener la cavidad bucal desocupada.

—Yo me las hubiera arreglado. —dice Baji con su orgullo por delante, aunque estaba agradecido de que su amigo hubiera aparecido. Recordó cuando ambos pelearon juntos y sonrió ligeramente, antes de tener un espasmo y exclamar inevitablemente al momento que sintió algo frío tocar su espalda—. ¡Agh, Tenshi! ¿¡Que haces!? ¡Duele!

—Es para desinflamar, tienes moretones y hematomas en la espalda. —contesta sin titubeos la de piel pálida mientras el moreno siseaba por el inevitable dolor que sentía al tener contacto frío con los golpes.

—Ouch, ouch... ¡Estoy bien, estoy bien! —insiste ante su estado. Le molestaba era el dolor punzante que se intensificaba con el frío, siendo esto también una sensación que no le gustaba a pesar de estar en verano.

—Quedate quieto. —dice Masumi con suavidad y aún una mueca en sus labios, sorbiendo su nariz cada tanto.

—Yo también quiero. —habla Manjirō con su ceño algo fruncido mientras miraba como Masumi pasaba y postraba con delicadeza los hielos sobre la golpeada espalda de Baji, este gruñía y siseaba, aguantándose.

—No, no quieres. Esto es horrible. —vuelve a vociferar el apellidado Baji mientras gruñía en voz baja.

—Después volveremos con esos tipos a darles otra paliza. —menciona Kazutora desde su lugar mientras siguió con la mirada a una chica que le pasó por enfrente, pareciendo bastante atento. Hayashida también lo acompañaba en su observación.

Manjirō continuó mirando por algunos segundos a Kazutora para luego volver a mirar a la de cabellos oscuros y rizados pasar con mucha suavidad los hielos por la espalda de Keisuke quien se aguantaba y aún se quejaba con ella. Sus ojos oscuros continuaron fijándose en las facciones pulcras y a su vez angelicales que poseía la chica, sintió algo removerse en su pecho cuando le vio darle una dulce y tranquilizadora sonrisa a su amigo de casi toda la vida, observando los pequeños colmillos que ella tenía al momento que sonrió.

Poco a poco su expresión un poco reprochante se suavizó, admirando en completo silencio y con mucha atención a Kiyoko, inclinando un poco su cabeza al momento que le dio un pequeño mordisco al sandwich que tenía en sus manos. Eventualmente la chica de orbes rosáceos se dio de cuenta que la miraba y lo observó de igual manera, conectando sus miradas por unos instantes que, y por alguna razón para Mikey, parecieron ser minutos al detallar sus orbes de un puro color rosáceo.

Algo se activó en el apodado Mikey que lo hizo alzar ligeramente sus cejas mientras continuaba mirando a los ojos a Tenshi en lo que parecieron ser minutos, algo se removió en su pecho y sintió una pequeña calidez en sus mejillas las cuales optaron un ligero tono rojizo. Se sintió extraño así que desvió la mirada hacia abajo y a su sándwich medio mordido al cual volvió a darle un mordisco, Masumi se quedó mirándolo por unos segundos más.

—¿Y qué quieren hacer mañana? —cuestiona Kazutora en medio de su conversación mientras continuaba bebiendo de su limonada.

—Tengo quehaceres por hacer. —gruñe con cierta pereza Keisuke mientras se recostaba ligeramente en la toalla que tenían debajo, tratando de acomodarse—. Es jodidamente molesto, pero mi madre me obliga.

—Por eso exite la palabra «obedecer» y ahí si puedes vagar. —dice Hana mientras hacía el gesto redondeado de un arcoiris con sus manos, inmediatamente Baji le mandó una mala mirada—. Al menos agradece que estamos en verano y no hay clases. Yo lo disfruto. —canturrea mientras movía sus hombros y colocaba sus manos detrás de su cabeza con autosuficiencia.

—Que aburrido es la educación. —suspira con cierta pereza el más robusto de ese grupo ahora esperando para hacer la digestión luego de comer.

—Pero necesario, dejen de quejarse. —regaña Draken con un pequeño tono de reproche mientras los miraba, luego observó a Masumi para saber su estado—. Oi, Tenshi. ¿Ya estás mejor?

—¿Huh? —musita la de cabellos rizados saliendo de su pequeña ensoñación mientras continuaba en su lugar con los hielos en mano. Su nariz continuaba ligeramente rojiza—. Oh, si. Estoy bien, aunque estoy un poco congestionada. No te preocupes.

—¿Te volvemos a lanzar? —pregunta Takashi con cierta diversión luego de un rato en silencio mirando el mar. La de orbes rosáceas lo mira inmediatamente con desaprobación.

—No si no me quiero ahogar esta vez. —dice con un poco de ironía provocando que él riera ligeramente y Ken sonriera un poco por recordar las cómicas expresiones que ella hacía cuando la agarraban y se lanzaban al agua.

—Eres dramática, Tenshi. —se burla ahora Kazutora mientras miraba hacia cualquier lado, jalando con un poco de diversión uno de los cabellos de Masumi al estar sentado atrás de ella, se quejó ligeramente a pesar de que no le dolió mucho aquel jalón.

—¡No lo soy! Dejen de burlarse, simplemente no quería ir al agua todavía y me lanzaron a la fuerza. —reprocha la de piel pálida con un pequeño sonrojo avergonzado en sus mejillas. Kazutora sólo emitió un «claro» sarcástico mientras enrollaba aquel cabello que jaló en su dedo.

—¿No lloró también por el susto? —menciona Pah como si fuera una cosa totalmente normal, Mitsuya no evitó carcajearse por la idea.

—Tal vez si, pero el agua debió cubrir la evidencia. —no evita decir Draken con un atisbo de risa en su tono de voz.

—¿Por qué les encanta burlarse de mí? —lloriquea la azabache provocando que los presentes inevitablemente se carcajearan en conjunto, al menos la mayoría.

Masumi hace un puchero algo molesto mientras continuaba ruborizada por la vergüenza que le provocaba que todos se rieran de ella (aunque no fuera con la intención de ofender). Bufó ligeramente mientras aún se sentía avergonzada, sintiendo como Kazutora le revolvió su cabello como en una señal de que todo era una charla amigable, y ella lo sabía bien, simplemente le avergonzaba por su personalidad penosa. Su papá se hubiera puesto igual y luego se hubiera molestado para irse a algún rincón, pero... no había ninguno cerca.

—Masu-chan. —alza su mirada cuando escucha la voz del Sano hablarle, este luego de comerse por completo uno de los sandwiches, se levantaba mientras pasaba sus manos por su traje de baño—. Vamos a nadar. —dice con una sonrisa.

La chica pestañea un par de veces y hace una pequeña mueca dudosa, sintiendo la pequeña incomodidad de que volvieran a tumbarla, considerando que Sano Manjirō a veces podría ser muy malicioso.

—Pero acabas de comer. Te va a dar un calambre. —dijo con un tono dudoso y a su vez un poco preocupado por ese hecho de que literalmente se comió un aperitivo e iría directamente a nadar—. Además, no quiero que me lancen otra vez al agua, me duele la nariz.

—Voy a estar bien. Prometo tratar de no hacerlo. Vamos, vamos. —insiste mientras se acercaba hacia ella y la tomaba del brazo con una sonrisa—. Yo no soy bruto, no te preocupes, Masu-chan.

Kazutora imita una tos al momento que Mikey dice aquello sobre que no era bruto, los chicos aguantan reír ligeramente mientras el rubio les lanzó una mirada molesta cuando hace a Masumi levantarse y comienza a llevársela.

La chica tenía una mirada un tanto dudosa mientras caminaban, miró hacia detrás un poco apenada observando como los chicos continuaban comiendo y riendo un poco, aunque, a diferencia de los demás, Hana alzó uno de sus pulgares con una sonrisa y sus ojos ocultos detrás de las gafas oscuras. No pudo evitar sonrojarse un poco por recordar sus palabras y desvió la mirada hacia la arena la cual se metía entre sus dedos conforme caminaba, alzó un poco la mirada hacia la mano de Manjirō que sostenía la suya, notando la diferencia del tono de piel y que, a pesar de que él era más pequeño que ella, sus manos eran un poco más grandes y rústicas.

Tranquilizate...❜ piensa la chica para si misma mientras sentía como su corazón comenzaba latir desbocado y acelerado, haciendo apretar su mano devuelta por sus inevitables nervios. Sus mejillas se calentaron así como las palmas de sus manos. ❛Sólo respira, respira...❜

Manjirō entrelazó repentinamente los dedos de sus manos, provocando sorpresa en ella. Alzó su mirada rosa hacia él y observó como este giró medio rostro hacia ella y le sonrió de aquella manera que sólo podía hacer él y de alguna forma llegaba a acelerarle aún más el corazón.

—No te preocupes, Masu-chan. Estás conmigo, no te va a pasar nada.

Tenshi continuó mirando sin palabras hacia su contrario más bajo, sus mejillas inevitablemente comenzaron a ruborizarse aún más y sólo pudo atinar a apretar sus labios temblorosos entre si, sin saber que decir. Era algo muy confuso y que no lograba entender, pero sólo sabía que sucedía con él. Y tampoco llegaba a entender del todo.

Salió de sus pensamientos cuando sus pies tocaron otra vez el agua del mar de la playa, sobresaltándose ligeramente en su lugar y mirando otra vez hacia abajo, notando cómo hasta los tobillos le llegaba el agua. Había estado tan metida en sus pensamientos que no se dió de cuenta al instante que ya estaban en el agua de la playa que momentos atrás ya había sentido, aunque de una manera demasiado sorpresiva y hasta sin quererlo del todo. Manjirō soltó su mano, dejándola con sólo los pies en el agua, comenzó a adentrarse más con una enorme sonrisa llena de emoción.

—¡Woah, está fría! —suelta el chico pre adolescente con una sonrisa, sus ojos usualmente oscuros tenían un destello brilloso que demostraban su emoción, teniendo una expresión infantil—. No tengo ni idea de cómo si está haciendo un calor de muerte, ¡pero sólo lo voy a gozar!

Masumi continuaba en silencio mirándolo un tanto sorprendida, hasta que respiró profundamente mientras continuaba teniendo un leve sonrojo en sus mejillas junto con una mirada algo cohibida. Alzó su mano hasta su pecho, apretándola en la zona de su corazón que continuaba palpitando con fuerza y rapidez.

❛Este sentimiento...❜ fue lo que pensó la de orbes rosáceos, un brillo dudoso y temeroso estaba en ellos, como si aún estuviera pensativa por lo que sentía. Escuchaba los chapuzones que hacía Manjirō tal cual un niño pequeño emocionado por tocar el agua de la playa. Lo miró unos segundos más y agachó la mirada, podía ver sus pies hundidos en la arena. No obstante, un destello cristalino llamó su atención, observando fijamente hacia allí.

Alzó sus cejas cuando notó algo resplandecer debajo del agua, se agachó, sin evitar la curiosidad metió su mano en el agua y tanteó sobre la arena debajo, escarbando con sus dedos hasta que pudo atrapar algo redondo y pequeño, sintiéndolo resbaladizo. Volvió a subir su mano con su palma cerrada hasta abrirla, sus ojos dislumbraron una piedra cristalina de un tono verdoso, resplandeciendo con el reflejo del sol y el mismo agua del mar, dándole un aspecto de una piedra preciosa. Miró de un lado a otro dicha piedra y la alzó contra el sol, podía notar como se distorsionaba de manera cristalina y bella, reflejando su luz provocada por el sol contra su rostro.

—¡Masu-chan, mira lo que conseguí! —Manjirō llega toda empapado con ella, viéndose sonriente. Masumi baja el brazo y lo mira, notó como él extendió entusiasmado una piedra igual a la suya, sólo que de un tono más blanquecino—. ¿Verdad que está genial? Parece un diamante... Oh, ¿tu también tienes una? —la atención del más bajo va hacia la mano de la azabache, notando la similitud entre ambos fragmentos, la colocó a un lado notando como se parecían—. ¡Wow, de verdad son geniales!

Masumi aprieta sus labios con ligereza mientras veía sus manos a un lado de la otra, dejando ver ambas piedras que por coincidencia encontraron a la par. Sube un poco la mirada de manera atenta y a su vez algo indescifrable notando la mirada brillante de Mikey a la hora de admirar ambas piedras, viéndose bastante emocionado. Sus mejillas se ruborizaron ligeramente mientras un curioso brillo apareció en sus orbes rosáceos, luego en un acto de valor extendió la piedra hacia él rápidamente, viéndose nerviosa al no poder sostenerle la mirada.

—Te la regalo. —dice con un tono algo apenado pero a su vez seguro. Sano miró su mano extendida con la piedra cristalina y brillante para alzar su mirada a ella, alzando ligeramente la cabeza.

—¿Por qué? Ya tengo una. Esta es tuya, Masu-chan. —cuestiona con una expresión curiosa. Observó como la más alta miró hacia un lado, tomando una pequeña respiración.

—P-por qué es como... los pingüinos. —Manjirō se queda en silencio varios segundos hasta fruncir el ceño, viéndose confundido.

—¿Qué tienen que ver los pingüinos? ¿Qué caminan gracioso? —vuelve a cuestionar confundido por esas palabras, sin saber a qué venía en su pregunta.

—¡N-no! Se trata de... d-de... —su voz tiembla y se hace más baja, agachando la mirada algo avergonzada—. Usualmente esto lo hacen los pingüinos macho, que le dan a las hembras la piedra más bonita de la playa y a su vez, dar entendido que ha terminado una travesía o algo así.

Manjirō se quedó en silencio ante la información que le estaba dando, tenía sus ojos entrecerrados de manera mensa como si no procesará del todo bien lo que le decía. Varios segundos pasaron hasta que un vago recuerdo de sus clases llegó a su cabeza, recordando como estaba casi totalmente dormido mientras su maestra le daba clases.

«—Se le llama un ritual de cortejo; si el macho se enamora, busca por dónde sea para encontrar la piedra más hermosa y dársela a la hembra de quién se enamoró. Es una señal de unión. —dijo su maestra mientras él trataba de no estampar su cabeza a la silla.»

Manjirō se quedó mirando fijamente al rostro de la chica más alta, sus orbes oscuros se veían un poco inquietos por ver su rostro. Su corazón se volvió también inquieto, y en cambio de Masumi, una sonrisa apareció en sus labios, una un poco divertida de ver la reacción de ella, viéndose de igual manera bastante emocionados hasta enseriar su rostro y cruzar sus brazos.

—No es justo, el que debería buscar y darte la piedra más bonita aquí soy yo. —sostiene su mentón con una expresión algo indignada, Masumi se sobresaltó y lo miró sorprendida—. Yo soy el macho, yo debo hacer eso. ¡Te voy a buscar la piedra más bonita y te la traeré!

—¿Q-qué? —murmura un poco shockeada por la situación, Manjirō toma su mano y deja la piedra cristalina allí.

—Esta es bonita, pero te buscaré algo mejor. —le sonríe de manera infantil mientras reía, la chica estaba quieta en su lugar, mirándolo paralizada. Manjirō se voltea y coloca sus manos en sus caderas—. Te traeré la piedra más hermosa del mundo, ¡ya verás!

La de orbes rosáceos estaba sin palabras, siguiendo con la mirada como él comenzó a buscar por las orillas de la playa dicha piedra que según él sería la más bonita. Apretó un poco sus labios, sintiendo un enorme calor en su rostro lejos del sol que caía sobre él, siendo un sonrojo que venía de ella misma. Su corazón palpitaba acelerado y su expresión era conmocionada y apenada, seguía con la mirada hacia su amigo con ambas rocas en sus manos, con una postura un poco paralizada.

Poco a poco fue agachando su rostro y una tímida sonrisa apareció en sus labios, teniendo un enorme sonrojo en sus mejillas junto con un brillo en sus ojos.

—O-Okey...

He vuelto

¡Lamento tener esta historia tan abandonada! He estado ocupándome en diferentes cosas como mi vida fuera de wattpad (empecé la uni, help) y mi otra historia 🙈

Y hablando sobre el cap, puede que parezca un desarrollo lento o casi uno de relleno, pero la verdad no es así. Aunque la historia diga que es sobre Masumi y como se relaciona con Mikey, en realidad hay mucho más desarrollo, y aquí se pudo ver cómo conviven naturalmente con mis demás niños, pipipi

No crean que esta historia siempre será así, es de Tokyo Revengers, no se puede esperar algo bonito y menos conmigo escribiendo 😺

Disfruten mientras puedan😇

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