❪𝟮𝟴❫ ; 𝘁𝗵𝗲 𝘀𝗮𝗺𝗲 𝗮𝘀 𝗶𝘁 𝘄𝗮𝘀.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

ARC TWO; ANGELS LIKE HER❫
*╔═══❖•ೋ°🕊️°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO VEINTE Y OCHO;
LO MISMO QUE ERA ANTES
❛espacio❜

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
━━━━━━━━━━━

NO SABÍA SI ERA PORQUE YA ERA DE NOCHE O PORQUE ESTABAN cerca de la época de invierno, pero sentía un frío terrible en todo su cuerpo mientras caminaba rápidamente por las calles, casi rozando a trotar. Había hecho eso tanto que tuvo que detenerse cuando sintió como su respiración se cortaba, llegando a la agitación.

Se detuvo en la acera casi solitaria, tratando de recuperar el aliento. Miró el semáforo que estaba en rojo, a pesar de que casi no estuvieran pasando muchos vehículos por la hora, tuvo que limpiarse una vez más el rostro cuando sintió algunas lágrimas aún resbalar hacia abajo. De por sí ya había pasado por la vergüenza en la que todo el restaurante los había visto gritarse entre sí y a ella llorar sin aguantarse, encogiéndose un poco en sus hombros al recordar cómo su rostro se colocaba parcialmente rojo cuando lloraba, inconscientemente tocándose la mejilla y viéndose por el reflejo del ventanal de un local, notando sus ojos hinchados.

❛Que desastre...❜ pensó con tristeza, mirando instintivamente hacia atrás como si hubiera un instinto de devolverse y hablar bien las cosas, pero algo en ella no quería ir y que todo volviera a ser puras discusiones. Sobre todo con esos chicos, a veces con unas simples palabras terminaban golpeándose la cara. Además, se sentiría de alguna manera humillada devolverse luego de haber dicho que se iría completamente sola a casa.

Ahora que lo pensaba, era la primera vez que discutían de esa manera. Se sintió extraño, con sólo pensar en eso sentía como un nudo en su garganta se intensificaba, y con sólo recordar lo que llegó a decirle Draken y Mikey las ganas de llorar la invadieron. Rápidamente se cubrió los ojos queriendo calmarse y no llorar en plena calle, así que suspiró de forma pesada, comenzando a avanzar, escuchando en el fondo el sonido del motor que se acercaba poco a poco.

Motor... rugido de motor... Moto...

—Ay, no... —murmuró la chica apenas reconoció tal sonido, comenzando a caminar un poco más apresurada. No quería hablar con nadie en esos momentos, o más bien, no quería que la vieran así.

—¡Oye!

Masumi cerró sus ojos con fuerza al escuchar aquella fuerte y áspera voz que podía reconocer en cualquier lado, intensifándose cada vez que el mismo motor que indicaba que estaba cada vez más cerca. Se abrazó a si misma y quiso encogerse en su lugar, como si quisiera desaparecer, mientras más escuchaba cerca el motor; por un momento le saltó el corazón cuando quiso pasar la calle debido a que la Goki que se atravesó al cruzar por la esquina, creyendo por un momento que la iban a atropellar.

—Mierda, ¡al fin te alcance! —rápidamente el chico se puso enfrente de ella, deteniendo cualquier paso—. Tienes piernas cortas, pero caminas demasiado.

—¿Qué necesitas, Kei-kun? —dijo la chica abrazándose sutilmente, ignorando sus palabras y desviando la mirada hacia el suelo, no queriendo que le viera el rostro—. Me tengo que ir a casa...

—Deja que te lleve. —habló este con un pequeño deje de preocupación en su voz y su rostro. La chica al fin alzó su mirada hacia él y su ceño se frunció de manera algo temblorosa, negando con la cabeza para tratar de rodearlo y poder irse.

—Ahora no, Keisuke. Puedo caminar sola.

El de colmillos hizo una pequeña mueca, algo extrañado por haber sido llamado por su nombre de pila completo sin ningún honorífico como solía hacer al llamarlo con cariño. Tenía en claro que sólo quería su espacio, por lo que trató de no mencionar respecto a lo que había sucedido. Incluso él tenía un mal sabor de boca por todo lo que había presenciado; en general, que los tres a cargo de la TōMan tuvieran diferencias así de grandes entre sí al punto de que incluso se gritaran entre sí, principalmente Masumi.

A pesar de los años y la enorme madurez que cargaba encima, ella continuaba siendo alguien demasiado reacia a discutir verbalmente, a toda costa. Incluso no le agradaba del todo cuando había enfrentamientos entre pandillas, algo irónico tomando en cuenta que era incluso sublíder de la Tōkyo Manji; pero a pesar de eso, no le gustaba discutir. Casi siempre que sucedía terminaba llorando, de alguna u otra manera.

—Te dejaré de molestar si sólo me dejas llevarte a casa. Es muy tarde. —volvió a insistir el menor, mirando un poco vacilante los orbes aún cristalizados y rojos de la chica. Mordió el interior de su mejilla y suspiró—. Déjame sólo llevarte a casa. Vas a durar una media hora a pie y es tarde.

Masumi se quedó mirando su rostro sin decir ni una palabra, algo firme a simplemente caminar y despejar su mente un rato de aquí a que llegara a su casa. Sabía que la caminata no era demasiado corta ya que no estaba en el distrito donde ella vivía; cuando llegó a aquel restaurante fue gracias a Manjirō que la había llevado, y sólo fue unos minutos que duraron. Claro, la distancia siempre era más corta en una moto y un lugar donde tardaría unos veinte, treinta minutos en ese vehículo se disminuía a cinco minutos.

Además, sus hermanas estaban en casa. Tampoco iba a demorar tanto sólo por su propio orgullo y dejarlas solas tanto tiempo, su tío dijo que hace unos minutos tuvo que salir a hacer algo y las dejó allí. No le agradó que las dejara así sin más, pero no tuvo tiempo de decirle algo ante la misma situación sobre que hacer respecto a lo de Pah y al mismo tiempo el intento de Mikey en aceptar a ese tal Kisaki.

No tardó mucho en dejar salir un suspiro mientras limpiaba una vez más su rostro por las lagrimas traicioneras que se le salieron. —...Está bien.

—Sube.

Casi a los segundos Keisuke se movió un poco más hacia adelante permitiéndole que se subiera a sus espaldas, esperando hasta que se acomodara y así poder arrancar vía a su casa, cosa que hicieron en completo silencio, con sólo el sonido del viento y el motor ronroneando llegando a sus oídos. Masumi se había abrazado a su espalda de manera inconsciente, tanto para sostenerse como por ese pequeño sentimiento de necesitar un abrazo, incluso apretándolo un poco más de lo que debería, aunque el chico no dijo nada.

No tardaron mucho en llegar, con Baji aparcando la moco permitiendo que Kiyoko bajara, aunque no lo hizo al instante, aún aferrándose a su agarre. Se quedó en silencio por varios segundos, relajando un poco su entrecejo para luego sentir como se soltaba y con cuidado se bajaba de su querida Goki. La miró por unos segundos más, tratando de encontrar algo que decir.

—¿Manjirō-kun te dijo que vinieras? —el chico alzó una de sus cejas por su pregunta, bufando con fuerza por su nariz.

—No. —respondió luego de unos minutos, frunciendo el ceño—. Cuando recién te fuiste quiso ir detrás de ti, pero Mitsuya dijo que te dejara un rato sola, luego sólo se fue. No sé a dónde. —apoyó sus brazos sobre el acelerador de la moto, encorvándose un poco—. Pero supongo que cada quien debe pensar por su cuenta sin compañía de nadie.

—Pero viniste tú. Acabas de contradecirte. —soltó con un poco de diversión, apenas notable, llegando a alzar ligeramente la comisura de sus labios cuando el chico hizo una mueca, desviando la mirada—. Creí que preferías golpear antes que hablar.

—Tal vez entre los dos idiotas, pero tú eres tú. No voy a andar diciendo que los golpees o ellos a tí. —gruñó mientras se revolvía el cabello, haciéndola sonreír un poco más y soltar una pequeña risa—. Vengo a acompañarte y con la intención de consolarte y lo que haces es buscar una manera de que me vaya. Después no te quejes, ¿eh?

La chica una vez más se rio ante su pequeña queja que le pareció un tanto graciosa, logrando relajar un poco más su expresión y que el ambiente dejara de sentirse tan agobiada. Keisuke sonrió con cierto orgullo al haberla hecho sonreír y quitarle aquella cara larga. No obstante, su expresión se enserió un poco y agachó la mirada, recordando de igual manera lo que sólo rato atrás había sucedido, chasqueando la lengua.

—Yo tampoco estoy de acuerdo de que la TōMan se divida y menos que Draken la deje. —apretó su mandíbula, entrelazando sus manos entre si y apretándolas. Masumi lo miró con atención—. Pero... Mierda, sabes cómo es Mikey. Cuando se le mete algo a la cabeza es difícil sacarsela aunque esté mal, si no es que tú lo saques a la luz. Aunque no sé en este momento. Justo ahora actuó como un maldito idiota.

—Creo que simplemente todos estamos alterados por lo de Pah-kun. —murmuró la chica abultando sus labios en un pequeño puchero, agachando la mirada hacia sus propias manos, jugando distraídamente con la pulsera que compartía con Emma—. Ni siquiera yo sé que me pasó... Perdón por reaccionar así...

—¿Por qué te disculpas? Ni que fueras un peluche o algo, fue memorable ver como le gritaste al enano de Mikey, se lo merecía. —sonrió de lado mostrando aquellos colmillos tan característicos en su sonrisa, riendo de manera grave ante la mirada un poco reprochante de la chica que luego se fue apagándose hasta agacharla—. Ya sabes que es un idiota impulsivo, aunque estuvo más que fuera de lugar lo que dijo. En algún momento iba a pasar... Lo de que discutan, no de que te dijera eso, aunque la verdad a veces ni lo entiendo. O el hecho de que Draken quiere... Mierda, eso no.

—Si, si... Entiendo lo que tratas de decir. —la chica sonrió con sus labios apretados, causándole ternura sus intentos de consolarla—. No estoy acostumbrada, es todo... Simplemente —suspiró, sobándose la sien con sus dedos—, me tomó desprevenida de que Kisaki apareciera con una solución entre manos. Entiendo que Manjirō-kun quiera sacar a Pah-kun a toda costa de la carcel, pero... Simplemente es extraño.

—Ese tal Kisaki no me da buena espina. —murmuró el chico, llamando la atención de la chica quien lo miró con curiosidad. Baji sólo pensaba en el instante en el que terminó escuchando la conversación entre Kisaki Tetta y Sano Manjirō, apretando su mandibula—. Siento que tiene algo entre manos.

—Yo no puedo decirte mucho. Ni siquiera yo lo conozco. —dijo la chica luego de unos momentos, mirando hacia enfrente con un poco de cansancio—. Manjirō-kun... sólo me mencionó que lo conoció hace unas semanas. Es lo único que sé. Sé que no hay que juzgar al libro por su portada, por ejemplo... ustedes. —Keisuke sonrió un poco divertido cuando la chica dijo eso en medio de una risa. Tenía razón—. No lo sé, me da un no-sé-qué que justamente suceda esto y aparezca de un día para otro... —hace una pequeña pausa—. Pero, ¿y sí...?

—No. —respondió el chico de inmediato, negando con su cabeza—. Ni se te ocurra decirlo.

—¿Y sí realmente ese tal Kisaki quiere ayudar de verdad? —habló la chica sin importar de las rotundas negaciones del más alto—. ¿Y sí incluso es la única manera en la que Pah-kun salga de la cárcel? Sé lo que hizo, pero tampoco quiero que esté metido allí. Tal vez Kisaki no es malo y sólo quiere ayudar luego de enterarse de su arresto como amigo de Manjirō-kun. Puede que sólo sea generosidad al ver que estamos en un aprieto. Eso hacen los amigos, ¿no?

—Mierda. Masu, no.

—Quizás sólo quiere ayudar a la TōMan y yo estoy dándole muchas vueltas. —continuó hablando con un poco de cansancio. En sí, se sentía cansada, tanto fisica como mentalmente. No sabía si esa noche podría dormir, otra vez.

—Acabas de decir que te parece extraño que aparezca con la «solución» de repente, ¿y ahora crees que tal vez si sea de ayuda? ¡Quiere entrar a la TōMan a cambio! Ese maldito es sospechoso.

—Creo que más sospechoso sería que no pidiera nada a cambio. Ahí pensaría que sería un Yakuza y diría algo como «cuando necesite algo de tí, te buscaré» y sea para hacer algún tipo de encargos de grupos mafiosos, y Mikey termine amarrado del cuello, y por ende la TōMan también. —comenzó a hablar mirando de manera perdida hacia enfrente, parciendo metida en su propio mundo—. Y terminemos en alguna ciudad de Francia hablando con mafiosos franceses que quieran hacer trafico de algo para Japón, como... tortugas doradas súper raras que sólo existen allí y sean muy rica de alimento.

—¿Qué mierda estás hablando ahora?

—¿Las tortugas se comen? Nunca he visto a una tortuga, pero se me hacen lindas. Siempre he querido una tortuga... No, pobrecitas. ¡No quiero comer carne de tortuga!

—¿Acaso te comiste algún dulce de dudosa procedencia? —calló a la chica con un poco de alteración por el cuento tan extraño, la tomó de los hombros haciendo que se sobresaltara—. ¡Relájate, maldición! ¡Nada de eso va a pasar! Eso no va a pasar porque no vamos a aceptar a Kisaki en la TōMan. Mikey no va a terminar con mafiosos trafica tortugas doradas o yo-qué-sé-mierda porque no vamos a aceptar ese trato de Kisaki. ¡Nada de eso va a suceder! ¡Deja de dudar y creer que ese tipo es de confianza! ¡No lo es!

—Pero... P-Pero... —la voz de la chica comenzó quebrarse mientras sus ojos se cristalizaban, sintiendo un choque de aflicción y cierta ansiedad azotarla por sólo pensar en todo lo malo que podía pasar.

—Joder... Perdón, no quería que lloraras otra vez. —maldijo ahora algo nervioso al notar como la expresión de la chica se trataba deformar, los nervios le crecieron al ver como las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos—. Yo no... Ya cerraré la boca.

—T-Tranquilo... Sólo... Estoy tratando de procesar la discusión. —respondió con voz cohibida y algo temblorosa, suspirando con pesadez. Se limpió una vez más el rostro, sorbiendo su nariz—. No quiero imaginarme que la TōMan se divida y que termine disolviéndose o algo...

—No pienses eso. Eso no va a suceder. —rápidamente Keisuke toma la palabra apenas dijo aquellas palabras, hablando con voz un poco más suave—. Borra eso de tú cabeza. Ni se te ocurra decirlo otra vez.

—P-Pero...

—Te dije que no pienses en eso.

—Pero, y sí...

—Mierda, que no. —se quejó el moreno tomándola de los hombros y moviéndola de izquierda a derecha, casi agitándola, como si quisiera hacerla reaccionar—. Saca inmediatamente ese pensamiento de tu cabeza, Masu. Cómo dices, si piensas tanto que va a suceder, va a pasar. Piensa en que no va a pasar y todo se va a resolver de alguna manera.

—Ay, pero n-no me agites así. —soltó la chica al sentir la movía con cierta brusquedad de un lado a otro, teniendo un puchero en sus labios.

—Lo voy a hacer hasta que se te borre de la memoria que la TōMan se va a disolver. —le apretujó las mejillas con brusquedad, provocándole una nueva y larga queja de la chica—. Sabes que esos idiotas se pelean y vuelven a amigarse después. Parecen una pareja de casados. —dijo con una mueca en sus labios, provocando que la chica riera algo temblorosa por lo que dijo, relajando su expresión—. Ni idea de como será entre tú y Mikey para que se resuelva.

La sonrisa de Masumi se desvaneció poco a poco ante el último diálogo de Baji, sintiendo como casi un aura oscura y triste la rodeaba. El más alto se sobresaltó un poco al caer en cuenta de lo que había acabado de decir.

—Oh, joder. No pienses que entre ustedes dos no se va a resolver sólo porque se gritaron por primera vez. Más bien sería raro que nunca discutieran. —rápidamente habló al notar su expresión, maldiciendo por lo bajo al sentir que la cagó—. Puede que si estuvo fuera de lugar lo que te dijo, pero es muy impulsivo cuando está alterado. Ese cabeza hueca no puede vivir mucho tiempo sin tí. Y mira que nunca creí que iba a conseguir una novia y que a lo mucho le duraría una semana. Sólo mira y espera que se van a terminar casando.

Tenshi lo miró por varios segundos con un puchero en sus labios, sintiendo su labio inferior temblar y sus ojos humedecerse más con sólo recordar las palabras que había dicho en medio de la discusión con Draken, algo que no le prestó demasiada atención hasta minutos después, de alguna manera afectándole. Su mirada se agachó y de alguna manera trató de sentirse mejor, su corazón se apretujó tanto por dolor como por calidez; la palabra «casarse» le llegó directamente y sonrió de lado, un poco nostálgica por la idea a pesar de que justo en esos momentos tenía un enorme nudo en su garganta.

La verdad le encantaría que en el futuro eso se cumpliera.

—Eso suena... lindo. —susurró con voz suave, llamando la atención del chico. Poco pasó para que Masu alzara su rostro y le mostrará una pequeña sonrisa, más sincera y más cálida—. Gracias, Kei-kun.

El chico se quedó en silencio unos momentos, luego sonriendo de lado, sintiéndose orgulloso de sacarle una sonrisa. —No hay de que, Masu.

PARA MASUMI, ÚLTIMAMENTE SU VIDA SE HABÍA VUELTO solitaria, sobre todo en los cortos días que habían pasado.

Se había dado de cuenta que tener a sus amigos revoloteando alrededor de su día a día se había convertido en una manera de vivir, algo ya parte de su rutina tenerlos cerca. Sobre todo Mikey, siendo su ausencia más extraña, verdaderamente estaba acostumbrada a escuchar su voz o a sentirlo abrazarla; si estaba acostumbrada a que sus amigos más cercanos estuviera cerca de ella, con él era otra historia.

—¿Estás segura de que no quieres venir con nosotras?

Tenshi mostró una pequeña sonrisa llena de ternura ante lo dicho por Hinata, quien se mostraba dudosa y un poco preocupada, y Emma no era la excepción, mirándola con un poco de intensidad y necesidad. Tenía en claro que ella estaba igual de asustada porque la TōMan se disuelva, incluso había llegado un día después de la disputa a su casa a preguntar si de verdad era cierto que la TōMan estaba con ese pleito y había llegado tan a fondo que incluso pensaban en acabar con la pandilla. Aunque la chica le haya dijo que no estaba de acuerdo, claramente le dijo la verdad.

Recuerda perfectamente casi colocarse a llorar cuando trató de contar lo que habían hablado la noche anterior, en ese entonces. Aún parecía afectarle lo intenso que había estado y como se gritaron entre si, aceptando que no se había esperado que incluso Manjirō lo hiciera; tuvo que detener a la pequeña Sano de ir dispuesta a golpear a su hermano mayor apenas le dijo eso, declarando que le daría su merecido y lo haría disculparse con ella, por mucho que sea algo entre los miembros de la TōMan.

No era mentira que ella quería, no, deseaba hablar nuevamente con Manjirō. Estaba tan presente todos los días en su vida que sentía un pequeño vacío por no estarlo, principalmente cuando no habían acabado en buenos términos y sabía que había quedado aquella ola de calor vigente tanto entre ellos como con Draken. No se sentía lista, no se sentía bien hablando con ellos; su mente le decía que no, que ellos le habían hablado horrible, mientras su corazón decía que si, que si hablaban todo podría solucionarse.

Todo era complicado. Cómo deseaba tener a alguno de sus padres para que la aconsejara. No le diría a Wakasa, probablemente le diría algo como que les diera una paliza o que dejara que se maten.

—Esta vez no me siento con muchas ganas de salir. Tengo algunas cosas por hacer. —respondió la chica mientras negaba suavemente con la cabeza—. Ustedes vayan a divertirse. A la próxima las acompañaré, quizás ahí si estén las demás.

—Pero... pero... ¿Y si nos encontramos a alguna? La mayoría de las chicas se sienten mejor contigo. —se quejó Emma, en el sentido de que parecían estar más en confianza con Tenshi presente—. La última vez salí con Yūki y fue horriblemente incómodo porque no estabas ahí. ¡Es demasiado callada y tímida! Me gusta que me escuchen hablar, pero también me gusta que hablen.

Masumi solto una pequeña risa, recordando a la chica de cabello corto. —Si... Sólo le hace falta un pequeño empujoncito. Créeme cuando te digo que cuando la conocí se paralizaba cuando le hablaba. —❛Como Hakkai❜ pensó con un poco de nostalgia—. Sólo es cuestión de entrar en confianza, así como... sorprendentemente ustedes lo hicieron.

—¿Yūki-chan era la de pestañas bonitas? —Masumi observó con un poco de diversión como Hina y Emma se susurraban entre sí como si fuera un secreto.

—Si, si. La qué creías que se teñía hasta las cejas pero es súper natural.

—¡Ay, si! Parece una muñeca.

—¿Verdad que sí?

La mayor rio un poco, ladeando la cabeza mientras las observaba convivir de manera amena. No se le llegó a pasar por la mente que ellas dos terminaran planeando salidas de amigas y que se llevarán tan bien, sobre todo en los curiosos términos en los que se conocieron. Pero, pensó en el hecho de que Emma no había hecho esa locura con mala intención, quizás si imprudente pero no con el fin de lastimar o algo, ya fue cuestión de Takemichi de lo que hacía.

—¿No has hablado con Draken? —luego de unos minutos, Emma tomó la palabra, preguntando con un poco de inquietud.

—Hum... No... —susurró un poco dudosa, mirando hacia abajo—. Traté de llamarlo un par de veces pero no me contesta. Creo que por ahora es mejor que cada quien tenga su espacio, además... Ya sabes, no me siento bien hablando con él ahora. —recordó la forma en la que le habló y se le apretujaba el pecho.

—¿Y con Mikey?

Todo se quedó en silencio por varios segundos en donde la expresión de cierta vergüenza de la chica se decayó un poco, Hina miró a la más alta (aunque a ella le ganaba era apenas por un par de centímetros) y como su mirada se volvía un poco esquiva y algo triste. Apretó sus labios tratando de pensar que tan fuerte había sido la discusión como para que se colocará así con la mención específica de Mikey a comparación de Draken, pero, después de todo era su pareja. De alguna u otra manera se sentirá mal por su discusión.

—Le... escribí. —murmuró un poco dudosa, recordando como después de aquella discusión le envió un mensaje de buenas noches por mera costumbre, luego a la mañana siguiente si podían hablar los tres—. Pero no me contestó. Supongo que está ocupado...

—Según él que ayer se pasó por dónde trabajas, pero no tengo idea si hablaron o algo. ¿Hablaron? Dime qué ya arreglaron el asunto de la TōMan. —la voz tan apresurada de Emma de alguna manera le provocó vergüenza, sabiendo que ella incluso había llegado a llorar por el tema de la separación de la TōMan.

—Ehm, bueno, si fue... —la expresión de Emma se iluminó, eso le provocó un pinchazo a su corazón, obligándose a desviar la mirada con pena—. Pero... No hablé con él.

—¿Eh? ¿Por qué no? —soltó la más baja con apremio, Hina observaba todo un poco confundida.

—Es que... hehe... —rio un poco nerviosa, rascando su mejilla con algo de torpeza—... Me escondí.

—¿¡Te escondiste!?

—... Si. —dudó un poco en responder, agitando un poco su cabeza, se recordó a si misma apegándose a la pared con pánico cuando Manjirō se apareció por su zona de trabajo y preguntó por ella

«—Oh, Mikey-kun. ¿Viniste por Kiyoko-chan?

Masumi veía asomada desde la puerta de atrás como una de sus compañeras hablaba con el rubio, quien tenía sus manos en los bolsillos y una expresión despreocupada, se veía como cualquier día, como si no hubiera pasado absolutamente nada. En su punto de vista le estaba dando la espalda, hacia la puerta que daba hacia atrás ya que había sacado la basura, casi infartándose en su lugar al reconocerlo casi en segundos.

—Si. ¿Dónde está? —el pequeño capitán de la TōMan mira hacia su alrededor, queriendo distinguir los mechones blancos de su cabello o sus pendientes largos.

—Oh, ella está a... ¿ah? —la chica observó las apresuradas señas de Masumi que le hacía desde detrás de Manjirō. Frunció el ceño un poco confundida, observando como negaba con las manos—. Eh... No... No está.

—¿No vino? —aparentemente ajeno a lo que sucedía detrás de él, el chico miró a la mesera—. Pero si ella nunca falta al trabajo. Lo sé, muchas veces intenté que lo hiciera y no funcionó.

—E-Eh... Oh, pues... —balbuceó un poco nerviosa por no saber que decir, aparte de no entender lo que Tenshi quería decirle en medio de rápidas señas. La mesera se espabiló cuando Manjirō, obviamente viendo cómo miraba detrás de él, fue girando su cabeza—. ¡E... Ella tuvo que salir a... Hacer un encargo! —lo tomó de los hombros, haciendo que la mirara—. T-Tal vez tarde ya que fue lejos... Está en... en... ¡Roppongi! ¡Si!

—¿Roppongi?

—¡S... S-Si! Unos... ehm, unos hermanos pidieron un encargo de pastelillos y como no había nada que haces, se ofreció. Sabes que siempre quiere estar ocupada, haha... —rio de forma algo forzada.

El ambiente ajetreado del local contradició por completo las palabras de la mesera, escuchándose infinidad de voces mientras los demás ayudantes iban de acá para allá. Mantuvo una sonrisa bastante nerviosa, tanteando sus ojos de hito en hito a Mikey quien estaba expectante a su persona y Tenshi quien estaba con una palma sobre su frente, ya que había escuchado claramente lo que dijo, e incluso para ella que era tan ingenua no le pareció para nada convincente.

—Ah. —fue lo único que emitió el más bajo, metiendo sus manos en sus bolsillos. En un segundo se giró y comenzó a caminar a la salida, agitando su mano—. Me iré entonces. ¡Gracias de todas formas!

Pudo suspirar con alivio a la par de Masumi, quien casi se quiso recostar en la puerta, pero por un momento se le salio el corazón cuando Manjirō, justo en la puerta, giró su cabeza directamente hacia ella, chillando y apenas dándole tiempo de volver a esconderse detrás de esta.

Miró de reojo hacia la puerta que daba hacia la zona de atrás, notando con claridad como una figura bajita con cabello negro rizado con mechas blancas se escondía rápidamente. Porque él no era tonto, aparte de que aquella chica no había sido para nada convincente, se pudo dar de cuenta que la chica estaba allí, tal como dijo, ella era demasiado responsable y dedicada a su trabajo. Además, había percibido claramente su notable perfume dulce pero que era suave y agradable al olfato.

Pero, sin decir nada más que ver casi sin expresión aquella puerta, se fue del lugar, escuchándose el tintineo de la campana al salir.»

—Si... No tenía mucho... tiempo y no podía hablar con él. —su sonrisa tembló un poco al decir aquello, sobre todo al ser una vil mentira. Aún le aparecía ese nudo en el estómago el mentir, sobre todo a Emma.

—Antes buscabas siempre tener tiempo para él. ¿Por qué ahora sería distinto? —esta soltó un poco alterada, provocando que la chica desviara la mirada. En ese punto tenía razón, además de que en sí buscó cualquier manera para no hablar con él—. ¡Quizás quería arreglar las cosas o algo! ¡Tal vez sí...!

—Emma-chan. —Hinata la sostuvo del brazo y la alejó de su mayor quien observó un poco sorprendida la intervención de la castaña—. Si Masumi-chan no se siente bien hablando con Mikey o con Draken, no hay porque obligarla.

—Pero... ¡Deberían buscar cualquier oportunidad para hablar! —soltó Emma con un puchero tembloroso, recibiendo una pequeña mirada de disculpa de la mayor—. Q-Quizás si al menos uno habla con ella, las cosas se arreglen. Si Mikey quiso buscarla, ¡podría ser que quería disculparse o algo!

—Si, puede ser, pero hay que entender que cada quien quiere resolver las cosas a su manera; Masumi-chan quizás ahora quiera su espacio luego de un conflicto así de fuerte como dicen, tampoco está obligada a estar en un lugar donde se sienta mal. ¿No crees que si se cruzan, surja el tema y vuelvan a discutir? Es mejor que se calmen lo suficiente y así hablar bien. —la chica del lunar mira hacia la más alta, dándole una sonrisa llena de dulzura—. Masumi-chan, tómate todo el tiempo que necesites y habla con ellos cuando te sientes preparada, sobre todo con Mikey. A veces las parejas también necesitan su espacio luego de discutir. Ya verás que todo se resolverá.

—Eres tan linda... —dijo Masumi enternecida, con un pequeño puchero en sus labios. Sus ojos estaban un poco cristalizados, pero lo disimuló bien—. Take-kun es tan suertudo por tenerte. Ya verás que no dudará en aceptar ir contigo al Festival Musashi.

Hina inmediatamente se ruborizó por las palabras de la chica, agachando la mirada mientras removía sus hombros de manera algo graciosa. Masu no evitó reír simplemente por ver cómo, luego de haber dado unas palabras tan sinceras y maduras para animarla, se volviera así de tímida y avergonzada, sólo pensando en lo tierna que era y que definitivamente Hanagaki Takemichi tenía a alguien especial y única con él.

❛Ay, Take-kun. No jodas las cosas con ella❜ pensó inconscientemente recordando la última vez dónde los vio los dos juntos en persona y notó el carácter que la castaña también portaba. Recordó al rubio de grandes e inocentes ojos azules, suspirando un poco.

—Para la próxima iré con ustedes, lo prometo. —dijo la chica mientras formaba una sonrisa—. Podríamos ir juntas el día del festival. Claro, si el señor Takemicchi nos presta a Hina-chan. —en caso de que acepte, pero sabía que lo haría.

—¿En serio? —Emma hablo con un poco de emoción por salir juntas las tres, mientras tanto Hinata estaba aún ruborizada en su lugar.

—Sip. Pensaba ir con mis hermanas sola o quedarme en casa, pero salir a divertirnos un poco no hace daño. —la chica se encogió de hombros con una sonrisa, una que se apagó un poco por pensar en su momento ir con Manjirō, pero no tenía ni idea si para ese entonces ya estarían las cosas bien. El asunto ya casi iba para una semana.

Las menores miraron con atención a la más alta notarla tan pensativa y un poco decaída, demostrando aún así su mejor sonrisa. Continuaron mirándose miraron entre sí por unos segundos y luego relajaron sus expresiones con un poco de dudas, no sabiendo si realmente estaría bien que se la pasara sola, principalmente cuando era fin de semana y no tenía porque trabajar, ya que los últimos días se lo pasaba trabajando. Pero no tuvieron más opción, despidiéndose de ella con una sonrisa, siendo imitadas.

Masumi dejó salir un pequeño suspiro mientras las veía alejarse de su casa luego de haberla visitado para darle aquella invitación. Por un momento se sintió algo mal por haberlas rechazado, sabiendo que se trataba de su intento de hacer que se despejara, pero prefería estar a solas. Además, tenía algo que hacer ese día.

—Espero que no se moleste que lo visite... —habló consigo misma mientras veía el cielo.

No fue mucho lo que tardó para salir a su destino que había pensado bastante en ir, donde la recibieron con bastante gusto y la dejaron pasar, claramente había llevado un pequeño presente para no llegar con las manos vacías, un pequeño paquete con dulces recibido bastante gustosa por aquella agradable mujer quien la dejó pasar. Caminó con un poco de cautela observando de paso las fotos que habían en la pared, no pudiendo no sonreír con un poco de ternura.

No queriendo mironear demás, se detuvo enfrente de la puerta cerrada de la habitación y tocó un par de veces, al estar esta cerrada. Escuchó pasos a los segundos para luego observar como era abierta, asomándose un perezoso chico quien se detuvo abruptamente apenas notó a la chica, quedándose ambos en un largo silencio.

—Hola, Take-kun.

—¿¡T-... Tens... ¿¡EHHHH!? —Takemichi casi se hace hacia atrás cuando notó la baja estatura de la chica en el marco de su puerta, parada con una sonrisa—. ¿¡Q-Qué... ¡Estás aquí!

—Si, estoy aquí. No estás delirando. —soltó varias risas al notar su reacción, apenas mirando el fondo de su habitación por unos segundos—. Oh, espera, ¿estás delirando también? Si es así, no deberían haberte dado de alta tan rápido.

El chico no tenía ni idea de que hacer en ese momento, su postura era de cierto espanto por tener a la mismísima ángel de la TōMan y novia de Mikey en su habitación, no esperándose para nada que se apareciera tan siquiera por su casa. Se preguntó cómo rayos entró, pero recordó a su madre y era claro que había sido ella, se colocó nervioso por lo que sea que aquella mujer haya pensado por la visita de la chica, siendo la primera que traía a su casa.

Recordó inevitablemente lo que había sucedido la última vez que se habían visto y su expresión se relajó un poco, aunque colocando una pequeña mirada de nervios por saber que hasta ese punto ya la TōMan estaba dividida, apenas teniendo información al respecto gracias a Emma de que Mikey quería sacar a Pahchin de la cárcel y Draken no, mientras Tenshi al parecer había intentado por varios medios en arreglar las cosas.

—Oh, ¿un rompecabezas? —Tenshi observó curiosa el mesón con aquel juego didáctico que estaba a medio hacer. Parpadeó un poco al notar la cantidad de piezas que a simple vista tenía—. No pensé que te gustara este tipo de cosas, sobre todo con tantas piezas.

—Ehm... Sólo fue para pasar el tiempo esos tres días. —dijo el menor rascándose la mejilla, siguiendo con la mirada el como la chica se sentaba con cuidado y veía de cerca su pequeño juego—. Ya casi lo termino. Admito que de verdad casi rompe mi cabeza, pero no es mucho lo que puedo hacer luego de que me dieran reposo.

Masumi emitió un «ohh...» pensativo por sus palabras, acomodándose bien en su lugar, tensando al menor notablemente al ver la ligera confianza que tenía, pero no dijo nada. Permitió que observara el rompecabezas todo lo que ella quisiera, al parecer sólo analizándolo de cerca. Hanagaki palmeó sus piernas de manera silenciosa al sentirse algo nervioso por tener una chica en su habitación, sobre todo ella. Tuvo el pequeño impulso de preguntarle que había sucedido con la TōMan y que iba a suceder, pero la chica habló primero.

—¿Puedo? —señaló ligeramente el rompecabezas a medio hacer, teniendo una pequeña sonrisa.

—Si, si quieres... —parpadeó un par de veces, aún algo desconcertado. La llegó a conocer lo suficiente como para darse de cuenta que estaba extraña, bastante callada en realidad. Tanteó su mirada de ella hacia el suelo para acercarse y sentarse enfrente de ella, con el rompecabezas separándolos—. Uhm... ¿Tenshi-san? —la aludida emitió «¿mm?» en respuesta de que lo escuchaba, acomodando algunas piezas en su lugar—. No es que me moleste o algo pero... ¿Por qué viniste?

—Quise venir a ver cómo estabas. —respondió con suavidad mientras agarraba una de las piezas sueltas y la observaba de cerca y con sumo detalle para ver la tabla. Casi al instante la colocó en su respectivo lugar—. No había podido venir porque al salir de estudiar tengo que ir a trabajar, pero desde que tuviste esa recaída había tenido planeado visitarte.

—¿Trabajar? ¿Tú trabajas?

—Si. —dijo dando un par de risas ante su expresión, escuchando su pequeña disculpa por haberlo dicho de esa manera. Ella negó, no dándole importancia—. Después de la escuela voy a trabajar a Shinjuku en una cafetería llamada Good Food. Deberías visitarme algún día. Allá están más que acostumbrados a pandilleros así que no te preocupes ni nada.

❛Me llamó pandillero...❜ pensó con un poco de ilusión el chico, luego agitando la cabeza mientras formaba una sonrisa. A pesar de verse más callada de lo normal, nunca se le iba aquella calidez que a la hora de hablar con ella; pasaron un rato hablando de cosas bastante triviales que hicieron que el chico se soltara un poco más, aparte de sentirse un poco animado al ver como gracias a su ayuda estaban por terminar el rompecabezas.

—Tenshi-san, una pregunta. —dijo el chico luego de unos momentos de quedarse viendo su obra casi hecha, la chica sonrió y lo miró—. ¿Cómo están las cosas en la TōMan? —preguntó con un poco de nervios, sobre todo al ser algo esencial para su plan. Algo se removió en su pecho al ver cómo su mirada se decaía y dejaba a medio camino una de las piezas del rompecabezas.

Masumi se quedó en completo silencio por varios segundos, provocando una tensión horrible en el aire, haciendo que se arrepintiera por haber sacado ese tema a la luz tan de repente. Tragó saliva mientras la veía con ciertos nervios, pensando por unos momentos que le iba a replicar que no se metiera en donde no tenía que meterse o algo por el estilo, pero sorprendentemente sólo tomó una pequeña respiración.

—No tengo idea de que va a suceder con la Tōkyo Manji. —habló luego de varios segundos, dejando casi con desgana la pieza en su lugar correspondiente, y queriendo despejarse, buscó otra—. La pandilla está practicamente dividida a la mitad y hasta este punto no sé que hacer para resolver las cosas. Traté de que se llegara a un acuerdo o algo, pero...

Takemichi apretó sus labios al comprender lo que había tratado de decir al dejar aquel comentario al aire; pero las cosas seguían mal, la TōMan estaba dividida luego de aquel conflicto interno. Había dicho casi las mismas palabras de Sano Emma cuando recién había despertado, incluso se escuchaba igual de afectada que ella.

—¿Y has hablado con Draken-kun o Mikey-kun? —la mandíbula de Masumi tembló con ligereza, agachando la mirada.

—Ninguno ha querido aparecerse o verse a la cara para hablar. Manjirō-kun fue el único que se apareció conmigo p-pero... Dios, no me siento preparada a hablar con él y que volvamos a discutir. —habló la chica con voz temblorosa, no aguantando que sus ojos se cristalizaran—. N-No sé que hacer, pero... Y-Yo no quiero que la TōMan se acabe. Yo sólo quiero que las cosas sean como antes. —susurró la chica mientras apretaba sus manos de manera temblorosa

❛Así que Tenshi-san trató de arreglar las cosas y no funcionó❜ tomó nota de ese detalle, suspirando con pesadez con sólo recordar cómo fue que ella terminó después de eso. Se quedó observando sin saber que hacer cuando la vio retener las lágrimas, aunque un par se escapó y resbaló por sus mejillas, teniendo que limpiar su rostro cada tanto. ❛Me imaginé que haya querido evitar ese conflicto❜

—Lo siento... No debí preguntar. —dijo de manera inconsciente al ver como se colocó, aunque sabía que tenía que haber preguntado si quería ayudar de alguna manera—. Lamento eso, Tenshi-san.

—N-No te preocupes, no es tú culpa. —una vez más pasó sus manos por su rostro, limpiando las lágrimas que caían por sus mejillas ahora rojas por el pequeño llanto—. Yo me disculpo... Vine aquí para ver como estabas y me pongo a llorar.

—¡No, no te disculpes! Yo también soy llorón... ¡A-Aunque no digo que seas llorona, está bien llorar! —habló de manera algo apresurada y algo asustado, inevitablemente provocó que la chica soltara unas temblorosas risas al verlo tan nervioso. Vio con más tranquilidad como el chico se levantaba—. ¡Traeré algo de tomar! ¿Quieres algo en especial? Debería haberlo hecho desde un principio. Sientate en mi cama si quieres. Mi piso está algo sucio. Lamento decirlo apenas.

—Lo que sea está bien, Take-kun. Y no te preocupes. Gracias a ti por aguantarme a mi y mi llanto. —habló con suavidad y una sonrisa sorprendentemente dulce y cariñosa, a pesar de tener un par de lágrimas saliendo de sus ojos.

Takemichi hizo un pequeño puchero al ver su expresión pero trató de todas las maneras posibles en darle una sonrisa y no provocar que llorara más que antes, se levantó diciendo un pequeño permiso y salió algo apresurado de su habitación, tropezándose con un zapato y casi cayéndose. Se fue algo avergonzado al escuchar claramente la risita de la chica por haber visto aquel traspie.

Masumi sonrió con un poco de ternura y diversión al haber visto eso, suspirando de manera algo temblorosa, limpiando una última lágrima que había escapado de sus ojos. Miró su alrededor en silencio, pestañeando un poco al sentir ahora sus ojos pesados mientras se levantaba, alisando su falda. Con cuidado se dirigió a la cama del chico y se sentó en esta, ahora no sabiendo que hacer.

Lo unico que pensó es en lo cansada que se sentía, casi siendo algo inconsciente cuando se dejó caer hacia atrás y su espalda chocó con el colchón, observando el techo de manera algo perdida. Ya era quizás la tercera persona a quien le decía algo al respecto de lo que sucedía en la TōMan y terminaba de la misma manera, con una necesidad de cerrar sus ojos y que al abrirlos todo se resolviera, cosa que dijo, respirando profundamente.

—Aquí traje limonada. Sirve para el calor pero no sé si te... guste. —Takemichi llegaba a su habitación nuevamente, llegando con una bandeja donde habían dos vasos de limonada, sin embargo, se quedó en silencio al observar la figura de la chica tendida sobre su cama, durmiendo—. ¿Se durmió? —habló el chico en voz alta al notar como efectivamente había caído en un sueño profundo, demasiado rápido para su gusto siendo que sólo tardó un par de minutos en irse. Observó su expresión adormilada que detonaba incluso cansancio, más de lo normal—. ¿Qué debería hacer para resolver esto? Ya casi es tres de agosto...

Continuó mirando su rostro mientras dejaba las bebidas en el mesón de su habitación, No tardó en mirar hacia otro lado al sentir que la estaba mirando demasiado. Tosió un poco, rascando su nuca con dudas, no sabiendo que hacer ahora, mirando a lo largo de su cama, de manera algo inconsciente su mirada terminó fijándose un poco más de la cuenta en sus piernas descubiertas al usar una falda, la cual se había subido un poco más de la cuenta. Pasó varios segundos viendo su piel con atención.

Y se dio una cachetada.

—Idiota Takemichi, no te pongas así ahora. —se regañó a si mismo, sobándose la mejilla que él mismo se golpeó. Se agachó y arodilló a la altura de la cama acercando sus manos con cuidado—. Permiso... —susurró mientras tomaba los bordes de la prenda y la bajaba como debía y que su piel no se viera más de la cuenta.

Detrás de él, se escuchó como la puerta era abierta, mirando poco a poco hacia allá y quedándose en silencio cuando vio a su grupo de amigos entrar en su habitación, mirando fijamente donde tenía sus manos puestas y luego a la chica durmiente sobre su cama.

Takemichi se miró a sí mismo, luego a Tenshi y después a sus manos. De manera inmediata su expresión se conviritió en una de nerviosa cuando notó el shock en el rostro de todos por ver la escena, incluso estando boquiabiertos, provocando que alzara sus manos de manera exagerada y se cayera de trasero al suelo al haber hecho tal movimiento tan brusco, terminando por perder el equilibrio.

—¡C-Chicos! —soltó el chico con sorpresa mientras se levantaba rápidamente, inevitablemente nervioso por como lo habían encontrado, aunque sabía bien que no estaba haciendo nada, los nervios fueron inevitables, sobre todo ante las miradas asombradas de sus amigos.

—No puede ser...

—¿Esa no es...?

—¿Acaso tú...?

—¿¡TE ACOSTASTE CON TENSHI!? —exclamaron todos a la par ante su asombro. Con espanto Takemichi buscó callarlos, sintiendo que se le había ido todo el color del rostro.

—¡No, por supuesto que no! Además, hagan silencio, ¡la van a despertar! —susurró-exclamó mientras negaba con sus manos, notando la cierta diversión y asombro de los chicos.

—Si antes Mikey estaba enojado, ¡cuando se entere va a explotar! —chillaba Yamagishi, no sabiendo si estaba asustado y emocionado.

—Vas a morir, Takemicchi. —dijo Makoto, dándole un par de palmadas en su hombro. Pero con cada palabra que decían, se asustaba aún más.

—¿Cómo rayos terminaste en esta situación? —preguntó Akkun un poco divertido aunque confundido.

—Lo siento mucho. Fue un gusto conocerte.

—¿¡Por qué me dicen eso!? ¡NO PASÓ NADA!

Sorprendentemente, Masumi continuó durmiendo.

Casi me pongo a llorar escribiendo la interacción entre Masu y Baji, ayuda, apenas en el arco de moebius/cry

Aún falta para que llegue el arcO DE VALHALLA, pero no sé, se me hizo tan bonita la escena entre ellos y la manera en la que Kei buscó hacerla sentir mejor, la cagaba, la hacía sentir mejor, volvía y la cagaba para hacerla sentir mejor al final. E inevitablemente me acorde de ese arco y de como

En fin, te amo baji, el casihijo de Masumi (tienen la misma edad) que la consuela pq su novio le grito y la caga en el proceso pero si la consuela.

JSKJSA me pareció gracioso como empezó el capitulo y como terminó. Pobre Micchi, siempre le pasa ese tipo de cosas.

Y pinche Mikey, eres un pendejo a veces y había que dejarlo en claro, sé que este es un ff y las cosas cambian, pero Mikey sigue siendo Mikey e incluso es canon q está catalogado como uno de los peores novios (aquí es si y no)

Sabemos lo pendejo que puede ser, primero no le contesta los mensajes y va a buscarla como si nada👊🏻

soy la única que se siente en medio de la pelea de un divorcio?

❪📚❫',·curiosity's zone

#No es que Tenshi no quisiera hablar con Mikey, claro que quería, pero tenía ese pequeño miedo de que el tema de Pah saliera a la luz y volvieran a discutir, aparte de que, como cualquier persona, si le afectó las palabras que dijo. Como ella dijo, era la primera vez que discutían de esa manera.

#Cuando Mikey se fue del restaurante, fue a dar una vuelta en su CB250T para calmarse con el sonido y luego irse al muelle. Para él, fue como si se haya ido a hablar con Shin'ichirō. Incluso se puso a hablar solo. Si, ya sabemos que está cucu.

#Masumi está tan acostumbrada a la presencia de Mikey que inconscientemente en las mañanas siempre tiene el impulso de servir un plato más del desayuno. Tal vez algunos lo consideren exagerado, pero tomemos en cuenta que llevan casi un año y prácticamente viven juntos.

→S H A N X L A B Y X←

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro