❪𝟰𝟯❫ ; 𝘀𝘁𝗮𝘆 𝗮𝘄𝗮𝗸𝗲 𝗶𝗶.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL
*╔═══❖•ೋ°🥀°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CUARENTA Y TRES;
PERMANECE DESPIERTA II
nunca es demasiado tarde

Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌
Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

#📌; WARNING: mención de una relación inapropiada. No busco romantizar este tipo de relación, hay que tener en claro lo incorrecto que es y también las circunstancias en la que se llevan a cabo.

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
━━━━━━━━━━━

—HAYAMI MIYŪKI; SUBORDINADA DE LA TŌKYO Manji. Hasta ahora, se sabe que ella era encargada de administrar información hacia los cabecillas. Era uno de los pocos miembros mujeres de la TōMan junto con Asami Hana, entre otras más... —Naoto leía la información, en dónde la foto de la aludida estaba en la pizarra—. No sé sabe nada de su familia actualmente o información personal que no se supiera.

Lo único que podía hacer en esos momentos era escuchar, sentarse y escuchar. No tenía la suficiente fuerza mental en esos momentos, aún se encontraba en shock.

¿Cuando fue la última vez que vio a Tenshi, al ángel de la TōMan, bien? Claro... Había sido en el pasado, en dónde todo, de cierta manera, estaba bien; ella estaba bien, Hina estaba bien, Mikey estaba bien, Draken estaba bien, Baji, Kazutora, Yūki... Todos ellos estaban bien, sin saber lo que los deparaba el futuro, el cual era su actual presente. Uno que aún estaba tratando de procesar, mirando sus manos fijamente, comenzando a temblar por recordar la sangre mancharlas, aún recordando aquella calidez.

La sangre de Kiyoko Masumi estuvo en sus manos. Había sentido como todo su cuerpo dejaba de ser naturalmente cálido, había visto como sus ojos dejaban de tener cualquier pequeño brillo existentes que antes llegó a ver, a pesar de que su mirada estaba teñida de tristeza.

—Primero Akkun, luego Hina... —susurraba Takemichi casi ido, mirando fijamente hacia el suelo—. Después Yūki-chan... Y ahora Tenshi-san. Todos ellos están muertos. Murieron enfrente de mi... Y no pude hacer nada. No los pude salvar.

Naoto lo miró con atención, manteniéndose en completo silencio al escuchar su pequeño lamento. Se veía aún bastante perturbado, algo que entendía; después de todo, había presenciado lo que sería casi un homicidio y al mismo tiempo un suicido, para cualquiera puede ser sorprendente, hasta traumático. Admitía que la situación le había dejado un muy mal sabor de boca, aunque trataba de mantener la compostura lo más que podía.

Aún así, su curiosidad y al mismo tiempo preocupación hacia Takemichi era inevitable, sobre todo al ver su mirada tan opaca y triste. Pero, antes de poder decir algo más, nuevamente volvió a hablar.

—Tenshi-san murió en mis brazos... —su voz comenzó a quebrarse, mirando sus manos las cuales comenzaron a temblar de manera incontrolable—. Pude sentir perfectamente como la calidez de su cuerpo se iba... cómo poco a poco dejaba de respirar.

Naoto continuó permaneciendo en silencio mientras observaba la postura atormentada de su compañero, no sabiendo exactamente que decir para poder hacerlo sentir mejor, sobre todo en esa situación en particular, algo con lo que no con tanta facilidad podría arreglarse, sobre todo siendo tan reciente.

—¿Sabes como han estado sus hermanitas o Mirai-chan? —preguntó de nueva cuenta, alzando su mirada hacia él finalmente—. ¿Has sabido algo?

El Tachibana dudó un poco en responder pero sólo suspiró, cruzándose de brazos y desviando la mirada hacia un lado. —Mañana temprano será su funeral. —habló con un tono de voz tenue, dejando salir un pequeño suspiro al momento que se refería a Kiyoko Masumi—. Yume-chan nos invitó a ir. Yo no puedo asistir al estar ocupado con la información y todo lo sucedido... Ella dijo que quería que fueras más que nadie.

—N-No me siento capaz de verlas a la cara... —solloza ligeramente, apretando sus puños con impotencia y cerrando sus ojos con pequeñas lágrimas peligrando por caer—. No me siento capaz de ver la carita de Mirai-chan... Su mamá acabó de morir y no hice nada...

—Aún no es tarde, Takemichi. —habló de manera suave, dándole una ligera sonrisa, llena de seguridad—. Así como aún hay posibilidad de salvar a mi hermana, aún hay posibilidad de salvar a Masumi. Hay una manera en salvarlas a ellas, salvarlos a todos y evitar todo esto. Puede que si, de alguna manera fue inevitable evitar el momento exacto donde murió, pero aún hay manera de evitar toda esta situación por completo.

Takemichi lo miró por varios segundos aún con su mirada cristalizada, sintiendo aquel constante nudo en su garganta. Aquel hecho se incrustó en su cabeza de inmediato, llevándolo de vuelta a la realidad en la que afortunadamente estaba; aún había tiempo, aún podía salvar a Masumi, a Hina, aún podía salvarlos a todos. No era demasiado tarde y eso lo sabía, pero era inevitable no sentir tristeza impotencia.

Dirigió su mirada hacia sus manos que estaban abiertas, aunque con un imperceptible temblor. La situación, de alguna u otra manera, le afectaba. Pero es que ver la muerte de Kiyoko Masumi pasar enfrente de sus ojos era algo que aún digería, sobre todo al recordar a aquella pequeña personita que por obvias razones no podría ver nuevamente en el pasado si no hasta volver al futuro, su presente. Pensar en Mirai lo hacía sentir realmente culpable.

Sano Mirai se había quedado sola, sea como sea; su madre falleció y su papá estaba desaparecido. Aunque estuviera con personas que tienen su sangre, de alguna manera estaba sola...

—Ya es decisión tuya si quieres ir mañana o no. —Naoto se encoge de hombros, colocando sus manos en su cadera—. Si no quieres, entonces sólo tienes que ir al pasado ahora y buscar la manera de proteger a Kiyoko Masumi y Baji Keisuke.

Quizás eso sería lo más fácil. Ir de vuelta al pasado y simplemente buscar una manera de cambiar todo eso y mejorarlo. Lo más fácil y así quizás la culpa no le aumentaría al ver la, probable, expresión triste de Mirai, quien en unos días había conquistado su corazón.

Si, era lo más fácil... Pero aún así quería verla, algo le pedía que la viera, sobre todo al recordar las últimas palabras de Masumi susurrar su nombre, y luego el de Mikey.

Apretó sus labios nuevamente y suspiró, agachando la cabeza y entrelazando sus manos entre si, tratando de controlar su respiración y al mismo tiempo las ganas de llorar que cargaba encima, claramente dificultándosele demasiado. Era muy sensible.

—N-No... No. Está bien. Iré. —asintió con un poco más de seguridad, observando sus manos—. Quisiera ver a Mirai-chan antes de volver al pasado. Quizás sea dificil verla para mi y saber que... que... y saber lo que pasó, pero me gustaría y al mismo tiempo darle mi pésame, a ella y a las hermanitas de Tenshi-san.

Naoto lo miró por varios segundos y suspiró, asintiendo con una pequeña sonrisa de lado, comprendiendo su pequeño duelo y al mismo tiempo su corazón de pollo. Así que, no se opuso. Despues de todo, aún no era demasiado tarde para arreglar las cosas.

SI, DEFINITIVAMENTE NO ESTABA PARA NADA LISTO DE ver a las hermanas de Kiyoko Masumi a la cara, ni mucho menos a su pequeña y única hija, ver a Mirai.

Se había quedado casi tieso cuando llegó al establecimiento donde se llevaría a cabo el funeral, en dónde veía a distintas personas vestidas formales, vestidas de negro. Mucho eran desconocidos para él, o al menos eso creía creer; incluso observaba entre la multitud si se encontraba alguien que haya conocido en el pasado, aunque se le hizo muy dificil. De las personas que llegó a conocer en el pasado, ninguna estaba allí.

Bueno, eso era lo que creía. Porque nadie se le hacía familiar, y quienes fueron cercanos a Masumi, la mitad estaba siendo unos criminales y la otra estaban muertos. Aquel simple pensamiento lo hizo estremecerse por lo turbio y cierto que era; incluso se pregunto... si Mikey se aparecería. Aunque una parte lo dudaba, era bastante obvio que no se aparecería si despues de todo era buscado.

Por mucho que fuera su mujer la que murió...

«Ya toque a su tesoro preciado una vez, no tendrá piedad conmigo. ¿Que crees que me hará si es que salgo viva de esta? Es un monstruo sin ella»

Frunció un poco el ceño por recordar las últimas palabras de Miyūki, recorriéndole un pequeño escalofrío en su cuerpo por pensar en Mikey siendo un monstruo, como ella decía, si no la tenía a ella... Y de alguna manera era una realidad, porque todo ese futuro se terminó desencadenando por no tener a Masumi a su lado, llevándolo a romperse aquel treinta y uno de octubre, hace doce años. Y si pasó eso con no tenerla unos días, no se imaginaba de ahora en adelante. Aunque no sería diferente al primer futuro.

Pero ahora Mirai estaba en medio. ¿Quizás Mikey la buscaría? Aunque este parecía estar bajo la influencia de Kisaki, y según Miyūki, él también quería deshacerse de Mirai.

Apretó sus puños mientras avanzaba en la pequeña fila de personas que iban entrando al velorio, incluso mirando a su alrededor con un poco de dudas y cautela, hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos. La voz de una de las hermanitas de Kiyoko Masumi; Yume.

—Hola, Micchi-kun. —sonrió con suavidad apenas lo tuvo enfrente, en donde recibían a los invitados, aumentándole el nudo en su garganta al no sólo verla a ella.

—Yume-chan, Sumi-chan, Aki-chan... —murmuró en un tono ligero de saludo, no teniendo casi fuerzas para sonreírle devuelta. Veía la mirada de las tres, y se notaba como estaban completamente teñidas de tristeza.

—¿Cómo estás? —pregunta Sumi con un tono de voz leve, dándole una ligera sonrisa. Aki, por otro lado, se encontraba completamente callada y con su mirada perdida.

—Pues... No sé cómo decirlo. —rascó un poco su nuca, sintiendo un mal sabor de boca. Claramente no estaba para nada bien; había visto como un suicido pasaba enfrente de sus ojos y como una chica a la que le tenía mucho aprecio moría en sus brazos hace sólo un día. Aunque no debería compararse a lo que ellas estarían sintiendo.

—Entiendo.

Se quedó en silencio por unos segundos, sintiendo la vacilación inundarlo por completo al preguntar. Pero alzó la mirada, queriendo saciar su inquietud. —¿Y Mirai-chan? ¿Cómo está ella?

—Está adentro con Kira-chan. —respondió Aki, finalmente hablando después de todo el rato en el que hablaron—. Mi-chan ha estado callada desde que se enteró.

Una vez más apretó sus labios, imaginarse la expresión triste de la pequeña Sano le apretujaba el corazón, y eso que sólo era imaginar, una imagen hecha por su cabeza. No quería saber cómo sería verla cara a cara. Tragó un poco de saliva y agradeció que lo invitaran, dándole su pésame a las trillizas Kiyoko, para poder adentrarse el establecimiento. Todo estaba silencioso, a pesar de que había una considerable cantidad de gente, aunque no conocía absolutamente a nadie, nadie se le hacía conocido, pero de alguna manera... se le hacían intimidantes.

Daban la mismas vibras que la Tōkyo Manji en el pasado, en dónde todos se veían aterradores, al menos para él. Por un momento se preguntó si se trataría de miembros de la TōMan en la actualidad... ¿Pero era tan siquiera posible? Todos eran buscados por las autoridades, y dudaba que Yume invitara a Naoto así como así sabiendo eso, aunque ya haya sido por él mismo que no pudo asistir.

—¡Tío Micchi!

Takemichi por inconsciencia sonrió al escuchar el saludo alegre y completamente inocente de Sano Mirai, quien se bajó con algo de dificultad del banco en donde estaba sentada y fue corriendo hacia él. Se agachó para poder estar a su altura y la miró sonreírle enormemente, igual a la mayoria, con un lindo vestido, negro, incluso tenía un lazo del mismo color como diadema en su corta cabellera rubia. Se veía adorable, a pesar de la situación, sobre todo con aquella enorme sonrisa que le recordaba a Mikey, mientras que sus grandes ojos le recordaban a Tenshi.

Era una extraña y al mismo tiempo perfecta combinación de ambos... Y eso sólo le daba ganas de llorar.

—Hola, Mirai-chan. Me alegra verte. —sonrió con cariño hacia la pequeña quien se veía bastante alegre y dulce como la última vez.

Aunque era extraño. ¿Por qué se veía tan feliz?

Pero Aki le dijo que se encontraba bastante callada desde que se enteró. Incluso siendo tan pequeña se la imaginó decaída, pero quizás incluso por lo mismo, por ser tan pequeña no entendía del todo lo que estaba pasando. Y de por sí, una pérdida como esa podría ser muy impactante, aunque llegaba preguntarse si llegara a afectarle ya que, lamentablemente, no llegó a tener una relación lo suficientemente estrecha con Masumi, sólo con la información de que era su mamá.

—¡A mí también me alegra verte, tío Micchi! —decía la pequeña con entusiasmo, viendo hacia el mayor darle una pequeña sonrisa—. ¿Vas a jugar conmigo hoy? ¡La última vez te fuiste! —replicó, inflando sus mejillas.

No pudo evitar quedarse en silencio por pensar en el primer día que se vieron por primera vez, y por su propia misión, tuvo que retirarse. Aguantó hacer una mueca y le sonrió, sobre todo sabiendo que probablemente ese día iba a ser el mismo, en dónde volvería al pasado y no volvería hasta que arreglara las cosas allí, incluso tenía aquel temor de que Mirai no existiera o que Kisaki se haya salido con la suya y terminara por acabar con ella.

Negó con la cabeza, queriendo esfumar esos pensamientos inmediatamente de su mente. No iba a pensar en eso, iba a hacer todo lo posible para poder salvarlos a todos y arreglar el futuro, el futuro de Mirai... El futuro de todos, lo iba a hacer; era su objetivo, sobre todo luego de la perdida del ángel de la TōMan.

La iba a salvar.

—Mirai-chan, ¿qué haces? —una voz conocida se dirigió hacia él, haciéndolo enderezarse y mirar hacia la pelirroja pecosa que había visto aquel día que conoció a Mirai—. ¿Oh? Hola, Hanagaki-chan.

—¡Kira-san! —dice el pelinegro con un poco de sorpresa, levantándose para poder estar de pie enfrente de ella, en donde la pelirroja le dio una pequeña sonrisa—. Hola... es... —su lengua se trabó al momento que iba a decir «es un gusto verte» ya que no sabía que mal sonaría tomando la circunstancia.

—Me alegra verte otra vez. —dijo ella, a pesar de todo, dándole una pequeña sonrisa—. Aunque no en esta circunstancia... Pero aún así, es un gusto vernos nuevamente.

—Ah, si... —murmuró el pelinegro mientras agachaba la mirada, observando a la pequeña rubia observarlos desde abajo. Eso lo hizo sonreir un poco y alzar la mirada, abriendo la boca ligeramente para hablar.

«Ah, ¿no estabas en el auto? Que aburrido...»

Aquel recuerdo se hizo presente en su cabeza apenas vio una persona en particular, donde su cuerpo era recorrido por un escalofrio enorme, en donde sus pupilas poco a poco se iban reduciendo dentro de sus ojos que se agrandaron, con su mirada fija en él. El más alto también pareció notar su presencia al mirarlo de igual manera, sobre todo al parecer acompañar a Akira, pareciendo bastante tranquilo, aunque se interesó en su presencia.

Ambos hicieron contacto visual por varios segundos, en dónde Takemicchi estaba completamente paralizado, sintiendo su pulso ir con rapidez, mientras que el contrario sólo mantenía una mirada aburrida en él, pero lo suficientemente curiosa como para saber quién era él.

No era la primera vez que lo veía. Ni en el futuro, ni en el pasado. Ya lo había visto una vez en ese presente, el mismo día en donde vio al amor de su vida y su mejor amigo morir enfrente de sus ojos.

—Oh, cierto que ustedes no se conocen. —en su pequeña ignorancia de la tensión, Kira toma la palabra, tocando el hombro del más alto, en dónde Takemichi no hacía más que ver paralizado hacia la alta figura del chico verlo fijamente, casi con desinteres, pero al notar el terror que demostraba al ver su rostro, mostró una pequeña sonrisa.

—¿Qué tal, Hanagaki?

El cuerpo del aludido estaba completamente paralizado al escuchar ese tono de voz grave, casi sonando como si se encontrara desganado, pero al mismo tiempo sonando intimidante. No podía sentirse más shockeado... y al mismo tiempo enojado, impotente; recordar la última vez que lo vio, lo hizo sentir náuseas, pero al mismo tiempo una enorme rabia. Su mirada se opacó, observándolo con enojo como lo veía casi con superioridad.

Hanma... —su voz salió apenas en un susurro, en donde no podía quitarle la mirada de encima ni por un segundo.

Tenía nuevamente a Hanma Shūji frente a frente; la primera vez había sido en aquel enfrentamiento de Moebius contra la TōMan, luego en aquel instante en el futuro, después en aquella visita a la guardia de Valhalla... ¿Y ahora allí? ¿Qué hacía ahí...?

—¿Oh? ¿Si se conocen? —preguntó la mayor con un poco de confusión al ver que parecían familiarizados entre si.

—Mmm, podría decirse. —el de orbes dorados se encogió de hombros, bebiendo con tranquilidad de su vaso—. ¿Cómo has estado, Hanagaki? ¿Que me cuentas de tú amigo o tú novia?

Una vena inmediatamente se instaló en su frente, con una mirada llena de rabia por recordar sólo el último instante en el que se vieron, en donde fue demasiada casualidad haberlo visto por ahí antes de que ellos dos fallecieran enfrente de sus ojos. Su cuerpo temblaba de la enorme impotencia que sentía en todo su cuerpo, sobre todo verlo por esos lados. Una mezcla de ira y al mismo tiempo espanto lo recorrió por tenerlo enfrente.

Sobre todo, cuando la última vez que lo vio, fue la última vez que vió a Hina y Akkun del futuro. Y no quería que su presencia allí fuera similar a esa vez. No pudo pensar con claridad por un segundo y sólo le clavó los ojos encima.

—T-Tú... ¡Maldito malnacido! —exclamó, sin poder controlar su enojo, abalanzándose a él y agarrándolo del cuello de la camisa, a pesar de la gran diferencia de altura.

—¡Takemichi! —chilló Akira con escandalo apenas vio su acción, llamando la atención de los presentes.

—¿¡Qué mierda haces aquí!? ¿¡Cómo te atreves a dar la cara por este lugar!? —no pudo evitar demostrar su vivo enojo, su indignación por ver a aquel tipo por ahí, quien lo observó impasible—. ¡No deberías estar aquí, no puedes estarlo! ¡Si te atreves a venir para hacerles daño a alguna de ellas o a ponerles un sólo dedo encima...!

Shūji, apenas tomándole importancia a su reacción, se carcajeó y se zafó con brusquedad, sonriendo con sorna. —Pues creo que no se va a poder. Ya puse más que un dedo, bueno, a sólo una de ellas. Por ahora.

—¿¡QUÉ!?

—¡Micchi-kun! ¡No! —la voz de las hermanas de Masumi se hicieron presentes detrás de él, sintiendo como unos tipos a quien le importó muy poco mirar cuando lo sostenieron al momento que quiso lanzarse a Hanma, quien parecía bastante divertido con la situación.

—¡No! ¡No debería asomarse por acá! —continuó cegado por el enojo, la impotencia, la ira; esta aumentaba por la mirada casi burlona que Hanma le lanzaba—. ¡Él estuvo ese día, maldito idiota! ¡Vete de aquí!

—¡Micchi-kun, detente! —escuchaba la voz de Yume pero su vista estaba encontraba enfocada de Shūji.

—¿¡Saben tan siquiera quien es él!? —la mirada de Hanma era fija en él, casi entretenido por su reacción, incluso atreviéndose a beber con mucha tranquilidad la bebida en su vaso—. ¿¡Por qué mierda viniste hasta acá!? ¡Tu...!

—¡Micchi-kun, yo lo invite! ¡Es mi pareja! —chilló Sumi, y ahí fue donde, del mismo shock, pudo detenerse.

¿Su qué?

Miro a esta misma de inmediato a la hermana pequeña de Masumi, quien era una de las personas que le estaba agarrando el brazo para evitar que se lanzara a aquel hombre de orbes dorados. Sintió que había escuchado mal, sobre todo de la persona que se trataba y quien lo había dicho; miró a la muchacha de diecinueve años y luego lo miró a él incrédulo.

—¿Q-Qué...?

—Y-Yo lo invite. Fue por mi que él está aquí. —dijo la de cabellera rizada con un poco de pena, sobre todo al ver la atención de los presentes—. Así que cálmate, porque yo misma quise que viniera.

—¿Tú...? —su cuerpo fue aflojándose, y allí fue cuando lo fueron soltando, miró nuevamente al de cabello oscuro con mechas teñidas y quiso protestar, pero por un momento miró hacia la foto enmarcada que llegaba a verse detrás de él.

Podía notar una fotografía de Kiyoko Masumi, la razón por la que estaba allí, en dónde sonreía con dulzura hacia la cámara y parecía estar en alguna parte de invierno por su vestimenta, pero se fijó más en ella como tal que en el entorno. Su cabeza pareció recapacitar, e incluso buscó con la mirada a Mirai, quien estaba siendo cargada por Kira y miraba hacia ella con ingenuidad, hasta mirarlo curiosa y un poco preocupada, asustada.

¿Y cómo no iba a estar asustada? Había acabado de hacer un escándalo.

Tonto, Takemichi. Eres un tonto, tonto. ¡Grandísimo idiota...!

—Vamos a fuera. Así podrás respirar y calmarte, Micchi-kun. —con un poco de firmeza, Sumi nuevamente lo agarró del brazo y jaló, sacándolo de sus pensamientos.

Apenas pudo musitar un sonido confundido cuando lo jaloneó fuera de la instalación en dónde todos tenían la mirada puestas en ellos, lo último que vió fue a Kira, Mirai... y Hanma antes de que cerraran las puertas del lugar y llegarán a un grande patio, donde habían arreglos florales y arbustales, así como un pequeño lago con peces Koi. Bastante bonito, y lo disfrutaría en otra ocasión si no fuera un velorio y tuviera una crisis ansiosa en esos momentos.

Si, realmente necesitaba aire.

—Te daría una bofetada justo ahora por hacer tal escándalo, pero sólo por ser el funeral de mi Nee-chan y sé que tú estás bastante afectado no lo hago. —Sumi hace un gesto de querer golpearlo, claramente controlándose. Se detuvieron lo suficientemente lejos del lugar para poder hablar.

Claro, Takemichi estaba en su burbuja tratando de procesar lo que había acabado de ver, de escuchar; había tenido nuevamente e a Hanma Shūji frente a frente, quien en el pasado era el comandante interino de Valhalla, fue el líder temporal de Moebius, y actualmente sabía que era uno de los altos mandos de la Tōkyo Manji del futuro-presente. Así que, era más que claro que estaría alterado.

Si, pero había algo que lo tenía pensando demasiado, muchísimo. Incluso alzó su mano temblorosa y señaló a la nada, luego moviendo su dedo hacia Sumi.

—¿C-Cómo rayos... ¿Cómo es qué tú y él...? —estaba sin palabras, no quería ni podía creer aquella información. Las propias hermanas de esta le aludieron que tenía una relación con alguien mayor, pero entre todas las personas, no se imaginó que sería él—. ¡Hanma es muy mayor para ti! ¡Tiene la edad de Tenshi-san y tú no eres ni mayor de edad! ¿¡Sabes lo malo que es eso!? ¡Debería estar en la cárcel por meterse contigo!

Sumi se quedó en silencio por su replica, en dónde había apretado un poco el entrecejo, sin decir ni una palabra. Takemichi trataba de procesar ese hecho, esa información que no le entraba en la cabeza por nada en el mundo, ¡no quería! Además de que sabía que Hanma Shūji era un alto mando en la Tōkyo Manji del futuro y eso significaba problemas de muchas maneras, asustándose de sobre manera al saber que él pudo haberse acercado y convivido con Mirai.

Mierda.

❛¿Cómo es que...? ❜ la imagen de Sumi y Hanma a un lado del otro le dió náuseas, sintiendo una sensación estremecedora en su cuerpo, sobre todo al imaginar a sus versiones del presente con las del pasado, en dónde el chico era un adolescente y ella era una simple niña que no tenía ni los dos dígitos de edad. ¿En serio era tan chiflado como para meterse con una menor de edad? ¡En la actualidad ni siquiera era mayor de edad!

—Creo que estoy lo suficientemente grandecita para saber que es lo que estoy haciendo. —finalmente habló la menor, con cierta replica aunque casi parecía haber vergüenza en su hablar—. Además, ya lo sabías. La primera vez que conociste a Mi-chan te lo dijeron.

—¡Si, pero no creí que sería a esa magnitud! Un poco más y te dobla la edad.—soltó, no evitando mostrar su alteración—. Aparte, ¿sabes por lo menos quien es él? ¿en lo que está metido? ¡Debes alejarte de él lo antes posible!

—El papel de padre ya lo tuvieron conmigo, ¿y sabes? Lo hicieron muy mal. —Sumi comenzó a mostrar su enojo e indignación, por ser tan señalada—. Tú no eres ni serás nunca mi papá ni tendrás el derecho a estarme reclamando que es y que no es lo que tengo que hacer.

—¿Y que pasó con Tenshi-san? —su pequeño cuerpo de tensó por el nombramiento de su hermana mayor, la razón por la que estaban todos allí—. No te estoy diciendo lo que digo por querer hacerme el responsable o el mayor, ¡Hanma es peligroso! Él es... —su tono de voz quiso decaer cuando quiso continuar hablando, cuando quiso mencionar a aquella persona—. Él es parte de lo que Mikey-kun es parte... ¿Entiendes eso? ¿Crees que a Tenshi-san le gustaría verte metida con un hombre así?

—N-No hables... —la voz de la menor trató de quebrarse, en dónde desvió la mirada hacia el suelo—. No hables por ella... E-Ella... A ella...

—Sabes que ella no querría que entregues tu vida de esta manera tan rápido. Estoy seguro que le gustaría alguien mucho mejor que él para ti, que disfrutes tu vida con alguien que la vea como tú. —también quiso llorar, en si, las ganas de llorar lo invadieron, no tardando en que sus ojos se cristalizaran—. ¿P...Pensaste que puede hacerle daño en algún momento a tus hermanas, a ti, a Mirai-chan?

—Y-Ya lo sé. —respiró fuertemente por la nariz, tratando de controlarse y no llorar. Pero era un poco dificil, demasiado—. ¿Crees que no sé que es lo que pensaría mi Nee-chan?

—¿Entonces por que lo haces?

—Porque no me quiero quedar sola, otra vez. —respondió, tomándolo por sorpresa. Y antes de poder hablar, ella tomó la palabra—. Todas perdimos a la persona más importante que alguien puede tener, al mismo tiempo; a ella le dolió más porque estaba lo suficientemente consciente para entender todo. Yo y mis hermanas no... Eramos tan pequeñas que casi ni recuerdo su rostro lo suficiente como para decir que me duele. —agachó su mirada mientras las lágrimas caían por sus mejillas—. Ya ni recuerdo como fue nuestro papá... ¡el maldito lo que hizo fue hundirse en el alcohol hasta que ya no aguantó y nos dejó solas!

Takemichi se quedó en silencio, sorprendido por lo que oía, por lo que veía; cuando Sumi alzó la mirada con una mezcla de impotencia y rabia, y al mismo tiempo dolor en sus ojos, el cual reflejaba al momento que lloraba, por alguna razón fue como ver una versión de Masumi llorar, sufrir, como si se estuviera reflejando en ella.

—¿Quién fue la única que se quedó? ¡Fue Nee-chan! Incluso cuando no era su deber, se quedó con nosotras y trató lo mejor posible de criarnos, de cuidarnos... —su voz no era capaz de ser un poco más firme, lloraba y lloraba, como si soltara todo lo que sentía en esos momentos—. P-Pero... apenas ella terminó como terminó, todo se derrumbó, nos quedamos solas, me quedé sola sin saber que hacer... Cuando la oscuridad comenzó a consumirla, creo que lo hizo conmigo, con todas nosotras... Y creo que Shū-chan es lo más cercano que tengo de ella.

Takemichi se quedó en silencio, completamente en shock, no sabiendo como procesar lo que había acabado de escuchar. Tembló, mirando hacia la chica de cabello rizado, no queriendo creerlo. Agachó la mirada mientras apretaba sus puños con una enorme impotencia. Hasta ahora, era el peor futuro que había logrado presenciar; ver cómo incluso las hermanitas de Tenshi habían terminado un involucradas con todo eso...

—Vete de Japón, Micchi-kun. —pidió Sumi, en dónde el mayor se quedo nuevamente mudo—. Vete lo más pronto posible, lo más lejos que puedas.

—¿Qué? Pero, Sumi-chan-

—¿Crees que estás a salvo en estos momentos? —su cuerpo se paralizó parcialmente por sus palabras, viendo su mirada opaca y fija en él—. ¿Piensas que puedes estar por ahí sin más? Tienes que tener mucho cuidado, sobre todo ahora. Y lo mejor es que te vayas de Japón, lo antes posible.

Ya era la segunda persona que le decía lo mismo, que se fuera. Incluso Masumi, antes de perecer le dijo que se fuera antes de que el lobo llegara, y hasta este punto, no sabía quién realmente sería aquel animal cazador de quien todos le estaban advirtiendo. Miró de reojo hacia la entrada del lugar en donde continuaba el velorio del ángel de la TōMan. ¿En serio estaba tan en peligro que todos se lo decían?

—Haré lo mejor posible para cuidar a Mi-chan. Es una de las pocas cosas que me quedan de mi Nee-chan. —dijo Sumi mientras se daba la vuelta, girando sólo para darle una pequeña sonrisa—. Cuídate, Micchi-kun.

CREYÓ QUE ESTAR A PUNTO DE VOLVER AL PASADO SE SENTIRÍA menos pesado como ahora se sentía. Una sensación de tener mucha más carga que antes lo recorría por completo luego de haber vuelto de aquel velorio, llegando con muchas más dudas que respuestas. Incluso se replanteó si había sido buena idea ir en primer lugar, quedando con una incertidumbre y pesadez en todo su pecho.

❛Al menos pude ver una vez más a Mirai-chan...❜ pensaba mientras bebía la taza de café que Naoto le había dado luego de llegar a su departamento, estando dispuesto a volver de una vez por todas al pasado. Apretó ligeramente el material de cerámica por la incomodidad enorme que tenía encima, estando más intranquilo que tranquilo. Sólo le relajaba un poco haber visto a aquella adorable niña una vez más.

Y que por favor no sea última vez.

—¿Y? ¿Qué tal? —cuestionó el Tachibana mientras lo veía desde su lugar, cruzándose de brazos.

Sintió un pequeño nudo hacerse presente en su estómago, recordando aquel pequeño dato respecto a una de las hermanas menores de Kiyoko Masumi. Desvió la mirada hacia un lado, mordiéndose ligeramente el labio, dudoso si mencionar lo que había descubierto ese día. Una sesanción de desagrado e impotencia lo recorría, apretando ligeramente sus puños.

Quiso decirlo, pero al mismo tiempo no, sobre todo sabiendo que podría estar involucrada con aquella persona; saber que Sumi estaba enredada de alguna manera con Hanma le provocaba nauseas, ganas de llorar. Sabía que cualquier cosa que tenga que ver con la Tōkyo Manji, por muy mínima que fuera, podría ser necesario para, al menos en el futuro, encontrar a Sano Manjirō.

Rayos, todo estaba demasiado confuso para él hoy.

—¿Tan malo fue? —escuchó como le preguntaba nuevamente, siendo ahora él quien dejaba salir un largo suspiro—. Si no quieres hablar de eso, está bien. Sé por mi mismo que los funerales no son los mejores.

Takemichi alza nuevamente la mirada hacia él al momento que lo escucha, notando la leve nostalgia que recorría su voz, haciéndolo recordar el día del funeral de Hinata. Así que sólo volvió a mirar hacia el suelo, escuchando como se aclaraba la garganta para poder hablar nuevamente.

—Pero vayamos por ahora a lo más importante. —dijo, recobrando aquella expresión seria que lo caracterizaba—. El Halloween Sangriento acabó con la derrota de la ToMan porque Sano Manjirō acabó asesinando a Hanemiya Kazutora. Además, Kisaki Tetta está detrás de todo. Sano mató a Hanemiya porque Sano era amigo cercano de...

—Era amigo de Baji-kun y Kazutora-kun lo mató. Y no sólo eso, si no que secuestró a Tenshi-san. —soltó casi de inmediato el mayor, mirando hacia abajo con una mueca en su rostro—. En ese caso, debo salvar a Baji-kun y cuidar a Tenshi-san. Así evitaré que Mikey-kun se descarríe.

—Y también detendremos el plan de Kisaki, y así, salvar de este futuro a mi hermana... —dijo en donde su mirada vaciló con ligereza, en donde Takemichi alzó la mirada hacia él con cierta impotencia—... y a Kiyoko Masumi.

Takemichi apretó sus puños con ligereza al volver a recordar lo que había sucedido hace sólo un día, en donde aún se sentía procesando toda aquella situación. Incluso se preguntaba si tan siquiera pudiera controlarse cuando la viera en el pasado, en donde ella estaría bien; en donde todos estarían bien, Hina, Baji, Kazutora, Mikey, Miyūki, y ella. Para poder darle un buen futuro a todos, y a Mirai.

—Protege a Baji Keisuke y nuevamente a Kiyoko Masumi, esa es la misión de esta vez. —el viajero asiente con firmeza, en donde Naoto dejó salir un cansado suspiro, colocando una sonrisa—. Primero Ryūguji Ken y ahora esto. Así van a ser las cosas, ¿eh? Incluso otra vez Kiyoko estuvo metida en esto...

—Pero pronto acabaremos con esto. —Hanagaki coloca su mejor sonrisa, confiado en que aquello si se iba a cumplir. Al menos, eso era lo que esperaba y buscaba.

—«Pronto», ¿eh? Lo dices como si nada. —murmura Naoto con un poco de tristeza—. Va a ser una misión dificil, sobre todo con tantas personas involucradas...

—¿Eh?

—No es nada. —muestra nuevamente una sonrisa, mostrando confianza. Se encaminó hacia Takemichi, extendiéndole la mano, justo com las últimas veces—. Mucho ánimo.

Takemichi muestra nuevamente una sonrisa mientras se levantaba, asintiendo a sus palabras con bastante seguridad. Seguridad de que nuevamente iba a salvarlos a todos, o al menos hacer el intento; ya había salido relativamente bien, aunque el futuro no fue el esperado, y casi lo sentía el peor hasta ahora. Su mano tembló con ligereza cuando quiso alzarla, sintiéndose incluso ansioso de volver al pasado.

En donde todo estaría bien, y debía mantenerlo así.

—Ya me voy, Naoto... —dijo el chico tratando de mostrarse lo más seguro posible, alzando su mano, pero antes de hacer aquel curioso apretón que provocaba que viajara al pasado, se detuvo, mirando hacia abajo. Naoto lo miró curioso—. Por favor vigila y cuida a las hermanitas de Tenshi-san, sobre todo a Mirai-chan y a Sumi-chan. —pidió.

El menor se quedó en silencio por varios segundos, observando su expresión aún atormentada, a pesar que, usualmente, se mostraba casi emocionado por volver al pasado. Pero había algo que entendía de su situación sentimental; había visto la muerte suceder enfrente de sus ojos, era algo que fácilmente no se puede olvidar. Comprendía como se sentía, así que mostró una ligera sonrisa de lado mientras volvía a mostrarle su mano.

—Ya lo estaba haciendo.

Y ahí fue que, Takemichi lo miró con un poco más de seguridad, y juntaron sus manos en un fuerte apretón de manos. En donde, como siempre, lo recorría aquella curiosa sensación que siempre sentía cada vez que volvía al pasado.

Para tratar de arreglar las cosas, quizás, una última vez.

Y aquí es donde se reproduce Atlantis.

VEN QUE SI PUEDEN CUMPLIR LA META MAS RÁPIDO

y aún así, habían TRESCIENTOS LECTORES que leyeron el cap y no VOTARON

Ustedes son los que deciden esperar más el capitulo, lo he dicho muchas veces pero no es mentira que tengo varios capitulos listos para subir 😛

Bueno, q les puedo decir del capítulo

ESPERARON QUE APARECIERA HANMA???

quiero ver que teorías tienen al respecto, aquí se toca brevemente pero quizás cuando termine este libro lo explique mejor o saque algún ova de cada futuro

¿Que teorías tienen de Sumi? ¿Que creen que pasaría con ella o con Mirai en este futuro?

Obvio, sabemos que cuando pase el arco de Valhalla💀 será un futuro diferente, pero quiero leerlos

¡Oficialmente tenemos un tik tok para mis historias! Ya he subido un par de videos de SWY, vayan a buscarme como shanxlabyx_wttp ❤️

Además, ¡tenemos canal nuevo de wssp!dejen su puntito aquí para pasarle el link, estoy hablando de curiosidades ❤️

❪📚❫',·curiosity's zone

#Desde el arco de Moebius, en el capítulo «Mikey's Angel II», se menciona a «Shū-chan» y el hecho de que es alguien mayor para Sumi, por lo que desde entonces ya habían pistas de este hecho. Y desde el cap «What once was happiness» dije que se trataba de un personaje del anime. ¿Se esperaban que fuera Hanma? Claro, que todo tiene doble intención. Tal como dijo Sumi, es como una manera de vigilar a Mirai, y al mismo tiempo cada uno de sus movimientos.

#Naoto ya sabe que Sumi tiene relación con alguien de los altos mandos de la Tokyo Manji del futuro. Por eso había dicho "Va a ser una misión dificil, con tantas personas involucradas ahora..." y también "Ya lo estaba haciendo". Eso se refiere a que la tiene vigilada y tiene aquella información. Pero, como toda investigación, no puede moverse de inmediato, no cuando está la posibilidad de que incluso mueva un dedo y ya no puedas salvarlas en ese futuro.

#Respecto a si Mikey buscó a Mirai y se la llevó al ser lo más cercano que le quedó de su esposa... No lo sé. ¿Ustedes que piensan?

→S H A N X L A B Y X←

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro