《49》

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Alice:

Faltaba muy poco para el almuerzo, y aún me encontraba recostada en mi cama, ya que, no tenía las energías suficientes ni la voluntad requerida para estar activa desde tan temprano. Además, quería disfrutar del último día de descanso, antes de comenzar nuevamente con la rutina, al día siguiente.

- S-señorita Alice, el almuerzo está s-servido -Indicó Vonley, desde el corredor.-

- De acuerdo, en un momento estoy allí.

Me puse de pie, tomé la bata que estaba a los pies de la cama para luego colocarmela y finalmente salir de la habitación. Al llegar al comedor, salude a mis padres, a quienes recién veía en ese día; debido a que, tomé el desayuno en la cama y me mantuve allí hasta hace un momento.

- Ese no es un atuendo acorde para estar en la mesa -Fue lo primero que dijo mi Madre, al verme.-

- Déjala Marie, es su día de descanso -Replicó mi padre.- Además, solo somos nosotros tres, no es necesario tanta formalidad.

Madre no dijo nada más al respecto, luego de aquella contestación, lo cual me hizo sentir aliviada, sobre qué no siguiera insistiendo.

- Por cierto, supe que abrió una nueva tienda en el Callejón Diagon -Comentó.- La cual tiene diferentes tipos de artículos para bromas, y otros inventos novedosos.

Por un momento, casi me termino ahogando con la comida, por escuchar aquel comentario de mi padre. No me esperaba, que de repente trajera a colación la tienda de los gemelos.

- ¿En serio? -Me hice la desentendida.- Que interes...

- Que ordinario, ¿Cómo pueden permitir que una tienda de ese estilo tenga apertura? -Mucitó Madre.-

- ¿Ordinario? Pienso completamente lo opuesto, me parece una propuesta interesante -Respondió, antes de beber un sorbo de su copa de vino.- Sobretodo, en estos tiempos que estamos atravesando, donde hace falta más alegría.

Como siempre, mi padre resulta ser más sensato y no tan clasista ,en comparación, con mi Madre, a la hora de dar su opinión. Y como es costumbre, sólo se limitó a mostrar una mueca e ignorar sus palabras.

- Además, uno de los propietarios de aquella tienda está vinculado con nosotros, ya que es nuestro yerno -Agregó.- Te guste o no Marie.

Aquellas palabras me tomaron por sorpresa, era bastante extraño que siguiera insistiendo con el tema. Más teniendo en cuenta, el conflicto que se ocasionó posteriormente a la Cena Navideña; cuyo motivo fue mi relación sentimental con Fred.

- Y aprovechó la situación, para proponerte Alice, o mejor dicho, comunicarte que invites a tu pareja a cenar el próximo sábado -Sonrió.- No escucharé quejas ni negativas al respecto, ya lo he decidido.

Finalmente pude atar los cabos sueltos, y entender el porqué comenzó a hablar de repente sobre todo ello. Él ya tenía decidido invitar a Fred a cenar, solo comenzó a confeccionar la situación para dar ese comunicado.
Lo cual significa que, no podré convencerlo de que cambié su decisión, ya que, es una persona bastante terca y del tipo que cuando tiene una idea en mente, no habrá nada ni nadie que lo haga reflexionar.
Por lo cual, lo más razonable es seguirle la corriente y hacer lo que me ordena.

- No cuentes con mi presencia en ese aberrante encuentro -Dijo Madre.- Va en contra de mis principios, cenar con una persona tan ordinaria, y peor aún, un Traidor a la Sangre.

Bueno, aquel comentario culminó con mi paciencia, la cual estaba poniendo a prueba con sus anteriores observaciones.

- Marie, recuerda la charla que tuvimos los tres, el día que Alice regresó a casa - Respondió Padre, mientras colocaba sus brazos sobre la mesa.- Luego no te arrepientas de tus acciones, es lo único que diré... la comida estuvo deliciosa -Tomó la servilleta, y al limpiar sus labios se puso de pie.- Me retiró, nos vemos más tarde.

Al no contar más con su presencia, mi motivo para estar conviviendo en esta sala con mi progenitora, ya no tenía sentido. Por lo que, me retiré del lugar.

Aquella recomendación de Padre hacia mi Madre, tenía un motivo. Puesto que, el día que regresé a casa al terminar la graduación, fue la primera vez que volví, luego de aquella discusión que ocurrió al terminar la Cena Navideña.

Debido a ello, mi Padre nos obligó a reunirnos los tres, en su despacho, para conciliar la "Relación Familiar". Luego de acabar con ese asunto, se trató lo relacionado con la herencia.
Según la tradición familiar, aquellos miembros que eligieran seguir con el camino de ser un Auror; serán proclamados herederos legítimos. Y pasarán a ser los Señores o Señoras de la mansión.

De esa manera, mi Padre obtuvo toda la herencia de la familia, a pesar de no ser único hijo. Pero, al ser el único que eligió volverse un Auror, pudo heredar todo.
Y es lo que sucederá conmigo, una vez que termine el entrenamiento y sea nombrada Aurora por el Ministerio de Magia. Lo cual, significa, que pasaré a ser la autoridad máxima de esta familia, incluso estaría por encima de mi Madre.

Dentro de las atribuciones y responsabilidades que se adquieren al ser el heredero, se encuentra el manejo del presupuesto en general y de los miembros en particular. Puesto que, mi Padre sigue financiando a mis hermanas, como a Madre también.

Pero, el día en que tome la batuta, todo ello puede comenzar a cambiar. Por lo tanto, lo más inteligente que podrían ellas hacer, es no ganar mi enojo o rencor. Porque podrían en un futuro, arrepentirse de ello.

En lo que me respecta, lo único que quiero y deseo, es tener una convivencia pacífica hasta que logré vivir por mi cuenta. Ya que, lo que menos quiero, es seguir tolerando y escuchando los caprichos de los demás miembros de la familia.

[...]

La semana transcurrió en un abrir y cerrar de ojos, finalmente era viernes. Normalmente estaría feliz y tranquila por ello, por la simple razón de que podría descansar dos días seguidos, pero este no sería el caso; ya que, al día siguiente, tendré la cena donde presentaré formalmente a Fred como mi pareja.

Por ello, me dirigí a la tienda de los gemelos al salir de mi entrenamiento, para darle la tan inesperada noticia; la cual debía ser dicha en persona.

El Callejón Diagon no se encontraba tan concurrido debido al horario, por lo que, esperaba que "Sortilegios Weasley" siguiera abierto al público. Sino, tendría que ir a la Madriguera, lo cual implicaría que todos los miembros de la familia Weasley supieran lo de la cena.

Al estar finalmente frente a la tienda, pude observar que las cortinas de los escaparates se encontraban cerradas; pero aún yacía luz dentro de ella. Por lo que, decidí ingresar, para percatarme que la puerta seguía abierta.

- Disculpe, la tienda ya ha cerrado por el día de hoy -Expresó Beth.-

Quién junto a los gemelos, se encontraban al final del salón, específicamente en donde se ubica la caja registradora. Supuse que estarían controlando el dinero con relación a las ventas del día de hoy.
Miraron hacia mi dirección, al escuchar la campanilla de la puerta, descubriendo así, que se trataba de mí.

- Alice, que gusto verte pero ¿Qué haces por aquí tan tarde? -Preguntó George.-

- Por tú vestimenta, asumo que acabas de salir de tu entrenamiento -Comentó Beth.-

- Estás en lo correcto Beth, y respondiendo a tu pregunta George -Lo miré.- Sólo quise pasar por aquí ¿Acaso no puedo visitar a mi mejor amiga, mejor cuñado y a mi novio sin tener un motivo oculto?

- Si lo dices así, me haces sentir como si fuese malo contigo -Suspiré.- Así que vamos a fingir que no hice tal pregunta -Dijo riendo.-

- Sabia decisión -Sonreí.- Y Fred...

Éste al ser nombrado, se colocó rápidamente a mi lado, con intenciones de otorgar un abrazo.

- Tú, ven conmigo -Tomé su mano.- No los interrumpo más y los dejo continuar con sus cuentas.

Nos alejamos de ellos, al caminar hasta la salida de aquella habitación, en dónde me detuve.

- ¿He hecho algo malo? -Preguntó confundido.-

- ¿Hiciste algo malo qué deba saber? -Cuestione y el negó.- Entonces ¿Por qué preguntas eso?

- Por el tono que usaste al referirte a mí y por querer hablar a solas -Se cruzó de brazos.-

- No lo había notado, pero no te preocupes, no es nada malo -Suspiró aliviado.- O eso creo -Dije dubitativa.-

- Me estás confundiendo -Frunció el ceño.- Alice ¿Qué sucede?

- Mañana vendrás a cenar a mi hogar, cenaremos junto a mis padres.

El semblante de Fred fue cambiando  por varias expresiones, comenzando por confusión, luego por sorpresa y finalmente por nervios.

- Casi lo he malinterpretado -Escuché a mis espaldas.- Que alivio que fue sólo eso -Comentó Beth.-

- Si yo fuera tú, Fred, tendría bastante temor de presentarme frente a Henry Lougthy como su yerno -Agregó George.-

- No ayudas en nada Georgie -Lo miró molesto.- ¿Qué debo hacer? ¿Qué debo vestir? ¿No puedo ausentarme? -Dijo nervioso.-

- Ni se te ocurra -Advertí.- No estés tan nervioso, solo será una cena -Acaricié su brazo, en señal de apoyo.- Además, estaré allí contigo.

- Gracias Cariño -Sonrió.- Creo que no podré dormir esta noche, debo prepararme.

- No lo pienses demasiado, porque será aún peor -Bostece de repente.- Bueno, ya es momento que me marche, nos vemos luego chicos -Me despedí.- Fred nos vemos mañana en mi hogar, a las 07:00 pm -Tomé el picaporte.- Por cierto, trata de ir un poco formal, y se puntual, adiós...

Al salir de la tienda, fui directamente a mi residencia, para así finalmente descansar y estará preparada para el día siguiente.

Continuará...








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