Ella seguía incredula, simplemente no podia creer lo que sus ojos habían presenciado hace unos minutos.

Ruby, su hija, su querida, pequeña, inocente y dulce hija, experimentando su intimidad con...

Bueno, ni sabia quien era la chica que estaba junto a Ruby. De seguro alguna amiga de Ruby... o tal vez... se traté de una maldita pervertida abusadora que solo esta usando a su hija para complacerse.

Solo era eso, un tal vez.

El haber encontrado a su hija en una situación tan íntima fue demasiado para la pobre madre de Ruby, ella no se esperaba esto, menos de su querida y dulce hijita.

Algo pensaba ella, algo peligroso, en una posibilidad, similar a la que había llegado anteriormente.

"Esa chica esta aprovechándose de Ruby... su cara de extasiada lo dice todo... es obvio, ella no es más que una abusadora... mi pequeña Ruby nunca haría esas cosas, de seguro esta siendo influenciada por esa maldita perra de-" Sus pensamientos terminaron cuando vio como su pequeña, su tesoro, su todo, su hija Ruby llegaba a la sala, con la mirada baja y acompañada de la chica de la que ella hablaba.

Ahora si la pudo ver mejor, era una chica linda, bella y muy simpática. Tenia unos ojos azules muy bellos, su cabello color rojizo, una blusa celeste y unos pantalones largos del mismo color que el oceano. 

Siendo honesta, esa chica lucia bastante bien...

Peo claro, eso es lo que puedes decir viendola por fuera, uno nunca sabe la clase de barbaridades que se escondan detrás de ese rostro bonito. Aunque la señora Gillman ya se imaginaba que clase de persona era aquella chica por dentro.

"Mamá... y-yo" Dijo Ruby tomado la palabra, siendo interrumpida rápidamente por su madre.

"No digas nada Ruby, primero siéntate junto a tu... amiga" Ella no sabía como llamar a la chica que acompañaba a Ruby.

Ruby no dudo en hacer lo que su madre le ordeno, no quería hacer que se moleste aún más. Llevo a Chelsea a la mesa, sentándose una al lado de la otra.

En ningún momento soltaron sus manos. Eso las hacia sentir seguras, protegidas, les daba el valor de arriesgarse y dar la cara por su amor.

Definitivamente eso necesitaban, valor. Valor para enfrentar esta situación... y salir ilesas.

"Bien... Ruby, cariño, ¿por que no empezamos por el principio?, ya sabes... no es bueno apresurar las cosas"

Ruby entendio rápidamente la indirecta, y solo agachó la cabeza con más miedo y vergüenza. El tono de voz con el que hablaba su madre no era normal, y eso solo la ponía más nerviosa.

"Señorita Gillman..." Dijo Chelsea, llamado la atención tanto de la madre como de la hija "Lamento no haberme presentado ante usted de la manera adecuada... yo... no pensé que-"

"¿No pensaste que?, ¿que no subiría al cuarto para ver a mi hija?, ¿querías seguir aprovechandote de ella aún más tiempo, eh?, ¡¿acaso no fue suficiente todo el tiempo que les di para que bajen por su cuenta?!"

Chelsea arrugó su rostro, en una expresión de nervios y terror. No sabía como responder, nunca tuvo a una autoridad como esta delante suya, alguien que la hacia sentir débil e indefensa con solo hablar.

Aún asi, reunió el coraje para seguir adelante y continuar con lo que decia.

"En serio, lamento mucho eso, es que... ya sabe... somos adolescentes y... las hormonas-"

"Si, si, entiendo eso, no tienes que decirlo"  Dijo la madre de Ruby con una expresion para nada contenta "¿Pero no podías esperarte al menos a que me vaya?, ¡¿tenías que devorar a mi hija en mi propia casa mientras yo estaba presente?!"

"Eh... hmm... señora... ¿como se lo digo...?, en realidad... su hija es la que me devora a mi..." Confesó Chelsea con un leve sonrojo, sonrojo que fue acompañado por Ruby, pero esta última estaba mucho más sonrojada.

La madre de Ruby no dijo nada, solo se mantuvo en silencio, procesando la información de que, al parecer... su pequeña e inocente hija era la activa en la relación.

"Mamá... no fue mi intención incomodarte... es solo que... yo no sabía que tu volvías hoy..."

"Exactamente" Continuo Chelsea "Si yo hubiera sabido que usted venía hoy a la casa, le hubiera dicho a Ruby que mejor venia en otra ocasión"

"Eso no explica nada... ustedes lo hicieron cuando sabían perfectamente que yo estaba esperando que bajaran..."

"Es que... pensamos que lo haríamos rapido, tenemos algo de experencia en el tema y-"

"¡¿COMO?!, ¡¿ENTONCES YA LO HAN HECHO ANTES?!" Pregunto la señora Gillman, sin poder creerselo.

"EH- ¡NO, NO!, ¡ESO NO ES LO QUE QUISE DECIR...!, bueno... si lo hemos hecho antes, muchas veces... ¡pero no quería hacérselo saber de esa forma!"

"¡Eres una...!, ¡ni siquiera se tu nombre para poder maldecirte adecuadamente!"

"S-soy... soy Chelsea..." Respondió la pelirroja nerviosamente.

"Muy bien, Chelsea, querida, ¡eres una hija de...!"

"¡Mamá, no es necesario llegar a las malas palabras!" Dijo Ruby saliendo en defensa de Chelsea.

"¡Tú mejor guarda silencio, Ruby!, ¡no puedo creer que me hayas ocultado esto!, te escribo todos los dias, siempre estoy pendiente de ti... ¡¿y todo para que?!, ¡¿para llegar y encontrarme con esta atrocidad?!"

"¡Chelsea no es ninguna atrocidad!, ¡es mi novia!"

"¡Eso no me molesta!, ¡lo que me molesta es que lo hayas mantuvido en secreto!"

"No fue asi... s-solo... ¡fue algo reciente!, ¡eso es todo!"

"Oh... así que algo reciente, ¿entonces cuando sucedio?, porque hace dos días te mande un último mensaje y me dijiste que de momento no había ninguna novedad... pero tu pequeña noviecita dice que ustedes ya han tenido relaciones antes... ¿eso que quiere decir?, ¿que en solo 1 día y medio se han vuelto expertas en el tema?"

Ruby se sintio acorralada, ya no supo que responder, en su desesperacion, miro a Chelsea, suplicandole con la mirada que le ayude. Chelsea entendió y tomo la palabra por ella.

"Señorita Gillman..."

La madre de Ruby la volteó a ver.

Chelsea se congelo, el semblante de su suegra era tan serio y oscuro, que la dejaba sin palabras. Nuevamente, se sentía diminuta y tan pequeña en comparacion con la mayor de los Gillman.

Lo unico que se le ocurrió a Chelsea, fue decir un chiste que vio en interner, tal vez así podría aligerar el ambiente un poco.

"¿Sabía usted que su hija tambien me dice mami?"

...

...

...

Eso definitivamente no aligero el ambiente, ni siquiera un poco.

Solo hizo que la madre de Ruby continúe maldiciendo a Chelsea. Llamándola de todas las formas posibles, y ninguna de esas formas era buena.

"¡Suficiente!" Exclamó Ruby, interrumpiendo a su madre "¡No permitiré que sigas insultado a mi novia de esa forma!"

"Ruby... por favor... ¿puedes decirme la verdad de una vez?, ¡estoy segura de que esa chica esta manipulandote!"

"¡Tú no la conoces!, es cierto que antes era algo problemática... pero esta cambiando, ¡se esfuerza todos los días para demostrarme que ya no es la misma que antes!, ¡todo eso lo está haciendo por mi!"

"Señorita Gillman, y-yo le juro que amo a su hija... y lamento profundamente haber estado haciendo algo indebido con ella cuando usted está presente... ¡le prometo que algo como eso no volverá a pasar!" Dijo Chelsea con un leve sonrojo en sus mejillas, más de vergüenza que de otra cosa.

Por unos instantes, todo se calmo, nadie decía nada, solo reinaba el silencio.

Y eso era porque... la madre de Ruby estaba uniendo hilos, y... en poco tiempo, llego a una conclusión inesperada pero también bastante evidente.

"Un momento... ¿tu no eres la chica de la que tanto me hablo Ruby?" 

"¿Eh...?, ¿que?" Pregunto Chelsea confundida, mirando a Ruby en busca de una respuesta, pero ella lucia pasmada y nerviosa.

"Si... tu eres esa chica... Chelsea. Aquella sirena egoista, narcisista y arrogante, que no hizo más que joder la vida de mi pequeña y hacerla llorar todas las noches..."

...

...

...

"Tu... le hiciste mucho daño a mi pequeña, no sabes la cantidad de veces que ella me contó todo lo que sufría por tu culpa... ¡¿y esperas que te crea que has cambiado tan radicalmente?!, ¡¿como puedo creer eso después de todo el daño que le has hecho?!"

...

...

...

"¡¿Como puedo estar segura de que de verdad la amas y no sólo estas jugando con ella?!, ¡así como de seguro juegas con los miles de fanáticos que tienes!"

...

...

...

Chelsea se encontraba retrocediendo cada vez más, la madre de Ruby se acercaba a ella a un paso amenazante. No somos sus gritos la aterraban, también la forma en la que se movía en contra de ella, acercándose paso a paso, poco a poco, con el único objetivo de arrinconarla y dejarla sin salida.

Eventualmente, eso ocurrio, la madre de Ruby kogro arrinconar a Chelsea contra la pared. Era tanta la tensión, que Ruby ni siquiera pensó en entrometerse entre ellas. Era demasiado... demasiado para ella.

Por otro lado, Chelsea se encontraba al borde del colapso, no estaba aconstumbrada a sentirse asi, vulnerable y débil. Era una sensación horrible, absolutamente horrible.

Sus ojos estaban llorosos, húmedos y lagrimosos. Si esto seguía asi, no faltaría mucho para que Chelsea comienza a llorar.

La madre de Ruby puso una mano en el hombro de Chelsea, y con su otra mano, sostuvo su cabeza para que la pequeña sirena la mire directamente.

"Dime la verdad, ¿sigues siendo la misma chica de antes, Chelsea?, ¿o de verdad has cambiado por mi pequeña?"