⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀O26.

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—La luna está muy linda hoy. —dijo Minho, sentado a mi lado con mano entrelazada a la mía.

—Es la primera vez que la veo desde hace mucho tiempo. —comenté.

En el desierto no me había detenido admirar la luna y en el cuartel de Janson no podíamos salir. En cambio, todo era diferente aquí, finalmente había podía mirar el cielo y las estrellas todo el tiempo que quisiera, sin tener que estar alerta al peligro, pero lo que más hacia amar este momento es que Minho estaba a mi lado.

HACE DOS AÑOS ATRÁS.
📍en el área.

—Finalmente pudimos encontrar un momento para estar juntos. —sonreí, mirando detalladamente a Minho.

Nos habíamos subido en el mirador del Área, teníamos un batido que hice de fresas en nuestras manos. Estábamos observando el cielo para nada estrellado, pero lo que nos importaba era el tiempo que estábamos juntos.

Creí que no podríamos pasar el tiempo juntos hoy. —confesó, Minho.

—Yo tampoco. Newt me cubrió hoy. —comenté. Minho sonrió y agarró mi mano dejando un suave y delicado beso en ella, mi piel como respuesta se erizó.

—Me sorprende que Newt te haya cubierto en el trabajo. —dijo Minho, con cierto toque de sarcasmo. Ambos nos reímos.

—¿Crees que deberíamos de bajar a la fogata? —pregunté.

—No, porque si bajamos no podré robarte un beso. —advirtió el asiático tomándome por sorpresa con su comentario.

Mi corazón comenzó a latir con tanta fuerza que creí que se me saldría del pecho. Nos comenzamos acercar lentamente, anheleando finalmente besar al otro. Sí, era la primera vez que nos besamos, pero ni siquiera éramos novios, llevábamos meses “saliendo” y coqueteando, pero ninguno de los dos se dignaba a confesar sus sentimientos por el otro.

Nuestros labios finalmente dieron un roce, nuestras respiraciones se mezclaron.

—Oigan, Alby los es...Ay, perdón. —interrumpió Jeff, quedándose estático en las escaleras y nada más asomando su cabeza. Minho y yo nos separamos y observamos a Jeff.

—¿Qué sucede, Jeff? —preguntó cortante Minho.

—Eehh —comenzó a tartajear Jeff—...¿A qué venía? Ah sí, Alby los está buscando. Lamento interrumpir su beso. Sigan en lo suyo. Yo no ví nada. Adiós.

Se fue casi que corriendo. Me volví y conecté mi mirada con la de Minho, apoyé mi peso en una pierna y me crucé de brazos.

—Debemos de ir con Alby. —repetí, él asintió ante mi pregunta.

Caminé hacia las escaleras, pero Minho me detuvo agarrando mi mano y haciéndome girar, pegando mi cuerpo con el suyo, su mano estaba en mi cintura impidiendo que me pudiera separar de él.

—No iremos hasta que me respondas una pregunta. —dijo, manteniendo su mirada fija en mis ojos.

Me comenzaba a sentir cada vez más nerviosa, al punto que podía sentir mis manos sudar y mis piernas temblar.

—¿Qué pregunta? —mis voz temblaba, pero hacia todo lo posible para mantener la compostura.

Minho sonrió muy coqueto. Se veía muy apuesto bajo la luz nocturna; pero no era por la luz, él era guapo; su cabello azabache, sus ojos, sus labios, su piel, lo hacían único.

Minho era mi luna.

—¿Quieres ser mi novia? —preguntó finalmente.

EN LA ACTUALIDAD.
📍en las montañas.

—¿En qué piensas? —preguntó Minho, sacándome de mis pensamientos; sonreí.

—En la vez que me pediste ser tu novia. —respondí. Él sonrió de lado.

—Odié a Jeff por varios días por haber interrumpido nuestro, casi, beso. —bufó el chico.

Ambos reímos al recordar eso. En el campamento, Jorge arregló una vieja radio y se reprodujo una vieja canción francesa con una melodía algo romántica.

Minho me miró por unos segundos algo pensativo, soltó un suspiro para después levantarse y extender su mano hacia mi.

—¿Quieres bailar? —arquee una ceja un poco dudosa ya que ninguno de los dos sabía bailar en realidad—. Sí, sí. Ya sé que nunca hemos bailado, pero...

—Vale la pena intentar si es contigo. —concluí, él sonrió al decir lo que él estaba por decir.

Comenzamos a bailar por sobre la gran roca en la que estábamos sentados anteriormente, aun cuando no sabíamos bailar hacíamos el intento para tener un recuerdo mágico al lado del otro; un recuerdo que ya no sería en el Área.

—Recuerdo que una vez me dijiste que querías bailar bajo la luna y al ritmo de la música conmigo, pero que no podrías hacerlo ya que en el Área no podíamos ver la luna y mucho menos tener música. —recordó Minho.

«—Quiero bailar bajo la luna, al ritmo de una espléndida y melodiosa canción...contigo. —confesé, estando bajo la mirada de Minho. »

«—Algún día lo haremos. —respondió»

Minho se acercó a mi rostro y juntó nuestros labios cayendo en un suave y seductor beso. Un beso que me sabía a dulzura, amor y libertad. Al separarnos, nuestras frentes siguieron unidas sin dejar de bailar en la melodía suave sin importarnos que algunos habitantes de Brazo Derecho nos observaban.

Ti amo, Minho. —hablé en italiano, el chico sonrió de lado con sus ojos brillando de amor. Era la primera vez que se lo decía después de dos años.

Pero todo era la calma antes de la tormenta. Nada podría ser lo suficiente bueno para siempre, total llegaría el caos.

A lo lejos se comenzaron a escuchar varios helicópteros, varios de ellos iluminaron el campamento para después otros lanzar granadas que quemaron el campamento, más atrás a varios inmunes.

—¡¿Qué está sucediendo!? —preguntó Minho, ayudándome a bajar de la roca.

—Nos descubrió CRUEL. —respondí, viendo a varios agentes bajar de helicópteros y lanzar balas eléctricas a inmunes.

Nos ocultamos detrás de unos barriles y nos encontramos con Sartén y Newt.

—¿Dónde está Thomas? —preguntó Sartén, aterrorizado.

—¡Vince! ¡Harriet! —gritó Minho, corriendo a la camioneta de armas con ellos siendo seguido por nosotros—. ¿Cómo ayudamos?

—¡Cúbranos! —contestó Harriet.

—¡Oye! ¿Sabes usarla? —preguntó Vince pasándole un rifle a Minho, él no dudó en aceptarla y comenzar a disparar —. Esta metralladora es nuestra única oportunidad.

Harriet nos pasó a los demás más rifles que no acepté ya que no eran armas de mi preferencia. Saqué de la camioneta dos pistolas de R31 y no dudé en matar a mis excompañeros. Admito, disfruté verlos caer.

—¡Vince! ¡Rápido! ¡Son demasiados! —grité, recargando las pistolas por segunda vez, ya no falta mucho para que me quedara sin recargas.

—¡Ya no me quedan! —comentó Sartén.

—¡Cuidado! —advirtió Newt, viendo como un agente lanzaba una bomba eléctrica a nuestra dirección.

—Suéltame, idiota. —gruñí, forcejeando contra un agente, en realidad eran dos quienes me sostenían, pero ninguno cedía a liberarme.

—¿Ya le dieron la dosis A16P? —preguntó Janson. Al escuchar sobre la dosis comencé a desesperarme, por ende a intentar forcejear más, pero mis manos estaban esposadas y ellos evitaban que me liberaran.

—No, señor. La doctora Ava la trae con ella. —informó un agente. Janson asintió.

—Te juro que si me llego a liberar, tú y Ava serán los primeros en morir por mis manos. —dije, enfadada. Janson se rió y negó con la cabeza.

—¿Dónde está Thomas? —preguntó, ignorando mi advertencia.

—Justo aquí. —respondió, haciendo su acto de presencia.

Varios agentes les apuntaron y uno lo obligó a caminar hacia donde estábamos.  Janson le agarró de su chaqueta.

—Thomas. —dijo con una sonrisa hipócrita, procedió a darle un rodillazo en su estómago dejándolo sin aire.

Intenté acercarme y devolverle la patada, pero los agentes me agarraron con mayor fuerza y me obligaron a estar de rodillas.

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