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Unos largos minutos más tarde, cuando el sol ya de encontraba en su punto más alto con sus ardientes rayos solares, los 6 se bajaron del auto frente a una casa bastante vieja y abandonada.

—¿Dónde estamos? —preguntó TaeHyung. —¿Saben? Quiero irme a casa. De verdad no quiero seguir con esto.—el castaño empezó a caminar alejándose un poco de los demás.

—¡¿Acaso sabes cómo regresar?!—le preguntó NamJoon.

—¡Buscaré cómo! —respondió TaeHyung sin girarse.

NamJoon rodó los ojos y vio a JungKook caminar hacia él.

JiMin mantenía su corazón controlado, pero aún seguía en silencio. YoonGi se le acercó a su lado y le colocó una mano en el hombro.

—¿Por qué tan callado? —preguntó.  —Estaba esperando que enloquecieras y hicieras jugo a todos. —su tono era burlón, pero eso no hizo que JiMin hablara solo se limitó a mirarlo de reojo. —Veo que te estás controlando. —rodeó su cuerpo y se puso detrás de él. Se acercó a su oreja y deslizó sus manos hacia delante tomándole de la barbilla y levantandola hacia el frente para que él mirara hacia la casa. —Una vez que entres te desbloquearé un recuerdo que tanto quisiste borrar, Park... —dicho eso, la piel  de JiMin se erizó. —¿Crees qué no estoy al tanto de ti? —y una risa áspera hizo que su corazón diera un vuelco.

¿Qué tanto sabia YoonGi  de JiMin? Ya daba escalofríos.

Este se alejó de JiMin y caminó hacia la puerta sacándose el arma del pantalón. La llevó en la mano y llamó a la puerta sintiendo el sudor apoderarse de su cuerpo. Su suéter se ciñó a su pecho y las gotas de sudor empezaron a bajar con rapidez por su cuello mojando su suéter.

—¡¿Quién es?! —la voz de una mujer se escuchó detrás de la puerta.

JiMin y los demás se acercaron a la puerta.

—Min. —respondió cansando, pero miró a JiMin con un sonrisa lasciva.  —Abre ya, hace calor.

Se escucharon unos cerrojos abrirse y luego la puerta de madera fue abierta dejando ver a una mujer joven bastante alta de cabellos rojizos y una sonrisa atrapante.

—¿Qué te trae por aquí? —cuestionó ella.

Vestía de pantalones negros ajustados, una blusa blanca ceñida al cuerpo y unas botas hasta la altura de sus rodillas. Traía el cabello recogido en una cola de caballo y de sus caderas colgaban unas cadenas.

—Necesito que me dejes quedar aquí unos días. Previo aviso. Le dije a tu hombre. —respondió el rubio apoyando la espalda en la pared.

Ella miró a los demás con una ceja levantada hasta que aterrizó lo ojos en JiMin y sorprendida abrió la boca.

—¿Eres tú? —lo señaló con el dedo. —¿Estás vivo en serio? —JiMin arrugó el ceño sin comprender lo que ella decía.

¿A caso lo conocía?

Fue entonces cuando JiMin miró hacia YoonGi quien le sonreía victorioso.

—¿No me recuerdas? —la pelirroja se acercó a JiMin de brazos cruzados. —Apuesto a que no. —río. —¡Entren! Les serviré algo refrescante. —le dio la espalda a JiMin y se dirigió a la puerta entrando.

HoSeok se acercó a JiMin junto con NamJoon.

—¿Qué tanto ocultas, JiMin? —dijo NamJoon.

—Eres bastante interesante. —le guiñó el ojo HoSeok y entró a la casa seguido de NamJoon.

JungKook, empujaba a TaeHyung hacia dentro de la casa mientras que el castaño lo insultaba por no haberlo dejado ir.

JiMin, llegó a la puerta y miró de reojo a YoonGi quien seguía con la espalda apoyada en la pares y brazos cruzados ccon una sonrisa.

—No sé que es la mierda que quieres conseguir conmigo, YoonGi. Pero, te saldrá caro. —le dijo JiMin.

—¿Eso fue una amenaza, Park? —se lamió los labios.

—Me da igual como la tomes. —el pelinegro fue a entrar, pero el rubio le agarró con fuerza la muñeca y tiró de ella atrayendo al cuerpo de JiMin hacia afuera.

Este lo pegó contra la pared y le puso una mano en el cuello. Pero, JiMin le quitó la mano con agresividad y lo miró con los ojos inyectados de ira.

—Uy, uy... —dijo YoonGi. —Apuesto te hierve la sangre por atravesarme una bala. ¿No?

—No provoques, YoonGi... —ahora era JiMin quien sonreía.

El rubio levantó las cejas sorprendido por la reacción de este.

—¿Ah si? —se mordió el labio inferior y ladeó la cabeza. Le soltó la muñeca a JiMin y estampó su mano contra la pared a un costado de la cabeza de JiMin. —¿A qué juegas, Park? ¿Al malo o al farsante?

—Me importa como me quieras tomar, Min. —respondió serio.

—¿Por qué tan a la defensiva? —este se fijó como el sudor del pelinegro empezaba a mojar su suéter y se ceñía más a su pecho. Tragó duro tratando de ignorar la ola de calor que emanaba en su cuerpo.

—Hace calor, Min. —dijo JiMin. —Si tanto quieres hacerme "sufrir" —hizo comillas con los dedos. —Con mi pasado, empieza rápido. Veo agotante tu estupido juego.

—Hay otras formas que me gustaría hacerte sufrir, JiMin... —acercó su rostro al del pelinegro un poco.

El cuerpo  de JiMin se estremeció ante tal cercanía. Su piel de heló al sentir la respiración agitada del rubio y lo bastante sudoroso que se encontraba.

—Pero, mejor entremos. —sonrió de la nada y se alejó del pelinegro.  —Tomaré un baño, estoy totalmente pegajoso. —caminó hacia la puerta y entró  a la casa metiéndose las manos en los bolsillos.

El pelinegro hizo una mueca al sentir de nuevo la excitante tentación de tenerlo tan cerca. Era jodidamente interesante cuando se trataba de hablar en doble sentido. Algo que a JiMin le estaba gustando.





¿Otro más? ¡Claro que sí!

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