𓂃 𝐅𝐨𝐫𝐞𝐰𝐨𝐫𝐝 .˚⊹

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──˚✧. * 𝑾𝒊𝒄𝒌𝒆𝒅 𝑮𝒂𝒎𝒆 .˚⊹
𝟎𝟎𝟎. ⎰ 🪄 𝐏𝐑Ó𝐋𝐎𝐆𝐎
❛ I don't want anyone other than you. ❜


Era un 31 de octubre de 1980 cuando una pequeña bebé de cabellera negra, ojos bicolores y una piel tan blanca como la nieve que escarcha los árboles en la época de invierno, se encontraba en los brazos de su padre; Sirius Black.

Nadie podía creer que el chico con un alma libre tuviese una preciosa niña, e incluso todos pensaban que se la había robado de quién sabe dónde. Sus amigos aún no tenían el placer de conocerla. Hoy el chico merodeador iría a la casa de sus amigos, James, Lily, y ahora su hijo Harry Potter, para que conocieran a la nueva intrigante de la familia Black.

Sirius se encontraba tan nervioso, temía de su hija, él sabía que Davina estaba en grave peligro

»Ya que su madre no era una bruja como ellos, (Marie Claire), venía de una familia de brujas que servían a la cosecha, y Sirius sabía el destino de su hija, temía por los demás, temía del gran poder que Davina Black tendrá cuando complete la dichosa cosecha. El ama a su hija con toda su alma que es capaz de morir por ella.

Sirius sabía perfectamente que su pequeña se enredaría el lado oscuro de la prestigiosa familia Black- Claire, no era novedad que la familia Black vinieran de un núcleo oscuro, y lo que más le teme Sirius es el desastroso futuro que le esperaba. Una tormenta se avecinaba para su pequeña.

Davina se encontraba enredada en pequeñas mantas, con sus hermosos ojos bicolor observó a su padre y con su pequeña mano derecha tomó el gran dedo índice de él.

—Hola, mi pequeña cachorra —en un susurro débil, el de ojos grises como las nubes, observó cómo su hija media sonreía cuando escuchaba su voz.

Sus ojos... Demonios, esos ojos volvería loco a cualquiera, el lado derecho tenía su ojo gris como todos los integrantes de la prestigiosa familia Black, sin embargo, su ojo izquierdo lo tenía de un color azul zafiro, su mirada era tan penetrante que hasta uno sentiría que le está viendo hasta el alma, su mirada hipnotizaba a cualquiera.

—Qué hermosos ojos tienes mi preciosa hija. —murmuró el chico observando a su hija aún enredada en mantas—. Te pareces tanto a tu tío Regulus, él estaría muy orgulloso de tu belleza; cuando crezcas te hablaré mucho de él, merecías conocerlo, y él merecía conocerte, la vida nos arrebata a las personas sin previo aviso.

Su pecho sintió una opresión de dolor y de remordimiento. Si él hubiese estado para él, nada de eso pasaría, Sirius no dejaba de culparse una y otra vez. La pérdida de su único hermano lo derrumbó completamente.

Pero ahí estaba su pequeña hija guiándolo nuevamente a la luz, el verla crecer lo animaban a seguir luchando.

Davina era su razón de vivir.

—Vamos, pequeña, conocerás a los amigos de papá, ¿sabes? Nunca en mi vida me imaginé ser padre soltero. ¿Será una señal para conseguirme novia? —El azabache con una gran sonrisa en su rostro arrugó su nariz tiernamente—. Creo que no, de seguro cuando seas grande me reprocharás.

Sirius agarró la tetera y la guardo.

—Me entusiasma el hecho de verte emocionada por tu primer día de Hogwarts, te imagino corriendo a mis brazos emocionadamente, cuando recibas esa dichosa carta que a todos nos hace sufrir, quiero verte crecer y tener que ahuyentar a todos tus pretendientes, porque vamos, tú te casarás hasta los 35 años y aun así dudaré.

Como si Davina entendiera las palabras de su padre, soltó una tierna carcajada.

Nuevamente, su padre sonrió encantado.

Sirius Black, en toda su trayectoria, habló con su hija y la pequeña le ponía una atención maravillosa e hipnotizante. Cada vez que su padre le hablaba, sus ojos bicolores brillaban como nunca.

Sirius era el mejor papá, el papá que todos merecen.

—También tienes que conocer a la tía Cissy, no soy muy unido a ella y mucho menos a su repugnante esposo, pero estoy consciente de que ellos te tratarán de maravilla, tu tío Regulus era muy amigo de ellos. De hecho, a tus padrinos lo conocieron en casa de los Malfoy. —Sirius hablaba y hablaba como si estuviera charlando con alguien de su edad.

Sirius había llegado a su destino, estaba frente a la casa de los Potter, el ambiente se sentía tenso, «Son los nervios» era lo que se repetía cada vez el chico.

Tocó la puerta de los Potter en espera de sus amigos.

Nada pasaba.

Tocó nuevamente.

Sin respuesta. Sirius empezaba a perder la paciencia.

Cuando estaba por volver a tocar un grito desde adentro de la casa se escuchó.

—¡YA TE ESCUCHAMOS CANUTO! — las risas de James Potter resonó por toda la cocina, mientras que Sirius dejó de tocar la puerta avergonzado, Davina estaba observaba el cielo lleno de estrellas como si fuera lo más importante del mundo.

La puerta fue abierta y de ella salió, James Potter, con un bebé en brazos. Detrás de él, se encontraba, Lily, quien corrió hacia Sirius y le arrebató al bebe, haciendo reír a Davina en el proceso.

—Oh, por Merlín, qué preciosa está tu hija Sirius —Lily emocionada observó con más detalle a la pequeña que tenía en brazos, quedando absolutamente maravillada por sus ojos—. Por Merlín, pero qué preciosos ojos.

James, al ver a su esposa tan emocionada, se acercó a ella y observó a Davina, quedando hipnotizado.

Sirius sonrió al ver como su hija llamaba la atención con tan solo un año de edad.

—Le van a hacer ojo, a mi criatura —dijo el chico Black con una voz bromista.

—Lo que no entiendo Sirius, es en qué momento embarazaste a alguien.

El mencionado se puso totalmente rojo, avergonzado, solo sonrió arrugando su nariz. James soltó a reír al ver a su amigo de esa manera tan avergonzada.

—Oh, no pregunten.

Lily se adentró a su casa aún con Davina en brazos, y los chicos la siguieron como solían hacerlo.

—¿Cómo está mi ahijado, Harry? —preguntó Sirius cargando al bebé Potter.

—Está de maravilla, cada vez se parece más a su padre, ¿Puedes creerlo? Será un mini yo.

—Ojalá y Merlín se ampare de Harry.

—Te escuché Canuto, pero te imaginas a Davina y a Harry ¿Como pareja?

Sirius quien estaba comiéndose una uva, se atragantó con ella.

—Absolutamente no.

—¿Por qué no? —preguntó Lily Potter, molestando a su amigo.

—Porque no, ella no tendrá pareja. Y si llega a tener novio, los espantaré en mi forma animago, iré detrás de ellos y les morderé los chamorros.

James lo miró incrédulo, pero a su vez divertido; en cambio, la señora Potter, seguía hipnotizada con Davina.

—Pobre de los novios de tu hija.

—por eso no tendrá novio —dijo Sirius con seguridad.

—Davina se parece a Regulus —murmuró la mujer pelirroja.

James sonrió ante la mención del hermano de su amigo.

—¿Te imaginas un mini Regulus, versión femenina? —preguntó James en tono soñador—. Estoy seguro de que te sacará muchos enojos.

Sirius suspiró con pesadez, ante la mención de su hermano, pero hubo algo que le llamó la atención.

—¿Suspiraste James? —cuestionó el de ojos grises.

—Oh, sí que lo hizo —agregó Lily divertida.

—¿De qué están hablando? —preguntó el joven Potter confundido.

—Suspiraste ante la mención de mi hermano amigo. —Respondió divertido Sirius—. Tenías una química con él.

—Yo los emparejaba —confesó Lily arrullando a Dione.

—Por Merlín.

Sirius recordó haber olvidado un regalo para su ahijado Harry, por lo cual decidió iré por él hasta su casa.

—Chicos, ¿puedo dejar aquí a mi cachorra? Solo iré por algo que se me olvidó en la casa, prometo no tardarme.

Lily, emocionada, asintió; ella aún seguía maravillada con la pequeña Black.

—Ve tranquilo, Canuto, aquí cuidamos a la pequeña Dione.

Sirius se acercó a su hija y le dio un pequeño beso en su frente.

Pero el beso no se sentía igual, al contrario, era triste como si de una despedida se trataba.

Te amo cachorra.

Los truenos resonaban por toda la casa de los Potter.

Sirius Black había vuelto con el
Regalo para su ahijado, pero no encontró nada más que ruinas. Sirius estabas más que devastado. El se encontraba hincado observando a sus amigos sin vida.

Soledad e ira eran lo único que él sentía. La soledad habitaba en su corazón, él sabía, sabía perfectamente que esa noche cambiaría.

Sirius se acercó a sus amigos, quienes se encontraban sin vidas. No tenía por qué preocuparse por su pequeña, ella se encontraba con su madrina y Harry ya se encontraba con sus tíos. El mismo le había prestado su motocicleta a Hagrid para que lo pusieran a salvo.

La furia de Sirius no se comparaban con nada, al fin había encontrado a una familia que no lo juzgaran, había encontrado su verdadero hogar.

—Los lentes, Ja-James, necesita sus lentes, él no puede ver sin ellos. —Sirius buscaba desesperado por todo el suelo los lentes de su amigo, las lágrimas provocaban que su vista se nublara, la tristeza lo estaba golpeando cada vez más fuerte.

Sirius estaba en negación, se negaba a estar en completo duelo. Él no lloraba, no desde que se enteró de su hermano Regulus. No lloraba nada hasta que vio a sus amigos tirados en el suelo, como si no valieran absolutamente nada.

Los merodeadores se estaba desvaneciendo, era un grupo unido, y todo cambió hasta que Peter los traicionó.

Sirius se incorporó y fue hasta la habitación de Harry donde se encontraba Lily Potter sin vida, Sirius se arrastró hacia su cuerpo inmóvil con la idea de abrazarla y nunca soltarla.

—Oh, por Merlín Lily, despierta por favor, aún tienes que ver a tu hijo crecer, Harry y mi cachorra necesitará de tu afecto maternal. . . No pueden dejarme aquí en soledad.

Los truenos retumbaban por toda la casa. Sirius estaba por juntar el cuerpo de James junto a Lily hasta que vio cómo la mano de su amiga, tenía el guardapelo que le regaló Sirius a su hija, el mismo guardapelo que le pertenecía a Regulus.

Con su mano temblorosa la tomó y la guardó, el chico se incorporó y al dar un solo paso, escuchó pasos fuera de la casa.

Sirius por intuición sacó su varita y murmuró un —Lumus—

—¡Sirius! —él gritó de un chico, puso alerta a al chico Black—. Sirius, soy yo Peter.

Al escuchar la voz del "amigo" el enojo retomo su cuerpo, pero por más que quisiera vengarse, él tenía que ser fuerte.

Lo cual tomó la decisión de fingir, él quería ver hasta donde podía llegar Peter con sus mentiras. 

—¡¿Sirius?!

—¡Peter! —El chico Black baja de las escaleras apresurado, las lágrimas aún resbalaban por sus mejillas—. L-Los Po-Potter... están muertos —tartamudeó Sirius a causa de la falta de aire que estaba teniendo, provocando la dificultad de hablar—. Nuestros amigos, Peter, están sin vida.

—Lo sé, Canuto, yo le di la información sobre el paradero de los Potter, al señor tenebroso, sabía que estarías con tu hija  y sabía que Lily y James estaban con su hijo.

El descaro de Peter provocó que Sirius forzara una sonrisa irónica, Peter estaba consciente de los que Sirius era capaz de hacer, y más por su hija, después de todo era un Black, familia de núcleo oscuro.

—¿Qué era lo que  te pasaba? ¿Estabas consciente de lo que estabas haciendo?

—Lo siento Sirius, pero tenía órdenes.

—¡Órdenes! Eran nuestros amigos Peter, nuestra familia. ¡Tenían un hijo, un hijo! Por Merlín, nos traicionaste y de la peor manera, y de Corazón en serio, espero que la vida se trate mal, espero y te trate como la rata y escoria que eres.

—¡Era mi deber como seguidor!

—¡¿Seguidor Peter?! Eres un maldito mortifago, ¿Cuándo pensabas decirnos? ¿Cundo ya todos estuviéramos muertos? —bramó enojado Sirius acercándose peligrosamente hacia Peter.

—¡Tú harías lo mismo en mi lugar! —replicó enfurecido el chico Pettigrew

—¡Nunca hubiera matado a mis amigos, nunca lo hubiera traicionado como tú lo acabas de hacer!

—¡¿NI SIQUIERA POR TU MALDITA HIJA?!

Sirius se acercó más a Peter, con su varita presionó el cuello del chico Pettigrew.

—No me hagas maldecirte aquí mismo Peter.

—¿Me harías eso, tú que eres, mi amigo? —Peter estaba jugando con fuego, y Sirius estaba al tanto de la situación, pero una cosa era que se metiera con él y otra que lo hiciera con su hija.

—Tú no eres nada, mío Peter, eres un desconocido más.

—Sabes que tengo razón Sirius, esa niña que tienes, no es más que una fuente de poder que tarde o temprano el señor oscuro obtendrá.

—¿De qué me estás hablando?

—Tu hija es la niña de la profecía, tu hija le pertenece a Voldemort, no te pertenece a ti, ni a nadie, más que a él.

—Es de mi hija, de quien hablas, cuidado de cómo te diriges a ella —enfurecido Sirius volvió a apuntarle con su varita, «él estaba dispuesto en aventarle un crucio».

Peter trató de acercarse hacia él con intención de quitarle el guardapelo.

Peter tenía órdenes precisas de Voldemort, era la vida de Sirius o la de él.

—Es mi hija, Peter —susurró cansado el chico Black.

—¿Estás seguro de eso, Sirius?

—completamente.

—Vendrán por tu hija, al igual que lo harán con el niño Potter. Los dos están destinados a morir, y tú no harás nada, yo no permitiré que interfieras con los planes de mi señor.

—Si no, qué, ¿Peter?, ¿qué me harás? —siseó Sirius—. ¿Me aventarás la imperdonable?

—Le daré la niña a Voldemort, tarde o temprano, pero lo haré, así tenga que lanzarte un avada. —replicó Pettigrew.

—¿Tú mataste a James y a Lily? —investigó el chico Black, están ansioso por la respuesta de Peter—. ¡Contesta!

—¡No! Yo solo se los entregué a mi amo.

Sirius rio irónico ante el sobrenombre que le tenía otorgado; él sabía con precisión que era su seguidor solo por miedo.

—¡Sirius! —Otra voz dulce resonó por toda la casa de los Potter, llamando la atención de Sirius, lo cual Peter lo tomó por ventaja, ya que de inmediato corrió.

Peter solo se escondió, después de todo tenía que culpar a alguien por la muerte de Lily, James, de los doce muggles y de su propia muerte.

—¡Camille, estoy arriba! —gritó el chico Black.

Camille con su varita iluminada alumbraba por todas partes hasta que alumbró el rostro de su amigo.

—¿Dónde está mi hija Cami? —interrogó con impaciencia Sirius.

—Está con Narcissa, Lucius no ha salido de la mansión Malfoy, sabes que tiene que proteger a su familia de Voldemort y él se me ofreció cuidar a Dione.

—Tienes que irte Camille, es peligroso.

—¿Qué hay de ti? —interrogó la chica.

—Tengo que encontrar al quién hizo esto, por favor Cami no dejes sola a Davina con los Malfoy.

—Sirius sabes perfectamente que Narcissa es una Black, y también sabes lo mucho que Lucius adora esa niña.

—Y lo tengo presente, pero no confío en ellos, y mucho menos en Lucius, después de todo es un seguidor de Voldemort —confesó  Sirius.

—Sirius, tiene que irte de aquí, escuché a los aurores que tú eres el guardián.

—¿De qué hablas?

—Sirius, ellos piensan que tú eres el causante de la muerte de Lily y James, por ende también eres el causante del asesinato de los doce muggles.

—Por Merlín, por favor, cuida de mi pequeña.

—Sirius...

—Dile a Davina que la amo, y que fue lo más hermoso que me pasó en la vida.

—Haré todo lo posible por su bienestar, Sirius, lo prometo.

—Protégela, Davina fue una promesa que dio Regulus, y no quiero que Voldemort, u otro ser con magia negra, venga por ella —reveló Sirius—. Regulus alguna vez me dijo que Davina sería su fuente de poder, había mencionado sobre un ritual, la cosecha, el rit-

—El ritual que ofrece más magia negra. —termino de decir la rubia—. Sirius, tienes que regresar a casa, la niña no puede crecer sin su padre. —el mencionado sonrió débilmente mientras le entregaba a Camille el guardapelo que le regaló cundo Davina nació.

—Volveré... —dijo—. Tardaré, pero ella será mi fortaleza de todos mis días —susurró aceptando su destino, aun cuando sabe que todos los rumores hacia él eran falsos.

Sirius no quería esconderse, él no tenía por qué hacerlo. Pero conocía a los del ministerio de magia, sabía que no descansarían, no hasta que él estuviera en Azkaban.

—Sirius...

—Vete, Cami, tengo que encargarme de algo, tengo que encontrar a Peter, vete de aquí que nadie te vea y cuida a mi hija. Dile lo mucho que la amo, lo mucho que la adoro y sobre todo cuéntales de mis aventuras con su tío Regulus.

—Cuídate mucho Sirius y no olvides lo mucho que te amo.

—También te amo Cami.

Con lágrimas en sus ojos la rubia salió del terreno de los Potter, Cami amaba a Sirius, lo amaba como un hermano, pero para Sirius ella era la mujer de su vida.

Sirius, por una parte, sintió la traición de su hermano cuando se enteró de que le había prometido un primogénito de los hermanos Black, pero sabía la doble intención que él tenía.

Por la noche del 1981, Sirius fue enviado a Azkaban por el asesinato de los doce muggles, es asesinato de sus amigos, y por el asesinato de Peter.

Esa misma madrugada, Davina Black no volvió saber nada de su padre, esa noche la mitad de su alma estaba en duelo por su padre. Esa misma noche la magia protectora de Sirius se entrelazó con la magia que corría por las venas de Dione.

31 de octubre, donde Lucius Malfoy quedó encariñado con esa niña de ojos bicolores, esa noche donde el patriarca Malfoy juró protegerla, no por Sirius, sino por su amigo Regulus.

El 31 de octubre de 1980, Davina Black quedó completamente sola, sin su padre.

31 de octubre, donde muchos festejan, pero para algunos era un día totalmente vacío.

31 de octubre de 1980, donde Davina Black y Harry Potter quedaron sin sus padres.

Era una lástima que Sirius no viera a su hija crecer, y es una pena que Davina no viera a su padre verla crecer.

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