𝐨𝐧𝐜𝐞

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Titán hembra.

Cabalgaba adelante, sintiendo mi capa elevada en el cielo, y mi cabello removerse con la brisa, bajo del soleado día. Las líneas centrales se habían removido hace un rato, todos se esparcieron a sus posiciones como se les fue educado en los días anteriores de entrenamiento a esta nueva expedición. Mi equipo de maniobras tridimensionales estaba ajustado, pero aún así, llevaba una mano para asegurarme que las correas estuviesen bien puestas, pues desde la madrugada que llevaba despierto, sentía una gran presión. No podía distinguir si se trataba de la segunda capitana al mando de este escuadrón, quien iba a centímetros de mi caballo, cabalgando el suyo. No la miraba ni de reojo, era como si todo tipo de iluminación que ambos transmitíamos con nuestra cercanía, se hubiera acabado en la noche anterior. Pero más que eso, algo no andaba bien en el ambiente, se sentía pesado, y deseaba mantenerme en guardia para lo que pudiera pasar. Teníamos un rodeo alrededor del joven que debíamos cuidar, y ayudar a progresar en su desarrollo como soldado, y como titán. Eren Jeager estaba atrás de mi, como mayor guardián suyo, mi deber era cuidarle, pero me era difícil con la actitud tan impulsiva que lo consumía, podía reflejarme en él, en cómo era yo antes d entender este cruel mundo.

Veía a menos distancia el bosque, donde deberíamos estar en nuestro punto. Las bajas habían sucedido, podía ver las bengalas en el aire, y el color de sus pólvoras, estábamos perdiendo gente en cualquiera de los francos, tanto en el derecho como en el izquierdo. Empezaba a desconocer la avalancha de las pérdidas, o que nos había perder ventaja, solo sabía que debía al menos llevar con vida a Eren al interior del bosque, antes de que algo más grave pudiera pasar. Sabíamos que algo nos pisaba los talones, y temíamos exactamente que fuera algo muy grande para poder controlarlo, solo se, que aquel titán anormal que había acabado con él franco derecho, me hacía tener un mal presentimiento. Erwin nos había dejado claro nuestras posiciones, nos había dejado claro que algo podría estar sucediendo, algo que no estaría en nuestras manos, pero podíamos detenerlos, sabíamos que Eren era un flanco fácil para cualquier situación desde que se supo su estado, pero lo que queríamos saber era el origen de su poder, el cual creíamos que estaría en el sótano de su antigua casa en ShingaShina, pero para eso, debíamos desarrollarles ese instinto de supervivencia fuera de los muros antes de llegar al muro María, y restaurarlo con su poder.

-Adeline.-pude escuchar a Eren, y como nombro a su hermana, a quien no había escuchado hablar desde que salimos en la mañana.

-No preguntas.-pidió ella, lógicamente le pedía silencio yendo al grano, le conocía, debía estar curioso en cuanto vio que nos dirigíamos al bosque.

-Capitán Levi.-era de esperarse que Eren se dirigiera a mi ante la falta de comunicación con su hermana hace unos segundos, rodee los ojos.

-¿Qué pasa?-le pregunté, cabalgando, adentrándonos al interior del bosque, mientras que antes, varias carretas se adentraban, y varios equipos, debían estar preparándose para atacar, no tardaban en acomodarse en lo alto de los árboles.

-¿Qué pasa?-me imito Eren, lo cual me pareció grosero de su parte, pero preferí el silencio para que terminara de cuestionar nuestros movimientos.-¡Si el escuadrón especial de ustedes no la detiene, nadie lo hará!-continuaba espabilando él, sin desconocimiento a lo que decía.

-Todos, ¡preparen sus cuchillas!-pedí yo, mientras podía escuchar el estruendo, incluso como crujieron los huesos de esos compañeros que defendían nuestra postura.-Cuando aparezca, solo tendremos un segundo.-les avisaba, intentando de esclarecer mis cálculos.-¡En marcha!-pedí, y en ese momento pude escuchar sus grandes pasos, y el retumbar de las ramas que provocó el despliegue de estas cuando las removió de su camino.

-¡Eren!-la voz de Adeline se deterioro en un grito de preocupación, haciéndome mirar de reojo como la mano de aquel gran titán había casi inmovilizado a Eren Jeager, pero ante la rapidez del caballo, fue imposible.

-¡Es rápida! ¡Maldición! No hay forma de evitarla en este bosque.-comentaba Gunther, con la misma preocupación que aquel engendro.

-¡Nos alcanza!-continuaba avisándome, era una avalancha de nervios socorriéndome por la espalda en un segundero, continuaba con la vista adelante, sin mirar atrás.

-¡Capitán usemos el equipo de maniobras tridimensionales!-la voz de Petra se esclareció, desesperada al igual, observando todo lo que sucedía y se avecinaba.-¡Capitán!-gritaba, nombrándome, pero no me inmuté en nada, aún.

-¡Sigan las órdenes!-pidió Adeline ante la abrumadora desesperación de nuestros compañeros, inclusive de su hermano menor.

-¡Refuerzos de la reta guardia! ¡Capitana, díganos usted una orden!-Petra se dirigió a la joven aún lado de mi, quien me miró detenidamente, inexpresiva esperando una expresión de mi parte, pero guarde silencio.

-Ataquemosla, es peligrosa, lo mejor será eliminarla.-decía Auruo, con esa arrogancia y seguridad en sus palabras.

-Está a punto de alcanzarnos, ¡tenemos que matarla aquí!-opinó Erd, uniéndose al desespero de sus compañeros.-Es por eso que entramos a este bosque, ¿¡no es así?!-se preguntaba.

-Todos, cúbranse los oídos.-les pedí, hablando e interfiriendo entre ellos, sabiendo que esperaba una respuesta, ahí la tenían.

-¡Es una orden!-exclamo Adeline, para en su sacar aquella pistola al aire, una que provocaría un fuerte estruendo en nuestros tímpanos, creando molestia en todos ellos.

-¿Una bengala sonora?-se preguntaba Eren, de esa manera modesta e insatisfecho por mi acción.

-Díganme, ¿cual es nuestro trabajo?-pregunte al aire, esperando una respuesta.-¿Dejarnos llevar por lo que sentimos en el momento? Por supuesto que no.-afirme, sabiendo lo que hablaba, lo que decía y a qué me refería.-Nuestra misión, es mantener con vida a este estúpido mocoso, sin importar el precio. Aunque nos cueste la vida. Les ordenó seguir avanzando a caballo, ¿entendido?-dije, esperando a que todos respondieran y accedieran, y así fue, pero en nuestro andar para desviar a ese gran titán, Eren aún seguía desconcertado.

-¿Seguiremos avanzando? ¿Pero por cuánto tiempo señor?-continuaba preguntándose.-Además esa cosa está encima de nosotros.-nos decía.

-¡Eren, basta!-Conan, en un esfuerzo de poder poner en baja la tensa situación se refirió a él.

-¡Son más refuerzos! Si no los ayudamos, ella los matara igual que a los otros.-gritaba, desconcertado por nuestras acciones, pero debía seguir, sin importar el esfuerzo y sacrificio que hacían mis compañeros.-¡Señor Gunther!-llamo este al hombre que debía estar a su lado.

-¡No pierdas el paso! ¡Y mantén la velocidad al paso!-le pidió Gunther, intentando de no darle largas al asunto, pero Eren empezaba a desesperarme.

-¡Señor Erd! ¡¿Si el escuadrón especial de Levi no la derrota, ¿quién lo hará?!-se preguntaba Eren.-Mato a otro, ¡nosotros pudimos haberlo salvado. Ese otro soldado sigue luchando, ¡todavía podemos ayudarlo!-gritaba, en un leve grito apunto de recrear tristeza e impotencia.

-¡Eren mantén la vista en el camino!-pidió Petra, anotada por las actitudes del mocoso.

-¿Me pides que ignore a los soldados que nos necesitan? ¿Tengo que huir y dejar a uno de los nuestros?-preguntaba, mientras que apreté las sogas de mis caballo ante esas palabras tan fuertes y reales, mientras que Petra afirmaba que así debía ser, yo podía entender los sentimientos de este niño.-¡No entiendo porque debo dejarlo morir, y más porque ninguno de ustedes me dice una razón!-grito.

-¡Los capitanes vieron innecesario decirnos la razón! ¡Tú no entiendes nada solo porque eres un novato idiota, ahora cállate y obedece!-espabilo Auruo, en respuesta.

-¡¿Qué estás haciendo Eren?!-inquieto mire atrás, observando cómo Petra miraba con detenimiento a Eren, por varios segundos antes de seguir mirando hacia adelante, pude ver a Eren apunto de morder su mano.-Tú transformación es solo cuando tu vida está en grave peligro, lo prometiste. ¿No lo recuerdas?-le decía ella, inquieta por sus actitudes y la decisión tan intensa que estaba apunto de realizar.

-No estás equivocado. Si quieres hacerlo, hazlo.-dije, creando un silencio en la tensión.-Solo voy a decir esto, ese mocoso es un verdadero monstruo. Independientemente de su poder de titán, no importa cuanto lo reprimamos o en qué jaula lo metamos, jamás va obedecer a ninguna persona, no importa quien sea. Eren, nuestras decisiones defieren de las tuyas por las experiencias que hemos tenido. Sin embargo, no tomes eso en cuenta en este momento. Elige. ¿Vas a creer en ti? ¿O en nosotros? El escuadrón de operaciones especiales.-le preguntaba, sabiendo que él mee estaba escuchando detenidamente.-Nunca se lo que ha sido correcto, siempre ha sido así. Aunque confío en mis fortalezas y en las opciones de mis compañeros en este escuadrón, nadie sabe que pasará al final, así que, no te arrepientas y toma una maldita decisión por ti mismo.-le pedí, sintiéndome ya más abrumado por sus actitudes impulsivas.

-Eren, como tú hermana solo te pido lo que siempre te he pedido. Confía en mi. ¿O alguna vez te he fallado?-la voz de Adeline se esclareció en medio del silencio, todos le pedían que confiara, pero él no estaba seguro de lo que debía hacer.

-¡Eren decide! ¡No tenemos tiempo!-le grite, intentando de que decidiera nuestro próximo movimiento, pero nada sucedía, nada avanzaba.

-¡Confió en ustedes!-grito, para así escuchar un quejido de su parte, estaba decidido pero a la ves dolido.

-¡Ah suéltame!-agriamente tuve que escuchar los quejidos de aquel compañero, pero más aún, su cuerpo ser aplastado contra un árbol, ese sonido fue estruendoso y escalofriante.

-¡El objetivo se está acercando!-aviso Conan, pero aún yo procesaba el grito de aquel compañero, era amargo, como todas las muertes que he tenido que presenciar.

-¡Cabalguen más rápido, la dejaremos atrás!-les pedí.

Ellos me seguían, confiaron en mi, a pesar de que sentían miedo. Debían estar sus músculos tensos, quizás no podrían ni siquiera sostener la soca del caballo sin mirar atrás, y observar a esa bestia acercarse, acechándolos como la muerte. Sentía sus pasos, sonaban huecos en el suelo, pero removían todo el terreno en el que estábamos cabalgando, huyendo por un aliento más de vida. Confiaba ciegamente en las decisiones de mi comandante, desde entonces sabíamos que reconocer este perímetro nos atraería una amenaza, y fue increíble acertar que habían más como aquel niño quienes protegíamos, pero éramos conscientes que este no era una esperanza, era un enemigo para nosotros a diferencia de lo que Eren significaba, quería destruirnos y lo más seguro, quería a Eren. Ellos estaban desesperados, esperaban algo, un aviso o una pelea justa, pero era inevitable enfrentarse a esa cosa ahora mismo, su agilidad y su fuerza determinaban que podría aplastarnos en un momento, moriríamos en un parpadeo sin ni siquiera tocar las hojas para colocarlas en las espadas y defendernos, nos tocaba esperar, pero en la espera veíamos la valentía de nuestra victoria. Pude verlo, verlo enganchado en aquel árbol al igual que toda su gente junto a esos mecanismos, fue ahí que vencimos cuando pasamos por delante de ellos, pudiendo ser capaces de capturar a ese titán, gracias a las ingeniosas armas de una persona tan fastidiosa e inteligente como la teniente Hange. La calma nos recorrió, pero la desconfianza de que pudiera ser duradera me mantuvo alerta.

-Dejen los caballos amarrados para descansar, usaremos el equipo de maniobras. Adeline quedará a cargo, cuando estén a una buena distancia de la titán, escondan a Eren.-pedí, levantándome de mi caballo.-¡Les encargó mi caballo!-finalice en decir, para así, dirigirme a Erwin y compañía.

Adeline Jeager

-¿No me digan que quieren que ese titán quede con vida?-preguntaba Eren, mientras que yo observe cómo aquel caballo quedó vacío ante la ausencia de Levi, quien nos había dejado ir más adelante, no tarde en agarrar su soga, no podía dejarlo ir.

-Eren, ¿qué opinas? La legión de exploración ha capturado a esa titán.-le preguntó Erd, de una manera emocionante, mientras que continuábamos en ese vago bosque con árboles gigantes.

-Este es el poder de la legión de exploración, ¡no nos subestimes idiota!-exclamo Auruo, intenso y lleno de adrenalina, estuvimos a pelos de perder la misión, pero ciegamente guié hasta acá viendo el resultado, podía ver como ese titán estaba paralizado, tenía miles de ganchos clavos en cada parte de sus músculos.

-Sigan andando.-les pedí, sabiendo que aún no habíamos acabado con nada de esto en lo absoluto, una presión en mi me hacía sentir tensa.

-Un anormal, o tal vez es como el titán colosal... un momento el comandante Erwin.-musitaba Eren, confundido, él empezaba a entender.

-¡Eren, piensa más tarde ahora necesitamos seguir avanzando!-pidió Petra, pero yo hice una orden de detenimiento, estábamos bastante lejos, poco a poco fuimos perdiendo velocidad, hasta bajarnos de los caballos.

-Eren, fuiste muy imprudente.-comente al bajarme del caballo, sacándome eso del pecho, viendo como mi hermano bajaba la cabeza.-Pero agradezco que hayas decidido confiar en nosotros.-le dije, amarrando mi caballo para así, indicar a todos que procedieran a caminar más distante de ellos, en casa de avistamiento de titanes.-Lamento que hayas tenido que presenciar la muerte de tus compañeros. Pero debes ser consiente de que no será la primera vez, Eren.-lleve mi mano a su hombro, viéndolo mirarme detenidamente, él bajo la cabeza.-Muchas personas sacrificaran sus vidas por otras, es por eso que siempre debes estar consiente y mentalizado para las decisiones que vayas a tomar en un futuro, nunca tendrán reversa Eren.-añadí, viendo como él asentía.

-¿Qué fue todo eso? ¿La captura, la máquina que lanzó miles de ganchos? ¿Ya estaba planeado?-preguntó Conan, mirándome, mientras que todos lo hicieron, queriendo cuestionar lo que había sucedido.

-El objetivo principal de esta expedición, además de recorrer y reconocer el perímetro, era capturar un posible enemigo. Un titán como Eren.-conté, sin decir mucho, viendo como todos me miraban desde sus posiciones.

-¿Ese era el objetivo principal? Entiendo que no me dijeran, pero ¿por qué no les dijeron nada a ustedes?-preguntó Eren, mirándome.-Debían saber de esto desde el principio, ¿como iban a cumplir con su misión?-preguntaba.

-¿Estás insinuando que el comandante y el capitán no confían en nosotros?-Petra alteradamente se dirigió hacia él, sintiéndose ofendida por su pensar.

-No pero, eso es lo que parece, ¿no es así?-le preguntó Eren, dirigiéndose a ella, mientras que yo observaba el perímetro.

-Adeline de mi corazón, ¡calla a ese mocoso!-me pidió Auruo, pero tan solo le ignoré, él era tan impulsivo como Eren.

-Eren tiene toda la razón. El comandante tiene que tener una buena razón para no habernos comentado esto.-opinó Erd.-Solo hay una razón, pero se lo debió confiar a sus camaradas. El humano dentro de la titán, debe ser una espía que se encuentra dentro de la legión de exploración. Al menos el comandante Erwin, el capitán Levi e inclusive tú, nuestra capitana debe creerlo. Supongo que los únicos soldados informados de la operación fueron los que sobrevivieron hace cinco años.-decía afirmando, seguro de lo que decía pese que Gunther parecía dudoso.

-Entiendo, debe de ser eso.-afirmó Gunther, entendiendo lo que Erd había explicado.

-Si es cierto, ¿entendiste Eren? Así son las cosas.-le preguntaba Auruo a Eren, sin duda alguna quería fastidiarlo, más que a nadie.

-Si, quizás hace cinco años cuando cayó la primera muralla debió infiltrarse un espía. Usaron ese echo para limitar sospechosos.-comentó Petra.

-Entonces esa persona debe ser la que mato a Sonnie y a Bean.-añadió Erd, todos sacaban sus conclusiones y yo solo me abrumaba más.

-Chicos, basta. No hagan argumentos.-pedí.-No comentamos nada porque no es algo que recaiga en sus hombros, nosotros entendemos las precauciones que decidíamos tomar. Dejen el tema aún lado, al menos hasta que todo se esclarezca.-les esclarecí, pero en ese entonces, una bengala color azul se difuminó en el cielo, la misión había llegado a su fin, lo cual me hizo quedar desconcertada.

-Debemos retirarnos. Es la señal. Nos dirigiremos a la base cabalgando.-emitió Gunther, para que todos nos dirigiéramos a los caballos.

-Ya escuchaste, ahora veamos cómo es el bastardo que estaba dentro del asqueroso titán.-exclamó Auruo, elevándose con sus equipos de maniobras tridimensionales.

-¿Qué tienes?-aún lado de mi se colocó Conan, me miró detenidamente, sabía que algo rondaba por mi mente.

-Algo anda mal. Todo salió tan fácil, ¿no crees?-le pregunté, viendo como él asentía.

-¿En qué piensas?-ambos nos juntamos para así elevarnos con nuestros equipos de maniobras tridimensionales, yo debía quedar adelante, pero protegía a Eren desde atrás junto a Conan.

-Que esto no ha acabado.-le comenté, viendo como se me quedó mirando, queriendo entenderme.

-¡Auruo, Petra! Para un par que lloraron y se orinaron en los pantalones en su primera batalla, han crecido mucho.-sonreí ante eso, escuchando como Petra gritaba avergonzada.-Si Eren, es verdad. En mi caso nunca me orine encima, igual tú hermana por lo que tengo entendido.-añadía Erd.

-¡Insolente, soy el que más titanes ha matado!-gritaba Auruo, ambos cayendo en una leve disputa, esto era a diario, estaba acostumbrada.

-¡Ya fue suficiente! Además, yo tampoco me orine Eren.-añadió Gunther.-Miren, debe ser la señal del capitán Levi. ¡No hablemos hasta que estemos en casa!-esclareció, mirando a los alrededores del bosque, más adelante pude ver a alguien más.

-Espera.-le pedí, pero aún así el siguió adelante.-Levi no estaba en esa dirección. ¿Como llegó hasta ahí?-me pregunté, viendo como Conan parecía entender mi postura y desconfiar sobre esa persona que portaba nuestro uniforme.

-¿Quién eres?-se preguntó él, pero en ese instante se me escapó un suspiro cuando aquel soldado se abalanzó hacia él en un solo corte.

-¡Gunther!-grite fuertemente, quedando aturdida cuando su cuerpo quedó enganchado e inmóvil en aquella rama, viendo el desespero de Eren por acercarse a él, entendí que mi compañero había muerto.

-¡No!-me acerqué a Eren, empujándolo con fuerza.-¡Lo sabía, Eren, avanza!-le pedí con autoridad, viendo como se adelantaba.

-¡Protejan a Eren!-pregunto Auruo, olvidando atrás a su amigo, nos dolía pero no era momento. -¿Qué haremos?-me preguntó este, todos me cuestionaban, pero solo había una opción, pelear.

-¡No podemos llegar a los caballos, diríjanse al cuartel general!-les pedí, viendo como se acataban a mis órdenes.

-¿Será la titán hembra o otra espía?-se preguntaba Eren, adelante de nosotros, observando cómo aquel soldado se desaparecía.

-¡Creí que la habíamos capturado!-exclamó Eren, en aquella ráfaga de luz que nos azoto por completo, era el momento de la verdad.

-¡Todos atentos, aquí viene, la titán hembra!-avise, sabiendo que ahora si entraríamos al infierno de una manera gratuita, aquella bestia ya estaba en nuestros talones, era rápida.

-¡Está vez si lo haré, la mataré!-mire abruptamente a Eren, quien llevaba su mano a la boca, no podía hacerlo, no lo permitiría.

-¡No lo hagas Eren, nosotros nos encargaremos de ella!-pedia, sabiendo debía dirigirse al cuartel general.-¡Irás al cuartel general!-añadí.

-¡Yo también pelearé!-interfería con mi pensar, creando duelo entre ambos, lo miré fulminante y decidida a mi plan.

-¡Eren, no te estoy hablando como hermana, si no como capitana! ¡Huye de aquí, este es nuestro plan, no nos disponemos a perderte!-le indique, con molestia y emoji en mi voz, pero él aún no se rendía.

-¿En verdad crees que somos tan poco confiables?-se preguntaba Petra, para en si ver cómo él se reprimía, y asentía, pero me miraba tan dolido.

-¡Confiaré en ustedes, buena suerte!-nos expresó, esperando que pudiéramos seguirle, pero era aquí el momento de la terrible verdad.

Observe a mi hermano, veía como de espalda escapaba para salvarse, deseaba tanto irme con él, pero no podía. Debía hacer mi deber. Giré en el aire con mi equipo de maniobras tridimensionales, este titán ya me había fastidiado el día, pese a que perdí a mis compañeros, aún seguía aquí por mi hermano; no lo permitiría. Todos me miraron, esperaban una señal, así que lo indique, no había miedo de por medio, había venganza y fuerza. Se dirigieron a sus ojos, la cegarían, era la primera ventaja para ganar esta pelea y hacerla justa, todo decaía en nuestras manos, todo. El titán femenino decayó en un árbol de espalda ante su ceguedad, no era anormal, era más que claro ante ver como con su mano tapó la nuca. Era capaz de percibir nuestros próximos movimientos, y eso era una ventana menos. Apreté mis dientes, con fuerza me dirigí a sus brazos alzados, debíamos cortarlos hasta desmembrarlos, era una opción válida para que dejara de tapar su nuca. Le cortaríamos los brazos hasta que cayeran, cada músculo de ella que impidiera nuestro paso a su nuca, lo cortaremos y haríamos trizas. Ella estaba indefensa, nosotros la teníamos, era por nuestra confianza y conocimiento, manteníamos nuestras emociones y nos enfocábamos en derrotarla, era la elección correcta para que Eren pudiera avanzar sin detenimiento.

Me quede ida en el aire en cuanto su boca se abrió grandemente y traspasó sus dientes encima de Erd, mordiéndolo hasta explotarlo y que su sangre salpicara por todo el bosque. Abrí mis boca grandemente, porque pude ver el desespero y el temor de mis compañeros en cuanto el primero cayó, en cuanto Erd cayó sin vida al suelo. Grite fuertemente, de rabia e impotencia, viendo como se esclarecía el ojo de aquel titán. ¿Lo había regenerado tan rápido? También falle, porque me quede helada e inmóvil, viendo como corría atrás de Petra tan solo avancé con fuerza en el aire al igual que Auruo y Conan, desesperados ante los gritos de nuestra compañera pero caí en cuenta de que estábamos perdiendo cuando la pierna de aquel titán aplastó a Petra en un parpadeo. El grito de Eren fue estruendoso, me quede sin opciones en cuanto vi cómo mi hermano se acercaba, no podía evitar que viniera pero quedarme sin movilización me hizo ver como Auruo murió en un intento de salvarme. Quise gritar fuertemente, pero no pude hacer nada, su nuca estaba cristalizada, y ella me miró. Su ojo me miró únicamente a mi, en cuanto aún la sangre de mis compañeros manchaban el bosque, y cada hoja de caí en otoño. Apreté mis hojas, pero el grito de Eren provocó nuevamente que me tensara y no pudiera hacer un movimiento, solo se que vi oscuridad, eso cuando el cuerpo de Conan se interpuso delante de mi, mezclándose sin duda con el desgarrador grito de Eren.

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Próximo capítulo: Pérdidas.
Levi se enfrenta al duelo de la pérdida de sus compañeros, mientras que Adeline despierta de un leve coma, sin recordar nada de lo qué pasó.
NOTA: Hola! Se que ha pasado mucho tiempo, he estado súper ocupada. Hice este capítulo bastante rápido, se que no es tan wao, pero necesitaba actualizar. Gracias por la paciencia, besos.☁️

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