Prólogo

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Las alarmas de emergencia retumbaban por todo el lugar, se oían los gritos cargados de pánico de algunos ángeles y podías ver a muchos guardias desesperados tratando de controlar la situación. Jamás tuvimos una amenaza así de grande en el Reino Celestial, ni en todos mis años luchando en la guerra me habían preparado para esto.

Todo estaba fuera de control. Muchos corrían, otros se escondían, el terror y la angustia eran palpables en el ambiente. Por un momento el silencio reina en el lugar, pienso que todo ha terminado cuando un estallido proveniente del pasillo ocurre repentinamente. Esto es un caos y lo peor era no saber qué estaba sucediendo o quién era el culpable de todo este desastre.

Me dirijo hacia un guardia que está a pocos metros de distancia de mí, tiene un poco de cenizas en su rostro y en toda su ropa, lo cual me indica que estuvo muy cerca de la explosión que se escuchó hace rato. Él debe de saber qué rayos está pasando aquí.

— ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué encendieron la alarma de emergencia? —pregunto angustiado.

—Un código 034, un ángel desertor está atacando todo el plantel.

— ¿Qué ángel? ¿Cuál es su objetivo?

—Aún no lo sabemos, superior, pero sea cual sea su propósito no le permitiremos llegar al amo.

Estaba a punto de preguntarle si habían cerrado y neutralizado toda el área Sur cuando otro estallido sucede, esta vez mucho más fuerte que el anterior. Es tan arrasador que hace sacudir todo el lugar, tuve que apoyar mi cuerpo a la pared para no caer de bruces contra el suelo. Este se escuchó mucho más cerca lo cual quiere decir que quien sea que este provocando todo esto se está movilizando hacia nosotros.

— ¡Se dirige a los dormitorios! —grita un guardia desde otra posición. Muchos corren hacia la dirección que este les acaba de mencionar armados y listos para dar batalla.

Por un segundo me quedo inmóvil en mi lugar pensado en lo que acabo de oír. No sé si mi mente me está siendo una mala jugada pero casi puedo jurar que lo escuche decir que el enemigo se dirige a los dormitorios, lo cual me resulta extraño. Si su objetivo es atacar al amo va en la dirección contraria. Al menos que su intención sea atacar a otros ángeles, si es así no le serviría de nada ir a los dormitorios a esta hora de la mañana, ninguno ángel se encuentra en esa zona a excepción de algunos que solo los usan en caso de ser necesarios. Ya nadie habita en esa área, nadie excepto...

Se me congela la sangre y el pánico se apodera de todo mi cuerpo. Sin pensarlo salgo disparado en dirección a los dormitorios, en el camino tropiezo con algunos guardias que me gritan que me aleje de allí, pero no los escucho, solo tengo una cosa en mi cabeza ahora mismo y es proteger a la pequeña niña que está en estos momentos en su habitación, seguramente dibujando o jugando con su peluche preferido. Doblo a la derecha y sin parar de correr me cerco cada vez más a su habitación. A lo lejos puedo visualizar su puerta así que acelero el paso.

Cuando finalmente llego me encuentro frente a frente con el guardia que siempre custodia la habitación de la pequeña. Tiene estrictas órdenes de nunca abandonar su puesto y siempre está listo para atacar a cualquiera que no está autorizado a entrar.

Me mira de reojo de manera extraña, tal vez piense que estoy loco por venir corriendo de esa manera.

—Déjame entrar, necesito comprobar si ella está bien —demando con voz autoritaria. En este momento no me importa ser cordial con nadie, solo me interesa ver si ella se encuentra a salvo.

—Claro —dice para después girar su cuerpo y colocar el código de acceso en el panel táctil que se encuentra a un lado de la puerta.

Sé que es un poco exagerado tener tanta seguridad para una niña que apenas y sabe leer, pero es en estos momentos de crisis como el que está ocurriendo en este instante que agradezco que cuente con toda la seguridad del mundo.

El panel confirma que el código es correcto y prosigue abrir la puerta lentamente, doy un paso al frente nervioso de que pudiera haber ocurrido una tragedia. La puerta se abre completamente y todos mis miedos y preocupaciones desaparecen al observar a la niña más hermosa de todo el universo sentada en su camita jugando con su osito de peluche.

Me aproximo a ella comprobando que todo está correcto, solo así puedo relajarme un poco.

— ¡Idol! ¡Viniste! —me saluda con entusiasmo. Verla así de contenta me llena el alma de alegría.

— ¿Cómo estas pequeña? ¿Estabas jugando con el señor abrazos?

— ¡Sí! Ven te enseñare lo que el señor abrazos y yo estuvimos dibujando para ti.

Termino de acercarme a ella y tomo asiento en su cómoda cama. Observo en silencio cómo se dirige a su pequeño escritorio donde usualmente dibuja sus obras de arte como suelo llamarles. Sostiene entre sus manitas una hoja que estaba sobre la mesa y corre de vuelta hacia la cama para mostrarme lo que su imaginación le ilumino hacer para que dibujara. Me enseña la hoja y en ella puedo presenciar un lindo dibujo de una niña en un jardín muy bonito con una flor gigantesca a su lado. Sonrió de lado al ver el lindo dibujo. A veces me da mucha ternura la manera en la plasma esas ideas locas que tiene en estos dibujos, son lindísimos.

—Soy yo en un jardín de rosas —explica en voz tierna. Se nota que está muy orgullosa de su dibujo.

—Es muy hermoso, pequeña. Dibujas como toda una profesional.

Mi comentario le hace sonreír de oreja a oreja. En sus ojos puedo apreciar un brillo lleno de ilusión. Su mirada color ámbar me hipnotiza, jamás había conocido a un ángel con ojos tan bellos como los de la pequeña. Usualmente solemos nacer con ojos color azul claro o grisáceo, nunca de otro diferente.

—Algún día quiero quetú y papi me lleven a conocer flores de verdad, como esta —señala la rosagigantesca que ha dibujado con tanto cariño.

Su petición hace que suelte un suspiro cargado de pena y lastima, por mucho que me encantaría llevarla a conocer todas las flores del mundo es imposible. En el Reino Celestial no existen flores, ni jardines, ni sol, ni estrellas. Solo en el mundo humano es posible encontrar todas esas cosas y las probabilidades de que la pequeña baje son nulas, no con el peligro que representa la tierra en sí.

—Veras pequeña, llevarte a conocer las flores es muy... —no logro terminar la oración ya que soy interrumpido por un fuerte estallido que estremece todo mi cuerpo. Me levanto inmediatamente alarmado de que el ángel desertor me haya seguido hasta aquí.

Esto es malo.

Doy un paso al frente con la intensión de dirigirme hacia la puerta de entrada y comprobar si la zona es segura. Todo es silencio hasta que de la nada el cuerpo del guardia celestial que antes me dio acceso a la habitación es disparado como una bala hacia el otro extremo del pasillo debido a una bola de fuego gigante que fue lanzada hacia él. Enseguida me coloco en posición de combate después de ser testigo de tan aterrador acto. Desembolso mi Staline de su compartimiento para poder invocar un arma con ella si es necesario. Miro sobre mi hombro en dirección a la pequeña para asegurarme que este bien, la encuentro sobre su cama temblando llena de miedo. Sus pequeñas rodillas cubren su pecho y en sus delgados brazos sostiene con mucha fuerza al señor abrazos. Es obvio que el estallido la asusto a tal punto de estar aterrada. Dejo mi mente en blanco enfocado en lo que debo hacer, tengo que mantenerla a salvo cueste lo que cueste.

—Quédate atrás pequeña, y pase lo que pase no te muevas de allí ¿Entendido? —digo en voz suave y clamada. No quiero que piense que está en peligro y se altere todavía más.

Ella asiente varias veces con su cabecita y me observa fijamente con los ojos bien abiertos y preocupados.

Me giro de vuelta hacia la puerta y mantengo mi posición de ataque, sostengo con fuerza mi Staline sintiendo mi pulso correr a toda prisa. Estoy listo para enfrentar a ese ángel corrupto y exterminarlo de una vez por todas de la faz del universo. Aguardo en silencio esperando lo inevitable, por un momento solo puedo escuchar el sonido de mi respiración agitada, nada más.

Es como si el intruso se hubiese ido en otra dirección. Mis pocas esperanzas mueren al percibir el leve sonido de algunos pasos aproximándose, son lentos y pausados, casi como si estuviera asechando alguna presa indefensa. Los pasos se hacen escuchar cada vez más cerca y no transcurre mucho tiempo hasta que finalmente me topo cara a cara con el desertor que ha estado causando tanta destrucción en el Reino.

No me sorprende darme cuenta quien es, más bien, estaba casi seguro que algún día él se revelaría en contra de todo el Reino Celestial. Era inevitable.

—Vaya, vaya, vaya. Pero si es el increíble y poderoso Idol el grande —dice con sarcasmo y falsa gracia —Sabía que te iba a encontrar aquí, protegiendo a ese pequeño monstruo —suelta una risa burlona que me causa escalofríos. Para él toda esta situación es simplemente divertida lo cual me enferma.

—El único monstruo que veo aquí eres tú —respondo fulminándolo con la mirada.

— ¡Oye! No deberías hablarle así a tu superior.

—Tú jamás serás mi superior, primero muerto.

—Por supuesto que soy tu superior ¿O se te olvida que sangre corre por mis venas?

Sus ojos adquieren un color negro como el petróleo, luce tan demoniaco que dentro de mi me cuestiono si todavía queda alguna esencia de ángel en él.

—No me importa que la sangre de Gabriel corra en ti, no le harás daño a la pequeña.

Su semblante cambia y ahora expresa mucha irritación, puedo notar la maldad cruzar por sus ojos. Nunca le ha gustado que lo reten, siempre se ha salido con la suya por tener un elevado estatus social en el Reino. Le gusta dominar a todos y que le den un trato especial por ser parte Arcángel, pero a pesar de todas esas cosas no me importa si el mismo amo lo respalda, no permitiré que la lastime.

— ¿Por qué no haces las cosas más fáciles y me entregas a la niña? —exige con pausa.

— ¿Qué quieres de ella? ¿Qué pretendes al crear todo este desastre?

Frunce el ceño y una de las comisuras de sus labios se eleva con descaro.

— ¿No has entendido todavía? —Comenta como si la respuesta fuese muy obvia —No pueden haber dos semi arcángeles en el Reino Celestial, menos cuando quieren reemplazarme.

—Nadie ha dicho nada sobre reemplazarte. Estás haciéndote ideas locas en tu cabeza.

— ¡¿Crees que soy estúpido?! —Arremete con violencia tensando la vena de su frente —Sé que la crearon porque veían fallas en mí, hicieron un prototipo mucho mejor y ahora quieren deshacerse de mí.

—Y no estábamos equivocados al creer que tenías fallas, todo esto lo comprueba.

Se encoje de hombros como si nada de lo que ha provocado le diera mucha importancia.

—Morirá y yo seré el único con habilidades especiales. Seré el espécimen más grandioso que el universo celestial haya conocido y me convertiré en el segundo al mando junto al amo.

Niego con la cabeza incrédulo con lo que mis oídos acaban de escuchar. En serio este chico se ha vuelto totalmente desquiciado.

—Eso nunca sucederá, no mientras yo esté aquí de pie.

Guarda silencio porunos segundos dando un paso al frente sin quitar esa expresión de superioridadde su rostro.

—Bueno, entonces morirás también.

De su mano una bola de fuego es creada y con un movimiento rápido de su muñeca la dirige directamente hacia mí. Debo reaccionar con rapidez y con mi poder elemental creó un escudo protector hecho de campos arena solida para bloquear la bola de fuego que estuvo a nada de calcinarme. Su segundo ataque se aproxima con prisa, esta vez me agacho hacia a la derecha y logro esquivarlo. Un grito agudo aturde mis sentidos y me hace caer en cuenta que no fue una buena idea hacer ese movimiento. Miro sobre mi hombro y me percato que la bola de fuego termina impactando justamente donde se encontraba la pequeña, ella logra moverse a tiempo pero el arrasador fuego arremete contra su osito de peluche favorito carbonizándolo por completo.

Rayos, debo de salir de aquí o ella podría salir lastimada.

Camino hacia delante y con mi Staline trazo una runa de invocación, con su magia celestial hago aparecer diez dagas de filo brillante. Sin perder tiempo lanzo la primara daga en dirección a su rostro pero él también es rápido y con un movimiento de cabeza hacia su izquierda logra esquivarla. Lanzo la segunda ahora directo a su pecho pero él crea otra bola de fuego enviándola hacia la daga logrando desviar mi ataque.

Escucho otro grito detrás de mí, proviene de la pequeña que está llorando desconsolada en alguna parte. Puedo sentir cuan aterrada se encuentra por todo lo que está pasando alrededor de ella. Debo deshacerme del ángel corrupto lo antes posible para que ella pueda tranquilizarse y calmarse.

Pienso en mi siguiente movida y decido que no le daré tiempo de reaccionar, con fuerza lanzo todas las dagas que aún me quedan de forma continua para que no pueda esquivarlas todas al mismo tiempo. Su cuerpo se mueve con fluidez y logra esquivar dos, después utiliza su poder elemental para calcinar algunas.

Sonríe con soberbia pensando que ya se deshizo de todas mis armas pero lo que él no sabe es deje lo mejor para el final. Una daga con sello de bomba se dirige directamente a él y sin previo aviso, sin poder reaccionar a tiempo trata de esquivarla pero es demasiado tarde, la daga lo hiere en su hombro izquierdo seguida de una explosión tan potente que su cuerpo es lanzado lejos hacia el otro extremo del pasillo. Cae de boca al suelo y escucho como maldice debido al dolor que experimenta su hombro en este instante. Esta aturdido y algo confundido debido a mi ataque, esta es mi oportunidad para ir por él y eliminarlo de la faz del Reino. Invoco una espada de acero astramoit indestructible de mango largo grueso, la elevo por los aires admirando su belleza letal. Con esto nunca podrá vencerme.

Corro hacia él con la espada lista para exterminarlo pero él anticipa mis intenciones y bloquea mi inminente ataque creando un escudo de fuego que aparece delante de él. Retrocedo evitando que las llamas lleguen a mí y puedan hacerme daño, él toma esa oportunidad para lograr ponerse de pie, crear otra bola de fuego con sus manos y sin perder tiempo la dirige hacia mí.

Con mi espada logro atravesarla y cortarla por la mitad desviando su ataque. Continua atacándome con sus bolas de fuego una detrás de la otra mientras que yo sigo cortándolas una a una evitando que consiga dañarme.

Transcurren los segundos y ninguno parece querer darse por vencido, Pienso en cambiar de estrategia o nunca terminara esto. Se me ocurre una idea y cuando una de sus bolas de fuego viene a mi me agacho con rapidez al suelo e invoco mi poder elemental para poder concretar mi plan B. Coloco ambas manos sobre el piso y concreto todo mi poder en él para transformar las baldosas blancas que lo cubren en arenas movedizas. Si logro inmovilizar el cuerpo de mi contrincante derrotarlo será tarea sencilla.

Sus pasos se vuelven torpes y pesados, trata de salir de mi trampa pero cada vez que mueve algunos de sus pies se hunde todavía más. Cuando creo que ya está acabado me sorprendo al ver como coloca sus manos sobre la arena que lo mantiene capturado y en una fracción de segundos le prende fuego a todo el lugar. Ahora el pasillo está en llamas, casi no logro ver nada.

—Buen intento, Idol, pero recuerda que si juegas con fuego arderás en el —oigo que dice muy cerca de mí. No logro identificar de donde proviene su voz ya que las ardientes llamas no me permiten ver absolutamente nada. Hay demasiado fuego.

Trato de visualizar todo lo que se me es posible, lo busco desesperadamente con la mirada tratando de saber donde se puede encontrar ese cretino. Repentinamente, un dolor agudo explota en mi costilla izquierda debido a un fuerte golpe generado en ellas. Un gruñido sale de mis labios al sentir tan agonizante sensación en mis costillas, el muy maldito me ataco por sorpresa. Intento recomponerme cuando otro golpe azota nuevamente mi cuerpo, esta vez en mi espalda baja. Me golpea con tanta intensidad provocando que caiga de rodillas al suelo. El desagraciado es muy inteligente, utiliza la poca visibilidad que existe en el lugar para hacer ataques sorpresa, es como si fuese invisible.

Respiro con dificultad sintiendo como todo mi lado izquierdo arde debido a las llamas. Un fuerte jalón toma mi cabello y una cuchilla filosa es colocada en la base de mi cuello. Estoy atrapado.

—Despídete miserable ángel —pronuncia en mi oído lentamente anunciando mi fin.

Cierro los ojos con fuerza esperando que el filo del cuchillo degollé mi cuello y muera desangrado, pero pasan los segundos y nada sucede. Vuelvo abrir mis ojos al escuchar el sonido del cuchillo caer directo al suelo. Me levanto rápidamente con el ceño fruncido confundido por no saber qué rayos acaba de pasar. Doy media vuelta sobre mi eje y me topo frente a frente con el ángel que estuvo a punto de asesinarme. Sigue igual con la única diferencia que ahora todo su cuerpo se encuentra petrificado al igual que una estatua, por un momento pienso que está muerto pero al acercarme más a él puedo notar como aún puede mover sus ojos.

¿Qué rayos ocurrió?

Aunque todo sea muy confuso para mí en este momento no pienso perder tiempo en analizar la situación, debo matarlo ahora o volverá hacer de las suyas y esta vez si podría aniquilarme. Estoy por invocar nuevamente mi espada para eliminarlo de una buena vez cuando una voz gruesa detiene mis intenciones.

— ¿Todo bien ricitos de oro? —pregunta alguien con gracia detrás de sus palabras. Puedo percibir que se está burlando de mí.

Reconocería esa irritante voz donde fuera.

—No me llames así —demando en un tono bastante serio.

—Oye, tranquilo, no te pongas así —levanta ambos manos en forma de rendición — No hay porqué ser agresivo conmigo. Además, deberías agradecerme, acabo de salvar tú vida.

—Dado a que todo este desastre lo causo tu hijo no debo agradecerte nada.

Sé que debería ser más agradecido con Gabriel, me salvo de una situación bastante mala. Solo él tiene el poder de petrificar a cualquier enemigo que él desee con solo un toque. Sabe cuál es el punto exacto que debe tocar para que todos los músculos de la víctima entren en un estado de congelamiento temporal, logrando así que se le sea imposible moverse. Es una técnica estupenda que solo un arcángel tan poderoso como él es capaz de dominar.

—Lo sé, y tomo toda lo responsabilidad por lo que sucedió aquí hoy. Jamás imagine que mi primogénito fuera capaz de hacer semejante espectáculo.

—No te culpes —trato de hacerlo sentir mejor —Los celos y el resentimiento se apoderaron de él, era cuestión de tiempo para que algo así ocurriese.

—Tienes razón, aunque dudo que mi padre me perdone fácilmente por los daños que ha causado. Por suerte solo fueron perdidas estructurales, nadie salió herido.

—Sabes que eso no es cierto, Gabriel. El amo jamás podría darle la espalda a ninguno de nosotros, y menos a ti.

Niega algo decaído. Las llamas detrás de mí siguen ardiendo a todo dar haciendo caer una biga del techo. Gabriel extiende su brazo derecho al frente y de su mano comienza a brotar una fuerte cantidad de agua que hace apagar las llamas poco a poco. Sigue esparciendo agua hasta que todo el fuego queda extinto.

Vuelvo a girar mi cuerpo hacia su dirección y de la nada un ejército de guardias vienen corriendo hacia nosotros, todos portando sus doradas armaduras y equipados con las más capacitadas armas listos para una batalla.

Pues se quedaran con las ganas porque llegaron tarde para el show, muchachos.

—Su majestad, en nombre de todo mi equipo me reporto ante usted listo para recibir órdenes —dice uno de ellos dirigiéndose a Gabriel.

—Ya todo está controlado, general. Puede decirles a sus hombres que estén tranquilos.

— ¿Quiere que hagamos algo, señor?

—Sí, lleva a este... —hace una pausa a mitad de su oración para mirar y señalar a su hijo —A este desertor a confinamiento. Quiero que avisen a la ACC que preparen un juicio en su contra, entre más rápido lo condenen más rápido podremos deshacernos de él.

— ¡Sí, señor! —los guardias sostienen al ángel corrupto por ambos brazos y se lo llevan arrastrando.

—Esperen —hablo y los guardias detienen su marcha —Quiero un reporte completo en mi escrito de por qué los guardias celestiales han tardado tanto en neutralizar la situación. No me explico por qué este ángel nivel 3 causo tantos daños en el área.

—Me disculpo, superior Idol. Tengo a todos mis hombres en el área Sur juntos con los Tronos resguardando las puertas que dan hacia el amo. Evitar un ataque en esa zona era la mayor prioridad.

—Eso lo entiendo, pero también deberían haber guardias al Norte controlando esta zona. Espero ver cambios a partir de ahora, general. Esto no puedo volver a suceder ¿Entendido?

—Sí, superior Idol. Ahora mismo convoco una reunión para hablar sobre reforzar la seguridad de todas las áreas del plantel.

—Eso espero. Ya pueden retirarse —se despiden y dan media vuelva siguiendo su camino llevándose con ellos al ángel desertor.

Una vez que todos los guardias celestiales se han ido Gabriel arcángel deja salir un suspiro largo cargado con pesar. Debe ser doloroso descubrir que uno de tus hijos se ha convertido en un vengativo y celoso ángel desertor lunático, y más cuando está empeñado en matar a otro de tus hijos.

— ¿Cómo esta ella? —pregunta observándome. Al principio no logro comprender a que se refiere, pero después de unos segundos mi mente se ilumina y doy cuenta de que me había olvidado por completo de la niña. Estaba tan enfocado en destruir a ese malnacido que olvide lo asustada que se encontraba viendo toda la espantosa escena, me siento fatal.

—Tuve alejar la pelea de ella, era muy peligroso y no quería que resultara herida.

— ¿Esta ahora mismo en su habitación?

—Sí, ahí la tuve que dejar.

Ambos nos encaminamos al cuarto de la pequeña niña un poco nerviosos y preocupados por su bienestar. Al llegar nos encontramos con que no hay rastros de ella por ningún lado. El pánico se empieza apoderar de mi cuerpo, puedo jurar que estaba aquí antes de trasladar la pelea al pasillo. Tal vez ese desgraciado la haya raptado, tal vez pudo concretar su plan y matarla después de todo. Las intrigas se adueñan de mi cabeza y ahora soy un saco de angustia.

—Cielo ¿Dónde estás? —llama el arcángel a mi lado, él también se ve igual de preocupado que yo.

La sigue llamando y nada, no hay respuesta alguna. Estoy a punto de perder la cabeza cuando de repente ambos escuchamos un leve llanto, no se escucha muy bien pero puedo jurar que es el llanto de una niña asustada. Es ella.

Nos quedamos en silencio para poder enfocar nuestra audición hacia donde proviene el sonido, el arcángel detrás de mí hace una seña y se encamina en dirección al armario de la habitación. Debe haberse escondido ahí durante la pelea. Abre lentamente la puerta corrediza del armario dejando al descubierto a la niña con ojos llorosos y respiración entre cortada. Al ver el estado de su hija inmediatamente se dirige hasta ella y la abraza con fuerza.

—Ya mi cielo, no llores. Ya todo termino, te lo prometo —dice consolando a la pequeña, esta se aprieta en sus brazos casi temiendo que él fuera a soltarla —Solo fue un pequeño susto, no volverá a ocurrir.

— ¿Ya se fue el chico malo? —pregunta con voz tenue y quebradiza.

—Sí, mi amor. El chico malo ya se fue y no volverá nunca.

— ¿Te quedaras conmigo papi?

El rostro de Gabriel se contrae en una mueca al notar que no puede hacer lo que su hija le ha pedido.

—Sabes que no puedo quedarme, cielo. Tengo deberes que cumplir en mi mundo —suspira—Además, Idol cuidara de ti, no estarás sola.

— ¡No! —Grita la niña —Yo quiero ir conmigo, papi.

La niña desesperada rompe en llanto otra vez, no se calmara hasta que su padre le diga que se quedara con ella o que la llevara consigo.

—Esto no va a funcionar, Idol —murmura mirándome de reojo —Si los serafines la descubren después de este terrible incidente van a querer deshacerse de ella y no puedo permitirme eso.

— ¿Qué piensas hacer?

—Debemos borrar todo rastro de ella. Nadie debe enterarse de su existencia en el Reino, mucho menos la ACC —comenta mirando al frente —Debemos hacerla pasar por un ángel normal.

—Podernos borrar todo lo que tenga que ver con sus registros, eso es fácil, pero la niña no dejara nunca de preguntar por su padre. De un modo u otro buscara la manera de llamar la atención.

—Por eso no solo borraremos toda la información acerca de ella, sino que también tenemos que borrar los recuerdos de su mente. No debe recordar quién soy, ni que representa y mucho menos debe recordar el incidente que acaba de ocurrir.

—Lo que pides es muy peligro, Gabriel. Borrar los recuerdos de una persona puede causar que pierda su identidad, su manera de actuar.

—Tenemos que hacerlo, no hay otra opción —lleva ambas manos a su frente luciendo muy cansado —Si ella no elimina el trauma ocasionado por lo que acaba de suceder es muy probable que su desarrollo sea... ineficiente.

Tiene razón. Después de vivir este desafortunado incidente las probabilidades de que su mente se desarrolle con lapsos traumáticos son muy altas. Podría convertirse en una bomba de tiempo que nadie quiere ver explotar.

—Está bien, ¿Cuál es tu plan? —se queda unos segundos en silencio procesando lo que haremos para llevar su idea acabo.

—Necesitare de tu ayuda. Una vez que borremos todo recuerdo de su memoria es vital que nadie sepa de ella hasta que cumpla la mayoría de edad.

— ¿Y cómo pretendes que eso suceda?

Guardar un secreto en el Reino Celestial es como querer cubrir el sol con un dedo, es imposible.

—Debe quedarse en aislamiento por muchos años.

—Esto es una locura. Lo sabes ¿no?

Asiente estando de acuerdo que su plan suena completamente descabellado.

—Te dejo a cargo de su crianza —agrega tomándome por sorpresa —Tú eres el único en que confió, Idol. Sé que sabrás que hacer, harás un buen trabajo.

—Gabriel, yo...

—Sabes que no me puedo quedar, tengo demasiados pendientes que hacer en el otro mundo. Mi padre me lo encargo este trabajo y no puedo decepcionarlo. No más.

Suelto un fuerte suspiro. Es una gran responsabilidad que tendría que tomar y accedo hacerlo. No solo me arriesgo a que los serafines o la Angelic Celestial Court descubran la existencia de la niña y quieran condenarme al castigo eterno por cómplice, sino que también debo madurar y criar a una pequeña que no tiene idea de quién es y en donde está, eso es aún más estresante.

—No tienes nada que preocuparte. Tienes el apoyo incondicional del amo, no estarás haciendo nada en contra de su voluntad —sonríe de lado —Mi padre al igual que yo está muy emocionado por este nuevo linaje, es el futuro.

—No creo que el amo este tan contento después de lo que sucedió hoy ¿No crees?

—Soy consciente que antes de partir tendré que resolver ese asunto con mi padre, pero me iré más tranquilo sabiendo que dejo a mi hija en buenas manos.

Tomo unos minutos para reflexionar y darme cuenta que todo esto es una extrema locura. Soy un ángel guerrero, serví por muchos siglos en el campo de batalla enfrentándome a las peores abominaciones que puedan existir en el universo. Cuando me retire, mi plan era vivir algunos años en paz, entrenado a ángeles novatos para que puedan convertirse en guerreros honorables algún día.

Jamás imagine que tendría que cargar con la responsabilidad de criar a alguien, cubriendo mi espalda para que la ACC no descubra mi plan. Pero a pesar de tener todo en contra no puedo abandonarla. Desde el primer momento que conocí a la pequeña me robo el corazón. Es tan tierna, tan inocente, odiaría que todo eso se perdiera por lo que ese desgraciado ángel provoco en su organismo, por esa razón estoy más que de acuerdo en la idea de borrar sus recuerdos.

Daría mi vida por esa pequeña niña, hoy estuvo más que comprobado. Es mi alegría, mi felicidad, nunca me había sentido más vivo que cuando estoy a su lado. Teniendo eso en cuenta no debo pensar mucho en mi respuesta. La mantendré a salvo de todo aquel que quiera hacerle daño, incluso si tengo que enfrentarme a la máxima autoridad del universo, lo haré.

Le comunico midecisión a Gabriel y este me agradece con toda sinceridad. A partir de ahoralas reglas del juego cambiaran. Ya no solo vivo y respiro por el amo, también vivo por esa niña de ojos color ámbar que se ganó mi corazón

 A partir de hoy la vida que conocía antes acaba de cambiar por completo.

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