25

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Aquí viene Negan.

───

Suspire, sentado en ese banco, suspire sin moverme. No podía hablar, me pesaba tanto la lengua por mi estado de ido, que no podía expresarme. No había contado cuánto tiempo ha pasado desde la vez que vi a este hombre, pero que esté aquí frente a mi ahora era diferente a cómo lo veía antes. Un monstruo. Y ahora, Negan era el padre de la chica que amaba, el abuelo de mis hijos. El mundo se sentía cada vez más pequeño y por eso, aún él estando sentado frente a mi y cabizbajo, no me hacia poder tener la valentía de hablar. Estaba limpio, aunque había llegado con tierra en su ropa, sangre en sus manos y una mascara marcada en sus mejillas, Negan había llegado. Lo hizo por si solo. Nadie tuvo que buscarlo, él encontró a su familia, la encontró como también la vengo. Y la imagen más bonita que pude procesar, no fue el que mis hijos gritaran de conmoción por la presencia de su abuelo, si no, cuando él se desmoronó en lágrimas al procesar el hecho de que su hija yacía con vida. Por eso él estaba ahí sentado, asimilando y sosteniendo sus propias manos en agradecimiento a quien sea que lo escuchara allá arriba.

—No has cambiado nada.—me atreví a decir, viendo como Negan dirigió su mirada a mi, sonriendo de lado, de una manera genuina que jamás creí ver.

—Puedo decir lo mismo de ti, Carl.—comentó, de una forma tranquila por haberme atrevido a romper el hielo entre ambos.—El futuro asesino en serie, ahora padre de familia, que loco suena.—dijo de manera bufona.

—No somos tan diferentes ahora que lo piensas.—justifique para verlo asentir rápidamente.

—Y es la mejor sensación que alguien puede sentir. ¿No es así?—me preguntó.—Luego de tantos años, aún sientes la emoción que hubieses sentido al principio. No importa el tiempo, el amor sigue ahí y perturba para siempre.—decía.

—¿Por eso decapitaste a esa mujer?—cuestione, señalando hacia dónde Aliana estaba arrodillada aún lado de Lydia, frente a ellas yacía aquella cabeza, con unos ojos amarillentos y piel pálida, se denotaba la transformación de la mujer que había causado un alboroto.

—Hice lo que cualquier padre hubiese hecho.—respondió.—Me convertí en el monstruo que solía ser, por mis hijas, pero ahora que eres padre, serás capaz de entender cada una de las cosas que no entendías del tuyo.—amargamente baje la cabeza.

—Soy quien soy por él.—indique, mirándole.—No puedes decir lo mismo de ti, porque mi padre creó un líder.—detallaba para verlo reír.

—¿Qué quieres decirme?—me preguntó.—¿Qué no conduje a Nathan hacia el camino correcto? Le enseñe a Nathan lo que era sobrevivir. Le enseñe lo que era pelear, le enseñe a mi hijo lo importante de estar en un mundo como este, seguir adelante.—se cuestionó entre dientes, por lo cual denegué.

—No creaste el mundo que él necesitaba.—interferí.—Lo condujiste a que odiará, a que se obsesionara con el poder. Torturo a sus hermanas, no las amaba, estaba enfermo.—continué diciendo, mientras que él negaba.

—¿Quién no se corrompería en un mundo como este?—me preguntó, justificándolo.

—Aquel que ama a sus hijos y les muestra el camino, el camino al que sus hijos les devolverá después.—musité, notándolo procesar para que él asintiera, respirando hondo.

—Recuerdo cuando tu padre... —Negan detuvo sus palabras, arrugando su nariz mientras levantó la cabeza para mirarme.—Recuerdo cuando Rick me dijo por la radio que... habías muerto, recuerdo que me sentí impotente e incluso culpable, estaba listo para destrozar a cualquiera que haya sido, pero no estaba preparado para pelear contra mi propio hijo.—argumento, manteniendo contacto visual conmigo.

—¿Por qué no paraste la pelea?—le pregunté.—¿Por qué seguiste avanzando si sabías que ellos eran tus hijos?—cuestione, no en un tono hostil, hablaba de una manera madura y sutil.

—Pelee por honor, Carl.—expresó.—No sabía que los hijos podían demostrarle el camino a los padres y eso, me lo enseñó Rick el día en que me perdono.—musitó.—Supongo que ya es tarde para agradecerle por haberme dejado vivir, ante el simple hecho de que quería hacer un mundo mejor, solo por ti.—bruscamente me levante, dejando caer el banco donde yacía sentado por la impotencia, el dolor de la ausencia de mi padre mientras veía a Negan mirar a otro lado, el duelo de rencor que me abatía hasta hacerme olvidar el anhelo que tuve alguna vez de que fuera perdonado se iba con las hojas y el viento.

—Basta.—le pedí, era demasiado, eran demasiadas cosas por procesar.

—Lo sé. Es una mierda, mierda que aún es difícil de digerir.—indicó él, notando mi frustración.—Entiendo que mañana puedo despertar, como no, si esa mujer sigue mirándome así, probablemente no lo haga.—conduje mi mirada hasta donde él miró, pudiendo visualizar como Maggie yacía mirando hacia él con gran rencor.

—Yo no te dejaría pasar ni una noche.—nos giramos para ver a Alessandra cruzada de brazos mirándolo.

—Dudo mucho que quieras pasar una noche lejos de mi.—bufo, en un tono payaso para ver cómo ella con disgusto denegó.

—Después de ti querido, lo menos que deseo encima de mi es a un hombre.—mascullo para dejar que Negan sonriese ofendido.

—¿Por qué dices eso?—le preguntó Alanna, quien no tardó en sentarse aún lado de Negan, quien acarició su pelaje hasta sonreír, se notó, ese amor de abuelo brotó en él.

—Puedo explicártelo, si tu padre me da el permiso.—denegué rápidamente ante eso, viéndolo reírse por mi reacción reacia.

—No, no harás eso.—informó Ethan, a quien mire levantando una ceja.

—Oye, sigues viéndote rudo con un solo ojo. ¿Por qué aún tienes el vendaje? Quítatelo.—me pidió Negan, mientras me mantenía mirando a Ethan.

—Yo decido lo que está bien para mis hijos y lo que no, no lo olvides.—expresé en un tono hostil hacia Ethan, él bufo con sarcasmo para asentir.

—Claro, luego de que te desaparezcas en los próximos seis años, ven y dime lo que debo hacer con tus hijos.—el brazo de Alessandra se empañó fuertemente en mi pecho, deteniéndome ante notar mi impulsiva acción de dirigirme hacia Ethan.—¿Eso es lo que quieres? Bien.—dijo Ethan soltándose de su arma, para así sentir la adrenalina recorrer por cada una de mis venas.

—Papá...

—Tranquila nena.—le pedí a Alanna, quien fue sostenida por Negan, para este verme bufón.

—¿Tú a quien apuestas?—se preguntó él, mirando a Maggie quien se acercó con recelo hacia nosotros.

—Estás enfermo.—acusó ella, para ver cómo él lo analizaba, miró a mi hija y sonrió.

—Bueno, eso no es algo que no supieran, pero me retiro.—dijo para así guiñar su ojo e irse, dudaba mucho que estas personas extrañaran a este hombre.

—Basta. Hay mucha gente aquí, no harán esto.—pidió Alessandra.—Se están comportando como unos niños y no estoy dispuesta a criar otros.—comentó.

—¿A quienes criaste tú?—note como Alessandra se puso frente a Ethan ante su comentario.—Estuviste igual de ausente de él. ¿Por qué lo defiendes?—se preguntó.

—¿Qué me acabas de decir?—le preguntó Alessandra.—Te reto a que lo repitas.—pidió.

—Basta, ¿qué sucede?—Aliana llegó, para así ella ponerse frente a mi, buscando respuestas.

—Nada.—articule, aislándome de Maggie para ver cómo Aliana confusa me miraba.

—¿A donde vas? ¿A huir? Espera, ¿por qué me sorprende?—fue lo que dijo él, para así hacerme estallar.

—¡Carl, espera!—la furia que se vio en mi rostro ocasionó que las mujeres allí no pudieran detenerme. Mi nudillo se extendió hasta la mejilla de Ethan quien se removió hacia atrás sorprendido por la baja guardia que obtuvo ante haberle dado la espalda.—¡Carl!—me llamo Aliana, mis nudillos rojizos se mancharon de la sangre que sobresalió de su nariz, Aliana abrió sus ojos grandemente para así ponerse delante de Ethan.

—¿Qué mierda?—me preguntó Michonne, apretando mi camiseta fuertemente.—Tú hija te está mirando, y tus hermanos.—musitó en mi oído para debilitar mis músculos mientras que veía a Ethan mirarme.

—Aliana, ¿estás bien?—dirigí mi mirada a Maggie para así, ver como Aliana cayó al suelo.—¡Aliana!—grito, me fui a remover para acercarme a ella pero Michonne se detuvo en seco frente a mi negando en cuanto Ethan la recogió en brazos.

—Déjalo.—me pidió, distanciándome de ella.

—Se acaba de desmayar, Michonne...

—Déjalo, Carl.—volvió a pedirme de manera más sutil, para así echarme hacia atrás, evitando que me acercara a Aliana.

Note como me miraron. Los que yacían ahí, los que estaban alrededor notaron mi impotencia, un fuerte dolor que me atravesaba el corazón. Los verdosos ojos de Maggie me miraron, buscaban entender mi reacción. Me aleje, tendido por el jalón de Michonne, me aleje con mucha impotencia al notar como me aislaron de Aliana. Sostuve mi cabello con fuerza, ignorando la mirada de todos aquellos ahí, sintiendo la pena y vergüenza que mi hija me viera de esa manera. Me aislé lo suficiente para así ponerme de cuclillas y mantenerme bajo el sol, cabizbajo. La brisa fresca removía el césped, el cual florecía. Me quede allí, viéndolas remover con el viento. Alguna vez imagine un campo así, donde mi padre estuviera caminando alrededor de el conjunto a Michonne, pero jamás imagine algo donde él ya no estuviera. Supongo que de eso se trata el duelo, de lidiar y aceptar, pero aún me era difícil tener que aceptar el hecho de que mi padre realmente no estuviera. Porque aunque haya pensado en un pasado que se había ido para siempre, nunca tuve una afirmación y ahora simplemente la tenía. Restregué mi rostro, estaba frustrado e impotente frente a Michonne.

—¿Te quedarás ahí?—me preguntó ella.—No sé cuánto tiempo llevamos aquí, pero el sol empieza a bajar, Carl.—distinguió.—Y hay cosas que debemos aclarar, porque Negan acaba de llegar por las puertas de esta comunidad con la cabeza de una líder que tenía su propia horda y seguramente ya se dieron cuenta que no está.—expresó, mientras que asentía.

—Dime algo Michonne, si hubiera estado aquí, ¿hubiese podido salvar a los que ya no están?—le pregunté.—Papá y Natasha, ¿los hubiera salvado?—volví a cuestionar, aún más impotente, para ver cómo ella se tenso ante mi pregunta.

—No hay nada que podamos hacer para cambiar eso, Carl. No te tortures, porque ni siquiera yo pude llegar a tiempo para salvarlos.—musitó, la vi cabizbaja y cruzada de brazos.—No llegue a tiempo.—volvió a repetirse mientras que me veía.

—Siempre fue él. ¿No es así?—le cuestione.—Desde esa vez que llegaste a la prisión, ¿siempre fue él?—ella respiro hondo, lo notaba, ese nudo en la garganta.

—Siempre fue él.—aceptó.—Y no puedo negarlo Carl. Extraño a mi familia, extraño a mi hijo, aquel que perdí para siempre, pero tú y Rick me dieron una nueva oportunidad de vida, incluso cuando los perdí, Judith y Aliana me mostraron el camino, así como ustedes.—indicó con sus ojos humedecidos.—Pero, siempre tendremos que continuar y aunque te duela Carl, tienes que continuar sin Aliana.—pidió para hacerme negar.

—No puedo.—negué.—Porque desde que la conocí, sentí algo diferente. Siempre fue ella, como siempre fui yo para ella.—esbocé.

—Ella se enamoró de Ethan. Y se que él te provoca, pero es porque la ama y también tiene miedo de perderla, pero desafortunadamente te toca a ti tener que aceptar que has perdido.—asentí de manera amarga, estrujando mi rostro.—Eso no implica que no te ame. Que no puedas estar con tus hijos.—indicó.

—Eso lo entiendo muy bien, Michonne.—afirme, mientras veía como Maggie se acercaba a nosotros cruzada de brazos, con un rostro tenso.

—¿Aliana está bien?—le preguntó Michonne rápidamente, me levante del suelo para ver cómo Maggie nos miraba, analizando lo que diría.

—Aliana está embarazada.—solté una bocanada de aire, llevando las manos a mi cadera para ver cómo Michonne me miró al igual que Maggie.

—Por Dios... —susurro ella, con emoción en su voz, noto mi frustración, para así verme colocarme nuevamente de cuclillas.—Carl, lo lamento...

—Es mío.—afirme, mirando como Maggie abrió sus ojos.—Es mío, estuve con ella antes de volver.—Maggie se quedó boquiabierta para así Michonne negar.

—Carl...

—No dice con exactitud cuánto tiempo tiene. Aunque se puede ver el bulto en su vientre, posiblemente Aliana tenga más de un mes.—detalló Maggie, interrumpiendo a Michonne.

—No especulemos nada, al menos hasta que Aliana quiera hablarlo, ella está en shock.—comentó Maggie, para así yo continuar dando vueltas en un círculo para exhausto empezar a caminar.

—¿Carl?—me llamo Michonne, mientras que le di la espalda, caminando.

Me quede en silencio. Realmente estaba abatido, no entendía porque la noticia me chocaba de una manera tan fuerte. Aliana estaba embarazada, estaría esperando un hijo, pero la pregunta que me agobiaba era, ¿de quién? Realmente esto se nos salió por completo de las manos, no nos dimos cuenta en lo absoluto, pero al menos a mí se me desató un nudo completo. Caminando pude visualizar como en el mismo banco donde estuve, Negan se encontraba, pero más aliviado me sentí al ver que ahí estaba Caleb junto a él. Me quede detenido, viéndolo sonreír mientras abrazaba a su abuelo, incluso Noah y Judith estaba allí, sentados mientras RJ y Alanna jugaban en el suelo con Sammy. Los niños eran lo más inocente que teníamos en este lugar, por esa razón, vi un rayo de sol alumbrarme por el anhelo de que otro partidario de mí llegara a través de la mujer que amaba, pero otra parte de mi me decía que no debía ser así, que no debía ser egoísta. Camine y camine, hasta sentarme nuevamente en esa torre de vigilancia plana. Retenía mis codos encima de la baranda de madera, mirando más allá, en el campo del verdoso césped que nos cubría con algunos vehículos abandonados.

—Papá.—baje la mirada para ver cómo Caleb se intentaba subir, no tarde en ayudarlo para así sostenerlo en mis brazos y ver el vendaje de su brazo, pero abajo del escalón yacía Negan subiendo igualmente.

—¿Como está ese brazo, campeón?—le pregunté curioso; Caleb no tenía el sombrero, pero si tenía aquel collar en su cuello, ese que le había dado Ethan y es ahí cuando debía entender algo, estaba bien que mis hijos nos quisieran a ambos.

—Ya no me duele tanto.—expresó, sosteniéndose de mi, como si se sintiera seguro, para así Negan mirarme y sonreír.

—Eres un buen padre, Carl.—dijo palmeando mi espalda fuertemente.—Caleb no ha dejado de contarme todo lo que has hecho desde que regresaste y yo, pues le he contado unas cositas sobre cuando nos conocimos.—sonreí ante eso.

—Espero que no le hayas contado todo.—le dije.

—Le dije que cantas muy bien.—expresó, apenado reí, por el recuerdo mío cantándole a Negan en su santuario, la comunidad donde hizo crecer a los salvadores.—Tenemos que prepararlo Carl, una tormenta se acerca.—masculló Negan, mirando al horizonte, donde pudimos visualizar a varios caminantes estar detenidos mientras miraban.—Esta vez, tendremos que ser nosotros quienes le muestren el camino.—indicaba.

—¿Cómo?—le pregunté, mientras que me giré para visualizar a la comunidad, donde pude ver a Sarah salir del interior del edificio donde acompañaba a Aliana, por un momento el hecho de su cercanía me preocupo y más cuando Aliana se veía reacia.

—Aquí viene Negan.—afirmó.—Yo me encargaré.—expresó para así palmear nuevamente mi espalda, mientras que me quede mirando como Sarah observó a Aliana, quien le dio la espalda, quizás una o dos tormentas más se avecinaban, pero no estaba listo para combatirlas y más ahora que Aliana... estaba embarazada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro