³'

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

_



Iba caminando apresurado, faltaban 15 minutos para las 11 de la noche, la velada con aquel hombre había sido incomparable para el rubio. Ahora, su apartamento no quedaba lejos en automóvil eran 15 o 20 minutos, pero a pie y con esos incómodos zapatos no llegaría nunca (bueno quizás llegaría pero con miles de ampollas en las ampollas), pero por primera vez no le importaba, necesitaba pensar y la noche estaba hermosa para ello.

- Dios, ¿qué haré? ‒ susurró mirando el cielo esperando una respuesta divina.

/ Nunca me sentí así en mi vida, sus besos fueron deliciosos / pensó pasando su lengua por sus labios /¿Cómo sería tenerlo los 7 días en mi cama?. Ahg, maldito falso moralismo, debí aceptar/ se reprendía mientras caminaba lento agitando su bolso a su costado.

Sintió un tirón en dicho objeto y quiso sujetarlo pero ya era tarde. Soltó un grito de auxilio pero las calles estaban vacías por lo que corrió tras el ladrón que era muy pequeño y veloz, lo persiguió por 3 cuadras hasta que se quedó sin aire por lo que tuvo que parar a respirar sujetándose por sus rodillas.

- ¿Ahora qué haré? ‒ se preguntó temeroso mirando a su alrededor.

Las calles estaban vacías, no se explicaba como un viernes de noche no había nadie, miró en todas direcciones y decidió volver sobre sus pasos, caminaba apresurado y miraba por todos lados, tenía miedo y no recordaba haber pasado por esa zona, tan solo deseaba llegar a su apartamento.

Se encontraba desorientado, cansado y adolorido, pero aún así sonrió cuando vio a un grupo de 4 personas hablando a lo lejos en una plaza, apresuró su paso feliz, pero casi al instante se sintió un poco incómodo al percatarse que todos eran hombres y estaban bebiendo, aún así siguió su camino.

- Buenas noches ‒ murmuró llamando la atención de los sujetos ‒ ¿Alguien me podría prestar su teléfono para realizar una llamada?, por favor ‒ pidió con una sonrisa.

- Yo te lo presto, pero, ¿qué me darás a cambio precioso? ‒ musitó un hombre de unos 25 años con una sonrisa pervertida.

- Eh.. ahora no les podré dar nada, me asaltaron y es por ello que necesito comunicarme con alguien ‒ explicó.

Todos sonrieron, Jimin retrocedió un paso atemorizado.

- Yo creo que tienes mucho que puedes ofrecernos ‒ debatió un hombre pelón mirándolo de pies a cabeza con una sonrisa morbosa.

- ¡Ya basta!, dejen al joven tranquilo ‒ ordenó otro de los hombres ‒ yo te lo presto niño, toma ‒ aseguró pasándole el teléfono, por lo que Jimin le dedicó una sonrisa resplandeciente al tomarlo.

- Gracias ‒ musitó pero cuando empezó a discar el mismo hombre calvo golpeo la mano de el rubio echando el teléfono al suelo, por lo que supo que eran hostiles y reaccionó rápido, empezó a correr a toda prisa, sus zapatos y el cansancio jugaban en su contra pero aún así corría, solo el hombre calvo y otro hombre con cabello castaño lo perseguían.

Sintió una mano en su hombro y gritó como nunca, escuchó el sonido de tela desgarrándose y vio con horror como la tela de la camisa blanca era destrozada dejando parte de su torso y una de sus tetillas al descubierto.

El hombre lo empujó por la espalda e hizo que perdiera el equilibrio haciendo que caiga al suelo lastimando sus muñecas y rodillas, sin poder evitarlo comenzó a sollozar con fuerza, no por el dolor; más bien por la angustia, trató de pararse pero se vio rodeado por los dos hombres.

- ¿Por qué todas los jóvenes hermosos como tú se creen con el derecho de rechazarme? ‒ preguntó el hombre calvo levantando lo por el cabello.

- Ha de ser porque eres horrible y tu trato no es nada cordial ‒ se escuchó una voz ronca, Jimin tembló de pies a cabezas al reconocer la voz de su salvador. ‒ Ahora suéltalo ‒ agregó apuntándole con ¿un arma? en la cabeza, el otro hombre huyó desesperado, sin embargo el que lo tenía sujeto lo soltó por lo que cayó al suelo comenzando a alejarse poco a poco.

- ¿Estás bien príncipe? ‒ preguntó brindándole una sonrisa a la que el respondió.

- Si, gracias, creo que mi deuda va en aumento ‒ murmuró apenado.

- Ven aquí ‒ ordenó ‒ déjame llevarte, no seas terco ‒ pidió a lo que Jimin asintió y se paró.

- Vete ‒ murmuró al hombre que los miraba con resentimiento. Yoongi abrió la puerta del acompañante y sintió algo impactar contra su cabeza, giró y devolvió el golpe a su atacante en la misma zona con la culata de su arma dejándolo inconsciente.

- ¿Estás bien? ‒ preguntó Jimin pálido.

/ Mierda, duele como el infierno / pensó Yoongi, pero su hombría no le permitía decir eso por lo que solo asintió. Giró y subió al asiento del conductor, se sentía mareado y la vista le era nublada por lo que esperó un momento a estabilizar su visión, cuando al fin pudo ver con claridad se dispuso a poner en marcha el vehículo.

- Gracias ‒ musitó Jimin mirándolo fijamente ‒ aunque yo pensé que los caballeros llegaban en su blanco corcel y peleaban con espadas ‒ comentó para romper el ambiente tenso.

- Todo se moderniza mi príncipe, yo soy un caballero del siglo XXI ‒ aseguró sonriendo ‒ y aún espero mi beso de agradecimiento ‒ agregó galante.

Al mirarlo se quedó estático unos minutos, detallando cada parte de él.

- ¡Mira tu camino! ‒ Jimin exclamó aterrado lo que logró despertarlo del hechizo.

Jimin lo guió hasta su apartamento y más rápido de lo que pensaba llegaron. Yoongi estacionó en la entrada del predio y se miraron a los ojos unos segundos. El pelinegro descendió la mirada y lo recorrió lentamente, se veía hermoso con el cabello revuelto, un pequeño botón rosado que sobresalía lucia exquisito, su vientre algo marcado, su blanca piel lo llamaba a tocarlo, conectó nuevamente su mirada y se percató que el lo miraba ¿temeroso?

/ Claro que te teme, idiota, por poco lo violan hace unos minutos y ahora vienes tú a mirarlo como un cerdo pervertido / se reprendió mentalmente, más cuando abrió la boca para disculparse fue interrumpido por aquella melodiosa voz que lo tenía hecho un lío.

- ¿Estás bien? ¿Duele mucho? ‒ preguntó ante la mirada confundida del aludido. Jimin se acercó lentamente y tocó su cuello con un dedo, él cerró los ojos para disfrutar las caricias del rubio, cuando ya no sintió el contacto de su dedo contra su cuello abrió los ojos y vio sangre.

- ¡Maldición! ‒ pronunció molesto a lo que el sonrió.

- Veo que agonizante no estás ‒ bromeo.

- Estoy bien ‒ aseguró mientras se sacaba la camisa, ya que el saco se encontraba en la parte trasera del coche y siendo sinceros le daba pereza, sin esperar más se la entregó a Jimin quien recorrió su torso desnudo con la mirada y mordió su labio inferior.

/ Al menos no soy el único con pensamientos impuros / pensó.

- Póntelo, no quiero que nadie más te falte al respeto ‒ agregó serio a lo que el menor asintió.

- ¿Quieres subir? ‒ preguntó Jimin y Yoongi lo miró incrédulo ‒ para revisar tu herida ‒ agregó para decepción del pálido quien suspiró.

- No te preocupes, no quiero incomodar a tu familia tan tarde, otro día vendré de día ‒ comentó con una sonrisa.

- Acepta, es lo mínimo que puedo hacer por mi caballero ‒ agregó con una sonrisa provocativa.

- ¿Tus padres no me lanzarán por las escaleras? ‒ preguntó preocupado sacándole una carcajada al rubio por la cara de susto que puso.

- No te preocupes, vivo solo ‒ explicó a lo que Min asintió feliz.

Abotonó lo que hacía falta y metió el resto de la camisa dentro de su Jeans, con todo listo observó a su mayor con una pequeña sonrisa.

- ¿Subimos? ‒ propuso nuevamente a lo que él asintió, arrancó su automóvil y se dispuso a conducir hasta el estacionamiento subterráneo del lugar, aunque como esperaba, el encargado no le dió acceso para dejarlo. La seguridad ante todo.

Jimin rápidamente bajó del auto caminando sexy ante la mirada incrédula de Yoongi.

¿Que planeaba aquella criatura?

- Mark ¿por qué me haces esto? ‒ preguntó Jimin haciendo un puchero adorable con los labios.

- Nadie de afuera puede dejar su vehículo en éste lugar, es solo para los inquilinos y lo sabes ‒ afirmó serio.

- Pero yo vivo aquí ‒ refutó.

- Tú sí, pero tu acompañante no ‒ contestó ácidamente.

- Pero donde dejará su coche mi hermanito, se lo robaran ‒ expuso "inocentemente" agarrando el cuello de la camisa del pobre hombre que ya respiraba con dificultad ‒ además es como si fuera mío, pues es de la familia ‒ mintió y Yoongi sonrió.

Mark miró a Yoongi y luego a Jimin, no encontrando un parecido, más aún así termino suspirando.

- Está bien, tú ganas, como siempre ‒ afirmó.

- ¡Muchas gracias! ‒ chilló Jimin emocionado dándole un abrazo y tres besos en la misma mejilla, logrando un sonrojo en el encargado y un sentimiento nuevo en Yoongi.

/ ¿Celos? / pensó Yoongi / No, es solo que ese flacuchento no lo merece / se excusó a sí mismo en su mente.

Estacionó al fondo y bajó sin mucha prisa, luego de asegurar las puertas y encender la alarma se dispuso a buscar el ascensor con la mirada por lo que Jimin se echó a reír.

- Lo siento mucho mi apuesto caballero pero mi humilde hogar no cuenta con elevador ‒ comentó Jimin.

- ¡Dios! Tú me quieres matar, espero y ruego que no vivas en el 6to piso ‒ bromeo.

- Para tu fortuna este establecimiento solo cuenta con 4 pisos y la morada de tu príncipe está en el segundo piso ‒ explicó divertido.

Entraron por una puerta que conectaba el estacionamiento con la recepción y ahí comenzó el primer ascenso de 20 escalones. Jimin rogaba por no encontrar a nadie en su camino, no quería dar explicaciones y menos que lo tildaran de fácil por llevar hombres a su apartamento, pero cuando un día es malo de hecho solo empeora.

- Hermoso, ya volviste ‒ se escuchó una voz masculina a sus espaldas, más él siguió su camino como si no fuera a él a quién llamaban. Pero la persistencia de Taemin es en realidad honorífica por lo que lo siguió y lo abrazó por la espalda ante la mirada furiosa de Yoongi. Jimin se deshizo del abrazo y giró.

- ¿Qué necesitas Taemin? ‒ preguntó con una sonrisa fingida.

- Quería saber cómo te fue ‒ contestó emocionado.

- No es necesario que te preocupes por mí ‒ aseguró- Ve y duerme ‒ pidió en un susurro dándole un beso en la mejilla.

- ¿Por qué hueles así? ‒ preguntó molesto, desvió la mirada y se percató de la presencia de Yoongi con el torso desnudo.

- ¿Qué hace mi chico con tu camisa, Gasparín? ‒ preguntó exaltado.

- Príncipe, yo creo que mejor me voy, te dejo con tu ¿novio? Para que arreglen sus problemas ‒ musitó ¿Decepcionado?

- No, tú te quedas ‒ ordenó Jimin ‒ y tú Taemin entiende por favor que tú y yo no somos nada ‒ agregó tocándole el rostro- te aprecio, eres mi amigo, no lo arruines ‒ musitó.

- Yo no necesito tu amistad ‒ comentó frustrado.

- Pues lo siento, es todo lo que te puedo ofrecer ‒ aclaró.

- Subamos ‒ pidió a Yoongi extendiéndole la mano.

Yoongi asintió y subió el primer peldaño pero no espero el golpe que le encestó Taemin en el cuello, este hizo que sintiera un agudo dolor que se extendió por su cuello y su cabeza por lo que cayó de rodillas sujetándose la cabeza con ambas manos.

Jimin bajó de prisa lo que había subido y se arrodilló a su lado.

- ¿Estás bien? ‒ preguntó preocupado.

- No, duele mucho, mierda ‒ comentó entre cortadamente aguantando el dolor y Jimin se desesperado se sentó en el suelo.

- Ven recuéstate aquí ‒ ofreció sus piernas.

- Que débil eres, Gasparín, ni siquiera te golpee fuerte ‒ comentó Taemin con una sonrisa de suficiencia.

- Vete Taemin ‒ ordenó Jimin queriendo retener las lágrimas que trajo su preocupación. Esto era su culpa.

- Está armando un show, no lo golpee tan fuerte ‒ comentó calmado más al escuchar la voz casi rota del hermoso rubio se alarmó.

- Es que ya lo habían golpeado ‒ comentó Jimin sollozando ‒ él me salvo de unos hombres que querían hacerme d-daño - tartamudeó dejando atónito a Taemin.

- No permitas que el Gasparín ese se duerma ‒ pronunció Taemin ‒ llamaré a Seokjin hyung, él lo cuidará mejor ‒ aconsejó a lo que el menor asintió.

Yoongi tenía los ojos cerrados pero se veía muy incómodo, sin contar que tenía el rostro contraído aguantado el dolor.

- Despierta ‒ ordenó ‒ despierta por favor ‒ pedía con lágrimas en los ojos ‒ Mi caballero abre los ojos, te daré el beso de agradecimiento ‒ murmuró Jimin sintiendo su pecho tan pesado que cuando Yoongi apenas abrió los ojos soltó un suspiro totalmente aliviado.

- Me siento mareado ‒ comentó a la par que se sentaba, al tratar de enfocar bien su mirada no pudo percatarse en el momento en que Jimin se había acercado tanto para tomarlo del rostro y besarlo de forma lenta y sin prisas.

Yoongi respondía levemente, dejando el mando en las pequeñas manos del dulce chico frente a él, sintió como este soltó sus labios y besó su cara, su frente, su mentón y luego capturó nuevamente sus labios acariciando su espalda. Yoongi alzó lentamente una mano y la colocó en el rostro de él para alejarlo tan solo un poco, sus miradas se fundieron y solo lograron despertar de su mundo al escuchar un carraspeo.

- Lo siento pero necesito ver esa herida ‒ pronunció un hombre con expresión amable. Seokjin era doctor, solo que se había retirado por su hijo, pero se desenvolvía muy bien cuidando a las personas, era su fuerte.

- Claro, ¿donde lo podemos llevar? ‒ preguntó Jimin.

- ¿Dónde se quedará a dormir el niño? ‒ preguntó.

- En mi habitación ‒ afirmó Jimin.

- A mi no me incomodaría que se quedara en el que está desocupado ‒ ofreció Taemin.

- Él necesita a alguien que lo cuide y como me ayudó cuando más lo necesitaba, no lo dejaré ahora ‒ respondió seguro.

- Taemin, ayúdalo a subirlo a su habitación, lo curaremos allá ‒ ordenó Seokjin.

- Hyung, no es... ‒ empezó Taemin a refutar pero el hombre lo cortó.

- ¡Ayúdalo! ‒ gritó.

Subieron lentamente las escaleras, lo acostaron en la cama y Yoongi cerró nuevamente los ojos, quería dormir profundamente, tal vez en sus sueños podría volver a sentir aquella calidez que los labios del rubio le brindaron minutos atrás.

- Jimin, necesito agua hirviendo, y es recomendable que mañana lo lleves al hospital a que le hagan algunas pruebas ‒ aseguró.

- Sábado Jin hyung, no se lo harán en los sanatorios públicos ‒ comentó Taemin.

- Pues entonces gastaré mis ahorros para que se lo hagan en uno privado.

- Príncipe ‒ se escuchó la voz de Yoongi por lo que Jimin se acercó.

- Aquí estoy ¿Qué pasa? ‒ preguntó tocándole el rostro.

- Te quiero conmigo ‒ musitó con los ojos cerrados. Jimin sonrió.

- Aquí estaré ‒ aseguró dándole un beso en la frente.

- Estaré abajo por si me necesitan ‒ comentó Taemin antes de salir de la habitación.

El mayor de los tres en la habitación coció y tapó la herida, siendo cuidadoso para no preocupar más al pequeño rubio.

- Jimin, ahora dormirá unas horas, pero luego despertará con mucho dolor ‒ explicó ‒ Pediré a Taemin que vaya a comprar un remedio que le darás al despertar para aminorar el dolor ‒ propuso a lo que el rubio asintió feliz.

- Gracias por todo Jin hyung ‒ dijo dándole un abrazo.

- ¿Te importa mucho mi niño? ‒ preguntó dejando anonadado a Jimin.

/ ¿Me importa? / se preguntó en pensamientos Jimin, el mayor sonrió y salió de la habitación, no necesitaba una respuesta pues ya la tenía.

Jimin se sacó la camisa y la aspiró profundamente, su loción era exquisita. Soltando un suspiro la dejó sobre la cabecera de una silla, se quitó su Jeans quedando con solo sus boxers negros, se puso una camisa de color verde y muy a su pesar unos shorts blancos que le cubría solo lo necesario, agarró una manta y cubrió a Yoongi, se acostó a su lado bastante alejado mientras esperaba a Taemin.

Lo detalló más ampliamente mientras que con lentitud pasaba su mano por su estómago y pecho.

- Dios, realmente es perfecto ‒ susurró, se metió bajo la manta y acostó su cabeza en el pecho de Yoongi, y sin poder evitarlo aspiró su olor profundamente.

/ Solo un minuto / pensó

Se acomodó mejor en su pecho, lo abrazó por la cintura sintiendo como el olor y calor del cuerpo de Yoongi lo relajó cayendo rápidamente dormido.

- Jimin una pastilla cada... ‒ guardó silencio al observar la escena, colocó las pastillas sobre la mesa y se fue algo molesto.


















.

.

.

.

.




















Min.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro