𝑈𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑡𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Min YoonGi:

No contestes. Fingiré que no duele.

No pierdas tu tiempo en contestar un mensaje o una llamada que no te interesa. Por favor, no lo hagas. No quiero que intentes quedar bien con una persona que no tiene relevancia para ti. No seas tan hipócrita.

Intenté iniciar una conversación, tenía muchas ganas de hablar contigo, quien quiera que fueras; no importaba la relación que teníamos tú y yo. Sólo quería hablar contigo. ¿Es un pecado? ¿Es un error garrafal?

En realidad quería mostrarme entusiasta ante la idea de seguir siendo tu amigo; la verdad es que no lo soy como tú crees. ¿Sabes lo mucho que duele tener que fingir que con tu amistad estoy bien?

Seguramente no tienes ni idea de cómo me siento; y tampoco creo que te importe. Si lo hiciera, me preguntarías cómo estoy, me preguntarías si estoy bien y mostrarías tantito interés.

Lo supe desde que te mandé ese mensaje, fui demasiado estúpido como para pensar que con decirte que te extrañaba, tú dirías que sentías lo mismo; pero simplemente pensaste que con una llamada iba a estar bien. Pues no, ¡no estoy bien!

Lo que importa, no es hablar contigo todos los días, tampoco que me digas que tú también me extrañas; a estas alturas, no creo que lo hagas. Lo que en verdad me importaba, era saber que tú sentías lo mismo y, que en el fondo, te arrepentías, aunque sea mínimamente, por lo que me dijiste aquella noche.

Y por mucho tiempo pensé que era mi culpa, que no debí de haberte dicho lo que sentía; o tal vez, debí de habértelo dicho claro y fuerte. De todas formas, te iba a perder esa noche; iba a perder a la persona a la que más amaba.

Platicamos toda la tarde y hasta la noche en aquella fiesta; ligaste conmigo, me sonreíste y notaste que no podía dejar de sentirme atacado por esa sonrisa tan preciosa. Para mí, era la más hermosa del mundo.

Te portaste como la mejor persona del mundo; estuviste conmigo todo el tiempo, mostrándome una sonrisa genuina. Se notaba que disfrutabas de mi compañía, sin embargo, no pude dejar de sentirme inseguro a tu lado. No quería hacer nada estúpido.

Pero tenías que hacer esa maldita pregunta. Tenías que pedirme que te dijera mis sentimientos por ti sin usar palabras. Y yo, soy un completo cobarde.

De lo que más me arrepiento, no es de haberte perdido esa noche, sino de no haberte dicho todo lo que sentía por ti. Por haberme guardado para mí mismo que te amaba, que te amé desde el primer momento en el que te ví.

Lo recuerdo como si hubiera sido ayer; yo caminaba, con mis amigos a un lado, por los pasillos de la escuela. Te ví sacando algo de tu casillero; me miraste y sentí que todo se detuvo. Sentí algo muy extraño.

Nunca me había enamorado realmente de nadie, era más bien un juego. Y contigo, fue diferente, fue fuera de lo común; ¿soy idiota por haberme guardado mis sentimientos por tres años? ¿Eso me hace persistente y determinado o... terco?

Esa fatídica noche, debí de habértelo dicho todo. Debí de haberte dicho que te amaba, que todos los días pensaba en ti; todos los días ansiaba encontrarme contigo y ver tu sonrisa, escuchar tu hermosa voz, sentirte cerca de mí. Fantaseaba con una relación preciosa a tu lado.

La tuvimos, en realidad la tuvimos. No podíamos estar separados uno del otro, todos los días me buscabas, y yo esperaba que lo hicieras. Hablábamos por teléfono cada que podíamos, y las indirectas nunca faltaron. ¿Sabes lo feliz que me sentí de tener a alguien con quien hablar de todo lo que me ocurría?

Eres un gran escucha, en realidad te agradezco por todo, pero más por eso. Gracias por haberme escuchado todas esas veces; gracias por ayudarme a expresarme. Gracias por enseñarme las cosas que no conocía.

No pude evitar acobardarme y asumir que, por mi silencio a tu pregunta, sabías lo que sentía por ti. Pero estabas tan equivocado, tan equivocado. No tenías ni idea de todo lo que yo sentía por ti. ¡Ni siquiera tenías una mínima idea!

Yo soy el idiota por no habértelo dicho todo, no tenía nada qué perder. Ese día, hasta mi padre me dio permiso; recuerdo sus palabras claramente: "No esperes que alguien te dé permiso para hacer lo que ansías hacer". Debí de haberle hecho caso.

Debí de haberte dicho que te amaba, que te necesitaba y que, en realidad, no me imaginaba sin ti. No me imaginaba viviendo sin tenerte cerca. Pero, por mucho tiempo, pensé que todo había sido mi culpa.

Yo no te rompí el corazón, tú destrozaste el mío en pedazos. ¿Creíste que, con mencionar que yo era el hombre más bonito que habías visto, y que era una gran persona, iba a aligerar lo que estabas a punto de decirme? ¡Claro que no!

Tus palabras no se suavizaron, y mis ojos se cristalizaron. Pero no podía llorar frente a ti; desde chico me enseñaron a ser fuerte, y que, quien me lastima, no merece ni una sola de mis lágrimas. Lloré; no pude evitarlo.

Dijiste que no estabas listo para una relación, que no sabías lo que querías. Me destrozaste; sentí ganas de vomitar, sentí ganas de correr y esconderme, pero no soy tan cobarde. Me quedé ahí, aguantándote la mirada; fingiendo que no me dolía.

Te perdí por completo. Pero lo que más me dolió, fue haber escuchado de tus labios: "¿Qué quieres que haga? ¿Quieres que me aleje de ti? Voy a hacer lo que me digas que haga".

¿En qué maldito momento te dije que quería que te alejaras de mí? Quería tenerte lo más cerca posible; por eso, mis brazos se colocaron al rededor de tu espalda y escondí mi rostro roto en tu hombro.

No me disculpo por haber empapado tu hombro con mis lágrimas; tú lo causaste. Tú me rompiste; me rompiste lo poco que era en ese momento. Quería tenerte lo más cerca posible, intenté buscar consuelo en el mismo hombre que me había destruído segundos antes.

Escondí mi rostro en tu cuello, preguntándome infinitamente si había sido mi culpa. Incluso te lo pregunté, pero me dijiste que yo no tenía la culpa de nada, que eras tú. ¿Cómo podía tragarme ese cuento? Mojé tu cuello, pensando en que aun así, te amaba con locura. Deposité un tierno beso en esa zona tan delicada, ¿lo sentiste? ¿O lo ignoraste así como al sonido de mi corazón partiéndose por la situación en la que me pusiste?

Me separé del abrazo, mis padres me estaban llamando por teléfono, tu hermano también hacía tu celular sonar una y otra vez. Quiero que entiendas que no podía quedarme ni un segundo más.

Incluso cuando parecías un ángel a mis ojos y la luz atacaba mis ojos directamente, volviéndote un destello, algo surrealista, tenía que salir de ahí. Soy un idiota, pero ya no podía soportarlo.

Debí de haberte robado el primer beso; cómo debí de haberlo hecho. ¿Qué podía perder? ¡Nada! Ya te había perdido a ti, ya no me quedaba absolutamente nada. ¿Por qué no lo hice? Porque soy un maldito cobarde, por eso.

Corrí hasta el auto de mis padres, pero me tomaste por la muñeca y llamaste mi nombre. "JiMin". Se escuchaba precioso de tu boca, dolía como acostarse sobre una cama de clavos. Así dolía.

"Hablaremos de esto en otro momento", mencionaste. Pero yo no quería, no podría soportar volver a hablar de eso contigo. ¿No viste que me estabas matando?

Me hubiera dolido menos que me golpearas hasta la muerte; pero, de verdad, las palabras hieren más, y cuando venían de ti...

Aun así, me despedí. Una rota sonrisa mostré, no debí de haberlo intentado. ¿Te merecías una sonrisa después de lo que me hiciste? Yo no lo creo.

Cuando me subí al auto de mis padres, escuché un: "¿Cómo te fue, JiMin?" Con la voz de mi madre. Me rompí. Estallé en un lastimero llanto, cuya conclusión, se veía aún muy distante.

Intenté explicar lo que había ocurrido, lo que me hiciste. Pero no pude, YoonGi. No pude hacerlo. El llanto me robaba todo el aire que necesitaba para explicar, con palabras claras, lo que había pasado. Me pregunto, ¿te sentiste de la misma manera? ¿Te doy lástima?

Decir que no lloré por tres días seguidos, que no me privé de la comida, y que mi sonrisa y corazón seguían intactos, sería una completa falacia. ¿Me destruiste, bien?

Por un largo tiempo, pensé que yo había tenido la culpa de lo que pasó. Pensaba que la terrible manera en la que acabó todo, había sido mi culpa.

Mi autoestima se fue por los suelos; mi amor propio se desvaneció, tal como mis esperanzas por volver a enamorarme. Pero, ¿yo tenía la culpa?

Después de unos meses, y cuando volvimos a hablar, entendí que la culpa no era mía en absoluto. Cuando decidimos volver a ser amigos, me di cuenta de que te siempre te había dado lo mejor de mí; nunca me porté mal contigo y siempre deseé ser perfecto. Tal vez ese fue mi error.

Fue toda tu culpa. Yo lo intenté, te di lo mejor de mí y traté de ser la mejor versión de mí mismo para ti. Pero fue tu miedo a tomar decisiones importantes, tu pánico a las relaciones, tu pavor a ser amado, el que te arrebató la oportunidad de estar conmigo como querías.

Porque no engañas a nadie; yo sabía perfectamente lo mucho que te gustaba en ese momento. ¡Tus ojos decían lo que tu boca no! Me mirabas de una manera especial, me dejabas tocar tu cabello incluso cuando ni siquiera tu hermano podía hacerlo. Me defendiste miles de veces y, la manera en la que me hablabas...

¿Crees que yo no lo sabía? ¡No soy idiota, Min YoonGi! Tú me gustabas y yo te gustaba a ti. El único que quería ignorarlo, eras tú. Porque tienes tanto miedo...

No tienes idea del tiempo que me tomó dejar de llorar y de pensar que todo era mi culpa. Pero, el que hayamos decidido seguir siendo amigos, me aligeró un poco las cosas. YoonGi, ¿por qué quisiste seguir siendo mi amigo?

Seguimos hablando por teléfono y por mensajes, pero no era muy seguido; con el tiempo, los temas de conversación comenzaron a escasear. ¿Cuándo nos había pasado eso?

Hasta hace poco, me di cuenta de que, cuando lograste romperme, mi dolor era tal, que decidí bloquearlo todo. Decidí que ya no quería seguir sintiendo. Me deshice de mis sentimientos por completo.

Con el tiempo, dejé de sentir cosas por los demás. Mis mejores amigos se dieron cuenta: yo ya no podía amar. Me estaba negando rotundamente a la idea de enamorarme de alguien más porque, incluso después de lo que me hiciste, yo seguía perdidamente enamorado de ti.

Qué estúpido fui, ¿verdad? Desperdiciándome de esa manera; torturándome hasta la muerte, deseoso de ver tu sonrisa y escuchar tu voz pronunciando de nuevo mi nombre. ¡Vaya, nunca me había sentido más estúpido!

Aún después de todo lo que me hiciste y me seguías haciendo, yo seguía comparando a cada chico que conocía contigo, teniéndote como el estándar más alto que, jamás en todo el mundo, alguien iba a poder alcanzar.

Incluso cuando te tardabas horas en contestarme los mensajes, cuando me ignorabas y cambiabas de tema cada que intentaba reconquistarte... Incluso así, yo seguía amándote.

Y casi después de dos años, por fin me doy cuenta de todo lo que pasó. Por fin he despertado de aquella pesadilla a la que me había sometido a vivir. Y, ¿sabes qué? Eres lo más imperfecto que puede existir.

Eres una persona que finge ser bueno con los demás, porque sabes que la gente te va a hacer falta. Esa persona a la que no puede importarle nada más que su propia vida; ni por tus amigos das una mierda. Y, hablando de amigos, únicamente les hablas para no perderlos, no porque te interesen sus vidas.

Min YoonGi, eres la persona que decidió no contestar más mis mensajes. Pero, ahora que lo pienso, no lo hagas.

No contestes ni uno solo de mis mensajes; ayúdame a olvidar lo que tú has sepultado tres metros bajo tierra desde esa noche. No contestes, fingiré que no duele.

En realidad, no creo que yo alguna vez vuelva a mandarte un mensaje o a empezar una conversación contigo. Porque, lo que no se cuida, se pierde. Y la amistad que dijiste que querías conservar conmigo, la has descuidado.

No me preocupa el hecho de que, tal vez, algún día comiences a reflexionar sobre lo que me hiciste, o lo que pudo haber sido si hubieras sido un poco más valiente. ¿Por qué te da tanto miedo tomar decisiones?

He llorado y reflexionado una gran cantidad de noches y, la verdad, es que he llegado a la conclusión de que eres la persona más insegura que alguna vez pude conocer. Y no lo pareces, en realidad que no.

Haces un gran trabajo fingiendo. Eso debo de reconocértelo; es aplaudible la facilidad con la que actúas y le mientes a todos a tu alrededor. Creo que debería aprender de ti, debí de haber aprendido a esconder mucho más mis sentimientos: sólo que, ahora, esos sentimientos ya no me atormentan.

Miles de noches pensando en ti; el traicionero insomnio que nos hace recordar y reflexionar sobre las cosas... Él fue quien me ayudó.

Creo que estarás feliz de saber que yo ya no soy la misma persona que solía ser. Me he reconciliado conmigo mismo después de tanto tiempo, y decidí dejar de ser una mierda conmigo y las personas a mi alrededor.

¿No voy a permitirme sentir porque me rompiste el corazón? ¿Crees que es lógico? Yo no. Y me costó muchísimo llegar hasta donde estoy ahora, no creas, ni por un segundo, que me fue fácil. Puedes contar los días desde ese día en el que me mentiste a los ojos, hasta el día de hoy. ¿Verdad que no fue fácil?

Pero, ¿sabes algo, YoonGi? Yo ya no quiero seguir torturándome. Ya no puedo, me desgasta demasiado odiarnos a ambos. Yo... simplemente quiero ser libre.

¿Sabes lo que es la libertad? No creo, porque vives preso de tus inseguridades y de tus pensamientos; piensas demasiado las cosas, eres esclavo de tu cerebro. Lamento eso.

Y, lo mejor para los dos, será que ya no contestes ni uno solo de los mensajes que te envié en el pasado. No lo hagas, por favor. Libérame de esto, déjame olvidarte; es lo menos que puedes hacer ahora, ¿no lo crees?

Yo, Park JiMin, he decidido que no me permitiré sufrir más por una persona, la cual, nunca sintió lo mismo que yo. Yo, Park JiMin, ya no quiero ser esclavo del amor que le tenía a Min YoonGi.

¿Puedes respetar eso y no volver a responder mis mensajes?

Me alegro de haber crecido, porque ahora, puedo pensar en mi vida, en otras personas y disfrutar las cosas pequeñas de la vida. Gracias, YoonGi. Porque tu rechazo, me aventó de bruces contra la madurez. Y no te odio ni mucho menos, simplemente ya no siento nada por ti.

No puedo sentir nada u opinar algo acerca de ti, porque ya no te conozco. Dejamos de hablar por tanto tiempo, que ni tú me conoces el día de hoy, y yo no te conozco en lo absoluto.

Sí, fuiste mi primer amor platónico, durante casi tres años, pero ya fue demasiado. Creo que me he enamorado de alguien más, en realidad de muchas cosas más. Me he enamorado de mí mismo, de lo que me gusta hacer, de las personas que siempre han estado ahí para mí, y de las pequeñas cosas de la vida.

Gracias por pasarte por mi vida, me ayudaste a ver que las cosas no se fuerzan. Y no volveré a comparar a nadie más contigo, no es lógico, ¿o sí?

Y sólo quiero pedirte algo: No contestes, ya no me duele.

—Atte: Park JiMin.

©𝚄𝙽𝙶𝙺𝙿𝙾𝙿𝙻𝙾𝚅𝙴

♪♫•*¨*•.¸¸

Sι тe ɢυѕтó, ɴo olvιdeѕ voтαr, coмeɴтαr y coмpαrтιr. Dαтe υɴα vυelтα por мι perғιl.

Brιɴdeмoѕ porqυe el YooɴMιɴ ѕeα reαl.

Noѕ leeмoѕ.

¸¸.•*¨*•♫♪

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro