Seokjin abrió la puerta, al notar los ojos de Namjoon se preocupó. Los tres chicos estaban iguales. Los dejó pasar, ellos tomaron asiento. Jungkook apareció junto con SunHee. La pequeña corrió hasta sus tíos para abrazarlos, ganándose unas sonrisas tristes que ella notó como sonrisas normales. Jungkook hizo puchero, caminando hasta Taehyung, él ya le había contado un poco lo que había sucedido.

Taehyung se abrazó al cuerpo del menor, llorando en su pecho mientras este repartía pequeñas caricias para intentar calmarlo. Los nervios de Seokjin se hicieron notar más. Jungkook se llevó de la sala a Taehyung y a SunHee que se preguntaba que le sucedía a su tío. Hoseok no aguantó más, rompiendo a llorar silenciosamente mientras agachaba la cabeza. Namjoon lo abrazó de costado, mordiendo su labio para no llorar enfrente de Seokjin.

—Chicos me están asustando —su voz sonó baja y preocupada.

—Hoseok, ¿Puedes ir con Jungkook y Taehyung? —le preguntó, pero era más una petición. Hoseok se puso de pie caminando hasta la habitación donde los chicos habían ido.

—Namjoon... —lo llamó, el menor lo miró con ojos cansados y rojos.

—¿Dónde está Jimin?

—Está en su habitación.

—¿Lo puedes llamar?

—¿Qué sucede, Namjoon? —se sentó junto con él.

Tomó su rostro entre sus manos mirándolo con preocupación. Una lágrima cayó del ojo derecho de Namjoon, Seokjin se preocupó más así que rápidamente se puso de pie.

—Iré por él —corrió hasta las escaleras.

Cuando llegó a la habitación de Jimin, lo llamó. Jimin lo dejó pasar mirando al mayor sin ninguna expresión en su rostro. Se encontraba en cama con sus sábanas cubriendo su cuerpo mientras miraba a un punto fijo en la pared. Se sentía mal, sabía que estaba mal portarse así con Yoongi cuando solo fue un beso, pero se sentía traicionado y era más doloroso cuando la persona a la que él creyó que nunca le mentiría, lo hizo, cubriendo aquel beso que nunca correspondió y que fue robado.

—Jimin, Namjoon quiere hablar contigo... —pronunció con nerviosismo. Jimin lo miró atento.

—Dile que no quiero hablar con nadie.

—Jimin, cariño, creo que esto es algo delicado... Los tres chicos están mal, están llorando —escuchó su propia voz cortarse.

Jimin se puso de pie de inmediato, estaba alarmado. Rápidamente bajó hasta la sala seguido por Seokjin. Namjoon alzó la vista mirando a Jimin. Limpió sus lágrimas y se puso de pie para caminar hasta él. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta sacando la carta y entregándosela. Jimin miró a Namjoon sin entender, luego regresó la mirada a la carta. La tomó caminando hasta los sillones. Seokjin se sentó junto a él.

"Para Jimin" leyó, sintiendo su garganta cerrarse. Namjoon se dejó caer en el sillón frente a ellos, pronto comenzó a hablar antes de que Jimin la leyera. Su voz había salido un poco más rota de lo normal y eso los preocupó.

—Es de Yoongi... Dejó una para nosotros también —dijo.

Jimin abrió la carta, pronto comenzó a leer sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. Seokjin que leía junto a él lo abrazó fuertemente, sintiendo las suyas amenazar con bajar.

"...Te amo. Esto es difícil hasta para mí, pero lo tengo que hacer, quiero estar bien por ti, por SunHee y por mí. Perdóname si no te lo dije a la cara, supuse que estarías enfadado... Mi plan era hablar contigo en la corte, pero si estás leyendo esta carta es porque no lo pude hacer..."

Jimin paró de leer, abrazándose a Seokjin. ¿Por qué no lo escuchó antes de dejarlo ahí solo? Se sentía culpable, si esto era algo que debía de pasar, Jimin hubiera preferido despedirse de él una última vez. Un último beso de Yoongi...

Namjoon miró la escena limpiando sus propias lágrimas. Sabía que había sido una elección difícil para el mayor, pero haría todo lo posible por estar con Jimin y SunHee recordándoles todos los días que Yoongi regresaría.

Jimin comenzó a sacudirse en los brazos de Seokjin mientras lloraba más fuerte. Los demás chicos salieron de la habitación al escucharlo. Al mirarlo comprendieron.

Todos guardaron silencio mientras se hundían en su propia pena. Los menores se retiraron. Jimin se encerró en su habitación después de eso, dejando a Seokjin y a Namjoon con SunHee. Namjoon se ofreció a quedarse con SunHee mientras Seokjin cuidaba de Jimin por la noche. Seokjin aceptó, sería buena idea.

—Tienen todo mi apoyo —Seokjin se acercó a los labios del moreno.

Namjoon recibió el beso gustoso, sonriéndole un poco en cuanto se separaron. SunHee llegó corriendo con su peluche de Kumamon y su mochila colgando de sus hombros. Namjoon se agachó a su altura tomando su mochila para llevarla él. SunHee se despidió del mayor, yéndose con Namjoon en su auto.

Seokjin suspiró, pronto se encaminó hasta la habitación de Jimin. El menor lo dejó pasar, llorando en cuanto Seokjin lo abrazó.

—Se fue por mi culpa —lloró.

—No bebé, no es tu culpa, es una decisión que él solo tomó —acarició sus cabellos con cariño.

—Solo si yo... Si yo lo hubiera escuchado... —lloró más fuerte—. Ya ni siquiera estoy molesto con lo que sucedió, lo estoy por no contarme todo lo que sucedió con Young Soo y todo lo que él le había hecho.

—Cariño... No podemos hacer nada más, solo esperar a que Yoongi regrese —dijo. Jimin asintió mientras hacía puchero.

—Yo lo amo Seokjin hyung, me siento mal por todo lo que sucedió... Me sentía tan traicionado y molesto, ahora es cuando mi pesadilla se cumplió —sorbió su nariz—. Alejarlo de mi... No quiero que se vaya de mi vida, lo quiero, lo quiero a él conmigo.

—Está bien, bebé y es bueno que tengas planeada tu vida, pero ahora solo nos queda esperar.

—¿Y cuándo SunHee pregunte por él? ¿Qué le diré? Ella pensará que Yoongi se volvió a alejar de nosotros, se pondrá muy triste, regresáremos a los días donde lloraba porque su padre no la quiere, pero es todo lo contrario, Yoongi la ama, la amó desde que la conoció, él de alguna manera la sentía como tal sin darse cuenta —miró a Seokjin con ojos rojos—. Yo lo estudiaba cuando se encontraba con SunHee, su trato era diferente, su lado paternal salía por sí solo.

—Lo se cariño, Namjoon me contó muchas cosas que cambiaron en él cuando SunHee y tú aparecieron en su vida —le sonrió, retirando algunos cabellos de su rostro—. Él se interesó por primera vez en la familia, también me contó que secretamente había comenzado a leer libros sobre padres primerizos —Jimin sonrió un poco, sintiendo sus lágrimas correr por sus mejillas.

—Soy un estúpido... —suspiró.

—No bebé, no digas eso.

—Te prometo que cambiaré, desde ahora dejaré de ser desconfiado... Ahora entiendo que Yoongi nunca me lastimaría de tal forma. El beso... A la mierda el beso, solo quiero ser feliz con él y SunHee —dijo con firmeza. Seokjin sonrió feliz.

—Ese es mi bebé —lo abrazó, besando sus cabellos con cariño.

Jimin le devolvió el abrazo, quedándose así por unos momentos hasta que su celular comenzó a vibrar en su mesita de noche. Lo tomó, miró el nombre y maldijo. Contestó apartando el aparato de su oído al escuchar el grito de su jefe.

(Al teléfono)

—¡¿Dónde estás?!

—Estoy en casa señor, hoy tuve que ir a una corte y...

—¿Crees que me importa eso? No lo hace. No vienes desde la semana pasada, tus vacaciones terminaron, Park. Espero verte en la entrada en cinco minutos, si tardas más de lo acordado despídete de tu puesto.

Jimin bufó y rodó los ojos.

—Bien, se lo haré más fácil... ¿Por qué no mejor me deja en paz? Si no voy al trabajo es por un motivo y ese motivo es porque usted es un maldito que le gusta explotar a sus empleados... Así que gracias, no me espere, no volveré a su empresa.

Seokjin que se encontraba presenciando todo se quedó con la boca abierta mientras lo miraba con ¿Orgullo? Ni Seokjin entendía ese sentimiento, pero estaba feliz por Jimin, al fin saldría de ese lugar donde constantemente llevaba malos tratos, tanto físicos como psicológicos. El jefe se encargaba de hacer sentir mal a sus empleados dañándolos donde era más fácil, psicológicamente. Jimin había sido víctima de sus burlas hacia su persona y su apariencia débil. Pero eso cambiaría, Jimin necesitaba estar en un lugar donde sea él mismo, sin llevar los mismos tratos que en su antiguo infierno.

El grito del hombre se escuchó por casi toda la habitación. Jimin colgó despreocupado, lanzando su celular por algún lugar de la cama, dejándose caer en ella con una sonrisa. Seokjin le sonrió.

—Oficialmente estoy desempleado —sonrió.

—Me alegro por ti, bebé, pero... ¿Qué harás ahora?

—Algo que siempre quise hacer, lo que más me apasiona.

—¿Hablas de tu sueño? ¿El sueño? —lo miraba con emoción. Jimin asintió.

—Tengo muchos diseños, creo que me irá bien, me puedo aliar con Su-Hyuna y entre los dos podemos hacer que esto funcione, sé que ella también está desempleada, podemos hacer esto crecer.

—Y no lo dudo, bebé. Anda, llama.

Jimin muy entusiasmado tomó su celular para llamar a su amiga. Su nuevo sueño había comenzado, quería lo mejor para su hija y quería estar con ella siempre sin que se tenga que ir a Busan porque su jefe así lo quería. Cuando lo notó la mujer ya le había contestado.

(Al teléfono)

—¿Su-Hyuna? soy Jimin, te hablo para hacerte una propuesta...

¡Hola!

¿Cómo están?

Este capítulo fue triste, pero también quería que sea un poco alegre

Espero que les guste

Voten y comenten💕

¡Adiós!