Jimin despertó y tallando sus ojos. Hizo puchero, había tenido un sueño donde Yoongi regresaba y todo estaba bien entre ellos dos. Suspiró pesado para levantarse de la cama y entrar a la ducha. Sus ánimos estaban por lo bajo, de ser cierto lo de su sueño Yoongi estuviera en la cama con él ¿Y qué fue lo que encontró? Nada, él no estaba ahí.

Triste bajó las escaleras, encaminándose a la cocina. Al entrar se quedó paralizado al mirarlo de espaldas mientras trataba de cocinar algo. Sonrió grande, no había sido un sueño.

Yoongi se dio la vuelta mirándolo con una sonrisa, Jimin corrió a sus brazos. Yoongi se sorprendió, pero lo abrazó de igual forma. El mayor besó su frente con cariño.

—Pensé que solo había sido un sueño —dijo bajito, aferrándose al pecho del mayor.

—Creo que no lo soy, de serlo, apuesto a que soy el mejor sueño que has tenido —dijo divertido. Jimin se rio un poco.

—Lo eres —contestó sonrojado.

Yoongi lo envolvió en sus brazos, besando sus labios con ternura. Jimin sonrió en el beso, entrelazando sus manos en el cuello del mayor.

—Toma lugar, el desayuno está listo.

Jimin asintió, dando saltitos llegó hasta la mesa donde ya se encontraban preparados los platos y cubiertos. Se acomodó en su lugar relamiendo sus labios. La comida de Yoongi olía muy bien.

—Te preguntarás... ¿Cómo es que sabes cocinar si la última vez lo tuvo que hacer Tae? —fingió una voz chillona, haciendo reír al menor—. Simple, aprendí rápido, en el internado nos daban clases de lo que nosotros quisiéramos para no aburrirnos y bueno, que tiemble Seokjin, ocuparé su lugar ahora, dile que no se sorprenda cuando abra mi propio restaurante.

Jimin se rio fuerte, mirando a Yoongi servir su desayuno en su plato. El pálido lo miró divertido, dejando la sartén en su lugar para luego sentarse.

—Se lo diré, espero que cuando lo cumplas le des trabajo —le siguió el juego. Yoongi negó sonriente.

—No lo haré, Seokjin no está a mi nivel.

Jimin se volvió a reír mientras tomaba sus cubiertos. Pero alto, había olvidado algo muy importante ¿Dónde estaba SunHee?

—¿Dónde está mi bebé?

—Estoy enfrente de ti —dijo con obviedad y diversión en su voz.

—No tú, tonto, SunHee, mi bebé SunHee —Yoongi rodó los ojos divertido, haciendo a Jimin reír cada vez más.

—Se fue con Kook y Tae, ellos la llevaron a la escuela y a la salida irán por ella porque dijeron algo que no les presté atención, solo recuerdo que dijeron que la traerían mañana después de la escuela —anunció. Jimin asintió más relajado.

—Es cierto, SunHee se iba a quedar con ellos dos, Tae me dijo que quiere acostumbrar a Kookie a estar con niños. Extraño, no se la razón —entrecerró sus ojitos. Yoongi guardó silencio culpable.

Él había sido el de la idea de aconsejarle al menor que si quería un futuro con Jungkook que lo dejara de soñar y lo cumpliera.

—Eh, sí... Tae es extraño —dijo con una sonrisa de culpa.

Jimin se rio, ya sabía que Yoongi era el responsable de eso. Pronto comenzó a comer, maravillándose con el sabor de la comida, Yoongi parecía haber mejorado desde la última vez, aunque la verdad es que nunca probó algo hecho por las manos de Yoongi, pero no podía ser tan malo ¿Verdad?

Cuando terminaron dejaron los platos en el lavabo, Jimin los lavó mientras Yoongi subía por su celular y sus zapatos. Cuando bajó Jimin ya lo esperaba. Yoongi caminó hasta él dejando un beso en sus labios para entrelazar sus manos y salir de casa.

—Espera, olvidé las llaves de mi auto —dijo el menor.

—Iremos en el mío —Jimin alzó sus cejas mirándolo sorprendido.

—¿En el tuyo? ¡Guau, Yoonie!

—Papá me lo dio ayer en la mañana.

Jimin sonrió, pronto se encaminaron al auto de Yoongi. Jimin lo admiró, era un lindo auto. El mayor corrió hasta él y le abrió la puerta, Jimin se sonrojó, pero entró sin dejar de sonreír. Cuando Yoongi entró, lo miró para luego encender el auto y ponerse en marcha. Irían a casa de sus padres por sus maletas, luego irían al departamento de Yoongi para dejar todo en su lugar.

Los padres de Yoongi abrazaron a Jimin cuando lo miraron entrar de la mano de su hijo. También felicitaron al pálido porque había regresado por su familia. La señora Min se quedó con Jimin mientras Yoongi y su padre bajaban sus maletas para llevarlas al auto.

Los padres se despidieron de su hijo y novio para luego verlos partir. Estaban tan felices por su hijo, al fin había vuelto con su familia.

Llegaron a casa, Yoongi suspiró antes de meter sus llaves a la cerradura. No quería mirar la casa por dentro, tenía malos recuerdos, también buenos, pero no quería recordar cosas malas en ese momento. Jimin notó que Yoongi se había tensando y que estaba dudando en abrir o quedarse así por mucho más tiempo. Suspiró, caminando hasta él para abrazarlo de su espalda. Yoongi lo miró, sonriendo un poco.

—Está bien Yoonie, ya pasó —le sonrió.

Yoongi asintió, pronto giró la llave en la cerradura. Esta se abrió, después de un suspiro del mayor entraron. La casa se veía limpia, al parecer los chicos seguían yendo a casa y no solo eso, la mantenían limpia y ordenada. Caminaron hasta su habitación, Jimin se ofreció a ayudarlo a ordenar su ropa y Yoongi aceptó. Cuando terminaron se dejaron caer en la cama, estaban un poco cansados.

Jimin gateó en esta hasta quedar en los brazos de Yoongi, el mayor le sonrió, abrazando su esbelto cuerpo mientras besaba su frente. Jimin se dirigió a sus labios ¿Por qué limitarse a besos en su frente cuando podía besar sus labios? Yoongi sonrió al encontrarse con el menor besando su rostro y luego sus labios.

Había extrañado esa calidez, esa sensación que solo Jimin le transmitía. Jimin lo hacía sentir tranquilo y en paz, también lo volvía loco, algunos toques suyos lo hacían perder la cabeza, ¿Cómo era posible que una persona lograra calentarlo y trasmitirle ternura a la vez? Sí, Yoongi mentiría si dijera que no sentía atracción sexual por el menor. Jimin era hermoso, su cuerpo era perfecto, ya lo había visto con sus propios ojos y vaya que era hermoso.

El beso dejó de ser algo tierno, tornándose un poco brusco. Yoongi le pidió permiso para entrar a su boca, Jimin accedió, entrelazando sus lenguas en una cálida batalla. Las manos de Jimin recorrieron de su cuello hasta su pecho, bajando un poco más y concentrándose en el cinturón del pantalón de Yoongi.

Lo querían, los dos lo necesitaban. Yoongi se separó de sus labios para cambiar la posición dejando a Jimin abajo y él arriba, cuidando de no aplastarlo. Sus manos se colaron debajo de su camisa, acariciando su piel desnuda. La piel de Jimin vibró ante el toque. Eso estaba a punto de pasar, no había marcha atrás, los dos se necesitaban.

¡Hola!

Traviesas, ya se imaginan lo que viene

Spam: pueden pasarse por mi perfil, tengo muchas historias del Namjin, Yoonmin y vkook, también tengo one shots de los que acabo de mencionar, también jikook, vhope, yoonjin y más ❤

Eso es todo, como siempre, las amo mucho💕

¡Adiós!