↬ Noveno mes. ↫

Atención: Este capítulo contiene escenas sexuales y solo está enfocada en Hoseok y su pareja.

Hoseok se lanzó a sus brazos mientras besaba sus labios. Bae había viajado por cuestiones de trabajo, pero al fin estaba en casa. Hoseok al enterarse que su prometido había llegado, tomó las llaves de su auto y se dirigió hasta el aeropuerto.

Al mirar al chico salir con sus maletas no pudo evitar correr hasta él. Estaba realmente emocionado y lo extrañaba, Bae se había convertido en lo mejor en su vida, ambos se amaban y sabían lo que les gustaba y lo que querían.

Bae se separó de sus labios para mirarlo con una sonrisa. Sus manos soltaron los muslos de Hoseok y este se bajó de su cuerpo para recoger las maletas y el bolso se su novio.

—Te extrañé —dijeron al mismo tiempo.

Se rieron. Hoseok se abrazó a su pecho y Bae besó sus cabellos. Pronto sus manos se entrelazaron y caminaron fuera del aeropuerto.

Hoseok se apresuró a llegar para abrir el maletín del auto y ayudarlo a meter sus cosas en este. Bae le agradeció con un beso, después subieron al auto.

—Preparé el almuerzo, bebé —le dijo mientras conducía.

—¿En serio? Ya extrañaba tu comida, cariño —dijo emocionado para después colocar una mano en la pierna de su pareja.

Hoseok sonrió sin apartar su mirada del camino. Cuando llegaron a casa bajaron las cosas y entraron. Bae lo cargó dejando caer sus maletas mientras caminaba con él hasta el primer sillón. Se sentó y Hoseok quedó encima de él mientras se reía divertido. Bae se acercó a sus labios, Hoseok los tomó gustoso.

Se besaron lento. El mayor colocó una de sus manos en su rostro para no dejarlo escapar rápido. Bae no tenía intenciones de escaparse de su pareja así que tomó sus manos y las entrelazó con las de este.

Hoseok quedó encima de su regazo, sonriente ante el beso. El mayor no podía con Bae, lo amaba demasiado, estaba seguro que este era el amor de su vida.

—¿Qué hay para el postre? —le preguntó con una sonrisa traviesa.

—¿Qué deseas? Solo pídelo y estaré en la cama esperándote... Perdón, tendré tu postre listo —bromeó sonriente. Bae se rio mientras mordía el labio del mayor.

Hoseok volvió a unir sus labios mientras intensificaba el beso. Se separaron por falta de aire, ahora mirándose con una sonrisa cómplice.

—Vamos a almorzar y después podemos... Jugar un poco —dijo. Bae aceptó.

—Me parece perfecto —lo besó rápidamente—. Tenía planeado llegar a casa y recostarme en la cama contigo para descansar, pero si me lo pones así... —acarició sus piernas con cariño—. Tendremos que estar en la cama, pero te prometo que no descansáremos.

Hoseok se rio un poco y asintió para levantarse de sus piernas y ayudarlo a levantar hasta caminar a la cocina. Bae tomó lugar en la mesa, mirando a Hoseok llegar con la comida. Miró los diferentes platillos con una sonrisa, la segunda cosa que más amaba era la comida de Hoseok, lo primero claramente era él.

Hoseok miró a Bae mientras este llevaba el alimento a su boca. El menor cerró los ojos con gusto al sentir el delicioso sabor de la comida.

—Perfecto —sonrió—. Estoy seguro de que cuando seas mi esposo cocinarás para mi ¿Verdad?

—Lo haré y no solo eso, te haré todo lo que quieras —le regresó la sonrisa.

—Creo que alguien me necesita —lo miró seductor, mordiendo su labio inferior con excitación—. ¿Quieres saltarnos el almuerzo e irnos directo al postre?

Los ojos de Bae se habían oscurecido mientras lo miraba con deseo. Hoseok no dijo nada, se levantó de su lugar y Bae lo siguió. Sus manos se entrelazaron y corrieron a la comodidad de su habitación.

Cuando llegaron sus labios se encontraron mientras comenzaban una guerra. Sus lenguas se unieron al juego. Hoseok lo empujó lentamente hasta que llegaron a la orilla de la cama. Bae se dejó caer, mirando a Hoseok gatear en la cama hasta que estuvo a su altura para tomar sus labios.

Se besaron de nuevo, sus manos comenzaron a explorar sus cuerpos. El calor se había instalado en sus partes bajas y la ropa estorbaba, no daba paso al roce directo de sus pieles calientes.

Bae dirigió sus manos hasta la camisa de Hoseok para sacarla de su cuerpo mientras el mayor le sacaba los pantalones.

Hoseok mordió el labio de Bae haciéndolo explotar en excitación. En pocos minutos quedaron desnudos y sus cuerpos se movían con fricción, cada vez más sumergidos en la excitación y con erecciones frotándose de vez en cuando.

El vaivén comenzó, sus gemidos eran ahogados por el beso subido de tono que compartían. Hoseok lanzó su cabeza hacia atrás al sentir los labios de Bae besando y mordiendo aquella zona tan sensible. Pronto cambiaron posiciones, Hoseok estaba debajo del menor mientras este lo miraba con pupilas dilatas y llenas de amor y deseo.

El mayor se entregó a él en cuerpo y alma. Solo eran ellos dos amándose y demostrándose cuanto deseo había por el otro. Después de todo estaban comprometidos por lo que eran y por lo que sentían cuando estaban juntos.

Hoseok soltó un gemido al sentir al menor salir de él con mucho cuidado de no hacerle daño, pero al mismo tiempo haciéndolo disfrutar de sus caricias y embestidas.

Bae lo miró, sus ojos brillaban. Había varias facetas que amaba de su solecito, pero ninguna era tan sexi y excitante que tenerlo debajo de él mientras le demostraba cuanto lo amaba y cuanto disfrutaba al hacerlo.

Se agachó para besar su frente, prometiéndole hacerlo feliz en todo el camino que les faltaba por recorrer juntos. Bae quería todo con Hoseok, desde su noviazgo hasta su matrimonio y no solo eso, en sus planes también estaba la familia. Al mirarlo se imaginaba una familia a su lado y una sonrisa aparecía en su rostro, sabía que Hoseok era todo lo que quería en su vida y supo que sus futuros bebés serían igual de hermosos que este.

Hoseok le sonrió al mirarlo, había cachado a Bae mirándolo con un brillo especial en sus ojos y la sonrisa más hermosa que tenía solo para él.

El menor se perdió en esos hermosos hoyuelos que adornaban su bonita sonrisa. Deseaba que en el futuro sus hijos nacieron con ellos, serían igual de preciosos que su padre y con solo ese pensamiento se emocionó. Aumentó la rapidez de sus embestidas sin apartar la mirada de su solecito que se retorcía de placer debajo de su cuerpo.

Juntos llegaron al orgasmo con una sonrisa. Bae salió de él y besó sus labios para después sacarse el preservativo y abrazarse al cuerpo del mayor.

Esperaba con ansías su boda, Hoseok sería suyo por completo y no había nada más que lo volviera feliz que eso. Hoseok no se quedaba atrás, Bae era el indicado y no le quedaba duda, lo amaba, estaba profundamente enamorado de él.

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¡Hola!

¿Cómo están?

El siguiente capítulo le toca a Namjin y habláremos del problema de Seokjin

Espero que les guste💜

¡Adiós!