Seokjin salió de su trabajo un tanto confuso. Estaba feliz por volver a encontrarse con Namjoon, pero un sentimiento se había instalado en su pecho. Pensó que podría volver a tener una oportunidad con él en cuanto el menor regresara, pero Namjoon ya tenía a alguien más y Seokjin también.

Yoongi esperaba a su novio afuera de su auto. Al mirarlo le sonrió y agitó su mano en el aire. Seokjin lo miró sonriendo para este, olvidándose del tema de Namjoon. Se apresuró a llegar con el pálido y estampó sus labios con los de él. Yoongi le siguió el beso sujetando su cintura con delicadeza y cariño.

—Te extrañé, amor —Seokjin sonrió una vez más, acercándose de nuevo a los labios de Yoongi para dejar un besito rápido.

—Y yo a ti, bebé —sus manos buscaron las contrarias para entrelazarlas.

Yoongi le abrió la puerta del auto para dejarlo entrar primero. Ahora rodeó este para subirse al área del piloto. Yoongi colocó una mano en las piernas del mayor donde acarició con tranquilidad antes de encender el auto y comenzar a conducir a casa de Seokjin.

Seokjin tomó la mano de Yoongi para volver a entrelazar sus manos. Su mirada estaba pérdida en el precioso perfil del pálido que sonría leve sin perder la concentración en la carretera.

En cuanto llegó a casa les informó a sus amigos que Namjoon había regresado, los chicos se pusieron felices y planearon encontrarse con él. Lo bueno era que Namjoon había dejado su número al hacer la reserva en el restaurante, Seokjin podía romper esa regla y tomar su número.

Ambos chicos entraron en casa. Yoongi se dejó caer en el sillón y Seokjin se sentó en sus piernas para besar profundamente al menor. Yoongi comenzó a colar sus manos debajo de la ropa del mayor, pero Seokjin lo detuvo ahí.

—¿Sucede algo? —lo miró con preocupación y los labios rojos e hinchados por el beso.

—Estoy cansado, Yoon —hizo puchero.

Yoongi le sonrió, tomando su rostro para dejar un corto beso en sus labios y luego levantarse junto con el mayor para caminar hasta su habitación, Seokjin se dejó hacer. Conocía a Yoongi desde hace unos cuantos años atrás, lo conoció poco después que Namjoon se fue. Para ese entonces Seokjin era un completo desastre pues lloraba por su amor fallido con su amigo, Yoongi había llegado como un rayo de esperanza logrando deshacerse de su tristeza y hacerlo sonreír nuevamente. Seokjin lo apreciaba demasiado, Yoongi lo entendía, se preocupaba por él y no lo obligaba a nada, era por eso que Seokjin cayó enamorado del menor en cuanto se conocieron más. Gracias a Yoongi pudo olvidar a Namjoon.

El menor lo ayudó a quitarse su molesta ropa para ayudarlo con el pijama. Seokjin le sonrió agradecido, acariciando sus cabellos con cariño. Yoongi se concentró en bajar sus pantalones con cuidado, sabía que Seokjin siempre tenía calambres al salir de su trabajo ya que la mayoría del tiempo se la pasaba parado corriendo de aquí para allá para poder ofrecer un buen servicio en sus comidas y platillos.

Le colocó su pantalón corto de pijama que iba a juego con su playera y sonrió al mirarlo. Caminó hasta el baño donde regresó con una crema que el mayor siempre se colocaba cuando iba a dormir, esta lo ayudaba a refrescar sus articulaciones y evitar los dolores y calambres. Lentamente comenzó a esparcir la crema en las piernas y pantorrillas del mayor. Seokjin le sonrió agradecido. En cuanto terminó, Yoongi tomó una de las prendas del mayor para sacarse su camisa y pantalón quedando solo en bóxer para ahora colocarse la parte superior del pijama y entrar a la cama con Seokjin. Este se refugió en su pecho cerrando sus ojos para intentar dormir.

Pasada la medianoche Seokjin seguía sin poder conciliar el sueño, estaba un tanto inquieto y no había podido dejar de pensar en Namjoon. Escuchó la respiración tranquila de su novio y suspiró. Se removió un poco, Yoongi también, abrazándolo más a su pecho. Seokjin sonrió, con Yoongi lo tenía todo, no tenía por qué pensar en el moreno. Con ese pensamiento en mente cerró sus ojos quedándose dormido.

A la mañana siguiente se despertó al sentir unos dedos jugando con su cabello y pequeños besos que bajaban de la coronilla de su cabeza hasta su nariz. Sonrió al reconocer su olor y al sentir el calor de su cuerpo. Yoongi besó sus labios, luego su frente. Seokjin se sentó en la cama para estirarse un poco y ponerse de pie. Caminó hasta su baño donde comenzó a despojarse de su pijama. La puerta estaba abierta ya que sabía que en cuestión de segundos Yoongi entraría para que tomaran una ducha juntos como hacían siempre que Yoongi se quedaba con el mayor a dormir.

Sintió unos brazos envolverse en su cintura y sonrió. Ahí estaba su menor. Giró para encontrarse con este, pronto sus labios se encontraron. Seokjin lo amaba, claro que sí, Yoongi había sido un buen compañero durante esos últimos años, estaba tan agradecido con él, no podía mirarlo con molestia o desagrado, lo quería y era por eso que era su pareja. Claro, Yoongi y Seokjin no eran tan iguales, compartían diferentes gustos y opiniones distintas, pero siempre lograban tomar una decisión en la cual ambos estuvieran de acuerdo. Yoongi era un chico con la mentalidad demasiado madura para entender las cosas y eso era bueno, Seokjin era complicado a veces, pero se amaban.

Yoongi paró de besar la piel del hombro del mayor para salir de él con cuidado. Seokjin había soltado un pequeño gemido que fue callado por los labios de su pareja. Al separarse se sonrieron cómplices para seguir duchándose entre cariñitos y caricias dulces. Al terminar salieron envueltos en una toalla para comenzar a vestirse ya que Seokjin entraría al trabajo y Yoongi también.

El pálido lo dejó en la puerta trasera del trabajo. Dejándole un beso corto en los labios se despidió para ahora partir hasta su trabajo.

Seokjin entró al local para encaminarse hasta la recepción del restaurante donde ya los trabajadores habían llegado. Saludó a una de las chicas encargadas con las llamadas y reservaciones para pedirle el número de Namjoon, ella después de acceder y proporcionarle la información le pidió que guardara el secreto. Seokjin claramente no diría nada, él era el primer chef, no perdería su preciado trabajo solo por un número de celular.

En su primer descanso pudo contactar a Namjoon acordando reunirse para desayunar en cuanto Seokjin tuviera el día libre. También acordaron encontrarse con los demás chicos, ese día llegaría de sorpresa para sorprenderlos a todos ellos. Anhelaba mirar sus rostros sorprendidos y felices al mirarlo y al fin después de tantos años lejos tener al grupo nuevamente completo en un reencuentro que sería maravilloso.

¡Hola!

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¡Adiós!