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Cuando despertó, deseaba que todo hubiera sido una terrible pesadilla, aunque aquello no tenía mucho sentido, si sabían quién era el causante.

Revisó su bóxer y en efecto, la notable mancha demostraba lo que había sucedido con anterioridad. Su cara se enrojeció, de recordar lo que había sucedido.

Negó con la cabeza, y rápidamente se metió a la ducha, ignorando los juegos que su propia mente le producía.

Se dispuso a limpiar su habitación, no podía tener ese tipo de encuentros en la habitación de sus padres, sería algo muy incómodo. Además de que, no imaginaba que sucedería algo como lo que había sucedido anteriormente. Se golpeó mentalmente, y siguió limpiando.

Una vez terminado, salió a comprar algunas cosas para ir llenando la alacena. Hizo su cena y posteriormente cenó. Rogaba por no volver a verle la cara a aquel hombre, causante de las pesadillas.

—Vaya, pero si estabas esperándome —hablo burlesco, caminando por la habitación—. Oh, quieres hacer todo como cuando solías ser niño

—No, ahora vete —JungKook respondió, sin mirarlo

—¿Tan temprano? —se burló, sentándose a los pies de la cama—. Pero sí allá afuera, hay cientos de chicos divirtiéndose, ¿por qué no hacer lo mismo?

—Porque no eres un chico de mi edad, tú eres pesadillas, yo, solo soy yo —murmuro, cubriéndose hasta la cabeza con las mantas

—Juguemos JungKook, a ambos nos beneficia —habló—, tú obtienes placer, yo también y también gano compañía

—Bien podrías enredarte con otra persona —cerro los ojos, suspirando—. A mí, déjame en paz. Vine a enfrentarte, bien, ya lo hice

—Ninguna persona puede verme como tú, ¿recuerdas? Además, te dejaré libre después de esto

—¿Por qué te creería?

—Soy un hombre de palabra, ¿o qué, crees que no podrás dejarme ir?

JungKook rio con ganas, mirándolo.

—¿No será que tú temes que yo pueda olvidarte y tú a mí no?

—¿Por qué te sientes único?

—Lo dijiste tú, nadie puede verte como yo —desafió

—Quizá —murmuró, acorralándolo en la cama, poniendo sus brazos a ambos lados de su cabeza—. Puedo ver el deseo en tus ojos, —jugueteo con su dedo rozandole la nariz descendiendo por sus labios—. ¿Por qué no aceptas? Ambos queremos jugar el uno con el otro, ¿por qué detenerse?

—No te daré el gusto tan fácil —susurro, alzando la cabeza para susurrarle en el oído, colgándose en su cuello, atrayendolo hacía él

—Ya te dije JungKook, tú no puedes decir —susurro entrecortadamente—. Sí no ha pasado nada, es porque...

JungKook lo acercó a sus labios, uniendo sus labios sin ningún movimiento de por medio, un simple pico.

—Es porque no dejas de hablar, tú no tienes el control —habló, soltándose para girar sobre la cama

—¿Eso piensas? —sonrió, aquella acción, era su luz verde

Jalo a JungKook, poniéndolo sobre sus piernas, dejándolo frente a él, JungKook seguía en un estado de shock.

—No pienso, eso creo —murmuró, intimidado por su mirada

—Te demostraré que no —subió una de sus manos a su rostro, acariciándole la mejilla

Lentamente se acercó a sus labios, presionándole a entreabrirlos, una vez le siguió el juego, lo tomó por su espalda baja, atrayéndolo hacía él, rio en su interior al ver que no movía ningún músculo.

—Tus manos acá cariño —habló pesadamente, dirigiendo sus manos detrás de su cuello, mientras seguía devorándole la boca

Acuno su trasero en sus manos, acariciándolo con lentitud, delicadamente. Una vez el beso fue roto, JungKook tenía el rostro rojo puro, y TaeHyung solo podía reír. Acarició sus rojas mejillas, con delicadeza. Lentamente le tocó las piernas descubiertas por el short que vestía.

—Creí que tenías el mando —se burló, besando su cuello, mientras JungKook se estremecía y soltaba suspiros—. Está bien... puedo... hacer... como si... lo tuvieras —hablaba después de besar su cuello

—Y-yo...ahh —gemía despacio, al sentir los labios contrarios acariciar su cuello y hombro

—No necesitas decir algo —rio despacio—. Solo, disfrútalo

JungKook medio asintió, cuando sintió las ásperas manos tocar el dobladillo de su short, su cabeza yacía en el hombro de TaeHyung, quién aventuraba sus manos dentro, tocando sus testículos sobre la tela del bóxer, sintiendo su miembro levantarse.

—Vaya...  —susurro en su oído, con un tono burlón—. ¿Estás seguro de que aún no quieres jugar esto?

Sus habilidosos dedos acariciaron toda su anatomía, dejando un leve apretón, arrebatándole un gemido.

—Supongo que es un sí —murmuró, para besar su cuello, colando sus habilidosos dedos dentro del bóxer, acariciando su miembro erecto suavemente—. Vaya Kook, para no querer jugar, estás muy ansioso

Sus dedos subieron a su boca, donde los succiono de manera sensual bajo la mirada de JungKook, quienno perdía su vista de su acción, TaeHyung descendió sus falanges, rozando su entrada, deslizando uno de esos dedos dentro; JungKook saltó al sentir el largo dedo de aquel hombre en su conducto. Con fuerza se abrazó a él, quién sonrió victorioso, deslizando un segundo dedo.

—P-pero... —intentó articular JungKook, gimiendo en el intento

—No intentes razonar, solo, déjate ir —murmuró, tocando su punto estimulandolo con pequeños círculos dentro de su cavidad, para besar su cuello lentamente y suspirar extasiado en él

Le encantaba tener el control sobre él, mientras le penetraba con sus dedos, con la otra mano lo aferraba él para que no cayera de su regazo. Las paredes se contraían, indicando el devenir de JungKook, sonriendo, dejo que terminará.

—Buen chico —articuló, dejándolo sobre la cama, recostado. Tentado se acercó a besarle con lujuria—. Necesitas descansar, hasta otra dulce pesadilla

JungKook le miro partir aún en estado de shock, pues no alcanzaba a procesar lo que había sucedido. ¿TaeHyung y él, había sucedido?

Su rostro palideció, asustado se cubrió con las mantas, le había dado su primer encuentro sexual a un hombre que... que podía decirse, no existía.

O bueno, existía lo suficientemente para hacerle gemir bajo sus habilidosos encantos.

—Alguien máteme —susurró, golpeándose con la almohada

Resignado, se dirigió al baño, dispuesto a ducharse, y fingir que aquello no había sucedido. Su mente divagaba en los recuerdos, en el toque, en los besos tan apasionados y profundos, podía sentir como probaba el cielo y a su vez, el infierno, la vida y la muerte; temblando toco sus labios un poco hinchados por aquellos besos.

Se enjuago a prisa, usando un pijama completo. Para después ir a la cocina y tomar un vaso de agua, no, nada de eso estaba pasando.

—No paso JungKook, fue una pesadilla —trató de convencerse

—Cariño, sí sucedió

Por inercia volteó a verle, imponente, caminaba hacia él, firme y tranquilo, con sus largos brazos detrás de su espalda.

—No puedes negarte, lo sabes —le sonrió de lado, divertido e intimidante

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