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Suspiró con pesadez cambiando de posición en la cama. Sus párpados pesaban de sueño y faltaban segundos para caer en los brazos de Morfeo. Los recuerdos que lo engañaron con irse para poder tener una buena noche volvieron haciendo que maldijera en voz baja. Estaba harto de seguir viviendo de esa manera, no hacían nada más que quebrar lo poco que quedaba de su corazón.

El sonido de la puerta se escuchó y supo inmediatamente que se trataba de su roomie, Jungkook. Era un joven omega que había conocido en sus años de universidad, ambos fueron presentados por su hermana quien lo conocía desde la secundaria. Al salir de la universidad Jungkook le había comentado sobre una propuesta de trabajo en la capital, Yoongi muy pocas veces había salido de Daegu por lo que se vio interesado en proponerle alquilar un departamento y vivir juntos.

–Yoongi hyung, traje la cena –avisó con voz fuerte esperando ser escuchado.

El omega no tuvo problema en aceptar esa propuesta, ambos estaban solteros y no perdía nada con ayudar al hermano de su mejor amiga. Los primeros días fueron cansados debido a que ambos debían acomodar sus cosas y repartir ciertas obligaciones que cada uno se comprometió en hacer para no dejar que otro llevara más carga, Yoongi como el alfa caballeroso que era quiso hacer lo más pesado, pero Jungkook se negó rotundamente explicandole que él también podía hacerse cargos de cosas igual de pesadas o más.

–Bajo en un momento –habló con voz débil que claramente no sería escuchada por el contrario. Se cubrió con la mente que lo mantenía caliente y salio de la habitación.

Como se mencionó anteriormente, los primeras dos semanas se encargaron de ordenar sus pertenecias y acostumbrarse a la nueva que llevarían. Pero había un pequeño detalle que quizás olvidaron. Aquella noche en la que llegó tarde debido a un atasco en el tráfico fue una de las peores que había vivido. El aroma de Jungkook se encontraba más fuerte que nunca y ató cabos rapidamente, su celo había llegado y olvidó tomar supresores. Cubrió su nariz intentando controlarse y caminó hasta la habitación del omega abriendo con fuerza la puerta.

–Oh, creí que estaba despierto –lo observó mientras sacaba algunas cosas que había comprado en el supermercado.

El pelinegro se encontraba desnudo sobre su cama retorciéndose mientras sudaba. Había notado la presencia del mayor, pero ignoró por completo lo que debía estar pensando. Necesitaba un alfa, Yoongi era un alfa, y se sentía la peor persona cuando se encontró acercándose y restregando su cuerpo como un cachorro en busca de cariño. El mayor lo alejó antes de pensar en cometer una locura y lo encerró en su habitación con llave para salir del edificio y conducir hasta alguna tienda de adultos.

–Estaba a punto de dormirme cuando te escuché llegar –se sentó en una silla dejando caer su cabeza sobre la mesa.

Compró un dildo de un tamaño normal y en pocos minutos había logrado estar de nuevo en el apartamento. El olor seguía siendo igual de fuerte y como pudo logró abrir encontrándolo en el suelo dándose placer metiendo dos de sus dedos en su entrada que chorreaba lubricante natural. Dejó el juguete sobre la cama y salió de la habitación, no realmente, salió del apartamento esperando unas horas antes de atraverse entrar. Desde aquella vez Jungkook no volvió a olvidar tomar sus supresores recordando que ya no vivía solo.

–Hyung, ¿se encuentra bien? –se acercó tomando una silla para sentarse a su lado. Yoongi asintió sabiendo perfectamente que estaba peor de lo que ya se podía notar con sus ojeras y su piel más pálida lo normal.

–Encontré trabajo.

–¡¿De verdad?! –el menor se sobresaltó ante la noticia. El alfa encontró entendible su alegría, hace cuatro meses que no trabajaba y el dinero del alquiler solo podía reunirlo su compañero. –Es decir, me alegro que haya sido contratado. –rió nervioso y abrazó con confianza al alfa quien se tensó un poco por la cercanía. Yoongi no solía ser simpático y pocas veces se acercaba por su cuenta hacia otra persona. Solo su familia y Jungkook, quien ya se podía considerar parte de ella, conocían un lado más suave de él.

–No olvides que pagaré todo lo que debo.

–No hace falta hyung.

–Lo haré aunque digas que no –su tono firme y rudo asustó al pequeño omega quien se encongió sobre su lugar. –Yo... lo siento Jungkook, esto de estar desempleado y mantenerme en casa me estresa –haló de sus cortos cabellos rubios

–Lo entiendo _esbozó una sonrisa para tranquilizarlo. –Deberíamos comer.

–Tienes razón.

–Quizás llegue tarde hoy –avisó Jungkook tomando las llaves y revisando la hora en su reloj.

–Conociste a un alfa, ¿no es así? –el mayor se sentó en el sofá envuelto en una cobija de peluche y tomó el control remoto para encender la pantalla.

–No sé de que hablas –habló con normalidad ocultando el sonrojo que comenzaba aparecer en su rostro.

–Pude oler su aroma, incluso opacaba el tuyo. –bostezó reposando su cabeza en un almohadón –¿Estaba en celo?

–Ayer fui a un bar para despejarme un poco del ajetreado día que tuve –comenzó a explicar. –Fue tan cliché que realmente pensé que no estaba pasando, un chico me empujó y la bebida que traía en la mano cayó en la camisa de un alfa.

–Oh sí, demasiado cliché. ‐comentó Yoongi cambiando de canales sin encontrar nada entretenido.

–Pensé que me golpearía pero en lugar de eso me preguntó si estaba bien y que no debía preocuparme por su camisa. Fue tan gentil conmigo –suspiró como adolescente enamorado provocando que el alfa rodara sus ojos. –Me citó esta noche en el bar.

–¿Por qué un alfa citaría a un omega que le regó la bebida encima? Comienzo a sospechar malas intenciones.

–No, nada de eso hyung. Yo accedí pensando en que pagaría la cuenta de ambos en forma de disculpa. Oh Dios, esa camisa debió costar muy cara –comentó afligido.

–No es tu culpa y no debes pagarle nada –gruñó.

–¿Le molesta eso? –se inclinó aún en su lugar para observar su cara, pero este la mantenía cubierta dejando ver sus ojos y su nariz para respirar.

–Es tu vida Jungkook y no debo meterme en ella, solo quiero que sepas que si ese alfa intenta propasarte contigo o te obliga a hacer algo que no quieras me lo dices y lo haré papilla. –habló amenazante acomodándose sobre su lugar.

Jungkook no pudo evitar reír por sus palabras. Ver a Yoongi pelear, eso si sería demasiado interesante. –Parece mi hermano mayor.

–Sé que a veces te ignoro o te trato mal, pero muy en el fondo voy a querer protegerte de cualquier peligro. –esas palabras, bonitas y sinceras, hicieron que el menor se abalanzara sobre el rubio tratando de no caerse debido a los empujones que este le daba.

–Jungkook, estas pasando el límite de cercanía –el menor por fin se separó riendo por su actitud.

_Lo siento Yoongi hyung, ya me voy –saltó sobre un sofá individual ahorrándose el tiempo de rodearlo y antes de salir habló una última vez. –Recuerda sacar la basura.

Hizo una mueca de asco sacando la bolsa maloliente del basurero. Se preguntó por quinta vez el por qué se había ofrecido a hacer eso cada semana. Jungkook podía hacerlo y él se podía hacer cargo de otras obligaciones como limpiar el polvo e incluso trapear. Salió de la cocina tomando su celular metiendolo en uno de los bolsillos de su jogger.

Mientras salía comenzó a desear que nadie estuviera en el pasillo o quisiera tomar el ascensor. No odiaba a la gente, o más específicamente a sus vecinos, pero entre más alejado de ellos evitando crear amistades o favores que luego se convertirían en más era mejor.

–Disculpe.

Un toquecito en su hombro lo hizo darse la vuelta. Un chico de cabello castaño y piel no tan bronceada se encontraba a su lado. Era tan hermoso, omega pensó en cuanto su aroma inundó sus fosas nasales. Caramelo, un delicioso olor a caramelo.

–¿Sí? –salió de la burbuja en la que se había metido.

–Soy nuevo en esta ciudad y me gustaría que alguien me ayudara a guiarme –explicó con dulce voz.

¿Y ese debo ser yo? Pensó forzando el agarre que mantenía en la bolsa marcando sus venas sobre aquella pálida piel. El menor observó con atención las grandes manos que aquel alfa tenia y sintió su cuerpo arder con tan solo ese acto.

–Yo no–

–No, no ,no. –le interrumpió acercándose más a él –No le pido que lo haga, ahora solo necesito que me indique donde debo depositar mi basura. Veo que usted botará la suya y quizás puede ayudarme.

Ese omega parecía ser muy amigable y sonreír por todo.

Justo lo que él más odiaba.

–Puede ayudarme, por favor~ –suplicó uniendo sus manos bajo el sueter de talla grande que lo cubría.

Asintió no muy convencido y comenzó a caminar siendo seguido por el castaño.

Agradeció que no hiciera preguntas o lo cansara contándole alguna historia aburrida como su viaje hasta aquí o algo que debió pasar. Solo siguió sus pasos grabando en su mente todo el camino para no perderse y recurrir de nuevo a otra persona.

Yoongi suspiró haciendo que un humo blanco saliera de su boca debido a la fría mañana. Quizás fue su imaginación o el omega imitó su acción para ver si de él también salía humo blanco. No, definitivamente lo hizo.

Subieron de nuevo en el ascensor. Aquel espacio reducido nunca se sintió tan asfixiante para el alfa quien estaba compleramente seguro de que no padecía de claustrofobia. Todo hubiese sido más tranquilo si el aroma del chico que acababa de conocer no se hiciera tan presente.

Ni siquiera estaba haciendo nada y ya le estaba afectando.

Las puertas se abrieron. Ambos salieron al mismo tiempo y sin querer rozaron sus brazos. Jimin se alejó un poco cuando vio cierta incomodidad y tensión en el alfa. Era bonito, sus mejillas y la punta de su nariz rojizas lo hacían ver tierno a pesar de que aquella mirada fría e indiferente que mantenía decía todo lo contrario.

Se detuvo frente a su puerta. Se giró para observar al joven omega y desvió su mirada sintiendose extraño.

–Gracias por su ayuda –agradeció haciendo una leve reverencia –¿Puedo llamarlo hyung?

Abrió sus ojos esperando haber escuchado mal. ¿Hyung? Ahora no sabía que responder, la mirada atenta del omega quien esperaba una respuesta lo ponía nervioso.

Algo nuevo para el mundo, Min Yoongi nervioso.

–Buenas noches, hyung –se cansó de esperar una respuesta y se puso de puntillas para besar la caliente mejilla del alfa. Siguió su camino hasta el departamente continuo dándole un último vistazo.

Un beso.

En la mejilla.

–¡Agh, mierda! –gruñó tapando su rostro por la vergüenza. Demasiado cercanía, sobrepasó los límites que ni siquiera su rommie se había atrevido.

Abrió con cierto temblor en sus manos la puerta y se adentro. De alguna manera se sintió protegido, no sabía de quien pero estaba a salvo. Observó sus pantalones notando cierto bulto comenzando a crecer, hoy definitivamente no era su día. –Oh no, tú no me vas a traicionar.

Dos toques en la puerta lo espantaron y se alejó de la misma. Jungkook no podía ser, su trabajo quedaba a una hora. Comenzó a pensar que podría ser el nuevo vecino y decidió a esperar hasta que se fuera.

Dos minutos pasaron y nadie volvió a tocarla. La abrió inseguro y revisó ambod lados del pasillo encontrándolo vacio. Estuvo apunto de cerrar la puerya cuando notó un papelito pegado en la misma.

Olvidamos presentarnos. Park Jimin, el nuevo vecino.


VCM🍬

Es mi primera vez escribiendo sobre alfas, omegas y betas. Si hay algún error no duden en decírmelo.

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