Kim Taehyung, 16 años.

El alegre chico había llegado a la escuela, sus padres lo habían dejado enfrente de esta, besando sus mejillas y desarreglando sus cabellos. A pesar de ser nuevo en Seúl, su sonrisa no se borraba de sus labios.

Vio el auto de sus padres partir después de despedirlo, ahí fue donde después de soltar un suspiro y ajustar las correas de su mochila, caminó al lugar. Todos lo miraban, era extraño tener a un chico nuevo cuando las clases ya habían comenzado desde hace meses. Sus padres tenían una buena relación con el director de esta ya que ellos eran los encargados de distribuir las frutas y verduras que los abuelos de Taehyung cosechaban. Incluso Taehyung estuvo viviendo con ellos y aprendiendo, le gustaba ayudarlos en la granja y con las cosechas ya que tenía pequeñas recompensas, como fresas, que eran sus favoritas.

Pero era momento de que regresara a la ciudad con sus padres después de tantos años lejos y ahí estaba él, un niño alegre, feliz y humilde. Temeroso también, pero con las esperanzas de hacer muchos amigos de su edad para compartirles de sus fresas.

El primer día estuvo tranquilo, logró hacer algunos amigos que lo ayudaron a ponerse al corriente, incluso le prestaron sus apuntes para que los estudiara y los pasara a su propia libreta.

Así fue la primera semana hasta que un día al llegar a la escuela se topó con un grupo de chicos mayor que él. Estos lo miraron burlones y no dejaron de reír hasta que el chico entró a su aula.

Ese mismo día al terminar las clases ellos lo acorralaron. Taehyung los miró con miedo, incluso les ofreció de sus fresas para que no le hicieran daño. Uno de ellos, el que parecía líder, lo tomó de sus hombros, comenzando a caminar con el chico. Este le dijo muchas cosas, manipulándolo en un abrir y cerrar de ojos. Taehyung era muy ingenuo e inocente, no sabía que aquellos chicos mostrarían el lado más oscuro de su persona que no sabía que existía en él.

Al terminar el primer año él y aquellos chicos eran amigos. Eran unos niños con mala vida, padres alcohólicos y que no estaban al pendiente de sus hijos, pero Taehyung no era uno de ellos y ellos estaban muy conscientes. Era una persona inocente que se topó con malas personas.

Para entonces su actitud había cambiado, se había vuelto rebelde, le contestaba a sus padres, incluso a sus profesores, los pocos amigos que había hecho habían corrido lejos de él, así que solo quedaron ellos, los chicos a los que todos temían, pero que Taehyung se sentía cómodo con ellos porque al fin tenía buenos amigos.

Tiempo después llegó el alcohol, apenas eran unos niños. Taehyung no podía olvidar ese momento a pesar de que había pasado algunos años.

—Vengan, traje algo que les gustará —uno de ellos habló.

Como siempre, sus encuentros eran en el patio trasero de la escuela, habían recolectado sillas defectuosas donde pasaban el receso o cuando se saltaban las clases. Aunque Taehyung prefería no faltar a ninguna, las clases se le daban de maravilla y era muy inteligente a pesar de la nueva actitud que estaba adoptando.

—¿Es lo que te pedí? —el líder del grupo preguntó.

El otro asintió. Así fue como todos se reunieron alrededor, incluso Taehyung, expectante por lo que fuera aquello que tanto deseaban.

—Mi papá no supo cuando desapareció de su nevera —rio—. Nosotros lo necesitamos más, además, él todos los días compra nuevas —comentó burlón.

Ahí fue donde sacó una bolsa de papel de su mochila. El líder la tomó, sacando varias botellas de soju para entregárselas a cada uno.

Taehyung recibió la suya, pero enseguida negó. Sus padres le habían dicho que aquellas bebidas no eran aptas para menores como él y que nunca debía probarlas a menos que tuviera la edad adecuada para hacerlo.

—Yo no puedo... Todavía soy menor y... —el líder no lo dejó terminar.

Su mirada estaba encima de él, fulminándolo mientras le regresaba la bolsa al que se encontraba a su lado, para caminar amenazante hasta Taehyung.

—¿Qué dijiste? —preguntó. Su mandíbula se había apretado.

—Que no puedo tomar alcohol porque soy menor de edad y...

Nuevamente fue callado por el mayor. Taehyung tragó duro, sintiendo miedo, aunque se mantenía firme a su decisión.

—¿Acaso estás diciendo que no quieres ser amigo de nosotros? —se acercó al pobre menor para intimidarlo.

—No... Yo... No dije eso —retrocedió un poco.

—¿Entonces que intentaste decir?

—Solo que no quiero tomar alcohol...

—Lo sabía... No puedes ser parte de nosotros, eres solo un niñito asustado. Todos nosotros hacemos esto porque somos familia, porque esto es lo que hacen los de nuestra edad, pero si no quieres ser parte de nosotros, pero sí de esos perdedores, anda, vete ahora.

La cabeza de Taehyung estaba en conflicto, no quería dejar de ser parte de esos chicos.

—Yo... Está bien... Probaré de eso —dijo.

El líder sonrió de lado, su manipulación era tan buena que lograba entrar en la cabeza de todos para que hicieran lo que él quisiera.

—Eso quería escuchar, V —sonrió.

El líder tomó la botella verde para entregársela al menor. Todos lo miraron en espera de que la bebiera.

Taehyung la abrió ante la atenta mirada de estos. El olor fue tan fuerte que la alejó de él, incluso tenía arcadas de solo olerlo.

—Vamos, V, si quieres seguir perteneciendo a nosotros debes beberla —dijo burlón.

Taehyung asintió, empinando la botella para tomar un gran trago. Sus ojos se llamaron de lágrimas, su garganta ardía como si tuviera fuego y lo peor fue sentir como el alcohol bajaba de su garganta a su estómago, quemando sus órganos limpios de bebidas alcohólicas.

Los otros comenzaron a reír ante su reacción para después el líder tomarlo de sus hombros y sentarse a su lado para beber. Todos ellos también bebieron, Taehyung aguantó sus lágrimas para que no se burlaran. El líder insistió e insistió hasta que al fin se acabó todo el líquido de la botella.

Después de eso no paró, no porque le gustara, lo hacía por todas las veces que lo manipularon. Los dos años que le quedaban a los mayores fueron la perdición para Taehyung, lo obligaron a seguir bebiendo, lo manipularon para fumar y probar sustancias tóxicas.

Cuando estos estaban por salir de la jornada de ese día, ahí fue donde los escuchó riendo, al principio no entendió, pero decidió acercarse para unirse a la conversación cuando lo escuchó todo. El líder decía cosas horribles sobre Taehyung y lo fácil que había sido manipularlo. A partir de ese momento una gran herida se abrió en su corazón.

Nunca los enfrentó, decidió huir, pagándole a mayores para que le compraran cervezas, era muy joven para ello, pero de alguna forma el alcohol lo hacía olvidar el dolor en su pecho. Cuando su último año llegó ya era temido por todos, su actitud cambió nuevamente, pero ahora era más callado, más siniestro y cuando quería algo la manipulación aparecía en él como si en toda su vida lo hubieran entrenado para ello.

Por fortuna terminó la secundaria y al entrar a la Universidad decidió que nadie más estaría por encima de él, nadie más lo volvería a manipular o a obligar, él sería el que los manipulara a todos. En el camino también conoció a un chico que le compraba bebidas alcohólicas y un día le ofreció un porro. Nueva adicción completada.

Y a pesar de que ahora tenía un nuevo ambiente, las adicciones no se podían borrar de su sistema. Cuando se miraba a su espejo podía mirar a aquel chico, al "líder", y sus lágrimas corrían por sus mejillas, el pequeño y alegre Tae lloraba mirando su propia persona con horror, llorando porque se había convertido en el nuevo líder y por todas las cosas horribles que había hecho como aquella estúpida apuesta.

Jimin no se merecía aquello porque sabía que sería su final, sabía que Jimin terminaría tan roto al terminar la apuesta y a pesar de que lloraba internamente, intentando correr y detener a Yoongi, no podía, una parte de él quería que Jimin terminara tan lastimado, quería que aquella alegría y felicidad que le arrebataron, también en él desapareciera.

Una lágrima corrió por una de sus mejillas, por suerte ni Jungkook ni Hoseok la notaron, estaban tan entretenidos bailando para que él que no notaron como miraba en la dirección de la pareja. Mirando como desaparecían por las escaleras para al fin cumplir con la apuesta.

¡Hola!

Al fin conocen un poco más del pasado de Taehyung y como fue que se volvió un manipulador y adicto al alcohol y a las drogas

El final es el presente, lo que está pasando en aquella fiesta, todo el principio era él recordando todo lo que había pasado en su vida y porque tenía tantas ganas de arruinar a Jimin con aquella apuesta

Y sí, Taehyung lo quiere dañar porque él alguna vez fue igual a Jimin, tan feliz e inocente pero todo eso se lo arrebataron al juntarse con las personas equivocadas :c

Comenten aquí lo que quieran decirle a Tae ⬇

Nos leemos en el próximo capítulo ❤

Gracias por leer  💜

¡Adiós!