Capítulo 32.

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El día siguiente no había sido el mejor para nadie. El sol brillaba en su máximo esplendor, el dolor de cabeza era insoportable, las imágenes del día anterior se reproducían en la cabeza de todos los que recién despertaban después de desfallecer a eso de las cinco de la mañana en la lujosa casa de Kim.

Namjoon estaba en el suelo dormido, Seokjin en la cama con una mano fuera de esta, ambos próximos a despertar. Ya no había rastros de Taemin en el lugar y Yoongi estaba en una esquina de la habitación mirando fijamente los billetes que estaban regados por todo el suelo, recordándole una y otra vez que había cumplido con la apuesta.

Tenía unas ojeras increíbles, sus brazos abrazaban sus piernas sin poder apartar la mirada de un mismo punto, no había podido dormir nada y sabía que no arreglaría las cosas con solo ir y sacar a Jimin de su casa. Además de que su pecho dolía, nunca antes había visto tanto dolor en otros ojos que no fueran los de sus padres cuando llegó a casa después de ganar aquella pelea que les costó la vida. Nunca antes había visto otros ojos con tanta decepción y oscuridad como los que vio en Jimin aquella madrugada.

Se había quedado sin lágrimas para llorar, su cuerpo estaba frío y más pálido de lo normal. Sabía que la había cagado y que había perdido a la única esperanza de una mejor vida, con aquella estúpida apuesta.

Un gemido salió de sus labios en cuanto intentó moverse, había estado en la misma posición desde que todo pasó. Después de que Namjoon y Seokjin alejaran a Taemin, este le gritó algunas cosas más que ni siquiera escuchó por el dolor en su pecho hasta que tuvo a ambos a su lado intentando ayudarlo, pero estaban ebrios y casi se caían, así que solo les dijo que estaba bien para verlos lanzarse a la cama, donde al instante se durmieron de lo tan ebrios que estaban, incluso Namjoon se cayó de esta, pero siguió durmiendo como si nada.

Su corazón estaba doliendo como jamás pensó que le dolería.

Pero no era el único. Taehyung despertó debido a los leves rayos del sol que se colocan por las ventanas. Sintió dos brazos envolviendo su cuerpo, ahí fue donde todo regresó a su mente. Sonrió débil, poniéndose de pie con mucho cuidado.

Su trasero dolió por unos minutos, extrañaría ese dolor. Lentamente comenzó a vestirse sin apartar la mirada de los torsos desnudos de sus amados, admirándolos dormir tan serenos y ajenos al ruido de su cabeza.

Se colocó su bandana para acercarse a la cama. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al mirar a Hoseok. Lentamente se acercó hasta besarlo sin esperar una respuesta, pero este fue respondido. Sus labios todavía sabían a alcohol y eso lo hizo no querer alejarse. Al hacerlo, una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Hoseok, este se volvió a acomodar en la cama y siguió durmiendo. Ahora le tocaba despedirse de Jungkook. Logró rodear la cama, mirando sus labios color cereza un poco más para acercarse y tomarlos con los suyos. Jungkook también le respondió, pero en un beso torpe y lento. Al separarse dejó un beso en la frente de ambos, tomando sus cosas para irse lejos de sus vidas como siempre debió ser.

Ahí fue donde la primera lágrima bajó por su mejilla mientras subía al auto de Seokjin para conducir de nuevo a casa del dueño.

No era el único que lloraba en esa fría mañana. Jimin estaba entre sus sábanas llorando desconsoladamente. Le dolía el corazón, jamás pensó que volvería a pasar por aquello, pero estaba equivocado, lo volvieron a engañar, volvieron a jugar con su corazón ¿Había algo malo en él? Tal vez sí y si lo pensaba demasiado ya sabía que era y se prometía cambiarlo todo. Cambiaría hasta que nadie lo reconociera, cambiaría hasta no quisieran jugar de nuevo con su corazón, pero mientras tanto intentaría que dejara de doler.

Porque su pecho dolía mucho más que la primera vez, su cabeza estaba por reventar y no era debido al alcohol que tomó en aquella estúpida fiesta, que de hecho, había sido poco, era porque desde que llegó a casa las voces y risas no habían parado de sonar, transmitiéndole dolor y haciéndolo regresar a ese horrible momento donde todo se jodió, donde aquellos tipos no se cansaron hasta joderlo y acabar con casi todo. Solo que en esta ocasión dolía mucho más porque estaba perdidamente enamorado de Yoongi y lo único que hacía era recordar cada momento a su lado, cada beso, cada caricia, cada embestida que lo hacía recordar que estaba vivo y que era amado, aunque ahora todo estaba claro y nunca sería digno de amar. Siempre sería una puesta, un juguete sexual o cualquiera de las mierdas que se relacionen con todo eso.

Tenía que hacer que se detuviera y sabía la forma. Cambiaría por todos, por los que lo hicieron sufrir la primera vez y cambiaría por Yoongi, para que ni él ni nadie más volviera a jugar con su destrozado corazón.

Haría que todos se arrepintieran, se habían robado su felicidad, sus ganas de seguir siendo bueno, sus ganas de seguir viviendo la vida con alegría, todo se había ido en cuestión de minutos. Aquellos minutos en los que Taemin le dijo toda la verdad y donde Yoongi no se detuvo a desmentirlo y lo único que hizo fue aceptar todo, que todo había sido una estúpida apuesta, la más dolorosa y la que menos se esperaba. Al parecer, nuevamente había sido un idiota por confiar en un matón una vez más, pero desde ese momento nunca nadie más volvería a jugar con él.


¡Hola!

¿Qué les pareció?

Lágrimas...

Espacio dedicado para que lloren y se desahoguen todo lo que quieran ⬇

Tres sentimientos de tristeza se mostraron en este capítulo, la de Taehyung, Yoongi y Jimin

¿A que creen que se refería Jimin? ¿Tienen alguna idea lo que pueda pasar con él?

Nos leemos en el próximo capítulo 💜

¡Adiós!

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