Part 7

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cierro las ventanas y las persianas de mi habitación. Incluso así, Jungkook no se va, no dejar de tocar el timbre y de llamar a mi nombre una y otra vez.

Odio ignorarlo, pero necesito que me deje en paz, solo unas horas. Debo de organizar mi mente porque de seguro haré una estupidez si sigue insistiendo.

—¡Taehyung! ¡Ábreme, por favor! ¡Déjame hablar contigo!

Vete, te lo suplico.

—No es lo que piensas! ¡Necesito explicarte!

Junto mis cejas, extrañado cuando el timbre deja de sonar. Escucho la puerta principal abrirse y cerrarse, seguido de varios pasos acercarse escaleras arriba.

Me encojo en mi lugar, sintiendo la ansiedad invadirme.

—Hijo, ¿estás ahí? —da golpecitos en la puerta—. Estoy sola.

Suelto el aire retenido, aliviado.

—S-sí, estoy aquí.

—Amor, ¿qué sucede? Jungkook está sentado en las escaleras del pórtico. Tuve que obligarle a soltar el timbre.

—...

—¿Pelearon?

—No.

—¿Entonces por qué está llorando?

Mi corazón se detiene.

—¿Jungkook está llorando?

Contemplo el reloj en la pared. ¿Acaso lleva sentado en el pórtico más de 3 horas? No supe cuando pasó tanto tiempo.

—Lo está. Y tú también, ¿no es así? —suspira. Ella nunca me obliga a hablar cuando no quiero—. Hijo, ese chico no se irá de aquí hasta que bajes. Si no es tan grave, solo dale unos minutos. ¿O prefieres que le diga que se vaya?

—N-no, yo bajaré en unos minutos —digo totalmente resignado.

Observo reflejo en el espejo antes de bajar. Mi cara está roja, los ojos hinchados al igual que mi nariz, junto a mi enmarañado cabello.

Me veo terrible. No quiero salir.

—¿Hijo?

Desafortunadamente no tengo el corazón para decirle a mi madre que lo eche.

—Ya voy, dame un momento.

Sin querer dar la cara, camino desganado hacia el baño, solo para lavar mi rostro y lucir un poco decente antes de dirigirme a la primera planta.

Respiro hondo al tomar el pomo de la puerta, con la creencia de que eso me brindará algo de valentía.

Tan pronto como la abro, visualizo la espalda de Jungkook encorvada en el primer escalón de la entrada.

Como si fuese un resorte, al oír la puerta abrirse, mi mejor amigo se levanta de su lugar, girándose frente a mí.

Sus ojos siguen brillando, pero esta vez es por las lágrimas retenidas. Y detesto pensar que tal vez yo fui culpable de ello.

—¿Por qué sigues aquí? —me atrevo a hablar primero—. Deberías estar con Hoyeon.

—¿Hoyeon? —limpia una lágrima en su mejilla. Avanza hacia mí, y yo quiero retroceder, pero me abstengo a huir otra vez—. ¿Por qué rayos debería estar con ella ahora?

Su voz suena molesta, pero su mirada transmite dolor.

—Acabas... acabas de confesártele, y la dejas solas —digo a duras penas, como si no me cortaran dichas palabras—. No tiene sentido.

Sus ojos se abren de par en par, y su expresión cambia a confusión.

—Yo no... ¿Pensaste que estaba confesándome a Hoyeon? —habla tan bajo que parece que estuviese hablando consigo mismo—. C-creí que escapaste porque me estabas rechazando.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

Oficialmente, no estoy entiendo nada en lo absoluto.

Ninguno aparta la vista, mirándonos como si nos hubiese salido una segunda cabeza.

—Jungkook, no estoy comprendiendo nada.

Él alarga un suspiro. Veo como sus manos sujetan una hoja de papel doblada, es la carta que le leyó a Hoyeon horas atrás.

—Es por eso que necesitábamos hablar. Entendiste todo mal —muerde su labio inferior y sus manos tiritan un poco, lo puedo notar al ver el papel temblar—. Esta carta no era para Hoyeon.

—P-pero, yo te escuché cuando-

—Practicaba. Ella, me ayudaba a practicar.

Pero, ¿si la confesión no era para Hoyeon, para quién demonios es? Está enamorado de alguien que ni siquiera conozco, al parecer.

—Oh...

—Quisiera que la leyeras —dice en un murmullo. Extiende la hoja en mi dirección, esperando a que la tome.

No entiendo qué clase de tortura es esta, es decir, ¿por qué?

—¿Por qué quieres que la lea yo? Jungkook, no creo que sea lo mejor, no me siento bien ahora...

—Por favor. Si te desagrada lo que hay escrito en ella, simplemente me la puedes regresar y no volveré a molestarte.

Todavía un poco contrariado, recibo la hoja. Inhalo profundo para llenar mis pulmones, y así poder desdoblar la carta para empezar a leerla:

"Desde que te conocí 3 años atrás, supe que mi corazón ya no me pertenecía, había sido robado, ahora era complemente tuyo.

Quise ignorar los golpeteos en mi pecho cuando tu mano rozaba la mía, quise pensar que la felicidad que mi inundaba al verte cada día solo era amistad. Pero no era así, nunca fue así. Me tardé en darme cuenta que quería que todos tus abrazos fueran míos, que el sonido de tu risa solo lo escuchara yo, porque tuve miedo de que alguien pudiese ver lo que yo veo en ti, y se enamorara tanto que te alejara de mi lado.

Estoy enamorado de la manera en que tu ceño se arruga cuando estás concentrado. Estoy enamorado de la manera tan dulce en la que me sonríes. Estoy enamorado de tus mejillas manchadas de pintura, después de terminar cada clase de arte.

Sé que es repentino, hemos sido amigos durante mucho tiempo. Pero no puedo seguir escondiendo mis sentimientos. Tus ojos son lo primero que viene a mi mente al despertar y mi corazón late desenfrenado cada vez que te veo sonreír".

La pequeña ilusión que crece en mi pecho está haciendo estragos en mi mente.

Esa descripción se parece a...

"Si aceptaras salir conmigo, me harías el chico más feliz de todos. Sin embargo, si la respuesta es negativa, solo permíteme quedarme a tu lado de esta manera, no me alejes de ti.

Atentamente: Del chico estúpidamente enamorado de Kim Taehyung, tu mejor amigo Jeon Jungkook".

La respiración se me corta.

Y como si fuese posible, mi cuerpo todavía tiene agua almacenada, a pesar de haber llorado por horas, porque nuevamente siento lágrimas desbordarse de mis ojos.

Esto debe ser una broma...

—No lo es, lo juro.

Alzo la mirada, dándome cuenta que mis pensamientos fueron dichos en voz alta.

—Jungkook, yo...

—C-comprendo que esto sea raro para ti, es decir, somos mejores amigos -sé que su sonrisa no es sincera—. Solo necesito que sepas que aprecio mucho tu amistad, pero no debes sentir lástima por mí o sentirte obligado a permitirme seguir a tu lado si no te sientes cómodo, entenderé si no me quieres cerca.

—Jungkook...

Sus palabras salen entre balbuceos y su mirada es vacilante—: Quiero que sepas que estuve al tanto de todos los contra que habría, y aún así quise que fueses consciente de mis sentimientos, no podía perderte sin al menos haberlo intentado.

—Jung-

—L-lamento si estoy siendo inoportuno, pero yo-

Acorto la distancia, sujetando su rostro con ambas manos, para poder unir nuestras miradas.

—Cállate y escúchame —le exijo, cansado de escuchar tanta negatividad cuando en realidad es todo lo contrario—. No eres el único estúpidamente enamorado aquí.

Sus ojos se abren grande, y las palabras que está a punto de decir no las escucho, interrumpiéndolo al sellar sus labios con los míos.

La sorpresa tarda tan solo unos segundos, hasta que sus manos reaccionan enredándolas en mi cuello, al igual que sus labios comienza a seguir el beso de forma suave. Mis manos bajan automáticamente hasta su cintura, atrayéndolo más a mí.

Me siento flotando en una maldita nube. Díganme que esto no es un sueño.

Me separo lento, sin romper del todo la cercanía. Sus ojitos todavía se mantienen cerrados y su nariz apenas roza con la mía.

—¿Es verdad cuando dijiste que no había posibilidad de que alguien pudiese rechazarme? —murmura, abriendo sus ojos despacio, permitiéndome contemplar las estrellas dentro de ellos.

—Jungkook, he estado enamorado de ti durante años —admito en medio de una sonrisa. El corazón lo siento en la garganta y casi que puedo llorar de todos los sentimientos acumulados dentro de mí—. No sé si alguien pudiese rechazarte, pero te aseguro que yo no lo haré, he esperado este momento toda mi vida.

Una pequeña risa, casi tímida brota de sus labios:

—Apenas nos conocemos hace 3 años, Taehyung.

—Pero estoy seguro de que mi corazón te amaba mucho antes de conocerte —digo con total honestidad, observando la sonrisa de Jungkook hacerse más brillante y sus mejillas más coloradas.

Une su frente con la mía, lleva sus manos al costado de mi rostro, dejando leves caricias con sus pulgares.

—Te quiero, Kim Taehyung —suspira, mientras sus labios aún acarician los míos.

—Te quiero, Jeon Jungkook.

Nuestros labios vuelven a encontrarse, sin ningún deseo de querer separarse de nuevo.

💌

𝓘𝓷𝓮𝓯𝓪𝓫𝓵𝓮

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro