⊱ ❝O11 | 𝑺𝒏𝒐𝒘❞

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—Buenos días, Juliette —saluda Alice al entrar a la habitación de la neófita.

Ella deja de leer uno de los tantos libros que le había pedido prestado a Eleazar para mirar a Alice con media sonrisa.

—Buenos días, Alice —saluda en respuesta Juliette tras levantarse de la cama.

Comienza a caminar hacia la vampiresa de corte pixie, pero se detiene al darse cuenta de cómo sus pies iban dejando un rastro de nieve por cada paso que daba.

—Bueno, creo que tendremos que practicar tu don el día de hoy si es que queremos no levantar sospechas —comenta Alice con un poco de diversión.

Juliette sonríe avergonzada y se encamina hacia su armario para tomar uno de los tantos zapatos que le habían comprado las chicas Denali.

—Por cierto, me encanta tu atuendo —alaga la vampiresa de corte pixie.

Juliette se termina de poner unas botas altas de color negro y regresa su mirada hacia Alice con una sonrisa en su rostro, la neófita analiza su atuendo que consistía en una falda a cuadros con una blusa negra manga larga a los hombros de color negro y no podían faltar unos cuantos negros con algunos detalles plateados que realzaban todo el conjunto.

—Gracias —responde Juliette con una radiante sonrisa en su rostro—. Siempre me ha gustado vestirme bien o a la moda.

La rubia se da cuenta de cómo a Alice le brillaban los ojos con emoción al escuchar esas palabras.

—¡Tú y yo seremos las cuñadas más unidas del mundo! —asegura la vampiresa de corte pixie con ilusión.

Alice se acerca a la neófita para abrazarla fuertemente, Juliette corresponde el abrazo bastante sorprendida hasta que las dos se separan al escuchar como alguien entró a la habitación.

—Alice —habla Edward con diversión al ver la escena—. ¿Qué haces?

—Le decía a mi cuñada que nos vamos a llevar muy bien —explica la vampiresa con una radiante sonrisa en su rostro mirando a su hermano.

—¿Tu cuñada? —pregunta Juliette incrédula al regresar a verla.

—Juliette y yo tenemos que irnos —explica Alice al tomar el brazo de la rubia—. Así que después nos vemos, Edward.

Las dos comienzan a caminar hacia la puerta de la habitación, pero antes de que pudieran hacerlo, Edward toma la cintura de Juliette para dejarla pegada a su pecho y consigue que Alice dejara de tomarla del brazo.

—Solo dime que los deje a solas —se queja la vampiresa de corte pixie tras poner los ojos en blanco—. Te espero abajo, Juliette.

La neófita se ríe avergonzada y niega ligeramente, antes de dejar sus manos en los antebrazos de este para acariciarlos con delicadeza.

—Apenas llevamos dos días desde que nos conocemos —recuerda Juliette avergonzada—. ¿No crees que es muy rápido como para que Alice me diga cuñada?

Edward lo piensa un momento hasta que comienza a negar con una sonrisa divertida en sus labios.

—Tenemos mucho tiempo para poder conocernos —susurra Edward inclinándose para acercarse peligrosamente a los labios de Juliette.

—Todavía no controlo mi don, puede pasar algo malo si llegamos a besarnos —recuerda la rubia al cerrar sus ojos—. No nos conocemos bien.

—No lo sabremos si no experimentamos —susurra Edward en respuesta.

Antes de que pudieran besarse, se alejan rápidamente al escuchar el grito de Emmett desde la primera planta de la casa.

—¡Edward! —grita el azabache—. ¡Deja a Juliette que tiene que practicar con Kate, Tanya, Rosalie y Alice!

El primer mencionado pone los ojos en blanco sin soltar en ningún momento la cintura de Juliette, que no evitó comenzar a reírse.

—Hasta que no controle bien mi don y no nos conozcamos bien, no vamos a besarnos —asegura la rubia—. Así que tendrás que esperar.

Juliette se pone de puntas y se acerca a Edward para dejar un pequeño beso en su mejilla, se suelta de su agarre y sale de su habitación para bajar las escaleras en dirección a la primera planta.

Una vez que ella se encuentra en la primera planta, Juliette le sonríe a todos con amabilidad antes de acercarse a Kate y a Tanya para abrazarlas por turnos.

—Hoy vamos a practicar para que puedas controlar tu don, pero igual para que sepas utilizarlo —le explica Kate.

La neófita asiente con seguridad y las tres se encaminan a la puerta principal de la casa.

—Vamos, Rose —anima Alice antes de caminar detrás de Juliette.

Todas las vampiresas toman sus chaquetas y salen de la casa sintiendo como algunos copos de nieve van cayendo en sus atuendos, Kate y Tanya se detienen quedando enfrente de su nueva hermana adoptiva.

Los hombres de ambos clanes van saliendo de la casa junto con Carmen y Esme.

—Bien —dice Tanya al cruzarse de brazos mientras miraba a Juliette—. Tienes que tener la mente en blanco, estar despejada y tranquila.

Alice y Rosalie se ponen a los lados de las hermanas Denali mientras las cuatro vampiresas miraban a Juliette, esta cerró los ojos e intenta concentrarse.

Las cuatro vampiresas sonríen al ver como de las manos de la neófita fue saliendo una densa neblina de color blanco.

—Tienes que visualizarlo, ver cómo se mueve —habla Kate mirando con suma atención, como poco a poco el cuerpo de Juliette reacciona ante sus palabras—. De qué color es.

Todos los vampiros miran con atención a Juliette y se sorprenden al ver como el su largo cabello rubio fue cambiando hasta tomar un platinado intenso, la neófita abre los ojos de golpe dejando ver un intenso color azul claro.

No había rastro de un rostro carmín, sino que su iris ahora tiene un color blanco bastante espeluznante.

—¿Juliette? —pregunta Alice confundida al ver como las manos de la mencionada no deja de salir la neblina blanca.

La ahora platinada sonríe y mira a cada una de las vampiresas hasta que escucha como alguien se acercaba a ellas a sus espaldas.

—¿Juliette? —pregunta Edward tras acercarse a ellas.

La neófita se da la vuelta, levanta sus manos sin dejar de sacar una neblina espesa blanca.

—Hola, guapo —saluda con diversión la chica—. Juliette se estaba tardando mucho en dejarme salir siquiera un rato.

—¿Eres como el alter ego de Juliette? —pregunta Tanya llamando la atención de la vampiresa.

—Algo sí —responde tras regresar su atención a ella—. Soy una versión más..., peligrosa de Juliette.

—¿Cómo te llamas? —pregunta Kate tras dar un paso hacia ella.

—Pues no lo he pensado, pero, por el momento, me pueden decir Snow —se presenta la platinada con una radiante sonrisa en su rostro—. ¿Y tú qué eres de Juliette, guapo?

La vampiresa le pregunta esto a Edward que frunció el ceño confundido.

—Soy... —antes de que pudiera terminar la oración, se escucha la voz de Alice.

—¡Su novio! —grita la vampiresa con una radiante sonrisa en su rostro, pero decide caminar hacia ellos—. ¡Es su pareja!

—Pues Juliette no tiene malos gustos —comenta Snow tras analizar con detenimiento al castaño que miró de mala manera a su hermana menor.

—¿Podrías hacer regresar a Juliette? —le pregunta Kate con una pequeña sonrisa en su rostro—. Tiene que ser practicando con su don.

—Técnicamente, yo soy su don, pero ella tiene todo el control sobre mí —explica Snow con diversión mientras jugaba con algunos copos de nieve entre sus dedos—. Solo ella puede decidir si tomo el control de su cuerpo o no.

—¿Tienes algún otro don que el de la nieve? —pregunta Rosalie con interés.

—Cariño, no subestimes el don de Juliette —le sugiere Snow con diversión—. Ella puede congelar a cualquier persona con solo tocarla o mirarla, puede crear tormentas de nieve con tan solo pensarlo, pero tiene que estar todo el tiempo tranquila a menos que quiera que yo salga sin permiso.

—¿Eras tú cuando Juliette congelaba todo lo que tocada? —pregunta Kate, sorprendida—. ¿Cuándo caminaba dejando rastros de nieve?

—Sí, esa era yo queriendo salir —explica Snow antes de cruzarse de brazos.

—¿Algo más que debamos saber? —pregunta Edward mirando a la platinada con atención.

—No hagan enojar a Juliette porque esa molestia llega a mí—advierte la platinada con seriedad—. Ninguna de las dos nos controlamos todavía, podemos llegar a matar a alguien sin importar si es su pareja, amiga, hermana, tía, prima o incluso su propio padre.

—Eso último no suena nada mal, mejor aún, a su prometido —comenta Rosalie con una sonrisa burlona en su rostro.

—Me gusta como piensas, rubia, pero no puedo hacer nada a menos de que Juliette me deje tomar el control —explica Snow con diversión.

—¿Puedes hacer una demostración del don de Juliette? —pregunta Kate con curiosidad.

Snow lo piensa un momento antes de mirar hacia uno de los tantos pinos del bosque, este no tarda en congelarse y cae al suelo, rompiéndose en miles de pedazos. La platinada sonríe y mueve sus manos congelando los pies de las hermanas Denali.

—Puedo hacer mucho más, pero siento como Juliette está agotada —explica Snow tras desaparecer el hielo de Kate y de Tanya—. En cualquier momento puede desmayarse.

—Juliette no puede desmayarse, ella... —intenta decir Rosalie, pero la platinada la interrumpe.

—No es completamente una inmortal como ustedes —explica Snow con tranquilidad—. Es mitad inmortal y mitad mortal, sé que suena imposible, pero la madre de Juliette no era humana. Tiene que saber la verdad sobre la muerte de su madre y ustedes tienen que ayudarla.

—¿Es algo malo? —pregunta Alice preocupada.

—No permitan que Juliette salga herida por su padre o su prometido —les pide Snow a todos en general—. Ellos le han hecho mucho daño a lo largo de toda su vida.

Nadie puede preguntarle algo más por qué el largo cabello platinado comienza a desaparecer y recupera el color rubio natural de Juliette.

Edward no duda en acercarse a ella con velocidad para tomarla en brazos y evitar que cayera a la nieve.


Para el don de Juliette me base en Killer Frost de Flash, los gifs serán de ella para que se hagan una idea de como es Snow, se vienen muchos problemas para Juliette así que prepárense porque puede que me lleguen a odiar con lo que sigue.

Jajajaja, nos vemos❤️

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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