⊱ ❝O63 | 𝑬𝒗𝒊𝒕𝒂𝒓❞

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Edward y Juliette entran a la casa Cullen con sus manos entrelazadas, pero teniendo una sonrisa cómplice, por lo que pasaron el fin de semana juntos.

La rubia se da cuenta de que Emmett, Seth, Jacob y Carlisle se encontraban en la casa, cada uno de ellos haciendo diferentes cosas.

El patriarca de la familia estaba revisando algunos documentos en su laptop de trabajo, Emmett leía el periódico del día, mientras que Seth y Jacob comían un sándwich vigilando por la ventana a los niños que se encontraban con las mujeres de la casa.

—Vaya, ¿ya acabaron? —pregunta Emmett con burla hacia la pareja de vampiros, ya que habían desaparecido por dos días y medio.

—¿Y los niños? —pregunta Juliette con una sonrisa mientras era tomada de la cintura por Edward.

—Están jugando con ellos —avisa Seth sin dejar de mirar a la pequeña Ivette que recibió gustosa los mimos de Esme.

—¿Rompieron muchas cosas? —insiste Emmett a la pareja de casados.

—Necesitamos una nueva cabecera, algunas almohadas y puede que un nuevo sofá —confiesa Juliette con una sonrisa burlona—. Gracias por preocuparte, fortachón.

Edward se inclina para dejar un beso en la mejilla de su mujer con una sonrisa, ya que esta le siguió la corriente a Emmett.

Todos los hombres presentes sonríen con diversión ante esa conversación hasta que escuchan como el teléfono de la casa comenzó a sonar.

Juliette pierde su sonrisa y se acerca al artefacto, dándose cuenta de que era el número de la casa de su madre.

—¿Es Charlie? —pregunta Juliette al mirar a los presentes con atención.

—Llama dos veces al día —confiesa Edward sabiendo que su esposa se sintió mal por esas palabras.

—La está pasando muy mal —asegura Seth al regresar su mirada hacia la vampiresa.

—Tendremos que decirle que no sobreviviste —le propone Carlisle a su nuera que se mordió el labio inferior.

—Tiene que llorar tu muerte, dulzura —explica Edward con sutileza.

—Sí, lo haremos mañana —responde Juliette en un susurro antes de darse la vuelta y acercarse nuevamente a su esposo.

La rubia toma el brazo del vampiro sintiéndose culpable por lo que estaba pasando, Edward la abraza por la cintura y deja un pequeño beso en su frente para intentar tranquilizarla.

—Extrañaré este lugar —confiesa Emmett dejando el periódico del día en la mesa frente a él.

—Volveremos —asegura Carlisle sin dejar de teclear en su laptop—. Siempre lo hacemos.

—¿Qué? —pregunta Seth incrédulo—. Nadie dijo nada sobre irse.

—Cuando piensen que Juliette esté muerta, no podemos arriesgarnos a que la vean —le explica al patriarca de la familia Cullen, al menor que comenzó a negar.

—Entonces, solo desaparecen —afirma Seth con rencor antes de fijar su mirada en Juliette.

Ella baja la mirada pensando en lo mal que la estaría pasando Charlie y su madre, ya que no había hablado con ella luego de decirle que iría a un spa en Suiza, siendo esto una obvia mentira.

—Seth, no tenemos alternativa —explica Edward al chico, pero no deja de tomar la cintura de Juliette.

El menor mira a Jacob que negó rápidamente, ya que sabía lo que estaba pensando hacer. Seth mira molesto al pelinegro antes de extender su mano hacia él.

—Las llaves de tu moto —ordena el castaño con seguridad.

—No te voy a dar las llaves de mi moto —responde Jacob indignado.

Seth suelta un bajo gruñido antes de comenzar a buscar en la chaqueta del moreno, toma las llaves de la moto y corre hacia las escaleras.

—¡Seth! —grita Jacob molesto mientras lo sigue—. ¡Seth, ven acá!

Juliette mira la escena confundida, pero se mantiene en silencio junto a su pareja.

—¿Quieres ir por los niños? —le pregunta Edward de repente para intentar distraerla.

La rubia asiente y, junto con él, se dirigen al frente de la casa en donde se encontraban sus hijos. Al momento de llegar con las vampiresas, los pequeños extendieron sus brazos hacia sus padres para que estos pudieran cargarlos.

Juliette toma a Jack con cuidado y deja un pequeño beso en su mejilla que lo hizo reír adorablemente, Edward toma en brazos a la pequeña Ivette que recibió gustosa los besos que dejó su padre en su mejilla.

—¿Cómo se portaron mis niños hermosos? —pregunta Juliette antes de hacer un suave beso esquimal con Jack, que rio encantado.

Edward sonríe y se acerca a su esposa con Ivette en brazos.

—Hola, mi amor —saluda la vampiresa a su hija que sonrió adorablemente.

La rubia mueve sus dedos con ligereza y forma varios copos de nieve que Ivette intentó atrapar entre risas, Juliette hace lo mismo con Jack y todos los presentes sonrieron al escuchar las tiernas carcajadas de los bebés.


Seth se baja de la moto de Jacob una vez que se estacionó frente a la casa de la madre de Juliette, tiene intenciones de subir las escaleras hacia la puerta principal, pero escucha como alguien está cortando leña en la parte trasera. El menor camina hacia el bosque y se encuentra con Charlie Swan cortando leña.

—Hola, Jolie fue a comprar algo al supermercado, pero no tardará en regresar —explica el hombre a Seth tras verlo acercarse—. ¿Supiste algo de ella?

—Charlie —habla el menor tras tomar valentía—. Juliette está...

El jefe de policía frunce el ceño confundido por el hecho de que Seth no podía terminar la oración, pero comienza a hacerse una idea de lo que estaba pasando.

—No, no es cierto —niega Charlie con la voz temblorosa—. Primero, Bella y ahora...

—¡No! —se apresura a decir Seth al darse cuenta de lo que pensaba el mayor—. Juliette está bien, ya volvió a casa y se siente mucho mejor ahora.

Charlie suelta un largo suspiro aliviado y en su rostro aparece una pequeña sonrisa.

—Me asustaste —asegura el jefe de policía—. ¿Por qué no dijiste eso antes?

El hombre pasa a un lado del castaño dándole un ligero golpe en el hombro, Charlie tiene intenciones de ir a casa para llamar a Jolie, pero se detiene al escuchar la voz de Seth.

—Charlie, debes ver algo primero —confiesa el menor con algo de duda sobre la idea que tenía.

—Debo de llamar a Jolie para que vayamos a ver a Juliette —explica el hombre con intenciones de seguir su camino, pero Seth lo detiene una vez más.

—Escucha, por favor —pide el castaño nervioso—. Para que Juliette pudiera mejorar, ella tuvo que..., cambiar.

—¿Cómo que cambiar? ¿A qué te refieres? —pregunta Charlie confundido.

—No queda de otra —susurra Seth antes de quitarse su chaqueta y tirarla al suelo.

—¿Qué rayos estás haciendo? —pregunta el mayor incrédulo.

Seth comienza a quitarse la playera y deja su pecho al descubierto.

—No vive en el mundo que usted cree —asegura el castaño antes de quitarse los zapatos.

—Seth, vístete, ¿quieres? —pide Charlie al darse la vuelta.

—Esto parecerá extraño, muy extraño, pero hay cosas mucho más extrañas aún —sigue hablando Seth consiguiendo que el mayor regresara su mirada hacia él, luciendo bastante impaciente—. Créame.

El chico se desabrocha el pantalón antes de bajar lo junto a su ropa interior, Charlie aleja la mirada rápidamente ante eso y le pide a Dios que le dé paciencia.

Seth comienza a respirar con dificultad, sintiendo como el calor comenzaba a recorrer su cuerpo, mira al mayor unos segundos antes de dejarse dominar por su lobo completamente.

Charlie cae al suelo por la impresión y luciendo bastante aterrado al ver a un enorme lobo frente a él, comienza a retroceder aún en el suelo, temiendo que el animal lo atacara.

Seth decide inclinarse ante Charlie para demostrarle que no le haría daño.


🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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