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Lo que parecía ser el único enemigo de la familia era el tiempo.

Los pequeños Cullen Lombard Denali creían muy rápido y los padres de estos les preocupaba cuánto tiempo podrían compartir junto a ellos, pero eso hacía que todo momento con los niños fuera mucho más preciado.

—Mira, mami —dicen los mellizos al mismo tiempo tras acercarse a Juliette—. Un copo de nieve.

—Son hermosos, mis niños —asegura la rubia con una sonrisa—. ¿Por qué no buscan otros?

Los niños se rieron y se dieron la vuelta para intentar atrapas muchos copos más.

Juliette mueve sus dedos ligeramente para crear muchos más copos de nieve, pero la pequeña Ivette hizo lo mismo, hasta que terminó por hacer una bola de nieve y así formar un muñeco de nieve junto a su hermano.

—Edward creer que la respuesta está en Brasil —le explica Juliette a Seth y a Leah que se encontraban en su forma animal para vigilar a los mellizos—. Hay tribus ahí que podrían saber algo.

La rubia sonríe al ver como sus hijos tomaron impulso para poder alcanzar otros copos de nieve mucho más alto, pero se dieron cuenta de que había dos mujeres que los miraban desde lejos.

Los mellizos no tardaron en bajar y se acercaron a los lobos para esconderse detrás de ellos, Ivette fue con Seth y Jack fue con Leah. Los lobos comenzaron a gruñir al ponerse a la defensiva, ya que los pequeños estaban asustados.

—¿Quiénes son, mami? —pregunta Jack tras acercarse a su madre para poder tomar su mano.

—Creo que es tu tía Irina y tu tía Bella —responde Juliette, algo confundida.

Las dos vampiresas se miraron unos segundos antes de que miraran con rencor a Juliette.

La rubia deja una tierna caricia en la cabellera de su hijo, que comenzaba a tener algunos mechones de cabellos platinados como igual los tenía Ivette.

—Quédense con Seth y Leah —les pide la vampiresa a su hijo que asintió.

Jack se da la vuelta y camina hacia su hermana para tomar su mano, Seth y Leah se ponen a los lados de los niños sin dejar de gruñir.

—¡Irina! —grita Juliette sabiendo que tanto ella como la castaña podían escucharla—. ¡Bella!

Ambas miran una última vez a los niños y a Juliette antes de que se dieran la vuelta para desaparecer con velocidad, la rubia no duda en seguirlas, pero llega a un acantilado que daba hacia el mar abierto.

Juliette se acerca a la orilla confundida y se da cuenta de que tanto Bella como Irina saltaron sin pensar.

—Maldición —susurra la vampiresa, ya que tenía la intención de hablar con las dos.

La rubia se da la vuelta y regresa con sus hijos que se mantuvieron junto a los lobos, justo como ella les había pedido.

—¿Y nuestras tías? —pregunta Ivette tras acercarse a su madre.

—Tuvieron algo que hacer —responde Juliette con una ligera sonrisa—. Vamos, su padre nos espera.

La pequeña Ivette sonríe emocionada por la mención de su padre y no duda en darse la vuelta para caminar hacia Seth que inclinó su cabeza hacia ella.

Juliette sube a su hija al lobo de Seth y sube a Jack al lomo de Leah, estos comenzaron a caminar de regreso a la casa Cullen con la vampiresa siguiéndolos de cerca.

Al llegar, los niños no dudaron en correr hacia su padre, que se encontraba en la sala junto con Carlisle y Esme.

—¡Papá! —dicen los mellizos con emoción.

Edward sonríe encantado al escucharlos y los carga al mismo tiempo con agilidad, deja un beso en cada una de las mejillas de sus hijos a manera de saludo.

—¿Cómo les fue? —le pregunta Edward a Juliette.

Ella hizo una pequeña mueca con sus labios, pero se acercó a él para dejar un corto beso en sus labios.

—¡Papá! —se queja Jack indignado—. ¡Deja a mi mami!

El pequeño extiende sus brazos hacia Juliette para que lo cargara, esta terminó haciéndolo con una sonrisa en su rostro.

—Ella es mía —le reclama el menor a su padre mientras hacía un adorable puchero con sus labios.

—Hijo, tu madre fue mía primero —asegura Edward con una sonrisa divertida.

Juliette abre la boca sorprendida por esas palabras y no duda en darle un duro golpe en el pecho que lo hizo reír.

—¡Oye! —se queja la rubia indignada—. No digas eso enfrente de tus hijos.

—¿Cómo crees que fueron hechos? —pregunta el vampiro sin algún arrepentimiento—. No fue por arte de magia, campeón, tu papá tuvo que...

Juliette se apresura a cubrir la boca de Edward con una de sus manos mientras este la miraba con diversión.

—Ni se te ocurra —advierte la rubia en un susurro, mostrándole a su esposo como sus ojos cambiaron de color.

El castaño levanta una ceja y mira retador a su mujer.

—¿Cómo fuimos hechos, mami? —pregunta la pequeña Ivette con inocencia.

—Bueno, princesa, tu padre tuvo que agarrar a tu madre y tirar... —intenta explicar Emmett, pero Rosalie cubrió su boca con velocidad.

—¡Emmett! —le reclama la rubia aterrada.

—¿Cómo nos hicieron, mami? —pregunta Jack por su hermana mientras miraba con curiosidad a su progenitora.

—Bueno... —habla Juliette con algo de dificultad y luciendo bastante nerviosa—. Ustedes fueron hechos con mucho amor.

Los niños regresaron a verse unos segundos confundidos, pero terminaron por levantar sus hombros resignados.

Juliette fija su mirada en su esposo y lo mira amenazante, descubre la boca de Edward dándose cuenta de que este sonreía con burla.

Todos los presentes dirigieron sus miradas hacia el teléfono de la casa que comenzó a sonar de repente.

Edward y Juliette bajan a sus hijos que no dudaron en sentarse frente al piano, el castaño mira a su esposa unos segundos antes de que se sentara junto a sus hijos.

Carlisle se mantiene al teléfono por algunos minutos antes de que terminara por colgar y fijara su mirada en Juliette.

—¿Viste a Irina en el bosque? —le pregunta el patriarca de la familia a su nuera.

—No solo a ella, igual vi a Bella —confiesa Juliette con los brazos cruzados, sintiendo la mirada de Edward sobre ella.

—Al parecer, Tanya convenció a Irina de que viniera a reconciliarse contigo —le explica Carlisle.

Juliette hace una pequeña mueca con sus labios y analiza las palabras de su suegro.

—¿Por qué Bella vino con ella? —pregunta la rubia en voz alta.

—Tenía intenciones de disculparse junto con Irina —asegura Carlisle con algo de duda en su voz.

—¿A disculparse? —pregunta Juliette incrédula—. ¿Las dos?

—Tal vez cambiaron de opinión —intuye Edward mientras jugaba con el cabello de sus hijos.

Tanto Ivette como Jack se mostraban encantados por los mimos que les daba su padre.

—Ver a Seth y a Leah debió haber sido mucho para ellas —habla Esme mientras estaba sentada junto a Carlisle.

El hombre escucha las palabras de su esposa, pero deja el teléfono de la casa en la mesa de centro de la sala.

—Son familia —vuelve a hablar Carlisle con una ligera sonrisa en su rostro—. Ya volverán.

El patriarca de la familia Cullen mira a su esposa antes de pasar su brazo detrás de los hombros de Esme que le sonrió.

Todos se sumergen en un cómodo silencio hasta que Edward decidió tocar algunas de las teclas del piano, logrando llamando la atención de sus hijos y de su esposa.

Ivette y Jack siguen la melodía de su padre al mismo tiempo, haciendo sonreír a Juliette y a Edward.

El vampiro mira a su esposa unos segundos antes de comenzar a tocar el piano con delicadeza y elegancia, la hermosa melodía consiguió tranquilizar a toda la familia que escuchaba con atención.

Hermosas personitas les quería desear una feliz navidad🎄

Es muy probable que no suba capítulos mañana y la próxima semana ya que no me encuentro muy bien de salud, estoy enferma del estómago y apenas me dio tiempo de subir este capítulo. Espero que lo entiendan.

Entonces de paso les deseo un próspero Año Nuevo 🎆

Nos vemos hasta el 2021🎉

Los quiero❤️🥺

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹

Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.