⊱ ❝O72 | 𝑨𝒔𝒖𝒏𝒕𝒐 𝑷𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆❞

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Juliette comienza a bajar el tono de su voz al ver como sus hijos iban cayendo dormidos, ella deja de cantar poco a poco para apagar la luz de la habitación e intenta levantarse de la cama en donde estaba casi recostada, pero detiene sus movimientos al escuchar la voz de su hija.

—Mamá —habla la pequeña Ivette en un susurro y mira atentamente a Juliette.

—¿Qué sucede, princesa? —pregunta la vampiresa antes de acariciar el largo cabello de su hija, que tenía algunos mechones platinados.

—¿El tío Jasper y la tía Alice se fueron porque vamos a morir? —pregunta la niña con inocencia.

Juliette siente una presión en su pecho al ver la manera en que su hija la miraba, luciendo tan absorta del peligro en que la familia estaba.

—No, princesa, ellos se fueron para protegernos —le explica la vampiresa sin estar del todo segura—. Yo no voy a permitir que algo les suceda a ustedes o a su padre.

Juliette se inclina para dejar un pequeño beso en la frente de su hija que se acercó todavía más a su madre para poder abrazarla, la platinada se mantiene acariciando el cabello de Ivette al mismo tiempo que cantaba su canción de cuna.

Tras dejar a los mellizos dormidos, Juliette salió de la habitación en completo silencio e intentando no hacer tanto ruido.

La platinada se encamina hacia la sala para poder sentarse frente a la chimenea mientras tomaba la nota que Alice y Jasper habían dejado antes de irse, Juliette comienza a leer la nota una vez más mientras escuchar como Edward se acercaba a ella.

El castaño termina por sentarse a su lado, tomando una de sus manos con delicadeza.

—Se siente muy extraño —confiesa Juliette hacia su esposo—. Físicamente, siento que podría demoler un tanque; mentalmente, estoy agotada.

La vampiresa deja la nota sobre la mesa de centro y cierra los ojos unos segundos para poder aclarar sus ideas.

—¿Qué tal un baño? —le pregunta Edward con una pequeña sonrisa en su rostro.

Juliette abre los ojos y regresa su mirada hacia su esposo con una sonrisa burlona en sus labios, la platinada se inclina para dejar un pequeño beso en los labios de Edward que sonrió encantado.

El castaño deja de tomar la mano de su esposa para comenzar a subirla por el pecho de su esposa hasta llegar al cuello de su blusa en donde dejó una ligera caricia, Juliette sonrió al entender las intenciones de su pareja.

—Recuerdo muy bien como desnudarme sola, amor —susurra Juliette divertida.

—Sí, pero yo lo hago mucho mejor, dulzura —asegura Edward por lo bajo.

Ambos sonríe y se acercan al otro una vez más para besarse cortamente, Juliette regresa su mirada hacia la mesa de centro y toma la nota entre sus dedos para volver a leerla.

—Juliette —habla Edward hacia su mujer que regresó a verlo—. Desde que nos conocemos, he tenido la mala costumbre de subestimarte, cada obstáculo que has enfrentado antes de conocerme y después de hacerlo..., llegué a pensar que no lo lograrías, pero lo hiciste. Por ti todos están dispuestos a pelear, por ti, tenemos una hermosa familia.

La platinada sonríe enternecida por esas últimas palabras y se acerca a Edward para besar sus labios con amor, el castaño corresponde el beso gustoso hasta que se aleja de ella con delicadeza.

—Voy a preparar el baño —susurra el vampiro hacia su mujer que asintió lentamente.

Juliette deja un último beso en los labios de este antes de que se levantara para ir al baño de la casa.

La platinada regresa su mirada hacia la nota nuevamente y le da la vuelta a la hoja encontrándose con el nombre del libro, la inmortal levanta la mirada para buscar dicho libro en las estanterías de la sala y, al momento de encontrarla, utiliza su velocidad para quedar enfrente de este y poder tomarlo.

Al abrir el libro, Juliette se da cuenta de que faltaba una hoja al principio que parecía ser la nota que dejaron Alice y Jasper.

La platinada pasa la página y se da cuenta de que había una dirección junto con dos palabras más.

"Destruye esto."

Alice y Jasper se aseguraron de que solo Juliette recibiera el mensaje, ya que sabían que su mente estaría a salvo del don de Aro.

Juliette cierra el libro de golpe al escuchar como Edward se acercaba a la sala, tira el libro a la chimenea y ve como este comenzaba a convertirse en cenizas, pero finge mirar algunas fotos. La platinada se da la vuelta y le sonríe a su esposo antes de acercarse a él.

Al momento de quedar enfrente de Edward, no duda en enredar sus brazos en su cuello para poder besarlo.

—¿Vendrás conmigo, amor? —pregunta Juliette en un susurro antes de que se mordiera su propio labio inferior con ligereza.

Edward sonríe encantado por esa pregunta y asiente.

La pareja se besa con necesidad y, sin separar sus labios, comienzan a dirigirse hacia el baño de la casa. Al entrar a este, no pudieron evitar reírse en complicidad antes de que cerraran la puerta con agilidad.


—Me alegra que hayas podido hacer una pausa a tu entrenamiento —le dice Seth a Juliette mientras estaba sentado en el asiento de copiloto.

Jack e Ivette se encontraba en la parte de atrás junto con Jacob y Leah, Juliette conducía el auto hacia la casa de su madre en donde los estaban esperando ella junto a Charlie.

—Si no llevo a los niños, ellos vendrán a la casa —explica la rubia sin dejar de conducir—. Veintisiete vampiros que se alimentan mayormente de sangre humana y dos humanos..., no es una buena idea.

Todos se mantiene callados hasta que Seth se inclinó para quedar un poco más cerca de Juliette.

—Eso fue lo que le dijiste a Edward —recuerda el menor en un susurro.

La vampiresa no evita tensarse ante esas palabras, pero decide mantenerse callada para no decir algo inapropiado frente a sus hijos.

—Como sea, me alegra alejarme de esos apestosos chupasangres —confiesa Jacob mientras miraba por la ventana.

—Nosotros también —responden los hermanos Clearwater al mismo tiempo.

—Disculpa, mujer de hielo, ya sé que ellos son los buenos, pero, vamos... —vuelve a hablar Jacob tras inclinarse ligeramente y quedar cerca de Juliette—. Drácula uno y dos son..., escalofriantes.

Los adultos en el auto comenzaron a reírse por ese comentario, pero los mellizos se mantuvieron jugando con el don de Ivette.

Al momento de llegar a la casa de Jolie, Seth fue el encargado de bajarse para abrirle la puerta a su hija que dejó salir a los niños.

—¡Ahí están! —dice Jolie emocionada al reconocer a sus nietos que no dudaron en correr hacia ella—. ¡Pero cómo han crecido, mis pequeños!

Charlie sonríe al reconocer a los niños y él es quien carga a Ivette, mientras que Jolie cargó a Jack.

Juliette se baja del auto con una sonrisa en su rostro, pero deja la puerta abierta junto al motor encendido.

—Pueden pasar —asegura Jolie con una sonrisa en sus labios—. Está listo el almuerzo.

—Tenemos que decorar el árbol —le dice Charlie a los niños que aplaudieron emocionados.

—Yo tengo que resolver algunos asuntos pendientes —explica Juliette avergonzada—. No me tardo.

La rubia se acerca a Charlie y deja un pequeño beso en su mejilla a manera de despedida, hace lo mismo con su madre, pero no evita darse cuenta de como sus hijos la miraban confundidos.

—Pórtense bien y no hagan nada malo —le pide Juliette a los dos menores—. Seth, Leah y Jacob se quedarán con ustedes mientras yo resuelvo unos asuntos de adultos, ¿okay? Los amo.

Los mellizos asienten al mismo tiempo y la vampiresa se acerca a ellos para dejar un beso en sus mejillas.

—Y nosotros a ti, mami —dicen los pequeños al mismo tiempo.

Juliette se despide una última vez antes de subirse a su auto y tomar camino hacia la carretera que la llevaría a Seattle, se mantiene callada en todo el camino intentando tranquilizarse, pero da un pequeño salto en su lugar al escuchar como su teléfono comenzó a sonar.

La rubia mira el contacto y se da cuenta de que es Edward.

—Maldición —susurra la vampiresa nerviosa—. Mamá.

Duda unos segundos antes de contestar la llamada por medio del Bluetooth del auto, así evitaría un accidente.

—¿Sí? —pregunta al responder la vampiresa.

¿Dulzura? —pregunta Edward al otro lado de la línea—. ¿Por qué no te quedaste con los niños?

Juliette cierra los ojos fuertemente unos segundos antes de regresar su mirada en la carretera.

—Tengo que resolver unas cosas —explica la rubia antes de doblar a la derecha para entrar a las pocas transitadas calles de Seattle—. Dejé a los niños con Jacob, Seth y Leah en casa de mi madre, van a decorar el árbol junto con Charlie. Almorzarán todos juntos.

¿Es algo malo lo que tienes que resolver? —pregunta Edward confundido.

—Mm, no, pero tengo que hablar contigo cuando regrese —confiesa Juliette mientras tomaba fuertemente el volante del auto.

Está bien —termina por decir el castaño—. Ve con cuidado, dulzura.

—Sí, no te preocupes —habla Juliette, sintiéndose culpable por tener que ocultarte lo que pasaba a su esposo—. Te amo.

La rubia estaciona el auto en una plaza cerca de la ubicación que Alice y Jasper le habían dejado antes de irse.

Y yo a ti —responde Edward.

Ambos se despiden y terminan por colgar al mismo tiempo.

Juliette se mantiene en el auto varios minutos para intentar tranquilizarse, mira su reflejo por el espejo retrovisor y se da cuenta de como sus ojos cambiaron de color.

De un dorado hipnotizante, pasó a tener un azul claro brillante.

Gracias —habla Juliette entre sus pensamientos para cierta platinada.

Estamos juntas en esto, cariño —recuerda Snow—. Nunca te dejaré sola.

La vampiresa sonríe al escuchar esas palabras y termina por bajar del auto para ponerse su abrigo, toma su bolso, acomoda su largo cabello sobre sus hombros y comienza a caminar.


Más que una sorpresa son noticias, la mala es que... faltan pocos capítulos para que esta historia llegue a su fin🥺😭

Pero la buena noticia es que ya tengo otra historia de Edward Cullen en borradores, bueno no una, tengo como tres pero no las voy a subir todas de golpe porque no podré organizarme.

Espero que les estén gustando los últimos capítulos de Lombard y Cullen porque los hago con mucho amor para ustedes.

Nos vemos hermosas personitas❤️

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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