⊱ ❝𝑬𝑷𝑰𝑳𝑶𝑮𝑼𝑬❞

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Todos los amigos de la familia Cullen se iban despidiendo al tener que regresar a sus vidas luego del encuentro con los Vulturis.

Los Denali le abrieron sus puertas a Garrett que aceptó gustoso, ya que deseaba quedar junto a Kate.

Durante esos días, Juliette recibió un paquete de Italia que aparentemente era de Bella y que tenía por contenido dos cartas, una para la rubia y otra para Charlie.

El hombre, al enterarse de la muerta de su hija, decidió validar el regalo de Navidad que le dieron Juliette y Edward, queriendo superar la pérdida de su hija.

Los pequeños Ivette y Jack se encargaron de despedirse de todos de una manera inolvidable, obviamente, utilizando sus dones.

Edward se mantenía mirando a sus hijos a lo lejos que se estaban despidiendo de Senna a y de Zafrina, pero los hermanos Clearwater aparecieron a sus lados.

—Estarán con nosotros por mucho tiempo, ¿no? —pregunta Seth al fijar su mirada en la pequeña Ivette que le mostraba su don a Senna.

—Sí, por mucho tiempo —asegura Edward mientras le sonreía a sus hijos que regresaron a verlo—. Me alegra que tanto Ivette como Jack los tengan a ustedes.

El castaño regresa su mirada hacia Seth y Leah, pero termina por volver a fijar su atención en sus hijos que se tomaban de las manos.

—¿Te empezamos a llamar papá? —pregunta Leah con burla hacia el vampiro.

—No —responde Edward rápidamente perdiendo su sonrisa y su buen humor.

—¡Papá! —dicen los mellizos mientras se acercaban corriendo hacia el mencionado.

Este los abraza al mismo tiempo con una sonrisa en su rostro.

Juliette se acerca a ellos y toma la mano de Jack que seguía tomando la mano de su hermana, este extiende su don sobre su madre que le dio una ligera sonrisa.

—Sí —responde la rubia—. Ahora estaremos todos juntos.

La vampiresa se ríe un poco y abraza a sus hijos al mismo tiempo.

Alice mira la escena a lo lejos, pero no evita sonreír al poder tener una visión del futuro.

Ivette y Jack se encontraba frente a la playa La Push, pero los dos estaban acompañados de los hermanos Clearwater.

Ivette deja de tomar la mano de Seth para poder acercarse a su madre y darle un fuerte abrazo con una sonrisa en su rostro, Jack, por otro lado, deja de tomar la cintura de Leah para caminar hacia sus progenitores.

—¿Se han portado bien? —pregunta Juliette luego de terminar el abrazo con su hijo.

—Por favor, mamá, nosotros siempre nos portamos bien —asegura la joven castaña de mechones platinados, pero su comentario hizo reír a sus padres.

—Hola Seth, hola Leah —saluda Juliette hacia los hermanos que le sonrieron en respuesta.

Edward abraza a sus dos hijos antes de que tomara la cintura de Juliette para pegarla a su cuerpo.

—¿No han hecho nada malo? —pregunta la vampiresa hacia los mellizos que sonrieron inocentes.

—Mamá, ¿por quiénes nos tomas? —pregunta Jack con falsa indignación.

Juliette levanta una ceja sin perder su sonrisa.

—Son mis hijos, los conozco perfectamente —asegura la mujer—. Además, son iguales a mí.

Ese último comentario hizo reír a los mellizos y a Edward, que negó ligeramente antes de que dejara un corto beso en la sien de Juliette.

Alice sonríe al terminar de ver su visión, pero siente la mirada de Edward sobre ella, dándose cuenta de como este sonrió al poder leer sus pensamientos.

—Tienen prohibido acercarse a Seth y a Leah hasta los veinte —dice el vampiro hacia los mellizos que abrieron sus bocas indignados.

—¿Por qué? —pregunta Juliette, confundida por tan repentina decisión.

—¡No seas exagerado, Edward! —grita Alice desde la distancia—. ¡Falta mucho para eso!

La vampiresa de corte pixie gritó eso último porque sabía que Edward pudo ver que el primer beso de sus hijos sería a los quince años.

—Mamá —hablan los pequeños al mismo tiempo—. ¿Podemos jugar con Snow?

Juliette pone los ojos en blanco y mira indignada a sus hijos que sonreían inocentemente.

—Quieren más a Snow que a mí, par de traidores —asegura la rubia, pero ve como sus hijos negaron rápidamente.

La rubia termina por sonreír y cierra los ojos para dejar que Snow tomara el control de su cuerpo.

—Hola, pequeños demonios —saluda la platinada con diversión hacia los mellizos que comenzaron a reír—. ¿Extrañaron a su tía favorita?

Tanto Jack como Ivette se rieron y asintieron al mismo tiempo.

Snow e Ivette mueven sus manos haciendo que varios copos de nieve comenzaran a caer del cielo, los pequeños niños comenzaron a correr para intentar atraparlos, pero la platinada dejó de tomar el control del cuerpo de Juliette.

La rubia le sonríe a su esposo y disfruta de la manera en que este la abrazaba por la cintura, pero igual del dulce beso que dejó en su mejilla.


Juliette se aleja de los labios de Edward con una sonrisa en su rostro, juega con el cabello de este mientras que los dos se mantenían sentados en un prado cerca de su hogar.

—Quiero mostrarte algo —confiesa la rubia con una sonrisa luego de asegurarse de sus hijos seguían jugando.

—¿Qué cosa? —pregunta Edward confundido, pero no pierde su sonrisa.

La vampiresa sonríe antes de cerrar los ojos, controla sus pensamientos y deja que su propio don llegue a Edward, mientras que algunos mechones de su cabello tomaban un color platinado.

Poco a poco, en la cabeza de la pareja de vampiros, comenzaron a pasar todos sus recuerdos juntos, desde que se conocieron por primera vez, hasta el día de su boda.

—Me llamo Juliette Lombard Denali —habla la neófita tras entrar a la sala y queda en medio de los patriarcas del clan Denali—. Es un placer conocerlos a todos.

Edward se mantuvo admirando a Juliette por varios segundos, hasta que decidió acercarse y quedar enfrente de ella para tomar una de sus manos con delicadeza.

—Eres tú —susurra el castaño con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Sí —responde Juliette con el mismo tono de voz, pero lucía confundida—. Soy yo.

La pareja de vampiros no pudo evitar reírse al poder ver ese recuerdo un tanto vergonzoso, pero que seguía formando parte de su historia.

El recuerdo cambia y ahora los dos pueden ver el primer beso que tuvieron, cuando Juliette le contó a Edward sobre su pasado y este no la juzgó.

Ambos pudieron ver el recuerdo de cuando llegaron a Forks junto a todos los demás miembros de la familia Cullen.

Aparece el recuerdo de cuando Juliette pudo liberarse del tormento y de su pasado con Jerome, la sensación que tuvo ella al poder ver a Edward después de estar varios días secuestrada junto a Rosalie.

Igualmente, pueden ver cuando los dos se graduaron de la preparatoria, cuando Juliette logró entrar a la Universidad e incluso cuando Edward le pidió su mano en matrimonio.

La imagen vuelve a cambiar y se muestra el momento en que Juliette se graduó de su carrera universitaria con honores.

Segundos después, aparece el recuerdo de su boda, cuando se prometieron amor eterno frente a todos sus familiares y amigos.

La primera noche juntos como marido y mujer en donde se entregaron totalmente al otro.

El momento en que los dos supieron que Juliette estaba embarazada.

El último recuerdo que se muestra es a la pareja de vampiros mirando a sus hijos jugar en la nieve totalmente felices.

—¿Cómo hiciste eso? —pregunta Edward sorprendido una vez que su esposa dejó de utilizar su don.

Juliette le sonríe y baja la mirada un poco avergonzada.

—Snow me ayudó a hacerlo con mucha práctica y con varios muebles congelados —le confiesa ella al levantar la mirada y ver fijamente al castaño—. Ahora saber que nadie ha amado a alguien como yo te he amado a ti.

—Hay una excepción —susurra Edward en respuesta con una sonrisa en su rostro.

Juliette enreda sus brazos en la nuca de su esposo y suelta un bajo gemido de satisfacción al momento en que este se inclinó para que los dos se besaran con necesidad.

Tras pasar algunos minutos, Edward se aleja de su mujer con una sonrisa en sus labios.

—¿Me muestras otra vez? —pregunta el castaño con diversión.

Juliette sonríe y niega bajando la mirada avergonzada unos cuantos segundos, hasta que volvió a verlo fijamente.

—Tenemos mucho tiempo, amor —asegura la rubia al mirar los labios de su pareja unos segundos.

¿Para siempre, dulzura? —pregunta Edward en un susurro.

Para siempre, Edward —asegura Juliette por lo bajo.

Ambos se vuelven a acercar al otro para besarse una vez más, cerrando su promesa, escuchando las risas de sus hijos a la distancia.


¡Y se acabó!

Les juro que en este momento estoy llorando a mares, una historia menos T^T

¡Soy libre! ¡Sí pude terminarla sin morir del estrés en el proceso!

🌹𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌹


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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