Capítulo Siete

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Ya habían pasado unos días desde mi cumpleaños, los rumores no se detenían, cada cosa que decíamos o hacíamos era usada contra el otro.

Todos creían que salíamos pero que simplemente no habíamos confirmado nada.

—De verdad me alegra que hayas venido— arreglé mi cabello un poco.

— ¿Ah, sí? Chris vendrá más tarde— me preguntó ella, asentí mirándola.

—Ya me había avisado— me pausé un rato —Siento que voy a morir— eché mi cabeza hacia atrás, aún con mi vista clavada en ella.

Estaba realmente agotada de pensar tantas cosas, se había vuelto divertido seguirle el juego a los fans con respecto a sus suposiciones y nuestras interacciones, pero estaba confundida.

— ¿Así de repente? — empezó a reír animada, por supuesto que contagiándome.

Estar con ella de cierta forma me hacía sentir calmada y olvidarme de muchos de esos pensamientos que no me dejaban en paz.

—Él te gusta— concluyó con tan sólo mirarme.

—Me conoces muy bien, sinceramente sí, mucho— ella rio al ver mi cara de pena —Pero no va a pasar.

— ¿Y por qué? 

—Para él sólo son bromas— me encogí de hombros.

— ¿Estás segura de ello? 

—Pues, es que no lo sé, fuera de cámaras no se ha mostrado tan interesado como en el programa o cuando habla con sus fans— me empecé a desesperar, ella miró a otro lado y empezó a hacer sospechosas muecas, pero ni le presté atención.

Durante una transmisión si decía que yo le gustaba o le parecía agradable, después de esta, estando a solas o únicamente con nuestros amigos, él fingía que no había dicho algo y se burlaba de mí, como si fuera lo más entretenido del mundo.

—Te equivocas— comenzó a reír.

— ¿A qué te refieres? — levanté mi voz, la emoción fue inevitable no mostrarla.

Sonrió con superioridad como si fuera la chica más lista del mundo.

Bueno, podía serlo, pero no era de sus características más destacadas.

—Chan te contó algo ¿No? — murmuré divertida.

Era más que obvio que él tendría que decirle algo.

—Pero él no se puede enterar que yo te dije ¿Bien? — mencionó.

—Sí, está bien, espera— me puse de pie y observé fuera de mi apartamento que aún no viniera —No viene, empieza.

—Me contó acerca de una canción, él y Minho la escribieron, esta habla de que cuando ama se siente como un niño ¿Y has visto cómo los niños pequeños se burlan de las niñas y son groseros con ellas para llamar su atención? Quizás él sea como un niño contigo, por eso todo el tiempo se burla de ti y en otras ocasiones te llama tonta o pendeja, y sí lo eres, pero ese no es el tema ahora, el punto es que tal vez esa canción podría ser para ti— concordó mirándome por el rabillo.

¡Oh. Mi. Dios!

Sentí el calor subir por mis mejillas, de cierta forma me emocionaba la idea.

—Me dijo que veía a Minho muy enamorado— agregó.

— ¿En serio? ¿Qué dijo exactamente? 

—Pues...— entonces la puerta se abrió haciéndonos pegar un brinco aterradas.

—Amor, prometiste no decirle a nadie— soltó pequeñas risitas en plan te atrapé.

— ¡No oíste nada! — levanté mis manos en defensa.

—Estaban hablando de Minho— acusó acercándose a nosotras.

—Oh, entonces sí oíste— me rendí.

—Un minuto ¿No podías negarlo y decir que oyó mal? — Lisa me miró mal, hice una mueca.

—Oh, eso habría sido mejor— asentí de acuerdo.

—Lo siento, es mi mejor amiga y también está enamorada, no se lo podía ocultar— caminó hacia él y se colgó de su cuello haciéndole pucheros.

— ¡Wow, yo jamás dije enamorada! — aclaré abriendo mis ojos en grande.

Él soltó una risa y rodeó su cintura con sus brazos, dejando un besito en su frente.

Fue tan tierno.

Hablar de mí se convirtió en algo del pasado cuando empezaron a hacerse mimos y bromas el uno al otro.

—Oigan estaba bonito cuando se dieron un besito en la frente bien tierno, pero ya cálmense ¿No? — los regañé.

Rieron un rato y fui a preparar palomitas mientras se ponían al día.

La mayoría del tiempo se veían en mi apartamento o conmigo de intermedio, ya que no era posible que salieran solos, que ella lo visitara o viceversa.

La popularidad de Lisa y en gran parte su compañía la presionaban para que sea vista como una soltera inalcanzable. Por otro lado, Chan era el líder de su grupo, todos lo verían menos profesional si dejaba que su relación se revelara, entonces sería un problema muy grande.

De verdad sentía pesar por lo mucho que sufrían al tener aquella ocupación que exigía tanto, que humanos actúen en contra de sus sentimientos y preferencias era demasiado insano para cualquiera.

Lisa me había comentado algunas veces, cómo había pensado en darle fin a todo, por la cantidad de días que no podían verse o siquiera llamarse, era difícil.

Y admiraba que la relación entre ambos siguiera siendo fuerte a pesar de todas esas adversidades.

—Bueno inviten ¿No? — murmuré cuando los vi acurrucados en mi sofá besándose.

— ¡Ay Dios, t/n! — Lisa levantó su mano y me dio un manotazo en el trasero.

Chan ni siquiera se sorprendió, ya se había acostumbrado a ese tipo de bromas entre ambas.

—Perdón perdón, pero no era necesario ser tan tosca— lloriqueé, me senté a lado de ellos y me puse a revisar mi celular.

—Por cierto ¿Qué canción sacarán? —

—No puedo darte mucha información ya que me gustaría que te sorprendas, pero su nombre es — aseguró —Estamos preparando todo y en unos meses nos vamos a Estados Unidos por este KCON que se realizará en New York.

— ¡Vaya, eso es genial! — aplaudí emocionada.

—Lo es— asintió.

—Ouh, yo quisiera ir— Lisa hizo un puchero evidenciando su tristeza.

—Si estás libre para ese tiempo podrías ir y yo te acompañaré— me ofrecí.

—Si van en secreto hasta podríamos salir evitando sospechas— Chan le tomó la mano y la acarició con cierta ternura.

—No creo que sea posible, mi agencia no me dejará viajar hasta que sean mis vacaciones— se encogió de hombros.

—Tu agencia es una basura, la odio— puse mis ojos en blanco.

—Mis fans no están más que de acuerdo con eso— ella se tomó mi comentario con gracia, su celular sonó —Y hablado de trabajo...— lo tomó y lo miró unos segundos —Nos vemos luego, bebés— se despidió de ambos, obviamente de Chan con un beso.

— ¿Qué deberíamos hacer ahora? — se echó en el sofá.

—Cómprame la cena— lo miré con una sonrisita.

—Me recuerdas mucho a Hannah— había dicho aquello con un tono cariñoso, pero ciertamente escondía algo de melancolía.

—Llorón, está bien, te invitaré yo— rodé mis ojos levantándome del lado del sofá en el que estaba para buscar mi bolso.

—Descuida, creo que Minho ha hecho la cena, vamos, puedes comprar cerveza mientras vamos hacia allá— se encogió de hombros.

—Ay, eres un descarado— murmuré con cansancio, lo escuché reír. Salimos de mi departamento, obviamente ambos con gorra.

Para mi pésima suerte Chan se había cogido una gorra que no era la suya aquel día.

¿Ya adivinaron quién era el dueño?

Exacto, Minho.

Por lo que al día siguiente aparecieron nuevas fotografías, de mi y de Chan, con la gorra de Minho y la sudadera negra de una de sus giras, ambos saliendo de mi edificio.

¿No es gracioso?

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