𝔗𝔥𝔦𝔯𝔡 ℭ𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯

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— Me temo que solo hay sitios para dos en cada pira - comento uno de los Ancianos mientras me miraba junto a Tedros y a la pareja de Jackson y Agatha - Las madres observaran antes de que llegue su turno.

Por las sombras pude ver como Muerte, el gato de Agatha se escapaba hacia el cementerio, con un pergamino en su boca y parecía que llevaba colgando un cofre... ¿El cofre de mi mamá?

Luche con desesperación intentando de desatarme. No quería morir así, menos si las personas que amaba lo harían después.

Sí... mi madre junto a la señora Callis hubiera llegado un poco más tarde, entonces ya estaríamos en la escuela... estarían a salvo...

Desde que tenía uso de razón, creyeron que era una bruja, junto a mi madre por maldecir a mi padre y "hacer" que muera cuando estaba una amante...

Ahora moriría cómo una...

Lo único que parecía hilarante de la situación es que lo mismo niños que decían que era una bruja de los cuentos ahora se sorprendían al ver a Jackson y Tedros pensando que eran príncipes.

— Pero no somos salvajes - añadió un Anciano - Primero tendríamos que conocer a nuestros invitados del bosque - los miro a ambos - ¿Cómo se llaman, queridos?

Unos guardias les sacaron la mordaza.

— ¡Si las tocan los mataré! - exclamo Jackson furioso - ¡¿Lo oyeron?!

— ¡Suéltenla malditos desgraciados! - grito Tedros

— Ah, ya veo... Durante más de doscientos años los visitantes del bosque han secuestrado a nuestros jóvenes y destrozado nuestros hogares. Durante más de doscientos años no han traído más que dolor y sufrimiento para nuestras familias. Y ahora están ustedes, los primeros que tenemos frente a nosotros y aseguran proteger a dos de los nuestros... un giro realmente inesperado - solo miraba a Tedros rogando por ayuda, no tenía magia y no podía hacer nada - Pero, tal vez si habrá clemencia, porque solo el más duro de los corazones se puede resistir al amor joven.

Toda la multitud paso a tener corazones de piedra para obtener su venganza por todos estos años de dolor. Sin embargo, cuando vi a los Ancianos parecía que tenían unas sonrisas casi amistosas

— ¿Nos dejará vivir? - pregunto Tedros

Mi corazón latió con fuerza por dolo tener la esperanza de vivir y que también lo hagan las personas que amo.

— Son jóvenes y apuestos, con toda una vida por delante - uno de los Ancianos camino hacia ellos - Cuéntame sobre quienes nos atacaron y los dejaremos libres.

Conocía ese tono. Lo habían usado cuando prometieron cuidar a... Sophie y la dejaron a su suerte en el bosque.

Intente de acercar mi mano a la Tedros, no tenía que decirle nada a los Ancianos, no si queríamos estar vivos.

— Tedros. Mi nombre es Tedros. — proclamo el príncipe solo acariciando mi mano e ignorando las "señales" que le daba

Me asusté ante lo que dije que lo apreté con más fuerza.

— ¿Y cómo conoces a nuestra linda Violet? Sería muy bueno que nos hablaras también de cómo tu amigo conoció a la encantadora Agatha, porque parece que le comió la lengua el gato.

— Ella es mi princesa - dijo mientras me miraba y acariciaba mi mano - Pronto será la reina de Camelot y pariente del rey Arturo, de modo que sugiero que nos suelten a todos de inmediato.

La turba calló, los niños agarraron sus libros emocionados buscando en donde salía la historia del rey Arturo.

— No sé qué le vio a ese principito, yo soy mil veces mejor - comento Radley, arreglándose el pelo

— Más bien, él debe de estar ciego para salir con esa bruja - rio otro - Tiene pésimos gustos o no habrá muchas opciones en el bosque.

— ¡Príncipes de carne y hueso! - exclamo un Anciano retrocediendo un paso, como si se viera obligado a reconocer la posibilidad de un mundo más grande que el suyo - ¿Y a qué debemos este honor?

Luche lo más que podía para intentar de darle señales a Tedros que se detuviera y no siguiera con su juego.

— Nos llevaré, a los seis, a mi castillo en el bosque - testifico Tedros con los ojos fijos en los Ancianos - No representamos ninguna amenaza para su pueblo.

— Sin embargo, solo hace unos meses, hemos sufrido el ataque de asesinos del bosque - la muchedumbre empezó a chillar a su atrás - Ataques de los cuales aún no nos hemos recuperado

— Tranquilos, los ataques han cesado. Su pueblo está a salvo - replico Tedros

Le apreté la mano aún más fuerte, pero lo ignoraba. Mire a Jackson con una súplica para que arreglara las cosas. Él lo entendió.

— Si - tartamudeo Jackson - Nosotros los hemos salvado

— ¿En serio? ¿Cómo se supone que lo hicieron? ¿Y cómo saben de los ataques? - se burló un Anciano

Mire a Jackson, el cual estaba nervioso, y cuando parecía que quería solucionar lo dijo, Tedros lo interrumpió.

— Lo sabemos porque yo los he ordenado - respondió el príncipe

Me quedé helada, al igual que los demás...

Toda la multitud callo y Jackson intento de ir hacia Tedros para golpearlo, pero sus ataduras no lo dejaban.

— Bien, ya sabemos todo lo que necesitábamos saber sobre nuestros queridos huéspedes, ¿verdad? - esbozo una sonrisa el Anciano, paso junto a Stefan y a su acompañante - Quemen a las brujas primero

La muchedumbre estalló en gritos y rugidos.

— ¡Pero él lo ha prometido! ¡No nos harían daño! - grito Tedros

El Anciano miró hacia atrás mientras bajaba las escaleras.

— Cada historia tiene una lección, ¿no es así joven princesito? Quizá la tuya sea que estás demasiado grandecito para creer en cuentos de hadas.

Pude mirar como Tedros y Jackson chorreaban sudor mientras los guardias volvían a amordazarlos. Desesperados, intentaron de liberarnos, pero solo consiguieron que la cuerda se ajustara más.

Busque desesperadamente a mi madre, solo para saber si la vería una última vez.

Mire a quién me iba a matar, era Charles, un antiguo amigo de mi tía, desde que ella desapareció, mi madre dice que se comportó muy diferente y fue uno de los mayores seguidores de los Ancianos.

Lo extraño es que solo se quedaba paralizado mirando, a veces me miraba cuando paseaba por el pueblo, pero ahora era mucho más raro. Tal vez podría salvarme...

— ¿Algún problema Charles? - pregunto un Anciano

— ¿Stefan? - cuestiono otro Anciano - ¿Quizá debamos reemplazar a nuestros prisioneros por tu nueva familia?

Unos guardias retuvieron a Jacob y a Adam en medio de la multitud.

Él volvió a ensombrecer su mirada. Mire a Charles

— Te pareces tanto a ella... — susurro Charles - Es una lástima que ella se haya ido, así ya no tengo una razón para salvarte - comento con dolor

Él extendió su mano para sujetar una antorcha llameante. Intente de apartarme de la intensa llama, cuyo humo me cegó.

Podía oír los chillidos ahogados de Tedros y Jackson, los evos de la horda que gritaban, pero todo eso se veía cubierto por el furioso fuego de la antorcha, que parecía una serpiente endemoniada.

— Por favor... — le supliqué

Charles no apartaba la mirada aún y tenía su mano temblorosa. Haciendo que la llama llegue a mi vestido y queme pedazos de este.

— Charles - insistió un Anciano con voz amenazadora

El hombre asintió, con una mezcla de sudor y lágrimas. La multitud calló cuando él se acercó aún más a la pila. Levanto la antorcha hacia arriba de mi cabeza, las llamas estaban a punto de lamer la madera.

— ¡Lléveme a mí! - exclamaron dos voces a la vez, las cuales conocía muy bien. La señora Callis... y mi madre.

— ¡Por favor, Stefan! ¡Déjame morir con ella!

— ¡Char! - grito mi madre - ¡Por favor! ¡Por ella!

Charles se quedó inmóvil.

— Son los últimos deseos de sus madres. Póngalas junto a las traidoras de sus hijas y observemos como la piel de ambas se derriten. Merecen morir juntas, ¿no?

No... ella no...

Intente de zafarme de mis ataduras para no permitirlo, pero mientras más me esforzaba, más apretadas eran las ataduras.

— ¡Rápido! - sentencio el Anciano

— ¡NO! - grité con todas mis fuerzas

Ella no podía morir, no.

Los guardias la capturaron y amarraron su cintura a la pira. Con impotencia, Tedros tiró de las cuerdas y sus venas parecían querer reventarse.

— No... — Sollocé - Tú no tienes que estar aquí... Todo es mi culpa, lo siento...

— Tranquila, cariño. Todo va a estar bien, solo cierra los ojos. Tranquila, ¿de acuerdo?

Volví a mirar a Charles que miraba a mi madre con intriga, ella le guiño el ojo y se calmó, incluso parecía tranquilo.

Avanzó y la llama alcanzó la llama entre mi madre y yo. Finalmente, me miro con una tristeza notoria en sus ojos.

— Te pareces tanto a ella... tanto que me parece imposible y doloroso hacer esto. Si alguna vez, te la encuentras más allá de este mundo... dile que siempre la quise. Que la ame.

— Ahora, Charles - ordenó un Anciano

Todo se terminaba...

Agarre la mano de Tedros, mientras recostaba mi cabeza en el hombro de mi madre, como cuando era pequeña...

— Lo siento - murmuro Charles - ella me odiaría por esto

— Ambos sabemos que no lo haría - le contesto mi madre con nostalgia - Tranquilo.

— No puedo, la niña se parece tanto a ella

— Siempre pensé lo mismo - rio mi madre - Es tan hermosa como ella

— Lo siento - sollozo Charles

— Debes hacerlo

— ¡Ahora! - grito un Anciano

Sin mirar, Charles arrojo la antorcha hacia nosotras.

No podía morir, no sí, mi madre moría conmigo.

Mi madre un dedo desde abajo de sus ataduras y lanzó un rayo azul hacia la antorcha. El fuego se tornó azul y reboto de la pira como un cometa, lanzando a Charles de la plataforma. Pude ver como también como Stefan caía, mientras el lado de la plataforma de Agatha está rodeado por un fuego verde. Luego se tornó un círculo de fuego en el escenario, dejándonos adentro, lanzando a los guardias y Ancianos al suelo.

Apenas pude reaccionar cuando mi madre cortó mis cuerdas con su daga, teniendo un reloj grabado en la empuñadura dorada y unas estrellas en la punta.

Ella rompió las cuerdas de Tedros con... su dedo encendido.

Aturdida miré a mi alrededor, viendo que la señora Callis le decía algo a Jackson y Agatha. Pronto, mi madre me sacó del trance hablando por encima de los gritos de la multitud.

— Cariño, el hechizo es corto asique escuchen con atención. Stefan siempre nos ayudó, apenas desaparecieron, hicimos un plan con él para mantenerlas a salvo de los Ancianos si regresaban, por suerte, Charles en el último momento nos ayudó. Tienes que cuidar a Sophie, es lo menos que podemos hacer por él, ¿me oyes?, es lo correcto. Ahora corre hacia Graves Hill con Agatha y Jackson lo más rápido que puedas...

— Tú... ¿Cómo es posible? - susurre confundida, pero ella me agarro la cabeza con sus manos

— Tranquila, todo se resolverá a su tiempo. Toma - me dio su reloj de bolsillo - Ábrelo cuando sea el momento, ¿me entendiste?, solo cuando lo sea. Vayan a la tumba entre los dos cisnes. Allí encontrarán ayuda. Encuentren esa tumba, rápido.

— ¿Y tú? - tartamudeé

— Los alcanzaré, te lo prometo. Solo tienen que estar lo suficientemente a salvo.

En ese momento, el círculo verde y azul a nuestro alrededor se empezaba a caer, el hechizo estaba a punto de finalizar.

Bajo la luz del grandioso fuego, pude ver a Charles y Stefan aturdidos pero ilesos. Levante mi mirada y vi como los guardias estaban corriendo alrededor de la plataforma con sus lanzas, directo hacia nosotros.

Mi mamá me volvió a sujetar la cara entre sus manos.

— No miren hacia atrás. Hagas, lo que hagas no mires atrás, te prometo que te alcanzaré, solo recuerda cuidar a Agatha, ella lo necesitará. Te amo.

En un parpadeo, Tedros me arrastro hacia el borde del escenario para alejarnos de los guardias que venían por nosotros. Tedros me abrazo y saltamos de la plataforma.

Miré a mi madre, quien me sonrió tranquilamente para dejarme ir.

Caí en el lodo, Tedros me agarro de la muñeca, arrastrándome hacia las puertas del pueblo.

Delante de nosotros estaba Jackson, quien cargaba a Agatha porque se había torcido el tobillo.

— No puedo dejarla - sollocé - No la voy a dejar

Quería volver para ayudarla, pero mi cuerpo se movía por sí solo, sentía que lo único que podía hacer era correr, aunque no quisiera, aunque no lo deseara, solo eso hacía.

— No mires atrás - dijo Tedros con dificultad mientras me sujetaba y corría con todas sus fuerzas - Eso es lo te dijo. Confía en tu madre, Violet. Ella es lo suficientemente fuerte para escapar con la madre de Agatha.

Se oyeron los gritos de los guardias... estábamos cada vez más cerca...

No tenía que mirar atrás, no podía, no debía. No tenía que mirar atrás...

No. Tenía que hacerlo.

Mire hacia atrás, tres guardias saltaban la pared de fuego hacia la señora Callis, mi madre intentaba de evitar los demás ataques, sin embargo, Callis se quedó inmóvil al ver que las lanza estaba a punto de atravesarla.

— No...

Voltee a ver a Tedros con miedo.

— ¡NO! - chillo Agatha

Volví a mirar... Callis estaba en el suelo... muerta...

No... ella no...

Agatha cayó de rodillas frente a nosotros, Callis se había sacrificado... tenía que ayudar a Agatha. Antes que pueda moverme, Jackson le sujeto la mano y siguieron corriendo mientras de sus ojos brotaban lágrimas. Tedros me sostuvo más fuerte y corrió, corrió tan rápido que pensaba que me iba a caer en cualquier momento.

Voltee una última vez. Tenía que ver si madre estaba a salvo.

Todos los guardias estaban siguiéndonos, mientras mi madre estaba adelante de ellos, intentando de detenerlos...

En eso se aproximaron más guardias con sus hachas, antorchas y lanzas. Mi madre estaba evitando sus ataques, convirtiendo cada arma en flores, usando los sonidos como una fuerza de energía contra ellos. Mientras más peleaba, más se debilitaba.

Pronto sus hechizos dejaron de funcionar y agarró una de las lanzas de un guardia vencido, intentando de defendernos y hacer tiempo. Sin embargo, estaba muy débil para seguir luchando por mucho tiempo, intente de ir hacia ella para ayudarla, pero el fuerte agarre de Tedros no me dejaba.

— ¡Suéltame! - grité con enojo - ¡Tengo que ayudarla! ¡Puedo hacerlo!

— ¡Vi, no! - se alarmó Tedros intentando de jalarme, pero yo no me movía.

Al estar aturdido, pude soltarme de él y empecé correr hacia mi madre, aunque se encontraba muy lejos, podía llegar tiempo...

— ¡Mátenla! ¡Maten a la bruja! - grito un guardia

Al ver que mi madre se cayó en una pelea.

Ella quiso levantarse, pero apenas lo hizo, un guardia se acercó a ella apuñalándole en el estómago.

— ¡NO! - grité con todas mis fuerzas, con una voz desgarradora

En eso ella cayó...

Otro guardia, le clavo el hacha por todo su pecho, sin una dirección fija. Salía sangre... de su boca...

No podía... No... podía hacer algo...

Intente de correr, pero no podía.

Me derrumbé en el suelo, mientras los ojos se me nublaban y mi corazón dejaba de latir

— No... no, no, no - empecé a decir sin parar mientras miraba el suelo - Ella no... no podía... No... no, no, no... ella...

Sentí como todo se detenía, como si no hubiera aire, como si no hubiera lugar en donde pisar, como si no hubiera nada.

Ella no... Estaba bien. Estaba bien y salvo.

Por más que quería que fuera verdad, algo en mí me decía que no lo era...

Poco a poco, empecé a sentir el lado en mis rodillas y el pasto en mis manos. Empecé a sentir un aturdimiento que dio pase a un dolor interminable e insoportable, como un puñal filoso que siempre estará más profundo.

Grite. Grite con tantas fuerzas que cuando termine me dolía la garganta, que sentía que ya no tenía voz, pero no podía parar, al igual que mis lágrimas.

Ellos podían haberla atacado, atacado solamente sin hacerle tanto daño, no tenía por qué hacerlo.

Me levanté con las últimas fuerzas que tenía y fui hacia ellos, sin ningún arma, sin nada. Al final, fueron ellos los que me dejaron así, sin familia, sin nada.




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Holi, ¿Cómo están?

Espero que les haya gustado <33

Disculpen por la tardanza (de nuevo)

No pude subir el nuevo fic por temas personales, pero pronto lo haré 

Muy probablemente hallan nuevas actualizaciones

No se olviden de comentar, votar y tomar agua <333

PDT:  ¿Ya vieron la nueva película de Spiderman? Es increíble


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