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¿Por qué Chin Hwa era tan listo? ¿Por qué siempre encontraba un lugar en específico para golpearlo internamente? ¿Por qué no podía olvidar a Min Ki?

—Es que... si me lo hubieras dicho posiblemente hubiera trabajado desde días antes. No sabes el tiempo que estuve para prepararme mentalmente, eso de ver a Min Ki en la escuela me pone de malas, ahora, pensar que su presencia esté cerca de mí provoca que me den ganas de vomitar. Es un alivio que haya renunciado.

—Si tú dices eso...

Han Gil abrió la boca para volver a quejarse, pero el rubio ya había tomado sus cosas para luego salir de la cocina. Dejando al pobre chico bastante confundido y con muchas cosas por decir.

🏔

El tiempo había pasado lentamente, el castaño tenía que volver a la misma dinámica de siempre, a pesar que sólo pasaron algunos días sin trabajar, se sentía un poco raro. Ya no era pasar las tardes en casa para elaborar los diversos problemas de matemáticas, ahora tenía que poner atención en las ordenes de los clientes, limpiar, llenar los condimentos, ir a bodega, etc.

Solo quería que el tiempo pasará lo más pronto posible para encontrarse con Dong Sun. Ese chico que lentamente estaba robando su corazón.

Pero estaba claro que Han Gil es un poco despistado para darse cuenta de ello.

—Bien chicos, han trabajado duro. Pueden ir por sus cosas, yo los espero afuera.

Todos los empleados asintieron e ingresaron a la cocina para darse un cambio de ropa y tomar sus pertenencias. En cambio, Han Gil se quedó con su jefe.

—Disculpe, ¿Podría tomar el teléfono? Necesito marcar a mi casa.

—Claro, no hay problema.

El chico se acercó al mostrador y tecleó rápidamente, esperando que del otro lado de la línea contestaran. Vio como sus compañeros de trabajo pasaban a un lado de él cansados, sin dudarlo se despidió de cada uno de ellos hasta toparse con el rubio quien, solo artículo un "nos vemos" para después salir del restaurante.

—¿Hola?

—Abuela, es Han Gil.

—¡Hijo! ¿Te paso algo? ¿De dónde estás hablando?

—Pedí el teléfono del restaurante, abu... —Miró detrás de él, confirmando como el hombre caminaba de un lado a otros mientras jugaba con las llaves. —Solo marcaba porque saldré con Dong Sun, iremos a dar una vuelta por la plaza.

—¿Dong Sun?

—El chico alto que vino junto con su amigo, Namjoon.

—Oh, sí, sí... —dijo inmediatamente. —Es el chico risueño, ¿verdad?

—Sí, ese. —Rió. —No quiero que Yori piense que me paso algo malo.

—Está bien mi niño, yo le digo.

—Gracias abuela, nos vemos más tarde.

—Bien.

Luego de eso colgó y a la velocidad de la luz corrió hasta su casillero para realizarse un cambio de ropa, tomó sus pertenencias y caminó hasta la salida. El aire fresco golpeó ligeramente su rostro, haciendo que su cuerpo se relajara. El hombre cerró la puerta con algunos candados y luego se dirigió al chico.

—Por allá hay alguien que te está esperando.

Apuntó con su barbilla detrás de él, el castaño se giró y pudo darse cuenta que se trataba de Dong Sun, ambos sonrieron al encontrarse.

—Oh, sí. Es un amigo —contestó algo tímido.

El hombre rió. —Entonces... nos vemos mañana, duerme bien.

—Igualmente señor. —Se despidió sonriente para después girarse sobre sus talones y correr en dirección al mayor.

Por parte del moreno, deseaba tanto recibirlo como en las películas románticas, películas las cuales la mujer corría a los brazos de su hombre para luego darse un apasionado beso. Como extrañaba esos tiempos en el que su mundo solo se basaba en Han Gil, en sus manos, ojos, labios, piel, todo. Tenía el privilegio de tenerlo entre sus brazos, ahora, estaba luchando para que eso volviera a ocurrir.

—Hola.

—Hola —contestó Dong Sun mientras sonreía.

—¿Llevas mucho tiempo aquí?

—Uhm... Un poco, solo que no quería interrumpir tu hora laboral.

—¿Ah? Pero... pudiste haber entrado, no sé, por lo menos a tomar algo. De seguro te la pasaste muy aburrido.

—No tanto, porque sabía que dentro de unos minutos te volvería a ver.

Las mejillas del chico se tiñeron de color carmesí e inmediatamente apartó la vista. ¿Cómo podía ser posible que una frase lo pusiera tan tímido?

—Tonto... —Murmuró para sí mismo.

—¿Uh? ¿Qué dijiste? Es que no escuché, lo siento.

—No, no. —Rió nervioso. —No es nada... uhm, ¿Adónde quieres ir?

—¿No quedamos en ir a la plaza?

Han Gil se sentía tan idiota.

—Cierto. —Volvió a reír, estaba confirmando que al estar junto al peli-negro provocaba que su cabeza estuviera en cualquier otro lado menos en la Tierra. —Pero... Creo que la mayoría de los negocios están cerrados, uhm, al menos que quieras ver una plaza sola y silenciosa.

El chico tardó algunos segundos pensando, por parte del menor solo lo miraba con bastante curiosidad.

—¿Y si vamos a la playa?

—¿Playa? —Preguntó algo sorprendido. —Eso queda un poco lejos...

—Por eso vine preparado. —Sonrió al momento de girar sobre sus talones y señalar un vehículo pequeño, estaba del otro lado del camino de tierra. —¿Qué opinas?

Una gran sonrisa se dibujó en su rostro y lo volvió a mirar con mucha emoción. —Acepto el viaje.

🏔

El automóvil se detuvo y Han Gil salió un tanto feliz, sosteniendo su mochila con fuerza y mirando directamente al mar. Podía sentir el aire fresco acariciaba su rostro y brazos. Deseaba correr hasta las olas mientras que su voz sea descubierta por los mismos dioses.

Quería hacer tantas cosas, pero que estas fueran acompañadas por el mayor.

Cerró la puerta del vehículo con cuidado y comenzó a caminar hasta el vivo reflejo de las estrellas, Dong Sun que miraba desde atrás, admiró la imagen del chico. Podía sentir aquel encanto por el paisaje, por lo que dejo escapar una sonrisa.

Siguió sus pasos hasta detenerse a un lado del contrario, no apartaba la vista del frente. Ese característico brillo en sus ojos era tan evidente.

Por favor, reproduce el audio para adquirir más experiencia.

—¿Es tu primera vez? —Preguntó Dong Sun luego de algunos minutos.

—¿Uh? —El chico lo miró un poco confundido.

—Al estar aquí.

El castaño al encontrarse con los ojos del chico sintió un cosquilleo en su estómago, para su punto de vista se sintió algo extraño, pero a la vez le causo un poco de gracia, quería... quería hacer tantas cosas, pero sus acciones se quedaban a medio camino por miedo a cómo podría reaccionar el peli-negro.

—Ha pasado un largo tiempo, la última vez que vine aquí fue con mi familia, recuerdo que ese día llevamos a mi abuela a un chequeo médico, estaba tan nerviosa, pero afortunadamente todo salió bien.

Dong Sun solo asintió.

El bajo sentía que debía decir algo más, pero en su cabeza no se formaba ningún tema de conversación, tal vez... No sería mala idea caminar un poco, ¿no? O eso era lo que pensaba el joven.

Lentamente cerró los ojos y dejó que el viento lo acariciara, los escenarios se repetían una y otra vez en su cabeza. Aquellas escenas las cuales eran acompañado por Dong Sun, aunque no era muchos y otros le resultaban confusos, estaba bien internamente ya que podía ver una vez más esa característica sonrisa cuadrada. Una sonrisa que lo hacía volar muy alto.

Un beso.

Dos.

Pocos que conocía de la infinidad de besos que aún se esconden.

Ahora sabía una cosa...

Abrió los ojos y miró nuevamente al mayor quien, no apartaba la vista del mar, sin embargo, al darse cuenta de la acción del contrario sus ojos se detuvieron en los de Han Gil. Silencio entre los dos, pero desde la lejanía podían escuchar las olas y el viento andar.

El castaño podía descifrar varios sentimientos a través de los ojos del peli-negro, desconocía de dónde encontró la valentía de sacar las manos de sus bolsillos y elevarlas hasta sostener el rostro de Dong Sun. La sorpresa no se hizo esperar cuando los labios del mayor fueron abrazados por los del contrario, podía sentir la calidez, suavidad y delicadeza por la que el menor se expresaba.

Ahora sabía una cosa...

Sabía que su amor por Dong Sun volvía a florecer.

HyunJack.

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