❃ ❝O64 | 𝑽𝒖𝒆𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒓𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒐❞

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—Por favor cuídala mucho —pide Amelia hacia Jasper que le dio una ligera sonrisa mientras asentía.

Los dos se abrazan con cierto sentimiento de amargura en sus cuerpos, después de todo habían pasado casi cinco años conviviendo y se había formado un lazo entre ellos, Jasper la consideraba una hermana más y Amelia lo consideraba un hermano mayor que le había quitado a su mejor amiga.

—Tengan un buen viaje, salúdame a tus padres cuando los veas —pide Jasmine a Layla las dos se abrazaban.

El pequeño Matthew se encontraba siendo cargado por Jasper, ya que se encontraba adormilado, su padre siempre le daba cierta tranquilidad a la hora en que quería dormir, lo relajaba mucho.

—Me encantaría poder asistir a tu boda, pero ya conoces a mis padres —dice Jasmine tras alejarse de Layla y tomar sus manos, la castaña le dio una ligera sonrisa a mismo tiempo que asentía—. Tienen que ir ellos y no quiero incomodarte en un día tan importante con tu presencia, además de que tendrían que ir como veinte escoltas junto con la prensa y..., mejor nos ahorramos toda esa vergüenza, así tú y Jasper disfrutan de su gran día.

—Por lo menos considera irnos a visitar algún día, sería increíble que conocieras Forks —asegura Layla viendo como Jasmine hizo una pequeña mueca con sus labios antes de que asintiera.

—Daré lo mejor de mí para que me dejen ser libre, no prometo nada —dice Jasmine con cierta burla haciendo sonreír a Layla.

Las dos se abrazan una vez más antes de que Amelia se acercara a ellas, Jasmine se acerca a Jasper para despedirse de él y desearle que disfrute mucho de su boda con Layla.

—Eres una traidora de lo peor, me vas a dejar sola en el día más importante de mi vida —recrimina Layla al momento en que Amelia la abrazó para despedirse de ella—. Me vas a abandonar como si nuestra amistad no valiera nada.

—No seas dramática, tengo que resolver unas cuantas cosas aquí —miente la rubia alejándose de su mejor amiga con una sonrisa avergonzada—. Además, te dije que estoy pensando en ir a la ceremonia, pero no puedo viajar en estos días porque tengo ofertas de trabajo muy tentadoras.

—Eres una mentirosa, Amelia Hamilton —recrimina Layla dejando un ligero golpe en el brazo de la mencionada que no evitó quejarse con fingido dolor—. Lo que quieres es evitar encontrarte con Edward, se supone que los dos terminaron las cosas bien y quieres evitarlo a toda costa.

—Okay, en una parte es por él —se rinde Amelia viendo como Layla negó estando en desacuerdo con ella—. Pero lo de las ofertas de trabajo no es mentira, Stefan me dijo que hay una agencia de modelos que estaba pensando en contratarnos a los dos.

—De verdad que me alegro por ti, Amelia —asegura Layla tomando las manos de su mejor amiga mientras sonreía orgullosa de la rubia—. Pero eso no quita el hecho de que sino vas a mi boda, Alice será la madrina de Matthew y Rosalie será mi dama de honor principal.

—No, eso sí sería una traición —dice Amelia indignada antes de que las dos comenzaran a reírse—. Ten un buen viaje, intentaré ir a la boda.

—Está bien, cuídate mucho —pide Layla antes de volver a abrazar a la rubia que cerró los ojos intentando mostrarse fuerte delante de la castaña.

—Pasajeros con destino a Forks - Washington, por favor de pasar a la puerta de abordaje número siete —dice una voz femenina por los altavoces del aeropuerto y haciendo que las dos amigas se separen.

—Bueno, ya es hora —dice Amelia tras alejarse de Layla para verla fijamente—. Su vuelo de regreso a Forks los espera, avísenme cuando estén ahí.

Layla asiente y Amelia no duda en acercarse a Jasper para despedirse de su pequeño sobrino que intentaba volver a conciliar el sueño.

Layla carga a Matthew para dejar que este durmiera en sus brazos mientras abordaban el avión, la pareja de vampiros toma las pocas maletas que no documentaron y comienzan a caminar hacia la puerta de abordaje que le asignaron.

Amelia y Jasmine se toman del brazo mientras veían a la pequeña familia alejarse cada vez más de ellas.

—Me matará sino voy a su boda —dice Amelia de repente sin dejar de ver como su mejor amiga y su familia se aleja de ella.

—Sí, lo más seguro que sí —responde Jasmine inmediatamente luego de escuchar sus palabras.

—Me lleva el carajo —susurra Amelia fingiendo una sonrisa hacia Layla, ya que regresó a verlas para despedirse una vez más agitando su mano libre ligeramente.

Tras casi seis horas y media de vuelo, el avión ya había aterrizado en el poco poblado pueblo de Forks.

La familia había tomado un taxi hacia la casa Cullen en donde se encontraba toda la familia esperándolos, más que nada Carlisle y Cassie, ya que ellos sabían que la pequeña familia regresaba ese día.

Tanto Jasper como Layla le agradecen al taxista por ayudarlos a bajar sus maletas y le desean un buen día, los dos miran la gran casa enfrente de ellos sintiendo como su hijo quería correr al interior. Matthew había dormido la mayor parte del vuelo, por lo que en ese momento tenía muchas energías para saludar a todos sus tías y jugar con su primo Isaac.

—No creo que hayan podido guardar el secreto, menos tratándose de mi tía —asegura Layla hacia Jasper que regresó a verla inmediatamente.

—Yo creo que Alice... —el rubio no puede terminar de hablar ya que escucharon un grito emocionado en la entrada de la casa.

—¡Sí volvieron! —grita Alice Cullen con emoción viendo a la pareja que no dudó en sonreírle.

En menos de un segundo toda la familia de vampiros se encontraba en la entrada de la casa recibiendo a la pareja recién llegada, Matthew se suelta de sus padres y comienza a correr hacia su tío Emmett que se encontraba agachado con los brazos extendidos.

Edward y Rosalie se encargaron de llevar las maletas de los recién llegados al interior de la casa mientras que estos saludaban a los demás integrantes de la familia.

—¿Qué pasó con mi pequeño Isaac? —pregunta Jasper al momento de ver a su hermano menor enfrente de él teniendo por lo menos unos nueve años—. Que grande estás, campeón.

—Lo sé, mamá me dijo que ya soy todo un hombre —responde el menor haciendo reír a su hermano mayor que no dudó en abrazarlo.

—Oficialmente eres una Diseñadora de Modas —dice Edward al momento de quedar enfrente de su cuñada que no pudo evitar reírse.

—Recién egresada y no sabe qué rayos hacer con su título —admite la vampira consiguiendo que el lector de mentes se riera, los dos se abrazan con una sonrisa en sus rostros.

—¿Cómo está ella? —pregunta Edward al momento en que se alejó de Layla y los dos quedaron enfrente del otro.

—Pues... bien —dice Layla con algo de dificultad, ya que no sabía cómo decirle a su cuñado que Amelia había decido no regresar a Forks—. Ella se encuentra muy bien, intentando procesar el hecho de que ya no tiene que hacer tarea o desvelarse.

—No intentes mentirme, ojitos tristes —pide Edward sonriéndole ligeramente a Layla que no evitó hacer una mueca con sus labios—. Sé que ella no regresó con ustedes, leí los pensamientos de Alice y ya me lo imaginaba.

—Lo siento —susurra Layla viendo como Edward negó sin dejar de sonreír.

—No tienes porque disculparte, la conozco muy bien y sabía que no querría regresar con ustedes —admite Edward antes de volver a abrazar a Layla que no dudó en corresponderle.


—¿Estoy alucinando o estoy viendo a la diseñadora de modas, Layla Hale? —pregunta Judith con diversión al ver a su amiga caminar hacia su mesa.

—Que graciosa, todavía que tengo el privilegio de venir a verlas —responde Layla con el mismo tono de diversión que hizo reír a Bella y a Judith—. Hola chicas.

Las dos castañas sentadas en la mesa se levantan para recibir a Layla con abrazos y felicitaciones, las dos habían acordado verse en el café que fue de los Allen ya que tenían buenos recuerdos y era el único lugar en el que las tres se sentían cómodas.

—¿Y Amelia? —pregunta Bella tras dejar de abrazar a Layla que hizo una mueca con sus labios—. No me digas, ¿se quedó en Nueva Yorks?

—Sí, según ella tenía muchas ofertas de trabajo tentadoras —dice Layla mientras se sentaba junto a sus dos amigas—. Obviamente que no le creí nada, ella no envió solicitud de empleo a ningún lado.

—No quiere ver al chico Cullen, ¿verdad? —pregunta Judith tras darle un corto trago a su café negro.

—No, quiere evitarlo —explica Layla jugando con su anillo de compromiso como un reflejo, lo hacia siempre que conversaba con alguien—. Ni siquiera estoy segura de si vendrá a mi boda con Jasper.

—Pero creí que ya se habían casado —explica Bella mientras tenía el ceño fruncido y veía a Layla.

—Bueno, nos casamos por lo civil —recuerda Layla con una sonrisa en su rostro antes de dejar su mano izquierda en medio de las dos chicas—. Ahora nos vamos a casar por la iglesia.

—Que orgullosa me siento del chico Hale, mi madre también lo estaría —comenta Judith con diversión riéndose junto a sus amigas—. Aunque seguramente le daría un infarto al saber que se casaron por lo civil primero, luego tuvieron a una pequeña y adorable bendición, estudiaste tu carrera soñada y ya al final decidieron casarse por la iglesia.

—Me alegro mucho por ustedes —asegura Bella tras controlar su risa por las palabras que dijo Judith—. Se tardaron un poco, pero mejor tarde que nunca.

—Lo sé, me propuso matrimonio luego de la graduación —dice Layla dejando que Judith tome su mano para admirar más de cerca el anillo de compromiso.

Las tres mujeres se mantuvieron hablando de varias cosas, Bella les contó que había decidido estudiar literatura inglesa hace dos años atrás y ahora se encontraba de vacaciones porque su semestre había terminado, Judith les contó a sus dos amigas que ella había estudiado periodismo también y su gradación se encontraba cerca, tan sólo le faltaba un año para ser libre.

—Layla, siento interrumpirlas —dice Vanessa al momento de llegar a la mesa en donde se encontraba su jefa junto a sus amigas que regresaron a verla—. Pero el Señor Avery acaba de llegar y me dijo que tiene una junta programada contigo.

—¿Ya llegó? ¿Pues qué hora son? —pregunta Layla confundida dirigiendo su mirada hacia su reloj que tenía en su muñeca izquierda—. Mierda, se me fue el tiempo.

—Ve, nosotras te esperamos —dice Bella hacia Layla que se levantó de su lugar para después fijar su mirada en ellas.

—Gracias, no tardaré mucho —asegura Layla antes de comenzar a caminar hacia la entrada de su café en donde se encontraba Sebastian Avery esperándola pacientemente—. Señor Avery, me alegra mucho que haya podido venir.

—Dije que vendría, Señora Hale —recuerda el hombre tomando la mano de Layla para acercarla a sus labios y dejar un corto beso en su dorso.

—Acompáñeme por favor —pide Layla alejando su mano de Sebastian para comenzar a guiar al hombre hacia su oficina.

Los dos entran al lugar y Layla no duda en servirle una taza de café, Layla se sienta en su lugar antes de fijar su mirada en el hombre.

—Lo cite hoy más que nada para poder hablar de negocios —explica Layla tras pensar sus palabras durante un segundo—. Es algo que nos beneficiará a los dos.

—La escucho —dice Sebastian manteniendo su mirada en los ojos dorados de Layla que le sonrió ligeramente sintiéndose ciertamente tranquila de la accesibilidad que tenía el hombre a nuevos negocios.


Relleno, relleno, relleno, relleno *comienza a hacer un baile raro*

Pos ya saben que el relleno es vida, ¿para qué mentirles?

El capítulo fue un poco aburrido porque pos necesito tiempo para poder terminar la historia con un número de partes con el que me sienta segura :)

En fin, espero que les haya gustado este aburrido capítulo <3

Falta poco para la boda de mis bebés y me siento un tanto nerviosa, no quiero hacerla como siempre las hago así que daré lo mejor de mí para no arruinarlo :3

No se olviden de votar y de comentar que les pareció este capítulo, me gustaría leer lo que esperan en la boda de estos dos tortolitos ;)

Nos vemos en una próxima actualización, los amo❤️

☕Maratón 2/3☕

☕𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀☕


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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