El joven rubio despierta de golpe de su trance afrodisíaco cuando la fémina que dice ser su prometida ingresa de lleno al lavado gritando horrorizada para luego tapar sus ojos ante la espantosa vista. Es que nunca en su cabeza se le habría pasado que llegaría a ser testigo de tal aberración teniendo como actor principal, a su fiel comprometido.

Y a tal punto la descoloca su observación, que la horrenda impresión que le genera la situación logra provocar la devolución de algún que otro trago que regurgita nauseabundo desde la base de su garganta, arrastrándose hasta aquel orificio nada pulcro que sirve de orinal del gentío para aferrarse luego con su alma.

Entonces el no muerto se incorpora con una presteza inalcanzable para cualquier ser terrenal, cegando en emanaciones sombrías al joven recién despertado atrás suyo y aprovechando de paso para perderse en la mente de aquella muchacha que fue su primer objetivo cuando los tuvo en la mira, antes de caer preso y adicto a las calientes formas del zagal masculino.

"Tú, haz bebido en demasía y tu intoxicada mente ha distorsionado lo que creíste que veías..." resuena en los confines de la mente de la fémina que en continuas arcadas trata de pasar su mal momento mientras la aqueja un dolor de cabeza parecido a una intensa migraña.

Entre nebulosas de un humo casi imperceptible ante los ojos de los que quedan, la bestia se disipa del incómodo momento. Mientras el joven rubio, aturdido y con los pantalones caídos, escudriña alrededor suyo buscando un indicio de lo que estuvo haciendo hace solo unos momentos...

Un vago recuerdo de un esculpido cuerpo demasiado fornido para ser una doncella agachada abajo suyo pasa repentino por su mente. Y súbitamente, se le suma la viva imágen de una obscura franja que dejaba ver un provocativo agujero que clamaba desesperado ser llenado por su lefa caliente cuando éste se encontraba de espaldas a su frente. Pero ahora, perdido y manchado con su propia esencia en manos, ropas y piso, no puede tener más detalles en su mente de ese cuerpo que provocó su ardiente necesidad así como su absurdo delirio.

Entonces, un nuevo movimiento de aquella joven que presa de su descompostura lo nombra entre jadeos, logra que finalmente espabile y se acomode lo más rápido posible sus prendas; para luego asistirla buscando al cochero de la misma y procurar que llegue sana y salva a la residencia junto a su familia.

Pensando que tal vez mañana, cuando esté en el albor del nuevo día y se prepare para su nueva jornada, logre recuperar parte de su fragmentada mente. Y que aquellas lagunas mentales que lo atacaron y atacan sin perdones logren llenarse con el diseño de aquel rostro que dejó marcadas huellas en las bases de su disociada mente.

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El no muerto menor, preso de su caliente desesperación y con un exacerbado mal humor dado a la interrupción del deguste de su exquisito bocado (aunque él fuere finalmente el tragado) Se pasea sin un ápice de cuidado sobre aquellos sombríos callejones donde puede rescatar algún que otro cuerpo ofrendado.

Y aunque no le complace una mierda follarse a una cualquiera en su estado, en definitiva ansia derramar de cualquier plasma que pague por ser él tan malditamente cobarde con aquel condenado humano que lo trae enteramente anonadado y que le pone su mundo de cabeza.

"Si me viera mi condenado hermano del medio diría: Ti trai complitaminti apindijado pindijo" se repite en la cabeza del vampiro a medida que pita de su exclusivo cigarro y sacude su cabeza tratando de alejar sus erráticos pensamientos sin ningún resultado.

Unos pasos más adelante, ve a un hombre tirado, borracho o drogado, quizás algo demasiado demacrado y del cual se percibe como una droga mutante, el intenso palpitar de sus venas.

—Parece que hoy estás condenado al infierno humano —le suelta al desorientado hombre procurando dejar salir sus afilados colmillos sin ningún maldito reparo.

El no muerto al verlo no reaccionar sobre sus dichos, incrementa su mal genio a sobremanera. Y sin ganas de seguir provocando respuesta alguna en el condenado, lo levanta cual liviana hoja en una situación de ventisca para luego enterrar sin aviso sus afilados colmillos y saciarse sin pensar en nada más que en la gloriosa linfa que entra por su complaciente garganta.

"¡Elixir de los Dioses divinos!" Murmura para sus adentros mientras desgarra más profundo en su garganta y aunque muy en el fondo no le agrada la resaca de sustancias que presenta el fresco plasma en su contenido, no le queda otra que tratar de disfrutarla.

Un vago pensamiento de cierto joven excitado y duro como hierro macizo, penetrando salvajemente a una joven bella que comparte etiqueta de pareja con el rubio, incrementa su mal humor como una ardiente caldera. Y poseído por sus rememores posesivos de "es mío" saboteado por unas condenadas voces de trasfondo que le dicen "será muy tuyo pero está comprometido" logran sacar a relucir a la maldita bestia que siempre trata de cubrir como sea...

Y en un inhumano acto guiado puramente por su insana naturaleza, se convierte en la peor pesadilla de aquel que tuvo la mala suerte de pasarse justo en su mira.

De pleno invade el intoxicado cerebro del humano provocando a que sienta incrementado como juega con los hilos de su vida, dejando asomar sus garras que como filosas tijeras se entierran en la fétida carne del condenado a sufrir bajo su mando.

Entonces, se dedica a devorarlo desde su latente viveza. Percibiendo como un sádico que se profesa cada dolor incrementado del lado de su víctima y disfrutando como el antiguo vampiro que era en otras épocas, de el matar por el simple placer de realizarlo sin ponerse a pensar siquiera si aquel que está emitiendo su última bocanada de aliento, merece la pena vivirlo.

De repente, la cabeza del no muerto maquinea con sus nombramientos a través del vesano tiempo. Provocando que sus ojos se inyecten de un furioso rojo y que consuma hasta el último segundo de existencia de su víctima.

"Un enfermo animal oscurecido".

"Un salvaje sombrío del pasado".

"Un demonio devorador de tu viveza".

"Un maldito enfermo y depravado".

Fueron algunas de las etiquetas que lo acompañaron en su desaforado y agitado comienzo y que ha tratado de esconderlo por el bien de sus hermanos.

Un par de letargos segundos y el cuerpo de aquel humano intoxicado cae al suelo preso de la consecuencia de los actos del no muerto, condenando a su alma a los infiernos como más de una vez lo ha echo a lo largo de los años.

Y sin ningún sentimiento de culpa o empatía, se dedica a acomodar cada una de sus prendas sin importarle siquiera que su faz está cubierta de un intenso carmesí que deja al descubierto a la bestia que lleva corriendo hace años por sus venas. Y calmando así a su desfogado libido por el momento.

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Los amito mucho♥️