˚。⋆୨O1. un día normal en la académica p.k୧⋆。˚ ⋆

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capitulo uno.

letras de este estilo con estos símbolos «»= pensamiento de los personajes.

letras de este estilo con estos símbolos⟨⟩= pensamientos de Saiki.

letras de este estilo: saiki hablando por medio de telepatía.













Un nuevo día había comenzado, decenas de personas se alistaban para ir a sus respectivos trabajos y en caso de los jóvenes a sus estudios, por lo que lo que se venía a continuación también; una rutina de la cual ya estaba aburrida por lo predecible que era, no podía salir de ella de manera tan fácil. Todos los años era lo mismo, nunca se cansaban de aquello y la joven no podría desligarse de ello, no mientras llevará consigo ese apellido y la misma sangre de su prima corriera por sus venas. Al ya estar en la entrada de la academia y estar en el pasillo que la llevaba a su salón, cerró sus ojos e inhaló un poco de aire, y con ambas manos abrió la puerta.

Tres, dos, uno.

─¡¡Teruhashi-san, bienvenida!! ─un enorme grupo de chicos hablaron al mismo tiempo con alegría. Hasta la forma de unos corazones flotando en el aire se podían divisar al rededor de cada uno, lo cuales desaparecieron al instante cuando vieron a la chica que tenían al frente.

─Teruhashi equivocada, vuelvan a sus puestos ─dijo uno de ellos decepcionado de que no fuera la que ellos esperaban. Ansiaban como perros a su dueño la llegada de la dulce e inconsciente Kokomi.

─Yo también me alegro de verlos
─expresó con sarcasmo y una pequeña vena en su frente, que culpa tenía ella que fueran unos obsesivos─. Pedazos de idiotas con cerebros de pollo que ni siquiera son capaces de recordar que primero vengo yo y después Kokomi.

Pensaba para si misma mientras apretaba su puño con enojo, estaba bien que amaran a su prima -algunos lo hacían de manera un poco muy cuestionable y obsesiva- el problema es que la metían a ella en medio del asunto, poniéndola en situaciones demasiado incómodas que quisiera evitar a toda costa. Aceleró su caminar cuando escuchó la ruidosa bienvenida que le dieron a Kokomi tan llena de cumplidos y declaraciones. Rodó sus ojos ante lo tontos que podían llegar a ser, en fin, era la vida de ellos, como dice por allí no hay peor ciego que el que no quiere ver.

«Son unos masoquistas, a Kokomi le importan tres hectáreas de la que me cuelga imaginariamente. ¡Escuchan idiotas, no le interesan! dense cuenta. »

Negó con su cabeza divertida, cada año era lo mismo, desde que estaba en el kinder fue así, y como siempre ningún chico llegaba a enamorar a su prima, ni siquiera a salir en una bendita cita. Una vez llegó a creer que Kokomi podría batear para el otro lado ya que hasta chicas se le declaraban constantemente, tachó esa probabilidad cuando también las rechazó. Dedujo que simplemente le gustaba que las personas la amaran, que le dieran atención y que solo tengan ojos para adorarla a ella, también estaba el pequeño factor que si su prima entraba en una relación seria muy complicado para ambas partes.

Tener tanta belleza y popularidad podría llegar a ser sofocante y agotador.

«Por eso es mejor que nadie te tope, eres libre, haces lo que quieras y nadie se mete. Oh, cállate Hayami, intentas justificar que ni las moscas te pelan. »

Se decía en sus pensamientos mientras tomaba asiento en las últimas filas, solía hablar mucho consigo misma de manera mental, estupideces, críticas, reflexiones, música o un viaje astral, su cabeza siempre iba tener algo. En el exterior podría tener cara de haber chupado un limón, mientras que el interior estaba llena de diferentes cosas, obviamente que no era tan fácil hacer que sacara con cualquiera ese lado suyo.

Podría platicar en su mente todo el día y sería feliz. Algunas cosas podrían considerarse vergonzosas, todos tenemos pensamientos raros, locos, poéticos, cochinos y divertidos, nuestro cerebro es libre de crear todo tipo de pensamiento y escenarios que nosotros querramos y mientras no los digamos se quedan allí, guardados como en una caja fuerte de algún banco.

Pero, cuando un chico de cabello rosa que es psíquico está en tu clase y tú no sabes que literalmente escucha todo lo que piensas, no puedes tener en cuenta que debes pensar con cuidado.

Yare, yare, está niña nunca deja de insultar

Saiki Kusuo, un estudiante de secundaria que nació con todo tipo de habilidades psíquicas, entre ellas el poder leer la mente de los demás, por lo que nuestra querida Hayami no es la excepción de que husmeen de manera no intencional en su mente, más de una vez el pelirosa ha escuchado los alocados y raros pensamientos que fluyen en la mente de la chica, a pesar de poseer pensamientos de ese tipo, no los aparentaba en el exterior, no es ruidosa, es prudente en clases al hablar, sobre todo no se le pega como chicle al zapato, ni mucho menos llama la atención de manera exagerada como lo hace su prima.

Tampoco se metía descaradamente en su vida como lo hacían ciertas personitas. Saiki siempre se enfrenta a un sin fin de dificultades y trata de no llamar la atención tanto como le sea posible. Lo cual es casi imposible cuando las personas que lo rodean son de todo menos normales.

Empezando por las dos personas que se autonombranrón sus mejores amigos. Kaido Shun y Riki Nendou no dejaban que el tuviera un día tranquilo, de una u otra forma hacían un escándalo o se metían en alguna situación que necesitaba de su intervención.

Cuando el par llegó no dudó ni un segundo en acercarse a él y comenzar a hostigarlo con una larga y extensa platica que no parecía tener fin. En cuestión de segundos el salón de clases se había llenado por muchos alumnos que no paraban de hablar sobre lo que habían hecho el fin de semana, creando un ambiente algo ruidoso.

«No ha comenzado la clase y ya me quiero ir, olvidé mis audífonos y todos son unos ruidosos»

Saiki coincidió con el pensamiento de Hayami, no les costaba nada hablar un poco más bajó. A los pocos minutos llegó el maestro y con ellos el silencio.

«Gracias doncito, hoy si me caen bien usted y su clase»

Sonrió aliviada Hayami, sacó su libreta para tomar apuntes, se encontraba dispuesta a prestar atención. Ese día sería otro día repetitivo y predecible día, desde su puesto tenía vista de varias personas del salón, a algunos puestos pudo observar a su prima destilando encantó y belleza, nada del otro mundo.

Llevó su lápiz hasta su nariz y le dió suaves toquecitos, lo que el maestro estaba diciendo no era tan importante, les estaba dando más que nada un sermón sobre la importancia de la responsabilidad y el como deben tomarse enserio el estudio, cosas que ella ya sabía de antemano.

Con su vista nuevamente inquieta, sus ojos fueron a parar a una cabellera singular de tono de rosado bastante bonito, si mal no recordaba el nombre de ese chico era Saiki Kusuo, no se había tomado la molestia en observarlo hasta hace poco.

¿Por qué hasta hace poco? Pues, se podría decir que a Hayami no le era de mucho agrado entrometerse en la vidas ajenas, no podía ni cargar con la suya mucho peor con otra, sin embargo, hace unas semanas cuando acompañaba a Kokomi a ir de compras, se toparon con dicho chico y este no pareció locamente alterado por la presencia de su prima.

Ese día casi se le cae su bebida de la impresión, aunque Kokomi no lo viera, Hayami si vio el como Saiki intentó ignorar a su prima y no toparse con ella lo más que pudo, hasta Kokomi intentó llamar su atención y no viceversa. Era el primero que no caía rendido a los pies de Kokomi y que rogaba por un poco de su atención. Como cualquier ser humano sorprendido ante un sunceso extraño, comenzó a sentir curiosidad por él.

Desde entonces lo miraba en ocasiones, pero no le hablaba no porque le cayera mal, al contrario; podría decirse que le agradaba, lo que realmente pasaba es que Hayami respetaba su privacidad, no iba a tirarsle encima y acosarlo de la noche a la mañana. Hayami era bastante observadora y dedujo que Saiki era del tipo que amaba la paz y tranquilidad, que convivía bien con su soledad y en su propio mundo, sobre todo que no le gustaba que lo sofocaran o que se entrometieran en dónde nos los llamaban.

No tenía ningún vínculo que los uniera, tampoco quería inventar una patética excusa para hablarle, aunque tenía el presentimiento que se llevaría bien con él, tal vez en algún momento se animaría a hablarle, no se consideraba alguien extrovertida pero si era capaz de hacer una nueva amistad si ella quería.

«ahora tengo hambre»







𝐝𝐚𝐧𝐢'𝐬 𝐧𝐨𝐭𝐞

olam amistades, después de un montón de tiempo por fin el capítulo uno de este intento barato de comedia.

cabe aclarar q tanto saiki como hayami aún no son amigos pero se caen bien por la forma de ser del otro, hay q tener fé que van ser noviecitos 🙏🏼

también que habrán palabras e insultos de todo tipo, pq yo tengo un vocabulario bien mezclado.

disfruten su lectura, no olviden votar<3

sayonara 🦋🌾.

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