☕𝑨𝒎𝒂𝒎𝒆 𝒂 𝒎𝒊🍂

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

• . ✩ • . . • . . . . . •

• . . . • . .

. • . . . . • .

ੈ₊˚༅༴|𝐊𝐢𝐦𝐢𝐔𝐬𝐨 ꜰᴀɴꜰɪᴄᴛɪᴏɴ
𝗔𝗨 𝗢𝗿𝗶𝗴𝗶𝗻𝗮𝗹

• . ✩ • . . • . . . . . •
𝓟𝓮𝓻𝓼𝓸𝓷𝓪𝓳𝓮𝓼
• .  • . . • . . . . . •
𝒯𝓈𝓊𝒷𝒶𝓀𝒾 𝒮𝒶𝓌𝒶𝒷𝑒

• .  • . . • . . . . . •
𝓚𝓸𝓾𝓼𝓮𝓲 𝓐𝓻𝓲𝓶𝓪

• . ✩ • . . • . . . . . •

—Señora Arima, a la oficina. ¡Ahora!

Suspiré. No era de extrañar que mi jefe me llamara de nuevo. Me preguntaba por qué era esta vez.

Al terminar de atender a mi cliente, dejé la tienda a cargo de Nagi y me dirigí al fondo de la misma. Nagi me ayudaba bastante en esos momentos; a pesar de trabajar a medio tiempo, era una excelente compañera.

Abrí la puerta encontrándome a mi jefe con su característico rostro de pocos amigos mientras me observa.

—Puede cerrar la puerta. Quería hablarle de su idea del “Café Reika”. Por unos instantes, me invadió la emoción.

—¿Y que le pareció?

—No me gusta. Es ridículo mezclar Matcha y chocolate en una misma bebida. Además, ¿qué relación tiene el Softball con el café? Es estúpido. —Agarró su café, dándole un largo sorbo y lo dejó sobre la mesa con fuerza, la suficiente para escuchar el golpe—. Esperaba más de usted, siendo sincero.

No me sorprendía, para nada. Estaba acostumbrada a que solo aceptara sus ideas como “asombrosas”. Kaguya es el tipo de jefe que solo quiere hacer su voluntad sin escuchar la opinión de nadie más. Ya lo sabía, pero aun así me dolía el pecho. Realmente tenia esperanza de que aceptara, solo por esta vez.

—Lamento haberlo hecho perder su tiempo. ¿Es lo único que tiene para decirme?

—No, claro que no. Necesito que te quedes para calcular los gastos de hoy y a esperar la entrega de pasteles. Parece que solo pueden hacerla hoy por la tarde.

¡Era increíble! Cuando pensaba que nada podría sorprenderme de este trabajo, llegaba este tipo y volvía a hacerlo.

—Pero señor, no puedo. Tengo un compromiso…

—Cancélelo —dijo con simpleza, sin molestarse en qué tan importante podría ser ese evento para mí.

—¿Cómo dice?

—Que lo cancele. La necesito aquí. Su único compromiso es con esta empresa.

No quería ceder, mas, ¿qué otra opción me quedaba? No podía perder este empleo, era lo   que conocía y sabía hacer. Simplemente, no podía decir no.

—Esta bien, me quedaré. Si no me necesita para nada más, debo volver a mi puesto.

—Por supuesto. Le agradezco su colaboración, Señora Arima. —Su sonrisa de superioridad hacían notar que le había dado la respuesta que esperaba, casi como si me hubiese manipulado para decirlo.

Al salir me dirigí con prisa al baño. Tantas emociones, tantos pensamientos chocando uno con otro me mareaban. Estaba cansada y enferma.

¿En que momento pasó esto? ¿Cuándo fue que empecé a ser así?

Era difícil decirlo, la mayoría de los días no lograba reconocerme. No era nada de lo que solía ser. Es cierto que nunca he sido el centro de atención realmente, pero aun recordaba a esa chica de secundario: imperfecta, pero lo intentaba. Era buena, aunque mentía. Era dura consigo misma y, aun rota, no pedía ayuda. Un desastre y aun amable. Estaba sola la mayoría del tiempo. Era todo eso. Como una mezcla de un hermoso pastel.
¿Por qué se fue?

Esas nauseas no desaparecían. Incluso había botado mi almuerzo por el váter. Hace días que estaba así y comenzaba a preocuparme. De momento, solo podía enfocarme en avisarles a Watari, a Nao y a Kousei que no podre ir al final a la celebración de mi propio cumpleaños. Lo hice por mensaje, ya que no podía salir del café.

Lo tomaron bien y me desearon suerte. Pasarían la cena para otro día, probablemente este fin de semana. Me molestaba mucho, estaba esperando por meses una digna celebración. Hace años que no tenia una con todos ellos.

Salí del baño con el fin de retomar mi trabajo. Ahora me preocupan las nauseas y los mareos que he tenido constantemente estas últimas semanas; sumado a que hacia más de dos meses que no me venia la regla. Todo me ponía nerviosa. Era imposible que sea eso, ¿verdad?

—Tsubaki, ¿te encuentras bien?

La voz de Nagi me sacó de mis pensamientos, asustándome.

—Si, no te preocupes —le respondí con una sonrisa—. Solo pensaba.

—¿Pensabas en que nombre le pondrás al bebé? —me preguntó con una sonrisa juguetona.

—¡¿De que hablas Nagi?! ¡No estoy embarazada! —Eso no me lo creía ni yo.

—¿Estás segura? ¿Ya te has hecho el testeo? —¡Claro! Con eso podría tranquilizarme. El problema era que no podía dejar mi puesto o mi jefe me despediría.

—No te preocupes, yo lo consigo en 5 minutos. La farmacia queda a la vuelta. Nagi era un ángel caído del cielo. No podía estar más agradecida.

La cubrí en el tiempo que volvía y apenas la vi, agarré la caja y me adentré en uno de los   cubículos.

Los minutos eran una eternidad y, con cada segundo, mis nervios incrementaban carcomiendo mi cabeza. El resultado no fue sorprendente, pero mi corazón se detuvo. Había dado positivo.
Nagi me esperaba fuera del baño con una sonrisa.

—¡Felicidades, Tsubaki! Arima-sensei va a estar muy feliz.

¿Realmente seria así?

Temía llegar a casa. No sabia como encarar a mi marido y el cansancio solo me dejaba pensar en meterme en la cama nada más llegar. No sé cómo, pero logre esconder el test antes de desmayarme en la cama. Yo misma quería decirle la noticia, pero aun no estaba lista para ello.

¿Cómo había llegado a esto?

Esto no fue lo que pedí.

Al no tener metas comencé a aceptar lo que viniese. La vida me hizo creer que esto estaba bien. Pero, ¿realmente lo estaba?

Desde que acepté mis sentimientos por Kousei, quise ser la mujer que este a su lado hasta la muerte. Pero sé que para él no es así, sé que no me ama. Ella fue el amor de su vida y lo que yo obtuve de él son sobras, migajas de ese amor de abril. Este no es el Kousei que pedí. Yo quería que el me amara a mí. Si pudiera volvería atrás. Tal vez así podría reescribir un final o dos para aquella chica que conocí.

Ella quien será lo suficientemente imprudente. Quien saldrá lastimada, pero aprenderá a endurecerse cuando esta magullada. Quien estará con un hombre que no puede amar, se estancará y estará asustada por la vida que esta dentro de ella. Y le recordaría que pelee para recuperar el fuego en los ojos. O eso pienso que le diría a mi yo pasada.

Pero no existen los viajes en el tiempo, por lo que yo en el presente debía de arreglar todo. El primer paso era hablar con Kousei en la noche.
O ese era el plan inicial, ya que llegó antes de lo planeado y arruinó la cena sorpresa que estaba haciendo. De hecho, era tanta la sorpresa que se me quemó todo y él solo se reía.

—Lo siento mucho Kousei. Realmente quería sorprenderte, ya que nunca estoy en casa.

—Me sorprendiste, aun así. Debo ser yo quien se disculpe por asustarte.

—De hecho, ya que todo está arruinado, quería decirte algo. Debía ser valiente, sin valor no iba a poder hacerlo.
—¿Qué sucede Tsubaki?

Suspiro. Me tiemblan las manos por el miedo a su reacción.

—¡Ahh, no puedo decirlo!

Así que tome la prueba de embarazo y simplemente se la pase.

—¿Es lo que pienso?

—Si. Y si no lo quieres o no estas listo, esta bien yo lo cuidare y…

No me dejo terminar, me abrazo con fuerza. Me sorprendió mucho, nunca había esperado esta reacción de él.
—¡Voy a ser padre!

—¿Estas feliz? ¿De verdad?

—¿Por qué no lo estaría? Vamos a tener un hijo juntos. ¿Qué te hizo pensar que no me alegraría?
Llego el momento de la sinceridad. El momento de enfrentar el pasado.

—Yo siempre pensé que me querías como una amiga. Fue fácil elegirme como esposa porque nos conocíamos desde siempre y podríamos convivir mejor. Sé que el amor de tu vida fue Kaori, siempre lo supe. Ella lograba entenderte en dimensiones que yo nunca pude. Yo solo soy la segunda, la que nunca podrás amar como la amaste a ella. Y creí que tal vez no querías tener una familia conmigo.

—Tsubaki, eso no es verdad. Es verdad que amé a Kaori como nunca podre amar a nadie, pero eso no quiere decir que no te ame. Es un amor diferente, uno que fue creciendo con el tiempo. Por eso me case contigo, no porque fueras mi amiga. Lamento no haber hablado contigo sobre esto antes, debimos haberlo hecho hace mucho tiempo.
Si, este es el Kousei que pedí. Esto era lo que quería, alguien que me amara y no que me viera solo como la amiga de la infancia.

Eso era algo que debimos arreglar antes de siquiera salir juntos, pero es como dice el dicho: mejor tarde que nunca. Ahora solo debía arreglar una sola cosa. Mas lo dejé para mañana, ese día quería disfrutarlo con mí querido Kousei.

Entre en la oficina de Kazuya sin golpear. Tengo miedo, pero el hecho de saber que tengo alguien que me apoya me devuelve el valor.

—Señorita Arima, ¡¿qué cree que hace?!

—Lo lamento señor, pero he decidido renunciar.

—¡¿Cómo dice?! ¡No puede irse!

—¿Qué me lo impide?

—Nunca lograra conseguir otra oportunidad como esta, piense en su futuro.

Quería chantajearme para que no me fuera, tan típico de él. Lo lamenté por Nagi, pero no podía seguir con un patrón así.

—Es lo que hago, por eso renuncio. Le deseo suerte para encontrar a otra empleada competente.

Sin esperar respuesta, me fui de aquel lugar. Después de tantos años estaba libre, una libertad que solo había experimentado en la secundaria. No se que hacer ahora ni de que voy a trabajar, pero me enfocaré en ser feliz. En darle esta misma felicidad a la criatura que esta en mi vientre y disfrutarla junto a mi Kousei que ahora sé que me ama a mí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro