18 | why not date 2 guys?

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𝕮apítulo 𝕯ieciocho ☪
¿Por Qué No Dos Tíos?

SELENE NO PUDO DORMIR MUCHO ESA NOCHE, así que se quedó tumbada en la cama mirando el techo. Pero cuando escucha que una piedra golpea su ventana, se sobresalta. Se quedó sentada por un momento en el borde de la cama, pero cuando otra piedra golpea su ventana, se acerca cautelosamente a ella y encuentra a Nick mirándola vacilante. Se obliga a sonreír y abre la ventana de un empujón.

—Nick, ¿qué haces aquí?

—Tenemos que hablar... sobre lo de la otra noche —admite, paseando de un lado a otro. Su actitud, normalmente fría, ha desaparecido y ha sido sustituida por otra que pone de los nervios a Selene.

—Bien, entonces —ella asiente, empujando la ventana para que él pueda usar sus poderes de transmutación para pasar del exterior a la habitación de Selene—. Hola.

—Hola —Nick esboza una sonrisa, besándola suavemente en la mejilla—. Lo siento, es muy tarde. ¿Te he despertado?

—No, no he podido dormir mucho desde el festín —Selene hace una mueca, su estómago se retuerce al pensar en su padre participando en la comida del cadáver de Mildred.

—Eh, ¿estás bien? —pregunta de inmediato Nick, sus ojos marrones abriéndose mientras se llenan de preocupación.

—No, pero lo estaré —asegura ella, ampliando su sonrisa—. Así que, tal vez deberíamos hablar sobre lo de la otra noche.

—Sí —afirma Nick, esperando a que Selene comience esta incómoda conversación. Pero cuando ella no hace ningún movimiento, él se lame los labios—. La verdad es que lo pasé muy bien la otra noche contigo y con Ambrose.

—Yo también.

—Así que, ¿por qué no dos tíos? —pregunta Nick, sabiendo que parece una locura, pero lo dice muy en serio—. No está mal compartir.

Selene lo mira fijamente durante un largo momento antes de reírse, pensando que está bromeando.

—Estás de broma, ¿verdad?

—En absoluto —Nick sacude la cabeza, haciendo que la chica deje de reír—. Sé lo que sientes por Ambrose, pero también sé lo que sientes por mí.

—Vale, ¿pero eso no es como poneros los cuernos a los dos? —pregunta Selene sin aspavientos.

—No si los tres estamos juntos.

—¿Pero Ambrose estará dispuesto a ello?

—Sólo hay una manera de saberlo. Debes ir a hablar con él.

—Nicholas... —comienza Selene, sin estar segura de lo que debe hacer.

—Ve a hablar con él —insiste Nick, inclinándose hacia delante y besándola delicadamente en la frente.

Ella se levanta apresuradamente y se dirige a la habitación de Ambrose, llamando suavemente a la puerta.

Ambrose abre la puerta esperando encontrar a Sabrina pero se sorprende una vez que posa sus ojos en Selene.

—Oh, em... hola.

—Hola —Selene fuerza una pequeña sonrisa—. Sé que no hemos hablado desde la otra noche, pero ¿quieres hacerlo ahora?

—Claro.

—Vale, bueno, Nick acaba de venir y ha dicho que le parece bien que salga con dos chicos —admite Selene, no muy segura de cómo se siente con la idea de Nick—. Tú y él.

—Ah. Bueno, ¿y qué has dicho?

—Le dije que a lo mejor no estarías dispuesto a ello —responde Selene, sentándose incómodamente en el borde de la cama de Ambrose.

Él lo considera por un momento, antes de hacer contacto visual con ella.

—Bueno, no sería la cosa más rara que he hecho. Entonces, ¿qué quieres hacer?

—Quiero besarte.

Y sin esperar a que él responda, Selene se inclina hacia delante y presiona sus labios contra los de él. Los labios de Ambrose se funden con los suyos mientras un centenar de pequeñas explosiones estallan en su estómago, haciendo que su corazón se agite. Ambrose la acerca a él y enreda sus manos en su pelo rubio rojizo antes de empezar a besar su cuello apasionadamente. Su mano derecha estrecha la cintura de Selene y utiliza la mano libre para acariciar su rostro. Los ojos de Selene se ponen en blanco antes de cerrarse y deja escapar un gemido. Antes de que pueda soltar otro, le guía de nuevo hacia sus labios. Durante el húmedo beso, el moreno desliza la camiseta de Selene por encima de su cabeza, lanzándola al otro lado de la habitación. La pareja cambia de posición, y Ambrose empuja suavemente a Selene sobre la cama, moviéndose de forma que se cierne sobre ella. Va a quitarse la camiseta, pero antes de que pueda hacerlo, Hilda abre de golpe la puerta de la habitación.

Entra corriendo, pálida, pero la escena que tiene delante la pilla con la guardia baja.

—Eh... um, siento interrumpir.

Selene y Ambrose se apartan inmediatamente, avergonzados de que Hilda les haya visto.

—Selene, ha habido un accidente en las minas.


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