-Es gracioso -Dijo George pateando alguna roca que se cruzo en su camino.

-Demasiado -Asiente Holly -Creí que seria difícil para ti hacerlo.

-Fue fácil, en realidad.

Holly y George discutían sobre un acto gracioso que paso después de la escuela, al tirarse emparedados a media calle.

Para el poco tiempo que George conocía a la castaña, se le hacía muy agradable y risueña. Además de inocente, pues tenían la misma edad y George ya sabia muchas cosas que Holly tal vez no le pasan por la cabeza.

Su cabello castaño se des acomodaba por el aire, Holly trataba de acomodarlo pero aun lo empeoraba más.

Iban a sus casas, después de una larga jornada en el colegio y una pequeña pelea con el bocadillo favorito de Harrison por la calle.

-Me he divertido más contigo en este corto tiempo -Dice El joven con una sonrisa -Mis compañeros del colegio solo hablan de los lindos traseros de la chicas.

-Más te vale que no hables del mio -Advierte Holly riendo -Seria asqueroso.

-¡Nunca lo haría! -Exclama George -Me gustan más las retardos el bajo, tu entiendes.

Holly voltea a verlo extrañado, el se rasca la nuca y de pronto olvidan ambos el temas hasta que llegaron a la casa de Holly.

-Nos vemos mañana-Se despide ella -Recuerdalo.

George río y asintió, después se despidió de ella con un corto y cálido beso de mejilla.

Entra a su casa y un movimiento repentino la asusta, su amiga se había metido a su casa sin su permiso y eso la había espantado un poco.

-¡¿Que te sucede?! -Exclama Holly asustada -¿Como entraste?

-Irrelevante -Dice ella sin importancia -Ya vas 3 en menos de dos meses ¡Bien hecho!

-John es el único -Aclara Holly dirigiéndose a la cocina por te y galletas.

-El... Paul y George -Dice Bridgit -¡Si claro, el único!

-Dime que no acosaste al pobre Harrison.

-Solo un poco -acepta la rubia caminando a la cocina -Mande a investigar, toca instrumentos. Le gustan las chicas como tu.

-Llevo día y medio de conocerlo -Dijo Holly negando -Es para menos. Hablas como si me lo quisiera besar.

-¿Quien te gusta más? -Pregunta Bridgit interesada -Paul, Richard, George o John.

-Pff, ya deberías saberlo -Dijo la castaña preparando sus bebidas.

-Bueno, si, si no me equivoco -La rubia se siente en la mesa he igual lo hace su amiga prestándole atención -Richard es el tierno y dulce, te compraría lo que sea si tu se lo pides. John es el divertido que te saca una sonrisa y te hace sentir bien al estar a su lado, no te compraría muchas cosas pero si las robaría, por lo tanto haría cualquier cosa por ti. Paul es el caballeroso, atento y educado que te consciente y te hace sentir como una chica amada. Y por lo poco que veo de George el es más serio que los demás pero es respetuoso y te da el espacio que necesitas. Si los juntaras seria el chico ideal, lástima que están separados.

-Dices locuras -Rie la castaña tomando un sorbo de su caliente té.

-Digo la verdad, te conozco lo suficiente para afirmarlo -Dice la ojos azules -A todos les das un... 25%

-¿Por que a Richard le daría 25%? -Pregunta Holly.

—Porque querías con el...

—Exacto —Dijo Holly entre dientes —Creo que estas loca. 

—¡Esta loca te ha dado buenos consejos!  —Dijo DeBerry —Deberías de pensarlo, antes de que todo resulte difícil. 

—¿Difícil? —Pregunta la menor —¿De que forma?

—Oh, ya sabes. Antes de que se conozcan.

Pero ya lo hacían, al menos dos de ellos ya se conocían y si era cierto lo que decía su amiga sobre que los 4 estaban enamorados de ella, podría ser un gran caos.

Pero vamos, George apenas la conocía, no estaba 100% segura de que Paul quisiese con ella y probablemente John se ha cansado de ella y por eso no le ha hablado en lo absoluto. No tendría porque haber tanto alboroto.

De cualquier forma, Ella era Holly Nápoli, no su mejor amiga Bridgit DeBerry que tuvo más pretendientes que otra cosa.  Mientras ella solo soñaba con el chico indicado. 

Pero ahora ¿Cuatro?  Parecía una locura, más bien lo era. 

—Lo único que tengo que hacer, es asegurarme que ninguno se conozca —Dijo ella con dificultad —Aunque dos ya lo hicieron.

—Pero Lennon rechazo al de cachetes —Excusa la rubia —¿O no?

—Lo acepto en la banda —Dijo con una mueca la castaña —Ayer me lo dijo, es mas ¡Hasta yo lo convencí!

—Amiga, eres un desastre.

Después de aquella larga charla motivaciónal DeBerry se fue a su casa a hacer deberes y Holly también lo hizo. 

Aunque fue difícil concentrarse, ya que por ello pensó en Lennon y su repentina desaparición. Debía resolverlo.  Ya que si era para no estar cerca de ella, podría tomar partido libre y sentirse sin ninguna culpa, aunque en cierta parte le entristecía.  Tal vez ella no era la chica de las canciones de las que hablaba Paul y eso le partía el corazón. Pues lo quería, no sabia si era de esa forma pero lo quería. 

Al terminar sus deberes se dio un largo baño y después se puso a dormir, en lo que llegaba su madre. Había sido un día cansado y estresante que era lo mejor que podía hacer por ahora.