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Capitulo dedicado: a todas esas personitas que me hicieron presión social para que volviera a actualizar y a los que me dejaron comentarios bonitos de apoyo 💕

⋆.˚❄️💋༘⋆

— Sunoo...

Llamo al menor en un hilo de voz apenas audible que milagrosamente Sunoo si logro escuchar con claridad.

— ¿Voy a conocer a mi suegra?

La voz de Sunoo se escuchó bromista y la verdad es que Sunghoon pensó que si su madre fuera otra persona, probablemente se hubiera avergonzado de esas palabras o podría bromear con Sunoo de esto, pero este no era su caso, el joven patinador en vez de reirse de esta situación, la misma le cerraba la garganta haciéndolo sentirse ahogado.

— Esto no tenía que ser así, no tenía que salir así... — murmuro  mientras pasaba las manos por su pelo casi anarañando su cuero cabelludo de la desesperación que sentía.

La cabeza de Sunghoon se volvio un desastre cuando su hermana asustada le dijo que su madre había llegado. No podía pensar bien, de hecho directamente no podía pensar, simplemente el miedo lo invadía; mientras recordaba lo que había pasado, hace tal vez dos años, cuando por primera vez invito a Jake a su casa sin avisarle a su madre.
Recuerda lo gritos de regaño de su madre hacia su amigo, hacia el, recuerda el miedo que sintio Jake cuando intento defenderlo y fallo ... Sunoo no podía vivir eso, su madre no iba a gritarle, no iba a gritarle a otra persona que ama.

Pero ¿como evitarlo? ¿Qué podía hacer? ¿Qué debía hacer?

Lo primero sería tranquilizarse para pensar con claridad, pero eso parecía ser algo imposible, porque por más que tratara de calmarse, tratara de regular su respiración, de hacer que sus dedos toquen su pulgar ... Nada servía, ninguno de sus métodos para manejar la ansiedad lo ayudaban y eso, simplemente hacia que todo empeore provocando que comience a sentir que el aire en sus pulmones faltaba, como si se estuviera asfixiando mientras las lágrimas comenzaban a asomarse por las esquinas de sus ojos.

Sin embargo, sin siquiera esperarlo, sintió las manos de Sunoo rodear con fuerza su tembloroso cuerpo. El sentimiento que el mundo se venía abajo le había hecho olvidar por un segundo que no estaba solo, a pesar de que la personita que lo abrazaba con fuerza intentando dar consuelo, era la razón de todas sus preocupaciones en este momento.

— Hyung. Tranquilo estoy aquí, no te preocupes estoy aquí.—hablo Sunoo intentando sonar tranquilo a pesar que en su voz  se notaba que estaba asustado.

—Si estás aquí, este es el problema, estas aqui mama no puede verte.—dijo el mayor de forma atropellada mientras sentía que su garganta se cerraba aún más.— Mamá no puede verte ... No, no, ella no puede Dios ¿Qué hago? ¿Qué hago?

— Honnie, primero tranquilo, tranquilo respira. Todo va estar bien lo solucionaremos.— dijo Sunoo buscando la mirada contraria cuando lo escucho hablar tan desesperado.

Los ojos de Sunghoon reflejaban miedo, preocupación y evidentemente. Sunoo noto lo mal que lo ponía la situación y decidió ayudarle a pesar que no sabía muy bien como.

—  Por favor respira...  — hablo sutilmente apartándose levemente, sin llegar a soltar totalmente el cuerpo de contrario, el cual seguía temblando como si hubiese sido expuesto a temperaturas polares.— Concéntrate en mi ... Solo escucha mi voz.

Sunoo respiro despacio intentando que Sunghoon lo siguiera. El pareció entender y su corazón dolió cuando lo vio intentar respirar y fallar en el intento. Sin embargo, siguió intentando que se calmara un poco para su respiración volviera a la normalidad. 

Sunoo no dejo de intentar contener a Sunghoon lo mejor que podía a pesar de su ignorancia. Asi pasaron los minutos y tras contantes palabras de apoyo mientras respiraban juntos, Sunhoon pudo volver a respirar correctamente.

—  Mamá odia que traiga gente a casa ... Ella ella si te ve ... — menciono preocupado intentando explicar la situación a pesar de lo nervioso que estaba.

—  Shhh tranquilo, entiendo, no me puede ver. No te preocupes, me quedaré aquí. Me esconderé y no me verá.— respondió con calma mientras le acariciaba la espalda, esperando que aquello sirviera como una solución temporal al problema.

—  Okey, pero ¿Cómo te irás a casa ahora? ¿Qué vamos a hacer?

Expreso el joven patinador nuevamente en un tono de voz algo alterado mientras que Sunoo también comenzaba a sentirse ansioso al tampoco tener idea de que hacer.

—  Ya ... No sé — murmuro en voz baja.— Pero ya pensaremos en algo. Por ahora baja a comer, rápido ... Seguro te están esperando.— hizo una pequeña pausa y luego dijo.— Todo va estar bien ¿Okey?

—  Todo va estar bien ... — repitió Sunghoon mientras asentía con la cabeza despacio, aparentemente entendiendo que las cosas aún tenían tiempo de solucionarse.

El mayor lleno de aire sus pulmones y suspiro despacio besando la frente del más bajo dejando posados sus labios allí un momento.

 — Perdón por todo ... — susurro sin esperar respuesta antes de separándose del abrazo para abrir la puerta.— Vuelvo enseguida.

Sunoo simplemente asintió debido a que se había quedado mudo ante la acción y las repentinas disculpas. No entendía el porque de sus disculpas, desde su punto de vista no había hecho nada malo como para darlas sin embargo, no dijo nada y observo a Sunghoon en silencio, viendo como antes de cerrar la puerta de la habitación, miro la planta baja de su casa asustado.

Siempre había visto el lado divertido de Sunghoon, su lado gentil, cariñoso y dedicado, pero hoy, lo vio derrumbarse en varias ocasiones, vio otro lado que hizo que su corazón se arrugara y a la vez se llenara de preocupación. Tenía preguntas, muchas preguntas pero no sabía si era bueno tocar el tema ... Sunghoon tenía ansiedad y aparentemente su madre no era la mujer buena que el se imaginaba. Pensaba que la madre de Sunghoon podía ser una persona amable y cariñosa, como su hijo o también graciosa y comprensiva como era su hija; Pero después de ver el estado de alteración que tenía su hyung ante ella, se daba cuenta que estaba muy alejado de la realidad y le hacía preguntarse seriamente...

¿Qué tanto daño le había hecho esa mujer a Sunghoon para que le tuviera tanto miedo? ¿Cómo es ella realmente y porque es así con su hijo?

La cabeza de Sunoo estaba llena de preguntas y tenía miles de cosas que pensar sin embargo, el lapso de tiempo que tenía era corto y debía ser prioritario.
Le había dicho a Sunghoon que pensaría en algo para salir de aquí sin meterse en problemas y eso haría.
Pero la verdad es que ya había un problema y era que no se le ocurría absolutamente nada.

Sunoo camino hacia la ventana y por un segundo pensó que tal vez, saltar no era mala idea. Pero lamentablemente el clima lluvioso y el hecho que estaban en el segundo piso descartaban su idea de inmediato.

Necesitaba un consejo para esta situación, pero la realidad es que tampoco tenía a quien pedírselo; Jay y Jungwon no tenían que ni siquiera enterarse que estaba allí. Jake, quien le había dado la dirección de la casa de Sunghoon, tampoco era una opción, no planeaba exponer a su cómplice, sin contar que probablemente ya estaría dormido y si no lo estaba, tampoco quería que se enterará que seguía allí debido a la hora que era.

— Okey Sunoo piensa, solo ... Piensa.— suspiro pesadamente y se sentó en el borde de la cama, mientras pensaba en otras posibles opciones.

Esperar a que la madre de Sunghoon se durmiera para salir de la casa después y luego volver a su departamento en taxi sería una buena opción, si Sunghoon no le hubiera dejado en claro antes que no quería que volviera en taxi a esta hora.

— ¿Dios porque esto es tan complicado?—  estaba nervioso y a la vez tan frustrado que quería gritar un momento, pero obviamente no haría eso.

Necesitaba pensar más pero ya no tuvo tiempo de hacerlo, debido a que empezó a escuchar a alguien que subía por las escaleras a un paso un poco apresurado e inmediatamente corrió a esconderse. 

Sin embargo, quien subía las escaleras a paso apresurado era Sunghoon que llevaba escondido entre su ropa unos fideos instantáneos que planeaba preparar en su habitación y ofrecerle a Sunoo como cena, ya que estaba claro que este no había comido nada desde hace un rato, aunque estaba tan nervioso que había sido muy descuidado para robarse esos fideos que tenia bien escondidos en la alacena.

—¿¡Park Sunghoon, estás llevando comida a tu habitación a escondidas!? —La voz de su madre era como un látigo, cortante y acusadora.

Sunghoon estaba temblando, paralizado por el grito de su madre que resonó en toda la casa. Mientras que sus manos apretaban el paquete mientras se preguntaba si su peor pesadilla estaba a punto de hacerse realidad: que su madre descubriera a Sunoo. Se dijo así mismo que debía mantener la compostura, pero era imposible debido a la angustia que se apoderaba de él, mientras escuchaba a su madre subir las escaleras furiosa.

Se dio vuelta apenas, y la vio pararse delante de el un escalón mas abajo. Su madre era baja  de estatura pero su mirada cargada de una seriedad abrumante lo hacia sentir diminuto mientras se le formaba un nudo en el estómago.

— ¿Qué tienes ahí escondido? — y señalo el brazo metido a su costado bajo su ropa. No tenia caso mentirle porque era mas que obvio que algo escondido pero aun así se quedo en silencio debido a que se sentía incapaz de hablar en ese momento.— Park Sunghoon que llevas escondido ahí.— volvió a preguntar ella, pero esta vez con menos paciencia en su voz.

—. Solo... s-solo estaba llevando algo de comida.— dijo en un hilo de voz inestable, mientras sacaba de abajo de su camiseta el paquete de fideos instantáneos que no tardo mas de un segundo, en ser arrebatado de sus manos.

La reacción de su madre fue inmediata. Se acercó a él con una mirada dura, llena de desprecio y decepción.

—¿Qué te crees, que puedes comer a escondidas sin que nadie lo note?  ¿Sabes cuantos carbohidratos tiene esto, cuantas calorías? — dijo molesta lanzando el paquete de fideos escaleras abajo.— ¡Ni si quiera compramos estas cosas en esta casa! ¿Quieres subir de peso? ¿Hacer que tu traje de patinaje no te quede? ¡Vas a hacer que te ridiculicen en las redes sociales!

Cada palabra de su madre era como un golpe directo. Sunghoon sentía la humillación y la tristeza aplastándolo, y su respiración se volvió irregular. La ansiedad y el miedo se mezclaban en su pecho, haciéndolo sentir que no podía respirar nuevamente. 

—L-Lo siento, m-mamá —murmuró con la voz quebrada y los ojos vidriosos—. No volverá a suceder.

Su madre, con un suspiro de frustración, le toco tres veces con fuerza el pecho con el dedo índice, dejándolo presionado con mas fuerza a lo ultimo, haciendo que presionara sus labios para no emitir ni un solo sonido de queja.

—La próxima vez, si necesitas comer algo, llévate una fruta. No necesito que estés comiendo esa basura a escondidas.

Su madre bajo las escaleras sin volver a verlo y camino el tramo que le faltaba para llegar a su habitación y se encerró allí, apoyando su espalda contra la puerta, no quería ponerse a llorar otra vez, pero inevitablemente su tristeza se convirtió en dolor agudo, y sintió que el mundo se le venia abajo nuevamente. La comida para Sunoo no solo se había perdido, sino que ahora también llevaba el peso de una reprimenda injusta sobre sus hombros.

Sunoo, que había escuchado toda la discusión desde su escondite bajo el escritorio, no pudo soportar más el espectáculo. La furia y la impotencia se acumulaban en él mientras escuchaba a Sunghoon sufriendo de esa manera. Cuando el mayor entró en su habitación, saliendo lentamente de su escondite, con el rostro reflejando una mezcla de enojo y preocupación.

—¡¿Cómo se atreve?! —exclamó de forma moderada, la  voz le temblaba con intensidad. La injusticia y la rabia que sentía se reflejaban en sus ojos—. Sunghoon, ¿Cómo puedes dejar que te trate así? Nunca has sido gordo y ni lo estás. Ella no tiene razón en decir esas cosas.

Se acercó a el con determinación y lo tomó por los hombros, intentando que lo mirara a los ojos.

—Escúchame —dijo con firmeza—. Tú no eres lo que ella dice que eres. No dejes que esas palabras te hagan sentir mal contigo mismo. Tienes derecho a ser quien eres sin que nadie te haga sentir inferior. Tienes derecho a comer lo que quieras sin que ella te lo prohíba ...

Sunghoon, con los ojos llenos de lágrimas, dejó aquellas palabras de lo envolvieran. La rabia de Sunoo y su preocupación por él le ofrecían un respiro en medio de su dolor y la calidez su apoyo era como un bálsamo para su corazón herido.

—L-Lo siento, S-Sunoo —susurro con voz temblorosa—. Solo quería ayudarte, pero ahora no puedo ni siquiera hacer eso.

Sunoo abrazó a Sunghoon con fuerza, su corazón dolía al ver el sufrimiento que se reflejaba en el rostro de  este en ese momento y aunque no podía entender completamente la relación entre Sunghoon y su madre, iba a estar ahí para el para consolarlo.

—No tienes que disculparte por nada — murmuro acariciando suavemente la espalda contraria—. Lo único que quiero es que te sientas bien. No dejes que ella te haga sentir mal. Eres increíble tal como eres, y yo estoy aquí para recordártelo.

El abrazo se volvió mas fuerte y desde ese momento, en silencio y sin que nadie se lo pidiera Sunoo se comprometió a encontrar una solución para que Sunghoon no tuviera que pasar por esto nuevamente. Su mente estaba en ebullición con planes y estrategias para asegurar que el tiempo que pasaran juntos fuera más positivo, lejos de la influencia destructiva de aquella mujer.... Aunque n este caso era su culpa ¿no?

— Lo siento. Esto es mi culpa, te estoy metiendo en demasiados problemas  —dijo Sunoo  mientras comenzaba a sentirse culpable de haber sido el quien arrastro a Sunghoon a esta situación—. Para colmo aun no se como hacer para salir de aquí, cada opción que tengo en mente parece tener un problema. Si salgo ahora, podría ser descubierto, y si me quedo aquí, ¿Qué pasa mañana? Me siento atrapado. 

— Shhhh tranquilo.— murmuro intentando brindarle al menor algo de calma y ayudarlo a pesar que aun no se había recuperado completamente de su propia turbulencia emocional.— Puedes  quedarte a dormir aquí. Luego de momentos así mama no entra en mi habitación ... Lo único que debemos hacer mañana, es levantaremos e irnos de aquí antes de las 6. Luego de eso pasamos por tu casa, te cambias al uniforme y vamos a la escuela.

— P-Pero notaran que no estas ...

— Puedo manejarlo. Se que hacer, ya esta solucionado, no pienses mas en ello ¿Entendido?— dijo con seguridad para después separarse del abrazo y suspirar.— Ahora solo ... Concentrémonos en descansar un poco.

Sunoo asintió sutilmente con la cabeza, no queriendo volver a insistir. Entonces ambos se prepararon para dormir. El se lavo la cara, los dientes, con un cepillo de dientes nuevo que le habían dado, y salió del baño encontrándose con Sunghoon ya cambiado a ropa mas comoda, sentado en el borde de la cama.

—Escoge el lado que mas te guste. Vuelvo en un momento.— dijo antes de meterse al baño.

Sunoo miro la cama un momento y se acostó del lado que daba a la pared, sintiendo sus mejillas levemente sonrojadas cuando las sabanas cubrieron su cuerpo sintiendo como el aroma de Sunghoon lo envolvían, se sentía reconfortante luego de todo lo que había sucedido. 

Cuando la puerta del baño se abrió nuevamente, el cerro sus ojos  fingiendo dormir mientras sentía el peso en la cama hundir un poco el colchón. Sunghoon se acomodo en la cama, le dio la espalda al menor y cerrando sus ojos intentando dormir un poco. Aunque la verdad era un poco complicado quedarse dormido, el silencio entre ellos era casi palpable, cargado de la tensión de lo ocurrido y tras, tal vez, unos 15 minutos este se rompió.

—No puedo dormir —susurro dándose la vuelta, sabiendo desde un inicio que Sunoo no estaba dormido. — Se que tu tampoco ¿Te parece bien si hablamos un poco?

Sunoo abrio los ojos de inmediato y asintió, agradecido por la distracción que la conversación podría ofrecer. Mientras hablaban sobre temas banales, la atmósfera en la habitación se volvió menos tensa. Y en un intento de desviar la conversación hacia algo más ligero, Sunghoon termino preguntando sobre el trabajo de Sunoo dando clases de besos.

—Entonces, ¿Cómo empezó todo eso de enseñar besos? —preguntó con una sonrisa tímida, intentando aligerar el ambiente.

Sunoo, al principio, se mostró reacio, pero luego una sonrisa nostálgica se formó en su rostro. Empezó a hablar con un tono relajado, aunque su mirada estaba cargada de recuerdos y emociones.

—Fue una cosa rara al principio. Solo era una broma entre amigos en primer año, un apodo tonto que me dieron mis amigos luego que una chica dijera que probablemente yo seria el mejor besador de la clase ... Pero solo eran bromas, con el tiempo todos los del salón comenzaron a usar ese apodo sin tomárselo en serio, bromeando sobre que daba clases y así. Paso un año y me sorprendí mucho cuando un chico vino de primero y en privado me pregunto si era real y me pidió que le enseñara. Empecé como una broma, pero luego vi que podía ganar algo de dinero con ello. Al principio, no sabía mucho, y me enfrenté a algunas experiencias malas y por eso aparecieron las reglas, pero la mayoría de las veces fue bien. Cuando pase a tercero empecé a tomarlo en serio porque necesitaba el dinero...

 — ¿Y porque necesitabas dinero? — pregunto Sunghoon sutilmente.

—No quería ser una carga tan pesada para mis padres y quería ayudarlos a costear los gastos de algunas cosas y poder regalarles cosas bonitas cuando voy a visitarlos.

Sunoo continuó, sus palabras revelando una vulnerabilidad que no había mostrado antes. Su tono era reflexivo, y Sunghoon lo escuchaba con atención, dándose cuenta de cosas nuevas.

— ¿Entonces no vives con ellos? — Sunoo asintió y continuo explicando.

—Soy de un pueblo pequeño vine aquí porque mis padres querian que pudiera estudiar en una escuela mejor preparada que la que había en el pueblo, pero la cosa es que vivir en la ciudad es costoso.— rio un poco.— Aunque bueno al menos no estoy pagando ningún alquiler gracias a que  estoy en el departamento de mi primo Mujin, vivo con el aunque casi nunca está porque pasa mucho tiempo en casa de su novio... Ayer vino a casa a ver como estaba y el fue quien me aconsejó venir a hablar cara a cara contigo y me ayudó a entender cómo me sentía.

Sunoo se volvió hacia Sunghoon, esperando que este también pudiera abrise un poco y Sunghoon, tocado por su sinceridad, decidió abrirse sobre su propia vida, sobre algo que había estado evitando hablar con todo el mundo posiblemente.

— Como notaste mi relación con mi madre es complicada —comenzó Sunghoon, sus palabras saliendo con una mezcla de tristeza y desahogo—. Ella siempre ha tenido expectativas muy altas para mí, especialmente con el patinaje. La presión es enorme. Siento que nunca puedo cumplir con lo que ella espera. Ella siempre está preocupada por mi imagen y rendimiento. A veces, siento que no importa lo que haga, nunca será suficiente.— hizo una pausa y suspiro cerrando los ojos, cansado de esa situación.— Al inicio amaba patinar era divertido, era divertido practicar en el lago que había cerca de mi antigua casa ... El viento en la cara, la nieve cayendo y tomar chocolate caliente con mi madre y Jisoo. Todo era bonito... Pero dejo de serlo cuando mi madre decidió que seria bueno que me profesionalizara y desde alli no paro de esforzarme desde no se ¿los 6 u 8 años tal vez?  la verdad quiero dejar esto, pero a la vez, siento que el patinaje es la única forma que mi madre este orgullosa de mi.

El dolor en la voz de Sunghoon era palpable. Sunoo, al escuchar esto, sintió una ola de empatía. Se acercó un poco más a Sunghoon, como si su proximidad pudiera ofrecer algún consuelo.

—Lo siento mucho, Sunghoon —dijo con una voz suave—. No me gusta la idea de que continúes con el patinaje si no te hace feliz. No creo que la presión que sientes sea saludable. Pero si decides seguir adelante, quiero que sepas que te apoyo. Si en algún momento decides que necesitas cambiar de rumbo, estaré aquí para ayudarte a dar el paso hacia algo diferente... En ambos casos, como ya lo dije antes, estoy orgulloso de ti y de lo duro que has trabajado.

Sunghoon sintió una mezcla de alivio y gratitud por las palabras de Sunoo. El apoyo  le daba una sensación de seguridad en medio de la tormenta. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, el vínculo entre ellos se hizo más fuerte, más tangible.

La conversación continuó mientras ambos compartían detalles personales y anécdotas, el diálogo fluyendo con una naturalidad que ayudó a sanar las heridas emocionales de la noche. Sunoo hablaba de su vida en el pueblo, de las pequeñas historias que le daban alegría, y Sunghoon escuchaba, sintiendo que cada palabra era un pedazo de consuelo y comprensión.

Finalmente, el cansancio comenzó a hacer efecto, y ambos se acomodaron en la cama, tratando de encontrar descanso. El silencio de la noche estaba ahora lleno de una sensación de conexión y apoyo mutuo. Aunque la situación seguía siendo complicada, el lazo que habían fortalecido les daba una razón para sentirse un poco mejor.

⋆.˚❄️ 💋 ༘⋆

La habitación estaba en silencio, sumida en la oscuridad tranquila de la noche. Sunghoon y Sunoo habían caído en un sueño reparador tras la larga charla que habían tenido, pero en algún momento, los brazos de Sunoo, de manera casi inconsciente, se enredaron alrededor de Sunghoon, como si en sus sueños buscara una conexión aún más profunda con él. El calor del cuerpo de Sunoo y la suavidad de su respiración fueron suficientes para despertar a Sunghoon, quien siempre había sido de sueño ligero.

Al abrir los ojos, la habitación estaba bañada por la débil luz de la luna que entraba por las cortinas. Sunghoon no se movió, permaneció quieto bajo el abrazo cálido del menor, sus ojos enfocándose en el rostro tranquilo de este. Durante unos segundos, simplemente observó, sintiendo su propio corazón latir más rápido de lo normal, una mezcla de sorpresa, nerviosismo y algo más profundo que no se atrevía a nombrar.

Siempre había tenido cierta cercanía con Sunoo desde que empezó la clase de besos, era sencillo hablar con el, se sentía cómodo y fue fácil encariñarse con el. Todo iba bien, pero luego comenzó a sentir las cosas diferentes; había algo que lo hacia sentirse especial en la manera en que Sunoo lo miraba, en cómo interactuaban. Cada pequeño gesto de Sunoo, cada sonrisa, lo hacía cuestionarse si esos sentimientos que estaba experimentando eran normales entre amigos. O si, en realidad, había algo más.

Sunghoon se mordió el labio con suavidad, tratando de calmar las emociones que le revoloteaban en el pecho. No podía ignorar el hecho de que la línea entre amistad y algo más con Sunoo estaba cada vez más borrosa. A veces, sentía que Sunoo le daba señales, pequeños indicios de que podría haber interés mutuo, pero ¿y si solo estaba malinterpretando? ¿Y si todo era producto de su imaginación? La mínima esperanza que sentía se mezclaba con una duda que lo paralizaba.

El miedo a arruinar lo que tenían era real. ¿Qué pasaría si un día, en un momento de debilidad, decidiera confesarse? ¿Perdería a Sunoo para siempre? La idea de romper esa conexión tan especial lo atormentaba. No podía arriesgarse a perderlo, no cuando Sunoo se había vuelto alguien tan importante en su vida, alguien que lo comprendía y lo hacía sentir aceptado de una manera que otros no lo hacían.

Suspiró, su mirada todavía fija en el rostro dormido de Sunoo. Le gustaría tener las respuestas claras, pero en ese momento todo era confusión. 

Y mientras sus pensamientos seguían enredándose en esa maraña de dudas, otra preocupación apareció, una que había estado tratando de evitar por mucho tiempo: Yuqi.

Quizás hoy era el día de pensar o de hablar, sobre las cosas que estuvo ignorando por mucho tiempo...

Yuqi era alguien especial para él, o al menos lo había sido. Habían compartido momentos que antes le parecían llenos de posibilidades, pero ahora... también todo se sentía diferente. Recordó su última cita. No había sido un desastre, ni mucho menos. No hubo discusiones, ni silencios incómodos, pero algo estaba claramente fuera de lugar. Desde el principio, Sunghoon había sentido una desconexión, una sensación incómoda de que algo había cambiado. Yuqi seguía mostrándose cariñosa y entusiasmada, y eso solo aumentaba el peso en su pecho. Ella sigue ilusionada, pensó, con un dolor creciente. Ella todavía cree que podemos ser algo más. Pero yo... yo ya no siento lo mismo. Las cosas no pueden seguir así...

Sabía que tenía que ser honesto con ella. Yuqi seguía ilusionada, esperando que ambos pudieran llegar a ser algo, y aunque no quería lastimarla, mantener esa ilusión viva solo empeoraría las cosas. No era justo ni para ella ni para él. Intentar forzar un amor que ya no existía solo traería más dolor al final.

Lo más complicado era que no quería romperle el corazón. Sabía que Yuqi era una persona sensible, y su cercanía con ella significaba mucho para él. Pero, también entendía que debía ser sincero consigo mismo. No podía seguir mintiéndose, fingiendo que todavía podía amar a Yuqi de la misma manera que lo había hecho antes. Había un cariño profundo por ella, sí, pero ya no era el amor romántico que había sentido antes.

Aún recordaba el momento exacto en la cita cuando lo supo con certeza. Estaban caminando juntos, y aunque hablaban y reían como siempre, sentía que algo faltaba. Miró a Yuqi, y en lugar de sentir la emoción que solía llenarlo, solo sintió una calma casi indiferente. Fue en ese instante que comprendió que su corazón ya no pertenecía a ella. La amistad que sentía era sincera, pero los sentimientos románticos habían desaparecido.

Sunghoon exhaló lentamente, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que tendría que hablar con Yuqi pronto, confesarle que ya no sentía lo mismo, que no podían ser la pareja que ella esperaba. Era lo correcto, aunque sería doloroso. No podía seguir viviendo en esa mentira, intentando forzarse a amar a alguien cuando su corazón ya estaba en otro lugar.

A medida que esos pensamientos se asentaban en su mente, el abrazo de Sunoo, cálido y reconfortante, le recordaba que la vida no siempre era tan clara como quería. Las relaciones eran complicadas, y los sentimientos, aún más. Pero una cosa era segura: tenía que ser honesto, tanto con Yuqi como consigo mismo.

Con esos pensamientos, Sunghoon se acomodó en la cama, dejando que el sueño lo fuera envolviendo lentamente. Aunque la incertidumbre seguía allí, esa noche no se sentía tan solo. Sunoo estaba a su lado, y eso, por ahora, era suficiente.

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El amanecer apenas comenzaba a asomar cuando Sunghoon se despertó. Abrió los ojos lentamente, parpadeando para acostumbrarse a la suave luz que se filtraba por las cortinas. Giró la cabeza en dirección a Sunoo, quien seguía profundamente dormido a su lado. Por un instante, el tiempo pareció detenerse mientras lo observaba. Sunoo dormía plácidamente, con su pecho subiendo y bajando de manera rítmica, y su expresión, completamente relajada, transmitía una calma que Sunghoon no pudo evitar sentir también.

Los mechones oscuros de cabello caían desordenadamente sobre su frente, y sus labios estaban ligeramente entreabiertos, como si estuviera a punto de decir algo en sueños. El se quedó ahí, inmóvil, sintiendo una calidez suave extendiéndose en su pecho al observarlo. 

—"Esto se siente... tan bien"— pensó, sorprendido por la sencillez y al mismo tiempo la profundidad de esa sensación. Le gustaba el hecho de despertar junto a Sunoo, la cercanía, la paz en ese momento compartido.

Pero entonces, como un reflejo, se regañó mentalmente.— "No deberías estar pensando así, Sunghoon. No hagas esto más complicado de lo que ya es".— Sin embargo, por mucho que intentara callar esa parte de sus pensamientos, no podía negar lo que sentía: una conexión que iba más allá de la simple amistad, una ternura que lo invadía con cada pequeña interacción entre ellos.

El reloj en su mesita de noche marcaba las cinco de la mañana. Todavía quedaba una hora antes de que su madre se levantara, pero sabía que tenían que ser rápidos si no querían ser descubiertos. Miró a Sunoo una vez más, esa expresión tan tranquila mientras dormía, y dejó escapar un suspiro silencioso. 

—Deja que duerma un poco más.— se dijo, antes de levantarse con cuidado para no despertarlo.

Caminó hacia el baño en silencio, cerrando la puerta detrás de él antes de dejar que el agua de la ducha lo envolviera, despejando su mente. Pero incluso bajo el chorro de agua caliente, sus pensamientos no se apartaban de Sunoo.

— ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado con él? —  se preguntaba una y otra vez, sin encontrar respuestas claras. Se secó rápidamente, y mientras se vestía con su uniforme escolar, ajustándose el cuello de la chaqueta, no pudo evitar sentirse nervioso. Estaba atrapado entre esa confusión, entre lo que era correcto y lo que realmente deseaba. 

— ¿Por qué tiene que ser el, la persona que me hace sentirme así? — se cuestiono nuevamente mientras se ponía los pantalones con movimientos automáticos y echó un vistazo rápido al reloj una vez más. Aún quedaba tiempo, pero no tanto como para relajarse. Suspiró mientras arreglaba su mochila y luego sacaba del armario una muda de ropa limpia y más abrigada que pensó que podría quedarle a Sunoo, debido a que hacia mas frio que ayer y era peor por la hora que era. Cuando tuvo todo listo, decidió que era hora de despertarlo.

Se acercó a la cama en silencio, inclinándose ligeramente para observar el rostro adormecido de Sunoo. "Es hora de irnos", se dijo mentalmente, pero había una pequeña parte de él que deseaba quedarse más tiempo así, en ese momento tranquilo, como si no hubiera preocupaciones ni urgencias.

— Sunnie, despierta.— susurró con suavidad, pero no hubo respuesta. Sonrió ligeramente al ver que Sunoo seguía durmiendo profundamente, con su cuerpo envuelto en las sábanas. "Parece tan cómodo...", pensó, mientras lo tocaba suavemente en el hombro para sacudirlo con cuidado. — Vamos cariño, es hora de levantarse.

Sunoo soltó un pequeño suspiro, girándose ligeramente antes de parpadear y abrir los ojos de manera desorientada. Sunghoon contuvo una risa suave al ver su expresión adormilada, mientras Sunoo intentaba entender lo que estaba pasando. Tenía el cabello completamente desordenado y los ojos medio cerrados, lo que le daba un aspecto particularmente adorable. 

—Es hora de irnos.— explicó tratando de mantener su tono calmado. — Mi mamá se despierta a las seis y siempre viene a verme. Si no salimos antes de que eso pase, estaremos en grandes problemas.

Sunoo asintió, todavía luchando por despertar completamente, y mientras tanto le pasó la ropa que había preparado para él.— Te traje esto. Es más abrigado y está limpio. — añadió con una sonrisa leve.

Sunoo asintió y se vistió con movimientos lentos mientras el miraba hacia otra parte. A pesar de la urgencia de la situación, había algo en esa mañana que le parecía especial. La calma, la intimidad compartida en silencio... era como si por un breve momento, solo existieran ellos dos.

Una vez listos, ambos se dirigieron hacia la puerta con sigilo. Cada paso era medido y silencioso, el crujido de las escaleras les recordaba que estaban caminando sobre una fina línea. El corazón de Sunghoon latía con fuerza, pero no solo por el temor a ser descubiertos, sino por la emoción de lo que estaban haciendo juntos. Eran solo ellos dos, compartiendo una pequeña aventura que los unía aún más.

Cuando finalmente cruzaron la puerta de la casa, el aire frío de la mañana los golpeó. El silencio de la calle contrastaba con la tensión que habían sentido minutos antes. Ambos se miraron y, sin decir una palabra, sus labios se curvaron en sonrisas cómplices. El alivio de estar fuera, el compartir ese momento... era todo lo que necesitaban.

De repente, sin pensarlo mucho, Sunghoon extendió la mano y tomó la de Sunoo. Fue un gesto natural, como si en ese preciso instante, fuera lo único correcto que podían hacer. Los dedos de Sunoo se entrelazaron con los suyos, y ambos comenzaron a correr, sus risas entrecortadas por la emoción de haber escapado sin ser atrapados.

Corrieron sin detenerse, sintiendo la brisa fría de la madrugada en sus rostros. Sus respiraciones entrecortadas dejaban ver pequeñas nubes de vapor en el aire, pero la calidez de la mano de Sunoo aferrada a la suya lo mantenía cálido por dentro. No quería soltarlo, no quería que ese momento terminara. Mientras corrían, con el sol apenas comenzando a teñir el horizonte, la risa de Sunoo llenaba el aire, y Sunghoon se dejó llevar por ese sonido. Dejando atrás todo el dolor que había sentido la noche anterior...

Corrieron un buen rato hasta que se cansaron y luego tomaron un taxi hasta el departamento donde vivía Sunoo debido a que debía preparase para ir a la escuela y de paso planeaban desayunar algo..

— Aun tenemos tiempo podemos desayunar tranquilos" comentó Sunoo mientras caminaban hacia la entrada del edificio. Sunghoon asintió, todavía sosteniendo la mano contraria de forma inconsciente, no se habían soltado en ningún momento.

Cuando llegaron al ascensor, Sunoo pulsó el botón y esperaron en silencio unos segundos antes de que las puertas se abrieran. Mientras ascendían, el sonido mecánico del ascensor llenaba el aire, pero Sunoo rompió el silencio de repente.

—Por cierto, es probable que mi primo siga en casa. Así que te lo voy a presentar.— comento mientras sonreía dulcemente.

El asintió, aunque un pequeño nudo de nerviosismo comenzó a formarse en su estómago. No conocía al primo de Sunoo y, de algún modo, quería causar una buena impresión.

Las puertas del ascensor se abrieron y ambos salieron caminando hacia la puerta del departamento de Sunoo y toco la puerta tres veces y luego inhaló profundamente, como si se estuviera preparando para algo. Sunghoon notó esa pequeña pausa, pero no dijo nada.

Cuando finalmente se abrió la puerta, los recibió un chico alto, de cabello oscuro y algo desalineado. Sus ojos oscuros se abrieron un poco más al verlos, especialmente al notar la presencia de Sunoo. En ese momento, el chico, que parecía algo nervioso, enderezó la espalda y soltó un saludo rápido.

— Ah, Sunoo... buenos días.

Sunoo lo observó por un segundo, su mirada afilándose ligeramente. Había algo en la forma en que el chico hablaba y se movía que no encajaba con su comportamiento habitual.— Hwon — dijo, en un tono neutral, mientras lo miraba sin cambiar su expresión.— ¿Estás aquí desde ayer?

Hwon asintió, rascándose la nuca.— Sí... bueno, pasé la noche aquí.

Justo en ese momento, otro chico apareció desde el pasillo que conectaba con las habitaciones. Tenía el cabello rubio que caía de manera despreocupada sobre su frente, y sus ojos, que parecían los de un gatito, reflejaban sorpresa al ver a Sunoo parado en la puerta.— ¡Ah, Sunoo! No sabía que llegarías tan temprano...— dijo nervioso mientras inmediatamente cubría su cuello con la palma de la mano.

Sunoo lo miró fijamente por un segundo, sus ojos mostrándose más fríos que de costumbre, pero no dijo nada al principio. Era evidente que la situación lo había tomado por sorpresa. Observó a Hwon y luego a su primo, Mujin, quien intentaba disimular su nerviosismo. El ambiente se tornó incómodamente tenso, como si una burbuja estuviera a punto de explotar en cualquier momento.

Por su parte, sintió la tensión en el aire. No conocía los detalles, pero podía intuir que Sunoo no estaba precisamente feliz con la presencia de Hwon en su casa, al menos no de la forma en que lo había encontrado.

Sunoo finalmente rompió el silencio con un suspiro, mostrando su molestia de forma sutil pero evidente. —Bueno, él es Sunghoon —  dijo, cambiando de tema de manera abrupta y señalando a su amigo que había estado observando todo en silencio.— Vine para cambiarme y para desayunar algo con Sunghoon.

— Hola — saludó con un pequeño movimiento de mano, mientras sonreía sutilmente, sintiéndose un poco fuera de lugar.

Hwon asintió de vuelta, todavía incómodo, mientras Mujin también se mostró un poco tenso, respondiendo al saludo de Sunghoon con una sonrisa algo forzada.

Cuando Sunoo decidió entrar en su habitación, lo hizo con un suspiro prolongado, pero antes de cerrar la puerta, lanzó una mirada significativa a Mujin.— Ven conmigo, tenemos que hablar —dijo con tono firme, sin dar lugar a protestas. y Mujin, nervioso, asintió y lo siguió rápidamente, dejando a Hwon y Sunghoon solos en la sala.

Por un momento, el silencio fue palpable, ambos chicos intercambiaron miradas incómodas sin saber muy bien qué hacer o decir. Hwon, quien todavía mostraba señales de nerviosismo por haber sido sorprendido, se rascó la nuca y luego dejó escapar una risa nerviosa.— Ammm bueno, creo que no nos presentamos bien antes— comentó, sonriendo de manera más relajada. — Soy Hwon, es un placer conocerte de verdad, Sunghoon. Ya había escuchado de ti.—

—  Igualemente.— dijo mientras sonreía un poco desconcertado.—¿Escuchaste de mi?  

El mas alto hizo un pequeño sonido de afirmación con la boca— Si, Sunoo a veces nos habla de ti.— contesto con una sonrisa tranquila mientras caminaba hacia la cocina.— El suele desayunar avena ¿Quieres comer lo mismo o te gustaría otra cosa?

— Avena esta bien — contesto con cierta timidez mientras miraba a su alrededor mientras su corazón latía nervioso. ¿Sunoo, en serio, habla de el con otras personas?

Hwon movía tranquilo por la cocina mientras continuaba metido en sus pensamientos ¿Qué decía Sunoo de el? ¿Decía cosas buenas? ¿Sera que se quejaba de algo?  Quería preguntar pero a vez pensaba ¿Seria raro?

—Oye, solo por curiosidad — comenzó a decir Hwon con un tono más relajado.— ¿Tú y Sunoo son novios?

Sintió que su corazón saltaba un poco al escuchar la pregunta. El calor subió a sus mejillas y, nervioso, sacudió la cabeza rápidamente.— No, no somos... somos solo amigos.— aclaró, aunque sus palabras sonaron un poco más apresuradas de lo que pretendía.

Hwon, al darse cuenta de que su pregunta había puesto a Sunghoon en una posición incómoda, se rio avergonzado y levantó las manos como si quisiera disculparse.— Oh, lo siento, lo siento. No quise incomodarte, es solo que... se ven lindos juntos y como Sunoo simplemente habla de lo maravilloso que eres, supuse que tal vez estaban saliendo. 

Sus mejillas se sonrojaron aún más al escuchar esas palabras. La idea de que alguien más lo viera a él y a Sunoo como pareja le causó una mezcla de vergüenza y algo que no había sentido antes: una pequeña chispa de ilusión. "¿Nos vemos lindos juntos?", pensó. Esa simple observación lo hizo imaginar, aunque fuera por unos breves segundos, lo que sería realmente ser el novio de Sunoo. Aunque sabía que no era el caso, la idea lo hizo sonreír tímidamente.

— ¿De verdad piensas que nos vemos bien juntos?— preguntó en un tono un poco más bajo de lo normal, mientras miraba tímidamente a Hwon. No pudo evitar que su corazón latiera con más fuerza al decirlo.

Hwon, todavía un poco avergonzado, asintió mientras seguía revolviendo la avena en la cocina. —Sí, claro que sí— dijo con una sonrisa sincera.— Tienen una buena vibra. Se nota que se llevan bien, y además... no sé, es solo una de esas cosas que sientes cuando ves a dos personas juntas.

al escuchar aquello simplemente no supo cómo responder, pero la pequeña ilusión que había nacido en su corazón comenzó a crecer un poco más con esas palabras, de alguna forma le daba una mínima esperanza. "¿Y si...?" pensó, pero inmediatamente se regañó mentalmente por dejarse llevar. "No, no puedo arriesgar lo que tenemos. No podría soportar perderlo si las cosas no salen bien."

El sonido de Hwon sirviendo la avena lo sacó de sus pensamientos. —Aquí tienes —dijo extendiendo  amablemente el plato hacia el con una sonrisa.— Nada espectacular, pero suficiente para empezar el día.—

Sunghoon tomó el plato agradecido, intentando calmar los latidos de su corazón mientras se sentaba a la mesa. Mientras comía en silencio, su mente no dejaba de dar vueltas a la conversación y a la idea de él y Sunoo siendo algo más que amigos.

Hwon, se sentó delante de Sunghoon y mientras bebía lentamente su café, observó cómo el chico parecía estar en otro mundo, con la mirada perdida en su plato y un ligero nerviosismo en sus gestos, cosa que para el no pasó desapercibida. Aprovechando uno de los momentos en que Sunghoon no estaba masticando, Hwon lo miró de reojo, intentando no ser demasiado brusco, y con una voz suave, casi susurrante, lanzó la pregunta que estaba en su mente desde hacía rato.

— Tu y Sunoo no son novios, pero el te gusta ¿Cierto?

La pregunta cayó como una bomba en el aire. Sunghoon se alarmó visiblemente, su cuerpo tensándose al instante. Casi dejó caer la cuchara que sostenía, y sus ojos se abrieron como platos. El silencio se volvió incómodo mientras negaba rápidamente con la cabeza.— ¡No! No es eso...—  comenzó a decir, su voz sonando apresurada y algo nerviosa, buscando las palabras correctas para explicarse.

Pero antes de que pudiera continuar, Hwon dejó su taza sobre la mesa con un suave golpe, interrumpiéndolo de manera tranquila.— Tranquilo, no tienes que decir nada si no quieres.— dijo con una sonrisa amable.— Solo te lo menciono porque... bueno, Mujin y yo también fuimos amigos por mucho tiempo antes de que algo cambiara.

Sunghoon se quedó en silencio, su mente procesando aquellas palabra. Había una honestidad en su tono que le hizo quedarse quieto, sin saber bien cómo reaccionar. Sus ojos se fijaron en los contrarios, intrigado por lo que venía.

Hwon, al ver que había captado la atención de Sunghoon, continuó, esta vez con una mirada un poco más nostálgica.— Mujin fue mi hyung favorito durante años. Siempre me cuidaba, estaba ahí para mí. Yo... solía asustarme con solo pensar que podía perderlo si le decía lo que sentía. Pasamos mucho tiempo juntos, y cuanto más lo veía, más miedo tenía de arruinarlo todo.— soltó una pequeña risa, casi melancólica, recordando esos momentos de incertidumbre.— Me aterraba la idea de confesarme y que eso lo alejara de mí. Pensaba que lo nuestro era perfecto tal como era. ¿Por qué cambiarlo?

Sunghoon permaneció en silencio, escuchando atentamente. Las palabras de Hwon resonaban profundamente en él. La similitud con su situación era innegable. Él también había experimentado ese mismo miedo, esa misma duda. El temor de que un mal paso pudiera destruir la amistad que tenía con Sunoo, esa conexión que tanto valoraba.

— Al principio ...— continuó Hwon.— traté de ignorarlo, de convencerme de que solo era una fase. Pero cada vez que Mujin me sonreía, cada vez que hacíamos algo juntos, esos sentimientos se hacían más fuertes. Y me daba cuenta de que, aunque lo intentara, no podía seguir negando todo lo que sentía.

Sunghoon se sintió identificado con esas palabras. Recordó todos los momentos con Sunoo, los pequeños gestos, las risas compartidas, el día que lo llevo a la pista de patinaje e incluso los silencios cómodos entre ellos. Y aunque intentaba convencerse de que todo estaba bien como estaba, la verdad era que cada vez era más difícil ignorar lo que sentía. "¿Podría ser que yo también...?" pensó, pero se obligó a detenerse. No era el momento de enfrentar esa realidad. No todavía.

Hwon lo observó en silencio por un momento, viendo cómo las emociones cruzaban por el rostro de Sunghoon. Sabía lo que era estar en esa situación, atrapado entre el miedo y el deseo, sin saber si dar el paso o quedarse en la comodidad de lo conocido.— Mujin también estaba asustado — continuo suavemente— no fue fácil para ninguno de los dos. Pero al final, cuando le confesé lo que sentía... bueno, él también sentía lo mismo. Resulta que ambos estábamos igual de aterrados por perder al otro.

Sunghoon bajó la mirada, sintiendo el peso de esas palabras. Aunque la historia de Hwon parecía tener un final feliz, eso no garantizaba que la suya lo tendría. Y sin embargo, la duda comenzaba a asentarse en su corazón. ¿Y si Sunoo también sentía lo mismo?

—Supongo que lo que trato de decir, es que a veces el miedo nos detiene, nos paraliza. Pero si no somos honestos con lo que sentimos, también nos quedamos atrapados en una incertidumbre que puede ser igual de dolorosa.

Sunghoon levantó la vista, su mente llena de pensamientos confusos. Quería decir algo, pero las palabras no llegaban. No sabía cómo manejar lo que estaba sintiendo, ni siquiera cómo entenderlo completamente.

Hwon, notando la tensión en Sunghoon, sonrió amablemente.— No tienes que decidir nada ahora, ¿sabes? Solo quería compartir mi historia porque... sé cómo se siente. Y lo único que puedo decirte es que, a veces, ser honesto contigo mismo es el primer paso. Lo demás vendrá después.

Asintió lentamente, agradecido por las palabras de Hwon, aunque todavía se sentía atrapado en su dilema. A medida que el silencio volvió a instalarse entre ellos, Sunghoon pensó en Sunoo, en lo que realmente quería y en lo que estaba dispuesto a arriesgar.

En ese momento, Mujin apareció corriendo desde el pasillo como si lo persiguiera un depredador, sus pasos resonando por todo el departamento.— ¡Sunoo, por favor, perdóname solo estaba jugando!— exclamaba mientras se escondía rápidamente detrás de Hwon.— ¡Mi vida depende de ti, amor!— continuó con un tono dramático, aferrándose a la espalda de su pareja con los ojos cerrados, como si esperara un castigo inminente. Hwon, desconcertado pero divertido, le acarició la cabeza en un intento de calmarlo.

Sunghoon observó la escena con sorpresa y un toque de risa reprimida. Fue entonces cuando Sunoo apareció por el pasillo, ya cambiado con su uniforme escolar, pero claramente molesto. Tenía las cejas fruncidas y los labios apretados en una línea recta, pero había algo tan adorable en su semblante enfadado que Sunghoon no pudo evitar sentir un pequeño nudo en el estómago. Las mejillas de Sunoo se habían encendido en un tono rosado que lo hacía parecer más un gatito molesto que alguien realmente peligroso.

— ¡Oye no seas tramposo!. No vale si te protegen — acuso a primo y miro a Hwon y este negó con la cabeza abrazando al rubio mientras reía. No iba a soltarlo por lo que rodo los ojos.—Ya te voy a atrapar, Mujin ... — murmuró en voz baja mientras se cruzaba de brazos y bufaba, inflando las mejillas con un aire de resignación.

Hwon miró la situación, comprendiendo rápidamente que era el momento perfecto para intervenir. — Muy bien, muy bien, ya basta.— dijo con una sonrisa juguetona.— Te prepare la avena como te gusta, aun tienen como cuarenta minutos antes de irse así que terminen de desayunar con calma.— dijo mientras se levantaba palmeando los hombros del rubio cariñosamente.— Vamos, Mujin, ven conmigo. Necesitamos terminar de preparar algo para nuestro desayuno.

— Pero nosotros ya desayunamos en la cama ... — dijo un poco desconcertado negándose a irse. 

— Bueno aun tengo hambre, así que vamos a la cocina.— dijo mientras agarro a su pareja por el brazo y comenzó a llevarlo hacia la cocina, dejando escapar una risa suave.— Tienes trabajo, ayudante.

Pero antes de desaparecer por completo en la cocina, Hwon giró la cabeza y le lanzó a Sunghoon un guiño discreto y cómplice, dejando en claro que su intención era darles un momento a solas. 

Sunghoon sintió que su corazón le daba un vuelco y sus mejillas se calentaban un poco, ante esa pequeña complicidad que ahora tenia con Hwon. Trató de recomponerse, llevándose un vaso de jugo a los labios mientras echaba un vistazo a Sunoo, que se sentaba frente a él en la mesa. Por unos instantes, simplemente se quedó observándolo, sintiendo cómo su mente se llenaba de preguntas y sentimientos contradictorios. Finalmente, rompiendo el silencio, habló con suavidad.— ¿Y... qué pasó?— preguntó, con cautela, sin querer incomodarlo.

Sunoo desvió la mirada hacia la mesa, las puntas de sus orejas enrojeciendo mientras se removía incómodo en la silla.— No quiero hablar de eso... — respondió, su tono indicaba que lo último que quería era profundizar en el tema. Era evidente que lo que fuera que había sucedido lo había molestado, pero también parecía algo personal que Sunghoon decidió no tocar más por el momento.

—Está bien.— asintió Sunghoon, su voz transmitiendo comprensión. Aunque sentía curiosidad por saber qué había ocurrido, entendía que a veces era mejor dejar a la otra persona procesar a su propio ritmo. Pero cuando Sunoo volvió a hablar, no pudo evitar quedarse quieto, sorprendido.

— Gracias por dejarme quedarme en tu casa — comenzó a decir usando un tono suave y serio — Y también te agradezco, por todo lo que hiciste para sacarme de ahí.

Sunghoon parpadeó, sus ojos enfocados en el rostro de Sunoo. ¿Él estaba agradeciéndole? ¿A él, que casi había causado un desastre al sacarlo de casa en mitad de la madrugada?— Ah, no fue nada.— respondió apresuradamente, intentando restarle importancia. 

—Aunque, ¿no tendrás problemas por haber salido así?— preguntó con un ligero toque de preocupación en su voz.

Sunghoon lo observó, sintiendo una mezcla de emociones. Sabía que, de alguna manera, ambos estaban arriesgándose esa mañana.— Bueno... problemas sí tendré, seguro.— admitió, dejando escapar una risa nerviosa mientras se rascaba la nuca.— Pero, ¿sabes qué? No me importa.

Sunoo levantó la vista, sus ojos mostrando una chispa de curiosidad ante las palabras de Sunghoon. —¿No te importa?.

— Claro que no.— continuó Sunghoon, sonriendo de manera honesta.— Porque gracias a eso, estás a salvo, y además... si no lo hubiera hecho, no estaría aquí contigo.—  lo miró directo a los ojos, con una intensidad que hizo que Sunoo parpadeara, sorprendido.— No estaría conociendo tu departamento, a tu primo... ni estaríamos desayunando juntos ahora mismo.— sus palabras eran sinceras, casi poéticas, y eso hizo que Sunoo se quedara sin palabras por unos instantes.

— Eres un tonto.— murmuró Sunoo, aunque sin un ápice de dureza en su tono. De hecho, en sus labios se formó una pequeña sonrisa, y por un momento, sus mejillas volvieron a tomar ese color rosado.— Pero... gracias.— agregó, bajando la mirada hacia su plato, visiblemente tocado por lo que Sunghoon había dicho.

El sintió una calidez en su pecho al verlo así. Aunque las cosas podían complicarse mucho más de lo que esperaba, en ese instante, todo valía la pena.

Sin embargo, la paz fue interrumpida cuando el teléfono de Sunghoon vibró en la mesa, sobresaltándolos a ambos. Él bajó la mirada hacia la pantalla y vio el nombre de su madre brillando en grandes letras, seguido por el tono de llamada insistente.— Creo que ya noto que no estoy en casa.— murmuró mientras tomaba el dispositivo. Sin pensarlo mucho, apretó el botón de colgar. Pero el teléfono comenzó a vibrar de nuevo, esta vez con notificaciones de mensajes que llegaban una tras otra.

Sunghoon dejó escapar un suspiro mientras abría la pantalla y leyó algunos de los textos. "¿Dónde estás? ¡Te dije que no salieras sin permiso!" se leía en uno, dejando en claro la furia de su madre. Decidió enviar un mensaje  "Estoy bien, voy a la escuela. Te veo en casa después."  y luego de asegurarse que el mensaje llegara, sin esperar respuesta, apago el teléfono por completo, colocando el aparato boca abajo en la mesa.

Sunoo lo observó en silencio, con una mezcla de curiosidad y preocupación en sus ojos.— ¿Qué vas a hacer?.— preguntó finalmente, su voz quebrando la tensión en el aire.

Se encogió de hombros, sonriendo con un poco de nerviosismo.— ¿Qué puedo hacer? —respondió con una risa forzada.— Probablemente me meteré en problemas, pero ¿sabes qué?— Pausó un momento, mirándolo fijamente. — No me importa. Estoy aquí contigo y, de alguna forma, eso hace que todo esto valga la pena.

Los ojos de Sunoo se agrandaron un poco al escuchar esas palabras. Durante un breve segundo, sus miradas se encontraron, y una calidez extraña llenó el espacio entre ellos. Era como si, por primera vez, ambos compartieran algo más que simples palabras.

Sunoo sintió su corazón acelerarse, pero simplemente respondió otra vez diciendo— Eres un tonto...— mientras su boca se curvaba en una sonrisa suave. Y, aunque no lo dijera en voz alta, en el fondo, agradecía esa clase de tonto que era Sunghoon.

Porque ese tonto, siempre lograba conmoverlo y hacer que mandara su profecionalismo a la mierda. Cada frase y cada gesto hacían que su corazón latiera con fuerza, agitando ese sentimiento que había tratado de guardar en lo más profundo de su pecho. Porque aunque intentara convencerse de que lo que sentía era solo una amistad cercana, sabía muy bien que eso no era cierto. Había aceptado ya que le gustaba Sunghoon, lo tenía claro, y esa certeza dolía más de lo que estaba dispuesto a admitir. No quería perder la amistad que compartían, pero su corazón parecía tener otros planes, revelando sus verdaderos deseos cada vez que Sunghoon se acercaba o le sonreía de esa manera despreocupada.

Sin embargo, no planeaba decirle nada al respecto. Después de todo, Sunghoon estaba interesado en Yuqi. Sunoo no era ingenuo; sabía que los sentimientos no se forzaban y que, a veces, la mejor forma de protegerse era no esperar demasiado. Así que decidió disfrutar al máximo las "clases de besos" que habían acordado. Y, cuando todo terminara, se obligaría a olvidar lo que sentía por él, como si esos momentos compartidos fueran solo un breve capítulo en su vida. Pero esa resolución no hacía que la situación fuera menos dolorosa, y cada vez que pensaba en el momento en que tendría que dejarlo ir, una punzada de tristeza atravesaba su corazón.

Mientras terminaban de desayunar en silencio, Sunoo recordó la conversación que había tenido con Mujin en la habitación mientras se cambiaba. 

Mujin, que siempre había sido como un confidente para él y había notado que algo no andaba bien... 

—¿Qué pasa? Se que no me trajiste aquí solo para quejarte que metí a Hwon al departamento —le preguntó, observando la forma en que Sunoo se mordía el labio mientras elegía su uniforme.

—Es Sunghoon... él...— comenzó Sunoo, pero se detuvo, las palabras atascadas en su garganta. Mujin lo miró con una sonrisa suave, sabiendo exactamente hacia dónde se dirigía esa confesión.

— No pasa nada si te gusta, ¿sabes?— le había dicho Mujin con una voz tranquila.— Y no tiene nada de malo querer estar con él.— Sunoo se quedó en silencio, ajustándose la corbata del uniforme mientras su primo lo observaba pacientemente. Mujin luego agregó.— Deberías confesarle cómo te sientes. Tienes posibilidades. Después de todo esta soltero.

Sunoo había negado con la cabeza, soltando un suspiro.— Es imposible.— respondió finalmente, sintiendo el peso de esa realidad. Para él, la idea de decirle a Sunghoon lo que sentía era tan remota como imaginar que los planetas cayeran del cielo. Había decidido que lo mejor era mantener sus sentimientos en secreto, disfrutar lo que tuviera con él ahora y, después, dejarlo ir. Mujin sabía que Sunoo estaba enamorado, pero también sabía que su primo estaba asustado por lo que no lo presionaría más de lo necesario. Era suficiente con haber plantado la semilla de la idea de que había una posibilidad que ese amor naciera y las cosas funcionaran.

La charla en la mesa de desayuno continuó luego de unos momentos con un tono más relajado. Hwon y Mujin intercambiaban bromas mientras se movían por la cocina, Terminando de preparar y sirviendo la comida. Sunghoon y Sunoo se unían a las risas, disfrutando de esa sensación de normalidad que contrastaba con la tormenta de emociones que se agitaba en el interior de cada uno.

Antes de que se dieran cuenta, el reloj marcaba la hora de salir para la escuela. Sunoo se levantó primero, tomando su mochila del respaldo de la silla y colocándosela sobre un hombro.— Bueno, es hora.— dijo con un tono animado, aunque sus ojos delataban un rastro de nerviosismo. Sunghoon asintió, terminando el último sorbo de su jugo antes de ponerse de pie. Sabía que aún faltaba tiempo para que las clases comenzaran, pero llegar temprano siempre era lo más seguro.

Ambos se despidieron de Mujin y Hwon, quienes se acercaron para darles una palmadita amistosa en la espalda. 

—¡Tengan un buen día!— exclamó Hwon con una sonrisa amplia. Mujin, por su parte, lanzó una mirada significativa a Sunoo, como si quisiera transmitirle un último empujón de ánimo. Sunoo, consciente de lo que esa mirada implicaba, simplemente asintió, intentando no dejar que los nervios se notaran demasiado en su expresión.

—¡Nos vemos luego!— respondió Sunoo, tratando de sonar más seguro de lo que realmente se sentía. Y con esas palabras, ambos chicos salieron del departamento, cerrando la puerta tras ellos y dejando atrás el refugio cálido y seguro.

El aire frío de la mañana los envolvió de inmediato. Al dar los primeros pasos sobre la acera, el silencio se apoderó del ambiente, solo interrumpido por el sonido suave de sus zapatos sobre el pavimento. Era un silencio tranquilo, pero había algo cargado en la atmósfera, una sensación que los hacía estar más conscientes de la presencia del otro.

— Vaya... hace frío.— comentó Sunghoon al cabo de unos minutos, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta. Su aliento formaba pequeñas nubes blancas delante de su rostro. —Parece que va a nevar uno de estos días.

Sunoo miró hacia el cielo, respirando hondo mientras contemplaba las nubes grises que se acumulaban sobre la ciudad. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios al imaginar la nieve cubriendo el paisaje.— Me gusta la nieve. Me gustaría poder ver la primer nevada de este año ...la ultima vez estaba de viaje y el lugar a donde fui no dejaba de llover — dijo con voz suave, sus ojos brillando con una chispa de entusiasmo.

Sunghoon lo observó de reojo, anotando mentalmente ese detalle. Quería recordar cada pequeña cosa sobre Sunoo: lo que le gustaba, sus sonrisas, incluso esos momentos en los que su mirada se tornaba distante y melancólica. Había algo en su interior que lo empujaba a atesorar cada uno de esos instantes.

— Lo recordaré.— murmuró para sí mismo, casi inaudiblemente. Sunoo, al oír un leve sonido, lo miró con curiosidad, arqueando una ceja. 

—¿Dijiste algo?— preguntó, inclinando un poco la cabeza hacia él.

Sunghoon negó rápidamente, tratando de disimular el rubor que comenzaba a cubrir sus mejillas. —No, nada— respondió con una sonrisa nerviosa.— Solo... pensando en cómo sería ver nevar contigo.

Sunoo se quedó inmóvil por un segundo, sorprendido por las palabras de Sunghoon. Sintió un revoloteo en su estómago, algo cálido que hizo que su corazón se acelerara de nuevo. No sabía si lo que Sunghoon acababa de decir significaba algo más o si solo estaba imaginando cosas. Pero, por un breve momento, la idea de estar juntos mientras la nieve caía les hizo sentir... felices.

—Sí.— respondió finalmente, con una sonrisa tímida y las mejillas ligeramente sonrojadas.— Sería lindo. — su respuesta quedó flotando en el aire mientras el silencio regresaba, aunque esta vez era un silencio cómodo, cargado de una nueva energía.

Ambos continuaron caminando en calma, dejando que el aire frío de la mañana los envolviera, mientras sus corazones latían más rápido, al ritmo de una emoción nueva que de a poco comenzaban aceptar por completo. Sunghoon tomó nota mental de esa conversación y de la forma en que los ojos de Sunoo se iluminaron al hablar de la nieve. No pudo evitar sonreír para sí mismo, deseando que aquel momento se prolongara un poco más.

Caminaron juntos hacia la escuela, disfrutando de esos minutos compartidos en silencio. Ambos se sentían cómodos, pero también había una cierta tensión en el aire, una especie de electricidad que hacía que los pequeños roces de sus brazos al caminar se sintieran como descargas. El trayecto fue más corto de lo que esperaban, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraron frente a las puertas del instituto. Sunghoon decidió acompañar a Sunoo hasta su salón. 

—¿Segurísimo que no me extrañarás?— bromeó Sunghoon con una sonrisa juguetona mientras caminaban por el pasillo. 

Sunoo rio, girando un poco la cabeza para mirarlo de reojo. — Tal vez un poco.— respondió con un tono ligero, aunque sus palabras llevaban un peso escondido.

Al llegar a la puerta del salón de Sunoo, ambos se detuvieron. El tiempo parecía desacelerar, y por un momento, Sunghoon sintió que no quería separarse.— Entonces... ¿almorzamos juntos?— preguntó Sunghoon, intentando sonar casual. 

Sunoo asintió con una sonrisa suave.— Claro, te esperaré en la cafetería.— respondió, sintiendo una extraña calidez al escuchar la propuesta.

— Perfecto. Nos vemos más tarde, entonces.— dijo Sunghoon mientras levantaba una mano en un gesto de despedida. Sunoo lo observó alejarse, su corazón latiendo con más fuerza de lo habitual. Antes de entrar a su salón, giró para darle un último vistazo a Sunghoon, quien justo en ese momento se giró también y le dedicó una sonrisa amplia. Sunoo le devolvió la sonrisa, sintiendo que su día había comenzado de la mejor manera posible.

Lo que ninguno de los dos sabía era que Jeong DaHyun los observaba desde un rincón del pasillo, con una expresión que oscilaba entre la sorpresa y la incomodidad. Desde que Sunoo había rechazado su confesión, DaHyun se había convencido de que debía insistir, segura de que él cambiaría de opinión si seguía intentándolo. Sin embargo, la cercanía que acababa de ver entre los dos chicos encendió una chispa de celos en su interior.— ¿Qué estaba pasando entre ellos? ¿Desde cuando son tan cercanos? ¿Sera que...? — Se preguntó con desconfianza, aunque casi de inmediato descarto la idea de averiguar que sucedía entre ellos dos, después de todo los hombres tienen una cercanía extraña con sus amigos y a Sunghoon le gustaba una chica desde hace mucho tiempo. 

Mientras tanto, Sunghoon se dirigió a su propio salón, sintiéndose inesperadamente nervioso. Al abrir la puerta, notó que la habitación estaba casi vacía, lo que le hizo soltar un suspiro aliviado. Se acercó a su asiento y dejó caer su mochila en el suelo antes de sentarse. El cansancio acumulado de la noche anterior comenzó a pesarle y, sin darse cuenta, recostó la cabeza sobre su brazo, cerrando los ojos.

No pasó mucho tiempo antes de que el sueño lo venciera. Los minutos se deslizaron rápidamente, y durante esos breves instantes, soñó con la risa de Sunoo resonando bajo la nieve, con el viento frío acariciando sus rostros y una sensación de paz inexplicable. Sin embargo, esos momentos de tranquilidad se vieron interrumpidos por una sacudida repentina.

— ¡Oye! ¡Despierta!— La voz de Jake lo sacó abruptamente del sueño. Sunghoon abrió los ojos con pesadez, parpadeando varias veces hasta que la cara de su amigo se enfocó frente a él, reflejando una mezcla de preocupación y molestia.

—¿Dónde has estado esta mañana? ¿Por qué no contestaste el teléfono?— exigió Jake, sentándose en el borde del escritorio con los brazos cruzados. — Tu madre me ha estado llamando como loca. ¿Cómo demonios consiguió mi número?

Sunghoon se frotó la cara, tratando de despejar la somnolencia que aún nublaba sus pensamientos.— Tranquilo, Jake—  murmuró, incorporándose lentamente.— Lo siento por no contestar. Ayer por la noche... bueno, hubo un problema.— Jake lo miró fijamente, esperando una explicación más detallada.

— ¿Problemas?— Jake alzó una ceja, sin dejar de observar a su amigo.— Entonces, ¿Qué pasó exactamente? Porque tu madre parecía bastante preocupada cuando me llamó."

Sunghoon suspiró, tratando de ordenar sus pensamientos. —Está bien, siéntate, te lo explicaré todo.— dijo, señalando la silla frente a él. Jake se dejó caer en la silla, cruzando los brazos sobre su pecho, claramente dispuesto a escuchar.

— Anoche... vino Sunoo a hablar conmigo, solucionamos la cosas y por un rato todo estuvo bien ... Se volvió a su casa y bueno durante la cena discutí con mama o bueno mas bien ella me grito porque lleve comida a escondidas a la habitación.— comenzó Sunghoon, escogiendo sus palabras con cuidado. Se sentía pésimo por mentirle un poco a Jake, pero no quería revelar que Sunoo había pasado la noche en su casa.— Hoy desperté muy temprano y quería despejar mi cabeza, hablar de algunas cosas, y Sunoo fue... bueno, fue increíblemente amable al dejarme quedarme en su casa."

Jake lo miró con atención, su expresión volviéndose más seria.— ¿Así que te quedaste con él en su casa y luego vinieron juntos a la escuela?— preguntó, tratando de leer las emociones en el rostro de Sunghoon.

—Sí — confirmó Sunghoon, encogiéndose de hombros.— Desayunas, conocí a su primo, charlamos y, bueno, ya sabes cómo es él... siempre sabe cómo hacerme sentir mejor.— La calidez se filtraba en su voz al hablar, y Jake no pudo evitar notar el brillo en los ojos de Sunghoon cuando mencionaba a Sunoo.

—Espera, espera...— Jake lo interrumpió, alzando una mano.— ¿Estás saltándote alguna parte importante aquí? No me digas que fue solo una charla común y corriente.— Jake estaba empezando a intuir que había más en la historia que Sunghoon estaba dejando fuera.

Sunghoon se quedó en silencio por un momento, buscando las palabras correctas.— No sé... quizás sí, quizás no.— respondió finalmente, esquivando un poco la pregunta. — Fue... diferente. Pero no estoy seguro de cómo explicarlo.— Bajó la mirada, incapaz de ocultar la confusión que sentía.

Jake lo observó en silencio por unos segundos más antes de dejar escapar un suspiro.— Sabes que puedes contarme todo, ¿verdad?— dijo finalmente, suavizando su tono. — Si te pasa algo con Sunoo, o lo que sea que estés sintiendo, está bien. Solo... ten cuidado, ¿sí?

Sunghoon asintió, agradecido por la comprensión de su amigo.— Sí, lo sé. Gracias, Jake. Solo... necesito aclarar algunas cosas en mi cabeza primero.— Jake le dio una palmada en el hombro, y en ese momento, Sunghoon sintió una pequeña ola de alivio. Tal vez, después de todo, no estaba tan solo en esto.

La puerta del salón se abrió de golpe, interrumpiendo la conversación entre Sunghoon y Jake. Yuqi entró con una amplia sonrisa en su rostro, buscando de inmediato a Sunghoon con la mirada. Al encontrarlo, sus ojos se iluminaron y, sin dudarlo, se acercó rápidamente a su asiento.

—¡Sunghoon! ¡Tengo un chisme enorme para contarte!— exclamó, claramente emocionada mientras tomaba asiento a su lado. Jake, al ver la energía de Yuqi, se apartó con una ligera sonrisa, dándole espacio para que hablara.

—¿Qué pasó?— preguntó intentando mostrarse interesado, aunque sentía un nudo de ansiedad formarse en su estómago.

—¡Lucas tiene pareja!— soltó Yuqi casi en un susurro emocionado, como si compartiera el mayor secreto del mundo. — Aún no conozco a la persona, pero... ¡¿puedes creerlo?! Lucas, nuestro Lucas, está saliendo con alguien. Estoy feliz por él, aunque...— Yuqi bajó un poco la mirada y sonrió con un toque de travesura. — Aunque también estoy un poco celosa. ¡Lucas con pareja antes que yo! Es injusto, ¿no? — Al decir esto, miró a Sunghoon con una mezcla de expectativa y anhelo, lanzándole una indirecta más que evidente.

Se quedó en silencio por un momento, sin saber cómo responder. Forzó una pequeña sonrisa, aunque no pudo evitar sentirse incómodo. La mirada insistente de Yuqi hacía que el aire a su alrededor se volviera denso.

Hace dos o tres semanas, escuchar esas palabras lo habría llenado de esperanza. Habría significado que el camino estaba despejado, que podía finalmente pedirle a Yuqi que fuera su novia. Pero ahora, esa noticia no le generaba nada. Claro, se alegraba por Lucas;  había encontrado a alguien, y eso era bueno. Sin embargo, la insistencia en los ojos de Yuqi lo hacía sentir como si una enorme verdad lo empujara desde adentro.

— Yuqi... — murmuró, su voz algo tensa. — ¿Podemos hablar... a la salida de la escuela?

Los ojos de Yuqi brillaron de inmediato, su sonrisa se ensanchó con una emoción apenas contenida. — ¡Claro, hablamos después!— respondió, claramente ilusionada. En su mente, la charla que Sunghoon acababa de proponer solo podía significar una cosa: que finalmente él iba a pedirle ser novios. Su indirecta había funcionado. Feliz con esa idea, se levantó y volvió a su asiento, casi saltando de la emoción.

Sunghoon la observó marcharse y suspiró pesadamente. Se recostó contra su silla, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo, pero sabiendo que ya no podía aplazar lo que debía hacer.

Jake lo miró con incredulidad, arqueando una ceja.— ¿Qué carajos estás haciendo? — preguntó, claramente preocupado por lo que acababa de ver.— Hace pocos momentos entendí que ...

— Jake ... — lo interrumpió sutilmente manteniendo la mirada fija en el escritorio, luego giró para mirar a su amigo.— Sé lo que estoy haciendo.— respondió con voz firme, aunque sentía un leve temblor en su pecho. — Voy a hacer lo correcto de una buena vez por todas.

Jake observó a Sunghoon por unos segundos, notando la determinación en su rostro. Asintió lentamente, sin decir más, mientras el ruido de la clase a su alrededor llenaba el espacio y el peso de lo que vendría se hacía presente en el aire.

⋆.˚❄️💋༘⋆

Nota de la autora boluda mal que siempre desaparece:

Hola gente preciosa , otra vez me pegué una súper desaparecida 🤡 perdón por eso. Entre que tenía un bloqueo de escritor y que no tenía tiempo quería llorar porque no podía escribir este capítulo sin odiarlo y borrar todo. Pero, hace cuatro días (literalmente) me pegó la gracia divina de tener tiempo y que se me desbloqueo el cerebro así que estuve sentada en el escritorio más horas de las que estuve parada los últimos 4 días, pero se logro, acá está el capítulo y tengo la mitad del otro hecho (iba a publicar dos pero, seré sincera, estoy cansada de revisar los errores ortográficos y cambiar detalles así que les subo este ahora que está listo)
Lit pasaron 8 mil cosas entre actualización y actualización con Enhypen - voy a reir para no llorar-

En fin volviendo a la historia, el capítulo más largo que mi testamento para compensar mi desaparecida 🤭 Espero que les haya gustado y ahora gente, se pica y no cebolla 😈 asique agarrate Catalina.

Los quiero mucho y en serio gracias por esperarme 😭 el 18 tengo examen de Derecho Ambiental ☠️ (flor de quilombo) así que hagan círculo de oración para que me vaya bien y la semana que viene toque otra actualización.

En fin, me retiro. Espero que todos les guste si hay algún error raro me avisan, creo que no hay nada pero el capítulo es demasiado largo y capaz se me pasó una que otra cosa.

Bye 💋

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