Ocho.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cassie.

Sentía una horrible jaqueca, todo por mi fantástica idea de beber hasta que ya no me acordara que era una total estúpida.

Lo peor de todo es que funcionó a medias, no me acordaba de nada, ni como había llegado a la cama, o qué tantas estupideces habré hecho o dicho; aunque Jax y ame conocía, no le tomaría importancia.

Él estaba en la cocina haciéndose un café cuando yo salí. Era raro, nunca bebía café y menos en las mañanas.

—¿Estás bien? —pregunté curiosa y se sobresaltó cuando escuchó mi voz, rápidamente me forzó una sonrisa y asintió.

—Muy bien, ¿quieres café? —ofreció poniendo una taza humeante frente a mí.

—Paso, prefiero mucha agua y una aspirina. Bebí como loca anoche, ¿verdad? —Pude notar que sus hombros se tensaban un poco—. ¿Hice algo malo?

—¿No te acuerdas? —preguntó, aliviado.

Yo sacudí la cabeza antes de ir por un vaso y una pastilla.

—Bailaste la macarena sobre el sofá y casi te desnudas —explicó y bufé.

—No es como si fuera la primera vez que ves a una chica en ropa interior —me defendí y echó su taza de café medio llena al fregadero; después fue a la puerta y tomó sus llaves.

—Aguarda, recuerda que vamos a estudiar luego de clases —lo detuve.

—Más tarde, me salió un trabajo y revisaré un auto. En la noche me ayudas, ¿sí? —comentó, hice una mueca pero accedí, trabajo era trabajo.
Aunque después de eso lo pondría a estudiar día y noche de ser necesario.

Después me di una ducha y me vestí para ir a mis clases, decidí que regresaría después para hacer mis trabajos atrasados, ya que después de todo el conflicto con mi ex, no había tenido ánimos de hacer nada.

Iba caminando por un largo pasillo para llegar a mi última clase de administración, pero unos chicos que pasaban a mi lado de pronto echaron a correr hacia afuera. Veía curiosa a algunos otros seguirlos mientras miraban algo en sus teléfonos.

Iba a sacar el mío para ver cuál era la situación, pero una Giovanna con expresión preocupada llegó para tomarme del brazo y jalarme hacia donde todos estaban yendo.

—¿Qué sucede? —quise saber.

Ella ni me volteó a ver, —Jaxon y Derek van a pelearse —contestó y la fuerza que estaba ejerciendo para llevarme con ella fue reemplazada por mí corriendo a la par.

Llegamos a la parte trasera de la universidad, un lugar que no era tan concurrido y ahí, en dónde había ya un gran grupo de estudiantes reunidos haciendo bolita, estaban Jaxon y Derek diciéndose cosas que yo no logré distinguir.
Solté a Gio para aventar codazos a mi paso y abrirme camino hacia el centro.

—¡Eso no se le hace a una chica! —Escuché el reclamo de mi amigo.

—Estaba ebrio, en serio no iba a hacerle nada.

—¿Sabes qué? Puedes irte a tomar por culo, me importa poco que seas el sub capitán... Te mataré. —El tono que Jaxon usó me preocupó y cuando por fin llegué, fue al tiempo en el que mi amigo se lanzó sobre Derek y comenzó a pegarle sin un gramo de piedad.

Quise sentir empatía por el chico que había sido mi novio, pero una parte de mí muy en el fondo disfrutó verlo en el suelo siendo machacado a puños.
Fue entonces que una vocecita de mi cabeza me recordó que no era cualquier chico, era mi mejor amigo y podía acarrearse problemas no solo con la escuela, sino con la familia de Derek; vaya si sabía cuan ricos e influyentes eran a veces.

—Jaxon ha sido suficiente —solté acercándome pero ni caso me hizo, estaba muy ocupado pegándole en el rostro. Derek no se podía ni defender, lo cierto es que no era muy bueno en casos así, no sabía pelear—. Jax... —repetí, no estaba oyendo, como si se hubiera cegado.

Debes pararlo ahora Cassie, antes de que todo empeore...

Respiré hondo antes de soltar la mochila y abalanzarme sobre el torso de Jaxon abrazándolo por detrás; se tensó y detuvo su puño a medio camino.

—Ya basta, por favor —murmuré en su nuca. Respiraba agitadamente pero luego de unos minutos me apartó y se puso de pie.

Observé a Derek, mierda... Se veía hecho basura, su ojo seguramente se pondría morado, tenía el labio roto y sangrante, y por la nariz también desprendía líquido rojo.
Lo que me alivió es que seguía consciente porque respiraba e intentó pararse pero fracasó volviendo a caer sobre su trasero.

Jaxon escupió a un lado y dió un paso hacia Derek, distancia que él mismo retrocedió con temor.

—Si vuelves a tocarle un cabello sin su permiso, te juro por dios Smith, que no habrá poder que me detenga —amenazó con seriedad antes de dar media vuelta, tomar mi mano y marcharse conmigo.

No paró hasta que nos alejamos lo suficiente de la escuela y me soltó.

—¿Estás bien? —pregunté indecisa y asintió. Pero me preocupé cuando noté sus nudillos rojos—. Tus manos dicen que no es cierto —agregué queriendo tomarlas para examinarlas pero se alejó.

—Estoy bien Cassie —afirmó—. Lamento que hayas presenciado algo así, pero tuve que hacerlo.

—Lo sé. Gracias por defenderme, pero no era necesario —susurré y me dió una media sonrisa.

—Lo era, la próxima vez lo pensará dos veces —habló, pude notar que su enojo se había reducido un poco y se veía más tranquilo.

—Pero, ¿y si te trae consecuencias? ¿Qué tal si te castigan, el director o el entrenador?

—Yo sabré como solucionarlo, no te preocupes —me tranquilizó.

Después de eso caminamos hacia nuestro departamento, no hablamos mucho al respecto con Derek, si era sincera quería evitar todo tema relacionado con él.

Saqué mis libros y apuntes de ciencias a la sala y los acomodé por temas y sub temas, quería algo con lo que distraerme ¿y qué mejor con la tutoría de Jax?
Mientras él se había mantenido algo callado, se había duchado y ahora salía cambiado con un conjunto deportivo hacia la puerta.

—Espera... —solté acercándome a él.

Su cabello castaño aún estaba húmedo y estaba recién rasurado.

—Tengo que arreglar el coche, ¿recuerdas?

A eso, era verdad, lo había olvidado por completo. Ante su mirada asentí pero cuando disponía a salir lo detuve del brazo. —¿Qué quieres cenar? Yo lo haré mientras terminas —propusí pero como que mi tacto en su piel le dió toques y se apartó con rapidez.

—No te preocupes, pide pizza si quieres yo la pago —ofreció antes de irse, dejándome ahí de pie con la palabra en la boca. Que raro, jamás había actuado así conmigo, me trataba como alguna de las chicas que traía y...

¿Acaso me estaba evadiendo? ¿Por qué? Que yo recuerde no le había hecho absolutamente nada.
¿Estará molesto conmigo por no acusar a Derek?
¿Se enojó porque lo regañarán por defenderme?

No sabía ni qué pensar, o sea era Jaxon, mi mejor amigo y no sabía qué carajos le pasaba.

Intenté distraerme haciendo mis deberes atrasados pero no me podía concentrar; quise ver una película pero ninguna llamaba mi atención.

Decidí que él podía pedir su pizza pero eso no evitaría que preparara algo, cocinar me relajaba.
Saqué ingredientes para hacer una tarta de fresa y cuando la metí al horno sonreí para mí. Eres grandiosa para la cocina Cass, me dije.

Observé el reloj en la pared y me sorprendí al darme cuenta de que me subía demorado un par de horas, por la ventana se veía el cielo oscureciéndose y Jaxon aún no volvía.

Observé a mi ropa cubierta de harina y jalea, y me maldije por no haberme puesto el delantal.
Me metí a la ducha en lo que salía la tarta cuando oí la puerta abrirse y cerrarse, después unas risas.

Arrugué las cejas y me sequé cambiándome ahí mismo. Salí con mi pijama puesta y fruncí los labios al mirar a Jaxon coqueteando con una chica rubia en la sala, parecían tan concentrados el uno con el otro que no me notaron, no hasta que el cronómetro del horno sonó y caminé a la cocina para sacar la tarta.

—¡Jaxon, olvidaste mencionar que tenías novia! —Se rió la chica y puse los ojos en blanco mientras apagaba el horno y ponía el postre caliente sobre unas rendijas de acero. Aguarden, iba a arreglar el coche, ¿cómo es que llegó con una cita?

—Es mi amiga Cassie —presentó él con una sonrisa amable. Yo asentí fingiendo otra.

—Un gusto —murmuré—. ¿Quién eres?

—Me llamo Olivia, soy la hermana de Brayan —respondió. ¿Quién es Brayan?

—Es el chico al que le reparé el auto —explicó él como leyendo mi mente.

—¿Y cómo fue?

—¡Espléndido, Jaxon es un gran mecánico! —exclamó ella.

—¿Y qué hacen chicos? —quise saber, directa al grano.

—Bueno, él me invitó a pasar el rato.

Alcé la ceja a mi amigo antes de sonreírle a ella para jalarlo lejos.

—¿En serio se te ocurre traer hoy a una chica para follartela? —inquirí en voz muy baja y me miró ceñudo.

—¿Cuál es el problema?

—¿Tutoría? —dije con obviedad—. Escucha, sabes que por lo general no me interesa a cuántas ni a quien traes, pero justo hoy pensaba en desvelarnos estudiando. Tienes que esforzarte es tu futuro después de todo —añadí. Jaxon lo meditó unos segundos para después suspirar y asentir.

—De acuerdo, le diré que otro día —aceptó antes de caminar hacia ella, decirle unas cuantas cosas y con eso Olivia me sonrió antes de salir.

—Al menos no se enfadó —murmuré incrédula.

—Le prometí que la llevaría a cenar luego del partido y que después tendríamos sexo —explicó y arrugué la nariz.

—No pregunté —me quejé burlona.

Luego de pedir pizza y cenar como hambrientos, nos pusimos manos a la obra. Diablos, ahora entendía porque reprobaba en esto, era pésimo; no entendía a menos que le repitiria más de cuatro veces y aún así seguía confundiendose y equivocándose.

Estaba intentando resolver unos problemas que yo le había dejado en el cuaderno, yo lo esperaba pacientemente mientras jugaba candy crush en mi teléfono.

—A ver ahora —soltó en voz cansada y revisé el problema, estaba mal, otra vez.

—Bien esto no está funcionando —comenté mirando que ya pasaba de medianoche y no habíamos avanzado ni un poco.

—Admitelo Cass, soy un fiasco, no sirvo —lloriqueó como niño pequeño. Yo hojeaba su cuaderno para ver los apuntes que tomaba de las clases y estaban bien, no entendía el porqué... Entonces me di cuenta que más de la mitad eran planes para jugadas de futbol, estaban tan bien ejecutadas estratégicamente que yo pensé en qué era excelente en esto pero apestaba en la materia...

—¡Eso es! —dije de repente, tanto que él se asustó. Solo tenía que usar términos científicos y que los resolviera como si fuera un plan de juego; eso debería ayudar al menos un poco. Entonces tomando una hoja limpia escribí otro problema pero esta vez haciendo unos ligeros ajustes, cuando se lo di y lo leyó, Jaxon sonrió.

—De esto estoy hablando. —Tomó su lapicero y comenzó a resolverlo. Esa vez me puse mis audífonos para oír algo de música y apenas estuve a punto de ponerle play cuando mi amigo me quitó un audífono.

—Listo —soltó presumido e incrédula le revisé la solución y la respuesta, sonreí, estaba correcta. ¡Al fin una estaba correcta y solo nos había llevado unas horas!

Alcé los brazos sonriendo antes de estrecharlo contra mí riendo, —¡Eso es, ya era hora tortuga! —me burlé y su pecho se sacudió levemente en una suave risa.

Me aparté para volver a mirar la hoja y levanté el pulgar en aprobación, —Bien, de ahora en adelante ya sé cómo aprovecharás al máximo y no fallarás en el intento. —Me puse de pie y estiré mis brazos.

—¿Terminamos? —preguntó todavía sentado en el suelo.

Asentí antes de bostezar, —Avanzamos mucho, creeme. Mañana continuaremos, sobre mi cadáver vuelves a reprobar un examen amigo mío —aseguré con una sonrisa, no me la regresó y tomó sus cosas para levantarse.

—Gracias Cassie, entonces buenas noches —se despidió para irse a su habitación. Ahí estaba otra vez, actuaba raro.

—Un momento hombre —lo detuve y lo apunté con el dedo índice, no dijo nada ay alzó ambas cejas—. ¿Qué te sucede?

—¿De qué?

—Estás extraño conmigo —admití y pude notar como se tensó—. ¿Te hice enfadar con algo o...?

—No estoy enfadado contigo Cassie. ¿Cómo podría? —murmuró sincero.

—Te conozco Jaxon Heils, desde hace años, no me quieras ver la cara de tonta, podrá funcionarte con las demás chicas como Olivia pero no con tu amiga—dije con seguridad. Noté como tragó saliva nervioso.

—Cassie todo está bien. Ahora vamos a dormir. —Siguió andando a su dormitorio pero antes de que cerrará su puerta la detuve con mi mano.

—Estás así desde que me levanté con resaca. ¿Sucedió algo cuando estuve borracha? ¿Te rompí alguna cosa de valor? Dímelo y lo solucionaremos.

Jaxon negó, —Solo bailaste ebria y ya, no pasó nada.

Lo observé durante otro largo minuto en busca de la mentira, claro que mentía.

—Estás mintiendo Jaxon.

—¡Qué no! —espetó con malhumor.

—Vamos, te conozco mejor que tu hermano. Soy tu mejor amiga y no te dejaré escapar hasta que me lo digas —amenacé y levantó sus palmas.

—¡Está bien! Cielos... —susurró mirando al suelo.

—Me salen raíces Heils —dije al ver que no se dignaba a seguir hablando.

—Quisiste acostarte conmigo —confesó.

Yo me quedé estática y después de un minuto me reí: —¿Era por eso?

—No es gracioso —se quejó frunciendo el ceño.

—Querido Jax, recibes proposiciones de ese tipo todos los días, ¿por qué te incómoda el de tu amiga que encima estaba ebria? —me burlé.

—Soy un hombre hormonal Cassie... Lo peor de todo es que te desnudaste —comentó y con eso sí me cohibí.

—Bueno estoy segura de que conoces perfectamente la anatomía femenina —dije queriendo evitar el sonrojo en mi rostro. ¿Me desnudé? Diablos no. Relájate, solo es Jax—. Olvídalo jamás pasó, yo ni lo recuerdo; somos amigos y nos tenemos confianza.

Eso pareció relajarlo y al fin me sonrió.

—Tienes razón, no sé que me sucedió. Queda en el olvido —afirmó y asentí contenta. Eso me gustaba de él, las situaciones no podían estar incómodas con ambos—. Vaya si eres ocurrente Cass, todavía dijiste que intentarías lo del sexo sin compromiso conmigo.

Mi sonrisa se borró, —¿Cómo?

—Así mismo me quedé. —Se rascó la nuca—. Ya lo dijimos, estabas borracha. Escucha mejor vamos a dormir, necesito muchas tutorías después de clases estos días, que el viernes y sábado estaré metido en el campo.

—Ah sí, el partido eliminatorio del domingo —recordé.

—El mismo. No te preocupes, el lunes seguiremos con ciencias de todos modos —aseguró antes de poner una mano sobre mi cabeza y acariciarme en gesto cariñoso. Un gesto que desde que nos conocimos hacía conmigo, por lo mismo yo lo tomaba como si fuera un apretón de manos—. Descansa.

—Igualmente —musité antes de caminar a mi dormitorio y meterme en la cama.

Pero solo podía pensar en una sola cosa: sexo sin compromiso con Jaxon. Mierda sonaba tan alocado pero a la vez sonaba como un plan perfecto.
Digo, él podía hacerlo cuan cualquier chica que se le cruzara, ¿por qué conmigo sería diferente?

Era divertido, congeniábamos en muchos casos y las conversaciones eran geniales. Además él odiaba el compromiso y yo ya no quería saber nada de ese tema por el momento.

Lo mejor es que era mi mejor amigo, lo conocía bien y no estábamos enamorados, no debería ser incómodo, ¿no?
Además si las chicas lo buscaban tanto era porque de verdad era bueno en la cama.

Cassie estás demente. Es Jaxon.

Y porque era él, sonaba a un buen plan.

¿Qué podría salir mal?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro