𝚇𝚅𝙸𝙸𝙸. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙳𝙸𝙴𝙲𝙸𝙾𝙲𝙷𝙾!

❛an unblinking death❜

―¿Podemos ayudarte a encontrar algo―

La pareja entró en el estudio, para encontrar a Klaus mirando alrededor en busca de algo, con la frustración y el fastidio escritos en su rostro. Ella se volvió para mirar a la pareja, sus ojos se estrecharon en su hermano mayor. ―Sí, de hecho, creo que puedes.― Dijo con desconfianza. ―Estoy buscando un libro, más o menos grande, lleno de los hechizos más poderosos de nuestra madre. Parece que se ha extraviado.―

Elijah se encogió de hombros mientras se sentaba en el escritorio. ―Qué misterioso.―

―En efecto. ―musitó Klaus, sin dejar de mirar a Elijah con atención. Audrey miró entre los dos, ladeando la cabeza mientras se preguntaba cuánto tardaría uno de ellos en ir finalmente al grano. ―Al principio, temí que las brujas hubieran tenido éxito en su empeño por conseguirlo, pero teniendo en cuenta que su último intento terminó conmigo aliviando a un caballero bastante grande y tatuado de sus manos, empecé a preguntarme si el ladrón no estaba un poco más cerca de casa. ―Se da cuenta de que Elijah garabatea despreocupadamente en un cuaderno. ―No hagas esto más difícil de lo necesario, hermano.―

―Bueno, hay que admitir que tenía la teoría de que tu repentino interés por el grimorio de mamá estaba de alguna manera relacionado con cualquier tontería que hayas estado llevando a cabo con los lobos de la Media Luna. ―Comenzó Elijah, lanzándole una mirada. ―Por lo tanto, me encargué de colocarlo cuidadosamente donde los deditos traviesos no pudieran husmear.―

Audrey vio que Klaus la miraba, y levantó las manos. ―No estoy involucrada en esto. ―Afirmó.

Klaus resopló. ―Y yo que pensaba que tú, más que nadie, lo entenderías. Simplemente estoy tratando de ayudar a esos lobos. Hacer de samaritano con los maltratados. Campeón de los desvalidos, por así decirlo.―

―Qué espléndidamente noble de tu parte. ―musitó Elijah, con sarcasmo en su voz.

―¿Alguna vez han considerado que, al igual que ustedes dos, estoy tratando de mantener a Hayley a salvo? ―Preguntó Klaus a la pareja. ―¿Usando la magia de nuestra madre para potenciar a su gente y que sean capaces de protegerla?―

Elijah se levanta y camina hacia él. ―Sí, a menos que, por supuesto, decidan buscar retribución por décadas mantenidas en el exilio, y Hayley se encuentre en medio de un levantamiento. ―Le dijo con conocimiento de causa. ―Una que sólo provocará más violencia. Te arriesgas a convertir Nueva Orleans en una zona de guerra, hermano. No dejaré que eso ocurra.―

―Los tambores de guerra ya sonaban mucho antes de nuestro regreso. Te sugiero que uses un poco menos de esto... ―Hace un gesto de hablar con la mano. ―--y un poco más de esto. ―Se señala las orejas, antes de sentarse en el sofá con una falsa sonrisa.

―¿Cómo es el dicho? Los que no saben hacer enseñan. ―Audrey tarareó, ganándose un giro de ojos por parte del híbrido.

―Así es, mi amor. ―Elijah sonrió mientras le cogía la mano. ―Vamos, parece que tenemos un levantamiento del que ocuparnos. ―Dijo, antes de conducirla fuera de la habitación.

En su camino hacia el pantano, Elijah y Audrey no tardaron en encontrar a Hayley, Jackson y Oliver, y los cinco se trasladaron a una de las chozas para hablar en privado. Sabiendo ellos por qué estaban allí, ninguno de los tres lobos estaba del todo impresionado, decididos a mantener el trato que habían estado haciendo con Klaus en secreto.

―Están cometiendo un grave error. ―les advirtió Elijah.

―Entonces, ¿sólo te preocupas por nosotros? ―Preguntó Oliver con escepticismo. ―¿Es eso?―

Jackson se cruzó de brazos mientras miraba al Original. ―Mira, Elijah. Lo sabemos todo sobre la reputación de tu hermano, pero si hubiera siquiera una posibilidad de que estos anillos puedan ayudarnos a tomar el control de nuestra maldición...―

―...Nuestro don... ―Oliver le interrumpió.

―...Entonces, honestamente, no nos importa lo que realmente busca. No tendrá que hacerlo. ―Jackson terminó.

―Pues eso es una estupidez. ―Audrey les dijo a los dos hombres sin rodeos. ―Porque por mucho que Klaus sea de la familia, sus planes suelen tener un precio que te implicará a ti, te guste o no. Te estás metiendo en medio de una pelea que no necesita ser iniciada.―

Elijah asintió con la cabeza. ―Hay quienes en el Barrio considerarán esto una gran provocación.―

Oliver parecía no inmutarse por esto. ―Por lo visto, la mayoría considera que respiramos igual.―

―Firmaste un compromiso, ―Elijah centró su atención en Hayley, que se apoyaba en la pared en silencio. ―Y me miraste a los ojos mientras lo hacías.―

―No queremos una pelea, chicos. ―Hayley miró a la pareja con sinceridad. ―Sólo queremos una vida mejor.―

―La lealtad con mi hermano os garantizará cualquier cosa menos eso.―

Antes de que se pudiera decir algo más al respecto, el sonido del motor de una moto golpeó todos sus oídos, el sonido se hizo más cercano. ―¿Qué demonios? ―dijo Jackson confundido, dirigiéndose al exterior para encontrar la fuente del ruido.

Los demás le siguieron, y todos se detuvieron cuando una moto se detuvo en medio del campamento, y el hombre que la conducía los miró sin comprender. ―¿Quién de ustedes está a cargo?―

Jackson se acerca. ―¿Quién lo pregunta?―

El hombre no dice nada, y Elijah lo mira, notando algo raro en su comportamiento. De repente, se apresura a abordarlo, justo cuando la motocicleta explota. La explosión hace que todos salgan volando hacia atrás, algunos gritando y otros corriendo para tratar de evitar el fuego que había estallado. Lo único que Audrey podía oír era un zumbido en los oídos, sus dedos tocaban su frente para ver la sangre que corría por ella, sin sentir ningún dolor al principio. Se incorporó, mirando a su alrededor con un ligero aturdimiento, antes de recuperarse y ponerse en pie.

―Audrey. ―La voz de Jackson se abrió paso entre el zumbido, con sus manos agarrando sus hombros. ―Audrey, ¿estás bien? ―Preguntó, sus ojos notaron la sangre. Con cuidado, le apartó el pelo para revelar el corte en la frente, antes de comprobar si había otras heridas. ―¿Audrey?―

―Estoy bien. ―Salió, tragando con fuerza ante el estado de todo lo que les rodeaba. Respirando profundamente, le dirigió una mirada tranquilizadora. ―Estoy bien.―

―¡Jackson! ¡Audrey! ―Los ojos de la pareja se posaron en Hayley, que sostenía a un niño pequeño en sus brazos, tanto ella como el niño parecían ilesos. ―Aquí. ―Hayley le pasó el niño a Jackson con cuidado. mientras Audrey se agachaba junto al hombre lobo herido con el que el niño había estado. ―Aléjalo de aquí. ―Ordenó, y luego se agachó junto a Audrey cuando se alejó, mirándola. ―¿Estás bien?―

―Nada a lo que no esté acostumbrada. ―Audrey la miró. ―¿Y tú? ¿El bebé?―

Hayley asintió. ―Los dos estamos bien. ―Miró al chico, que siseaba de dolor mientras se agarraba el costado, con la camisa chamuscada por la explosión. ―Vas a estar bien, vamos a ayudar lo mejor que podamos.―

―Audrey. ―Elijah apareció a su lado, pareciendo aliviado al verla. Sus ojos parpadearon hacia su corte, pero ella negó con la cabeza, lanzándole una mirada. Confiando en su criterio, asintió y miró a Hayley, que aseguró que estaba bien mientras también intentaba ayudar al hombre. Al levantar su camisa, mostró lo que parecía una quemadura química, y la comprensión apareció en el rostro de Elijah. ―Matalobos.―

La cara de Hayley cayó al caer en la cuenta. ―Debe haber estado en el depósito de gasolina. ―Dijo en voz baja, antes de apartarlo de su mente. ―Tú eres el más rápido. Llévale a él y a cualquier otro que no pueda caminar por sí mismo.―

―Iré a ver a quién puedo ayudar. ―Dijo Audrey, Elijah la miró con preocupación mientras levantaba al hombre. ―De verdad, estoy bien. ―Aseguró ella en voz baja. ―Ve, ayúdales. Te necesitan. ―A regañadientes, asintió y comenzó a llevar al hombre al interior, y Audrey fue a buscar a alguien más que pudiera necesitar ayuda.

Todos los heridos fueron trasladados al interior, los que estaban bien ayudaron a cuidarlos y otros intentaron limpiar el desorden que se había causado. Al notar que Hayley no aparecía por ningún lado, Elijah la llamó para ver cómo estaba, mientras Jackson y Audrey esperaban a ver qué pasaba.

―¿Está bien? ―preguntó Jackson cuando Elijah colgó el teléfono.

―Aparentemente, sí. ―Elijah asintió, metiendo el teléfono en el bolsillo.

Audrey le levantó una ceja y Elijah se limitó a asentir, asegurándole que estaba bien. Audrey ya tenía una buena idea de dónde había ido Hayley, ya que había oído a Oliver culpar a los vampiros del ataque, y era muy probable que así fuera. Así que Hayley habrá ido a buscar a quien dio la orden, y después de lo ocurrido en la fiesta, también era muy probable que la orden hubiera venido de Marcel.

Jackson suspiró, mirando a su alrededor los restos de los campamentos, y a los lobos que se ocupaban de sí mismos y de los demás. ―Menos mal que la bomba estalló donde lo hizo. Podría haber sido mucho peor. Podríamos haber muerto todos.―

―Supongo que hay que ver el lado bueno. ―murmuró Audrey, frotándose la cara con las manos con cansancio. ―O la alternativa es bastante deprimente.―

―Exactamente. ―Contestó Jackson, observando a su manada en el trabajo.

―A menos que... ―Elijah se quedó pensativo, mientras sus ojos escudriñaban la zona con atención. Se detiene, sus ojos se abren de par en par al notar algo, y rápidamente comienza a gritar. ―¡Saquen a todo el mundo de aquí! Ahora.―

No hubo oportunidad de moverse, ya que una serie de explosiones comenzó a estallar alrededor del campamento, cada una aún más grande que la anterior. Jackson se apresuró a ir a ayudar a los nuevos heridos, tratando de poner a la gente a salvo, la pareja fue a ayudar cuando una explosión estalló detrás de ellos. Sin dudarlo, Elijah atrajo a Audrey hacia su pecho mientras los sacaba del camino, protegiéndola de la explosión lo mejor que pudo.

El segundo ataque dejó a los lobos más devastados que el primero, gente herida o muerta, su casa en completa ruina. Eve había terminado siendo una de las muchas víctimas que los bombardeos habían causado, lo que devastó a Jackson y a Oliver, junto con Hayley cuando regresó y se enteró de lo sucedido. Elijah y Audrey permanecieron en el pantano durante mucho tiempo, tratando de ayudar a los lobos lo mejor que pudieron, antes de emprender el camino de vuelta al complejo esa noche.

Los acontecimientos del día les habían hecho cambiar de opinión, a Elijah especialmente, en lo que se refiere a su opinión sobre el plan de Klaus. Así que, mientras Elijah iba a hablar con su hermano sobre el tema, Audrey subió a su dormitorio. Se duchó, se cambió la ropa estropeada y se limpió el corte de la frente. Con los brazos cruzados sobre el pecho, se dirigió al estudio, apoyándose tranquilamente en la puerta mientras los escuchaba hablar.

―Primero la masacre de Marcel, ahora las bombas en el pantano. ―dijo Klaus, sentándose en el escritorio con una mirada sombría. Él mismo no había tenido un mejor día, sus intentos por tratar de ayudar a Cami con el maleficio del padre Kieran terminaron con su muerte. ―Asumiré que estás listo para renunciar a este tratado condenado.―

Elijah miró por la ventana por un momento, antes de caminar y colocar el grimorio de Esther frente a Klaus. ―Esta alianza con los lobos, bueno... Si ha de tener éxito, creo que querrá esto. ―Dijo simplemente, dándole un golpe antes de dirigirse a las botellas de alcohol.

Klaus lo miró a él y a Audrey con sorpresa, y lo cogió para leer en su interior. ―Parece que tengo que agradecer a Hayley su cambio de corazón. ―Les dijo.

Elijah les sirvió un trago a cada uno, pasándole uno a Audrey mientras se adentraba en la habitación, y entregándole uno a Klaus. ―Las grietas en esta ciudad son mucho más profundas de lo que imaginaba. Niklaus. Estas tribus, estas facciones... son familias, familias que eligen luchar. El caos ha descendido sobre nuestro hogar, y si tengo que elegir un bando... ―Levanta su copa en un brindis. ―Por nuestra victoria, hermano.―

Klaus parecía todavía sorprendido, antes de chocar su copa con la de Elijah, formándose una sonrisa de satisfacción mientras daba un trago. Audrey levantó en silencio su copa por la pareja y se la llevó a los labios para dar un trago, haciendo una mueca cuando el olor del alcohol la golpeó. Una sensación de malestar se formó ante la idea de olerlo durante mucho más tiempo. Haciendo una mueca, lo dejó sin tomar un sorbo y volvió a centrarse en la conversación sin pensarlo dos veces.

¡Quedan tres capítulos de la primera temporada!

¡Estoy muy emocionada! Los tres últimos capítulos de la primera temporada siempre han sido mis favoritos de la temporada, así que estoy deseando mostrar cuál va a ser el papel de Audrey en ellos. Puede que intente actualizar de nuevo hoy, pero el próximo capítulo podría ser algo más largo que este, así que aún no estoy segura.

¡Espero que los hayan disfrutado todos!