𝚇𝙻𝚅𝙸𝙸. ¡𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙲𝚄𝙰𝚁𝙴𝙽𝚃𝙰 𝚈 𝚂𝙸𝙴𝚃𝙴!
❛the axeman's letter❜

―¿Estás seguro de que a Mary le parece bien?―

Jackson mandó a Audrey una sonrisa tranquilizadora, mientras él, Audrey y Hayley se dirigían por el cementerio, hacia la cripta en la que Davina dijo que estaría. Davina había solicitado la ayuda de Hayley y Jackson para el evento que se iba a celebrar con las brujas ese día, y Audrey se ofreció a ayudarles también. Klaus y Elijah ya habían salido por el día, tratando de lidiar con su situación de Tristán y Lucien, y la chica Gilbert no se sentía con ganas de lidiar con ninguno de sus primeros engendros una vez más. Mira estaba con Hope en la cabaña de Mary, quien se ofreció a cuidar a las dos niñas durante el día, ya que sus padres estaban ocupados.

―No lo habría dicho si no lo estuviera. ―Le dijo Jackson. ―Mi abuela no es fan de Klaus ni de Elijah, pero le agradas, y tiene debilidad por esos niños.―

―¿Estás segura de que quieres ayudar? ―Hayley levantó una ceja hacia ella. ―Ni siquiera sabemos por qué nos han llamado aquí. No tenemos exactamente una opción, tú sí.―

―No saben que ella va a soplar la vela. ―Audrey suspiró. ―Y tengo la sensación de que ahora mismo, con todo lo que se está metiendo, Kol querría que alguien la vigilara por él.―

―Tampoco sabemos si lo hará. ―Contestó Hayley, cruzando los brazos.

―Muy bien, vamos a ver. ―Jackson les dijo a los dos.

Hayley aún parecía escéptica, pero asintió con la cabeza, mientras los tres se dirigían al interior de la cripta. Cuando entraron, vieron a Davina sentada con un vestido negro formal, siendo atendida por varias brujas a su alrededor. Mientras una bruja le recogía el cabello en un elegante y apretado moño, la otra agitaba una bola de incienso frente a ella en lo que debía ser una forma de calmarla. Pero la bruja Claire parecía estresada a más no poder, y al notar a las tres, levantó dos bufandas gargantilla diferentes.

―Tengo que elegir una. ―Les dijo, señalando cada una. ―¿Naranja o morado?―

Jackson la miró con incredulidad. ―¿En serio nos has llamado para que juguemos a ser policías de la moda?―

Davina abrió la boca para responder, cuando el humor le llegó a la cara, haciendo aparecer una mirada de irritación. ―Bien, sé que esto es aceite sagrado, pero ¿podemos por favor no hacer eso ahora mismo? ―Apenas se detuvo de estallar, suspirando de alivio cuando las brujas entendieron la indirecta, y comenzaron a salir. ―Gracias. ―Llamó después, antes de volver a centrarse en las tres mientras empezaba a ponerse el pañuelo naranja. ―Lo siento. Gracias por venir.―

La híbrida Marshall-Kenner puso los ojos en blanco y soltó una pequeña burla. ―Como si tuviéramos elección, Davina. O cumplimos tu voluntad, o apagas esa vela tuya y nos vuelves a convertir en lobos. Así que somos prácticamente tus esclavas.―

―Ahora Hayley, vamos. ―Jackson dijo con calma, tratando de evitar que la tensión creciera. ―Este es el trato que hicimos. Dejémosla decir su parte, ¿eh? ―Musitó antes de mirar a la chica Claire. ―¿Qué quieres?―

―Este es mi primer Cadeau como Regente. ―Comenzó nerviosa. ―Como represento a la ciudad, los aquelarres tienen que rendirme tributo y les hago una fiesta. Necesito que me respeten, pero este es el primer evento público desde...―

―¿Desde que me hiciste matar a esas brujas en el noveno distrito? ―Hayley terminó por ella, estrechando los ojos con conocimiento de causa.

Davina asintió incómoda. ―Tengo la sensación de que no va a ir muy bien, sobre todo porque Van Nguyen me culpa de lo que le pasó a su madre. Juró vengarse de mí. De hecho, dijo que me borraría. Quiero decir, ¿quién habla así?―

―¿Así que quiere que seamos sus guardaespaldas? ―Afirmó Hayley sin rodeos.

Poniéndose en pie, Davina miró a las dos Crescents con una mezcla de frustración y molestia. ―Miren, sé que no están precisamente encantados conmigo en este momento, pero si yo muero, la magia de esa vela también muere. Y entonces no hay nada que os impida volver a convertiros en lobos.―

―Muy bien, ¿por qué no se toman todos un respiro y se calman? ―intervino Audrey, lanzando una mirada a Davina.

Jackson suspiró, mirando a su mujer, que no hizo ningún intento de ocultar su disgusto. ―Bueno, ¿por qué no se quedan Audrey y tú con Davina, y yo me encargo de ver a la gente?. ―Sugirió, antes de irse a hacer precisamente eso, dejando a las tres chicas solas.

Hayley se quedó callada un momento, antes de mirar a la bruja Claire. Te mantendré viva. ―Le dijo. antes de hacer una mueca mientras la miraba. ―Pero, si te pones esa horrible bufanda naranja, desearás que no lo haya hecho. ―Afirmó, antes de alejarse fuera.

Davina puso los ojos en blanco, pero se quitó el pañuelo de órganos del cuello y lo sustituyó por el morado. ―Ven aquí. ―dijo Audrey con suavidad, quitándole la bufanda de las manos y ayudándola a ponérsela. ―Antes de que te estrangules con ella.―

Davina le dirigió una mirada de agradecimiento, mordiéndose el labio. ―¿No estás enfadada conmigo como lo está Hayley?―

―No me impresiona cómo manejas esto y su maldición, Davina. ―La chica Gilbert le dijo honestamente, haciéndola suspirar. ―Estoy aquí ahora mismo para ayudar a Hayley y Jackson, porque me preocupan. Pero también estoy aquí por Kol. ―Suavizó su tono, haciendo que la cara de Davina cayera en una sonrisa triste. ―Porque él estará devastado si te matas antes de que pueda volver.―

Con eso, las dos se sumieron en un cómodo silencio, y la triste sonrisa de Davina creció un poco mientras Audrey la ayudaba a terminar de prepararse.

El cementerio no tardó en llenarse de brujas de todos los aquelarres, todas ellas con regalos para entregar a Davina, como forma de celebrar a su Regente. Mientras Jackson y un par de lobos más patrullaban por el cementerio, Audrey y Hayley se quedaron cerca de donde estaba Davina, manteniéndola a salvo tal y como se les había pedido. Se colocó a su lado y Hayley le pasó a Audrey una de las dos cervezas que tenía en la mano, las dos chocaron sus botellas mientras daban un trago.

―¿Dónde las has encontrado? ―La chica Gilbert levantó una ceja.

―Donde hay voluntad, hay un camino. ―Musitó Hayley, mirándola con sinceridad.

―Y no sé tú, pero yo necesito al menos uno para superar esto.―

―Sí... ―Audrey se interrumpió, mientras sus ojos miraban hacia Davina una vez más, viendo la mirada en su rostro. ―No creo que seas la única.―

―Otra cabra. Qué bonito. ―Davina murmuró con una sonrisa forzada, mientras otro animal con correa era llevado hasta donde ella estaba en los escalones. ―Me gustaría agradecer al aquelarre de Gentily su generoso regalo en este día de la Fete de Cadeau. ―La bruja Claire se quedó en silencio mientras miraba a su alrededor, viendo todos los animales que faltaban por llegar y los que ya le habían regalado, y la incomodidad empieza a asomar en su rostro. ―Me disculpo. Necesito un minuto.―

Hayley y Audrey intercambian una mirada, mientras Davina se aleja rápidamente de la vista, y las dos la siguen. Al doblar la esquina, la encuentran sentada en los escalones de una de las tumbas, sosteniendo su cabeza entre las manos.

―No te gustan las cabras, ¿eh? ―Hayley le dedicó una débil sonrisa, mientras las dos se sentaban a su lado.

―Me encantan las cabras. ―aclaró Davina. ―Pero, ¿sabes cuántas he tenido que sacrificar? Sólo por una vez, me gustaría tener una tarjeta de regalo. Quiero decir, sé que todo esto es una tradición, pero simplemente no soy yo. ¿Y sabes lo que realmente odio?.―

Audrey esbozó una sonrisa divertida. ―¿Por casualidad es morado?―

Hayley soltó una risita. ―¿Esa bufanda gargantilla púrpura?―

―¡Esta bufanda gargantilla! soltó Davina, ganándose una risa de la pareja. ―Y sólo me la puse porque Josephine lo hizo, y pensé que tal vez, si me parecía más a ella, entonces... entonces tal vez, me respetarían.―

―Toma. ―Hayley le pasó a Davina su cerveza. ―Necesitas esto más que yo.―

La mira por un momento, Davina la toma y le da un gran trago, haciendo una leve mueca por el sabor. ―Sí. ―Audrey sonríe. ―Te acostumbras a eso.―

―Sabes, Davina, yo... No me pareció bien lo que me hiciste hacer al aquelarre de Versalles. ―El híbrido Marshall-Kenner admitió con sinceridad, haciendo que Davina bajara la mirada avergonzada. ―Pero supongo que tú tampoco estás de acuerdo. Así que huyes de él, fingiendo ser alguien que no eres. Alguien que crees que quieren que seas. ¿Sabes lo que he aprendido? ―Le preguntó. ―Nadie te va a respetar hasta que les muestres quién eres realmente, así que... ―Se acerca y desata el pañuelo del cuello de Davina, entregándoselo. ―Si vas a llevar bufandas de gargantilla de señora mayor, vas a tener cabras de señora mayor.―

A pesar de todo, Davina deja escapar una carcajada, tomando otro sorbo de la cerveza con una sonrisa genuina.

―¿Qué quieres decir con que podrías estar embarazada? ―preguntó Audrey con incredulidad, de pie fuera de la tumba con su teléfono en la oreja.

―Quiero decir que Valerie hizo un hechizo para saber qué pasó realmente con los bebés de Ric. ―Caroline comenzó a divagar. ―Y el hechizo apuntaba a mí. Valerie cree que están dentro de mí. Quiero decir, es imposible, ¿verdad? Los vampiros no pueden tener hijos.―

―Quiero decir... ―Audrey soltó lentamente, pasándose la mano libre por el pelo. ―No es exactamente imposible. Hope y Mira son la prueba viviente.―

―¡Pero eso es diferente!― Argumentó la chica Forbes, aferrándose desesperadamente a lo que consideraba la respuesta más sensata. ―Klaus es el híbrido original, eso fue un vacío legal. Tú y Elijah son almas gemelas, otro vacío legal, y tú eras humano cuando tuviste a Mira.―

―Creo que un aquelarre poderoso transfiriendo bebés brujos a una vampira podría clasificarse como otra laguna legal, Caroline. ―Audrey replicó, antes de soltar un suspiro. ―Mira, no sabes nada con seguridad, ¿verdad? Puedes averiguarlo. ¿Cuánto confías en Valerie?―

―Es la ex de Stefan, por no hablar de que fue una de las hijas herejes de Lily hasta hace poco. ―Afirmó Caroline, dejando escapar un suspiro propio. ―Así que para nada.―

―Bien, pues tómense esta noche para calmarse, tú y Alaric. ―Dijo Audrey con conocimiento de causa. ―Luego, mañana, vayan a buscar una prueba para hacerla, y dejen esto en claro de una vez por todas. Si miente, lo sabrás, y si tiene razón... entonces tendrán que resolverlo a partir de ahí. ―Oyó gritos procedentes del interior, y miró por encima de su hombro hacia la tumba, para ver a Jackson llevándose a Van al centro con Davina. ―Care, tengo que ir. Llámame si necesitas algo, ¿de acuerdo?―

Caroline murmuró un " de acuerdo" y un "te quiero", antes de colgar, dejando que Audrey asimilara todo lo que acababa de decir. Si le hubieran preguntado hace dos años si creía en lo que acababa de oír, probablemente se habría reído. Sin embargo, ahora sabía lo posible que era algo así. Apartándola, se dirigió al interior de la tumba para centrarse en lo que estaba pasando, para ver cómo Van se desprendía de los brazos de Jackson.

―¡Ya me lo has quitado todo, así que adelante! Mátame! ―Gritó hacia Davina. ―¡Mátame!―

La regente Claire se limitó a mirarle con calma a pesar de ello. ―Has intentado asesinar a un Regente, por lo que la ley debería colgarte.―

―¿Asesinato? ―Se burla. ―¿Es ese el primer lugar al que va tu mente? ¿Siquiera sabes qué fue lo que usé para atacarte?―

Jackson dio un paso adelante y le entregó a Davina una alfombra que le había quitado a Van, cuyo rostro cayó en ligera vergüenza al mirarla. ―Esto no es para matarme.―

―Es una figura veritas. Se clava en el corazón y la víctima debe confesar sus verdades más oscuras. ―Explicó.

―Querías que admitiera lo que le hice a tu madre para que me rechazaran. ―Davina se dio cuenta con tristeza.

Van se encogió de hombros. ―Quizá preferiría verte muerta, pero al menos eso sería justicia.―

―Mira, ella es la que me atacó. ―Davina le dijo con sinceridad, cruzando los brazos sobre el pecho. ―Ella quería un motín, y si eso ocurre, ¿qué será lo siguiente? ¿Una guerra de brujas para decidir el próximo Regente? ¿Cuánta gente morirá entonces―

Dejó escapar otra burla ante eso, lanzándole una mirada seca y escéptica. ―¿Así que crees que los aquelarres están mejor contigo?―

―Así es. ―Ella asintió sin dudar. ―He visto cómo se hacen las cosas a la antigua. Yo he hecho cosas a la antigua usanza. Y no funciona. Si no quieres la paz, entonces está bien. Vete. Eres libre. Pero, te pido... por favor, quédate. Podemos trabajar juntos. Podemos cambiar las cosas.―

Van la miró fijamente durante un largo momento, antes de darse la vuelta y salir de la tumba en silencio, dejando a Davina decepcionada. Pero Hayley, Jackson y Audrey se miraron entre sí, antes de volver a mirar a Davina, impresionados. Estaba claro, por la expresión de su rostro, que lo que decía iba en serio. Quería la paz para y de las brujas, algo que ninguno de ellos había visto durante su estancia en Nueva Orleans. Sólo esperaban que fuera capaz de conseguirlo.

Sé que este capítulo no es grandioso, pero es sólo un montón de relleno. Audrey no era necesaria con Elijah o Klaus en este capítulo, ya que estaban lidiando con todo el asunto de Aurora. Así que la puse a ayudar a Hayley y Jackson en su lugar con Davina, lo que creo que estuvo bien. Es Audrey, querría intentar vigilar a Davina por Kol. También tuvimos una pequeña conversación Caroline. Creo que podría haber desordenado la línea de tiempo un poco en lo que respecta a qué episodio de TVD estaba cuando este episodio de TO se emitió, pero la séptima temporada de TVD es donde acabo de perder completamente la pista de esa línea de tiempo.

Fue un lío, por decirlo suavemente.