《Ana se despertó algo agitada y su respiración acelerada, pero se tranquilizó al ver al lobo durmiendo a un lado de su cama. Cuando ella estaba con él, la hacía sentir segura. Vio en la mesita de al lado y había un poco de te y galletas. En sus labios se formo una sonrisa, sentía una calidez en su pecho, el cariño de alguien que hace mucho no sentía.》

Wyatt: que tal decansastes? –preguntó algo adormilado–

Ana: bien –sonríe–

Wyatt: me alegro, te traje algo para que comas

Ana: gracias

《Ella tomó un bocadillo, pero recordó el sueño que había tenido y su sonrisa se borró casi al instante.》

Wyatt: ¿estas bien?

Ana: si, solo.... Es un recuerdo del pasado, yo... –se le sale una lagrima–

Wyatt: hey tranquila, si no quieres contarme, esta bien –la abrazó–

Ana: –solloza– gr-gracias Wyatt

Wyatt: ¿porque?

《Ella se separó lentamente del abrazo, y lo vio a los ojos, esos hermosos ojos cafes que la habían enamorado desde el primer día en que lo vio.》

Ana: por siempre estar cuando te necesito –sonríe–

Wyatt: —le seca las lagrimas— para eso estamos los....amigos —suspira—

《Esa palabra, “amigos”, les había afectado un poco a ambos. Al lobo le consumían las ganas de besar a la chica, sin embargo no podía. No solo no se atrevía, no quería perder su amistad con ella.

En cambio la chica, se había decidido que le confesaría sus sentimientos al lobo que le había robado su corazón, aún si moría en el intento. Desde que conoció al lobo sentía una felicidad que solo con el sentía. No se arrepentía de haberse enamorado de él. Él le daba esperanza que algun día todo se resolvería, aunque el lobo no supiera por lo que ella estaba pasando.》

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